Partida Rol por web

- ¡Wow, despacio! - le dice mientras corre hacia su cuarto, con una nueva y liberadora sonrisa.

Una vez dentro, se pasea en el interior, curiosa.
Se fija en el teclado. Pensando en las notas que podrían arrancarse de sus teclas, o que podrían acariciarse hasta que tímidamente surgieran para deleitar el oído.

Toma la ropa, y la observa con diversión.

- Voy a estar preciosa con esto, segura... - bromea, comparando los estilos de vestimenta. - Pero nunca más preciosa que tú.

Sonríe abiertamente cuando Alma propone tocar algo en aquel momento. Para Jenna, eso suponía entregarle un pedazo de su alma. La música podía ser parte de ti como cualquier otra arte, cualquier cosa a la que te entregases con pasión.
La escucha mientras se pasea por la habitación, observando aquellas fotos, que eran retratos de su vida. Envidiaba a todos aquellos que hubieran estado con ella, intentando hacerla feliz, estando a su lado como amigos.

Finalmente se sienta y observa sus movimientos sobre el teclado. Se acercaría, pero no quería distraerla con sus burdas caricias. Aquel era un momento que solo les pertenecía a ellas.

La canción fue menguando, a medida que ella iba cantando, estaba demasiado inspirada en su composición, le gustaba mucho cantar y componer aunque a nadie se lo mostrara, era parte de su arte, de esa parte de su alma que a pocas personas se las mostraba por pudor o miedo a las críticas, pero al terminar, se giró hacia Jenna que sonreía embelesada, aunque no sabía si era por ella o por la música que había compartido con ella.

- ¿te gustó? - preguntó suavemente, poniéndose de pie y sentándose a su lado, tomando su mano y entrelazando sus dedos con los de ella - espero que si.. pero puedes ser completamente sincera conmigo, ¿bueno? - le sonríe, inclinándose hacia delante para ver sus gestos, aún su amiga se veía demasiado abrumada por lo que habían pasado, y ella también debería estarlo, y de hecho lo estaba, pero lo dejaba a un lado para que su amiga estuviera más contenta. La quería ver feliz.

Se levanta por fin para unirse a ella.
Saca las manos de sus bolsillos, y se queda durante unos segundos, sin saber qué decir, sin saber cómo expresarse. Como explicarle.

- Ha sido precioso. Me ha fascinado. - le explica, realmente conmovida por su canción. - No recordaba esa historia, la de Sansón... ¿Te acordarás de mí cuando seas una pianista famosa y reconocida? - le pregunta, pasando un par de dedos por su mejilla, sonriendo y guiñandole un ojo. - Gracias por este regalo. - se lleva las manos al pecho. - Es algo que llevaré siempre conmigo, ese pedacito de tu alma.

Sintió su caricia, e inclinó un poco la cabeza, sentía vergüenza ahora, que ella creyera que sería una pianista famosa, no esperaba tanto de sí misma, sólo era un hobbie y dudaba que su padre la apoyara en una posible carrera musical, a pesar de tener talento, movió su cabeza de lado a lado y le echó los brazos al cuello, abrazándola.

- jejeje no sé que nos tenga deparado el futuro, pero me gustaría que en ese futuro, estuvieras tú, acompañándome como lo has hecho durante este tiempo - sonrie y la va soltando para besar su frente - ya iré a bañarme -  se pone de pie y toma sus cosas dejando a su amiga sola en el cuarto.- así cuando salga, tú puedes bañarte y yo preparo algo para comer que ya es hora de almorzar - sale hacia el baño, dejando la puerta de su habitación abierta.

Jenna quedaría sola en su habitación, y podría ver algunas fotografías más, pero una le llamaría más la atención, junto al espejo en donde se veía cuando se vestía, justo sobre  la que había con  ella, lian y Alma,era la foto de dos chicos, de unos doce años, abrazándose, era claro que la niña era Alma, pero el otro, no era fácil saberlo, hasta que lo reconoce, era Dick, era una foto de ella con Dick. Desde el pasillo, se escucha el agua de la ducha empezar a correr.

Le devuelve el abrazo con cariño, agradeciendo su muestra de cariño con una cálida sonrisa.

- La vida da muchas vueltas, nunca se sabe dónde llegaremos. - le contesta, dejandola marchar a la ducha. - Pero hasta donde pueda, allí estaré, contigo. - le promete, siendo que sería la única oportunidad que tendría para estar con ella de algún modo.

Se queda en el cuarto, mirando poco a poco sus efectos personales.
Fotografías, recuerdos, el piano que parecía ser su pasión. Lo acaricia sin tocar alguna tecla, pensando en lo bello que era ese arte.
Y entonces ve la fotografía. Alma y Dick. Y aquella extraña historia que compartían, y que aún parecía viva.

Suspira pesadamente. A veces se presta atención a quién menos lo merece. Y las personas realmente importante, quedaban atrás.
Se sienta en la mesa y acaba tumbándose, con los ojos cerrados, dejando que los flashes de recuerdos pasasen por su mente...

No tarda más de unos minutos en el baño, y cuando sale, lo hace descalza y con el cabello  mojado, abriendo la puerta de su habitación y observando a Jenna tan cabizbaja,  Alma se encogió de hombros, incapaz de saber que aquella tristeza de la joven estaba en gran parte provocada por ella misma, y por ese mundo que era tan hostil para ambas. Se fue acercando lentamente hasta arrodillarse y colocarse entre sus piernas, mirándola hacia arriba, con siendo, tenía sus codos apoyados en los muslos de Jenna y sus manos apretando un poco sus propias mejillas.

- ¿dime que puedo hacer para que sonrías más? - pregunta en un susurro, levantando su mano para acariciar sus cabellos y colocarlos detrás de su oreja - te concedo un deseo...- murmura de nuevo, sin dejar de verla a los ojos.

Tomo el zumo y sonrío en forma de agradecimiento, lo tomo completo en un solo trago, el alcohol y las drogas del día anterior me habían dejado casi que completamente seco.

Noté su mirada puesta en mi, sus sorpresivos nervios, su voz temblorosa y el movimiento leve bajo su pantalón, a veces pensaba que no había nada que se me escapara y eso era molesto. Aún cuando pasaba lo que pasaba, veía lo veía, analizaba lo que analizaba no me molesto en nada. De alguna u otra manera lo que sentí fue ternura. ¿Ternura?. Era eso exactamente lo que no entendía y me molestaba, no sabía que era lo que me pasaba con este chico, había algo en el que me parecía bien, como si, como si... 

Seguí sus indicaciones en silencio, subí y fui a su habitación. Deje mi ropa interior, aproveche para conseguir una toalla y me fui a tomar la ducha. Mi mirada se centro en el piso y en si en la erección que tenía en ese momento. No sabía porque era, porque estaba tan caliente, pasé la ducha a agua fría para bajar el calor y cerré los ojos mientras en momentos repetitivos con mi mano izquierda me auto-estimulaba. Pensaba en el rostro de él, de ella, ¿De quién?. No terminé, pero se sintió muy bien luego de hacerlo pensando en la persona que estaba abajo.

Tomé la toalla, la erección ya no se notaba y bajé con mi ropa interior hacia donde estaba Andy. 

- Mira. Boté mis boxer a su pecho, pasando muy cerca de su rostro y sonriendo. Estos también. No puedo usar ropa interior prestada, soy como una talla mayor que tu. Hice un gesto como mirando su cola, solo era una broma por lo que reí bastante.

¿Vas a tomar un baño?. Sacudí un poco el agua de mi cabello.

No me tomé demasiado tiempo en poner la colada a lavar. Metí toda mi ropa con la de Nick, esperando que se impregnase algo de su esencia con el centrifugado. Me di cuenta demasiado tarde de que no tenía conmigo nada apropiado que ponerme. Maldije por lo bajo y miré a mi alrededor. Cogí uno de los bóxer que estaban aún en el sótano sin planchar y me lo puse. Rebusqué entre las cajas de cartón y encontré lo que buscaba; era una camiseta negra de Black Sabbath que me quedaba enormemente grande. Era el tallaje que tenía no demasiado tiempo atrás, cuando pesaba dos o tres veces más de lo que pesaba ahora.

Mi madre me había sugerido deshacerme de toda aquella ropa depsués de adelgazar, pero, tal vez por el trastorno obsesivo compulsivo sobre mi aspecto que había desarrollado, prefería tenerlo cerca para así "no olvidar las metas".

Cuando me puse la camiseta me llegó hasta casi media pierna, me tapaba el boxer por completo, así que no podría saberse si llevaba ropa interior o no lo hacía.

Subí los escalones del sótano de dos en dos hasta la planta baja, y los de la escalera al primer piso de tres en tres. Tenía unas ganas enormes de estar con Nick.

Por suerte estaba preparado mentalmente "para pillarlo sin querer en la ducha" así que cuando me lo encontré de bruces en el umbral de la puerta de mi puerta, sólo con una toalla y empapado mi reacción fue mejor de lo que podría haber sido: al menos no me desmayé.

Aguanté lo mejor que pude las formas, pero ni de lejos no se me notó afectado. Tarde unos segundos en mirarle a la cara porque no podía dejar de mirar su cuerpo. Mi cuerpo y mi mento iban por libre uno de otro.

Reí ante su broma "verde". De verdad me había hecho gracia. Cogí sus boxer con ambas manos y los extendí, para comprobar su tamaño. En realidad era una excusa para para poder ponermelos delante de la cara y aspirar su aroma sin que se notase.

No te creas que eres mucho mayor que yo, amigo. le dije. En un tono muy suave, estábamos muy cerca y no había necesidad de levantar la voz.

¿Ducharme? le pregunto arqueando una ceja.

No sé si todo esto es una broma, el es un bromista, o que pasa. Espero no estar imaginádemlo todo, pero ya no hay marcha atrás.

Imposible, si estás usando mi toalla digo sugerente mirándole a los ojos y dando un paso hacia dentro del cuarto*.

El ritmo subió, las pulsaciones eran mayores, sentía como la sangre pasaba por mis venas, por todo mi cuerpo. La presencia del sujeto que tenía al frente hacia que me perturbara, que sintiera cosas que no había experimentado. ¿Por qué?. Pasé saliva mientras el daba un paso mas cerca mío. Noté de nuevo el movimiento en su entrepierna, pero preferí no ver, no detallar, no nada, me quede mirándolo a los ojos... no tenía ni idea de que hacer. Ni siquiera podía tener una erección aún cuando estaba excitado, tenía miedo y me sentía en parte paralizado.

-1-0 Perdiendo. Fue lo único que dije, cerré los ojos, mientra pasaba de nuevo saliva. Me quité la toalla y se la lancé en la cara para no dejarle mucho tiempo de ver lo que iba a ver, al final era normal, en las duchas había visto y hecho eso muchas cosas.

Voy por algo de agua y creo que me pondré la ropa sin boxer. Bajé rápido sin decir nada mas. 

Puedo preparar algo si es que lo deseas. Dije ya abajo. Tienes que probar mis omelettes.

Estabamos muy cerca. Casi tocándonos. Le olía perfectamente, notaba como su pelo goteaba ligeramente por su pecho, y el silencio era tan profundo, tan intenso que notaba la vibración que esa misma gota producía al caer sobre la moqueta.

Sentía en mi sien el latido de mi corazón, acelerado, mientras una cada vez más grande erección se ocultaba gracias a la camiseta que me quedaba grande.

Estaba tan excitado que no podía articular ni palabra ni pensamiento. Cuando estábamos lo suficientemente cerca como para besarnos se quitó la toalla y me la pasó.

Fue como cuando un plato caro se cae al suelo, la atmósfera que se había creado se resquebrajó y mi libido descendió (aunque no del todo). Me encontraba desconcertado con la toalla que antes había envuelto un regalo divino en mis manos. Solo me dio tiempo a ver la parte superior de su espalda cuando Nick bajó corriendo desnudo la escalera a la cocina.

No... Tranquilo dije a media voz. No tengo hambre...

En realidad si tenía... Pero de otra cosa. Me encogí de hombros algo confuso y decidí darme una ducha (y por vencido).

Sí que me lo he imaginado, como de costumbre. pensé mientras dejaba la ropa sobre la cama, en un movimiento automático que practicaba todas las mañanas y con la toalla sobre el hombro me dirigía al baño.

Cuando vuelve y la ve, sonríe de nuevo, de forma más calmada.
Se acomoda para tenerla así, frente a ella, concediendole un deseo. Comienzan a pasarse por su cabeza miles de ideas. Fantasías en las que había dedicado mucho tiempo, trazos de sueños, ensoñaciones de un solo segundo.

Le toma las mejillas para acariciarlas con suavidad, mientras piensa.

- Hay tantas cosas que quisiera pedirte... - le dice, casi riéndose de sus propios pensamientos. - Pero no estoy segura de qué responderte ahora...

Recargó su mejilla en la mano de la chica, la acariciaba, pero no fue capaz de decirle lo que podía desearle, Alma suspiro, y su mano se puso sobre la de ella para prologar un poco más esa caricia, y luego levantó la mirada hacia Jenna, ladeando la cabeza -  ya, en serio... dime...- se separó un poco, quedando apoyada en sus rodillas y con sus manos en las rodillas de su amiga - pero no te presionaré, ve a bañarte, sácate esa pintura - le jala de un mechón de pintura - que ya debe ser molesto-  se muerde la punta de su lengua.

Bajé por mi pantalón rápidamente, me lo puse sin ropa interior, extraña sensación pero se sentía mas libre. Además que con las repentinas erecciones tener esa libertad era bueno.

Subí de nuevo a la cocina, serví un poco de agua y comencé a explorar el lugar en busca de conseguir que cocinar. Andy podía haber dicho que no tenía hambre pero no me importaba, el no había comido nada desde el día anterior, por lo que era necesario que comiera. Busqué huevos y un poco de tocineta, los preparé juntos y saqué un pan que estaba en la despensa, también preparé un poco de café en leche y lo puse en la mesa.

- Baja, ya te serví. Dije llamándolo y sentándome. Ya le había dado el suficiente tiempo para bañarse y arreglarse un poco.

Cuando Andy llego cogí de inmediato el tenedor, estaba hambriento y no lo disimulaba. Buen provecho. Lo miré y comencé a comer.

Bajé a la cocina resignado. Al final mi obsesión me pudo y acabé vistiéndome como si fuese a salir de casa. Me puse unos vaqueros cortos y ajustados que, aunque eran nuevos, solía llevar solo cuando estaba por casa. Y en la parte de arriba un polo de Burberry que se me ajustaba al cuerpo y, con mi media excitación aún, marcaba los pezones por debajo de la tela.

En fin. Menos es nada pensé mientras me apoyaba a su lado en la encimera y empezaba a comer. Al menos, como había pensado al principio que sería, disfrutaría de su presencia y de un fin de semana con él.

Hmm está delicioso. dije después de meterme varias veces el tenedor en la boca. ¿Lo haces todo así de bien? pregunté con vistas a mantener la atmósfera relajada y divertida. Sólo después de decir esas palabras me di cuenta de la connotación sexual que tenían.

Seguía comiendo, mientras escuchaba su pregunta. 

- Bueno, pues... eso dicen. Dije mofando ante la pregunta y metiéndole el picante que traía consigo. Hasta el momento ninguna se ha quejado. Le guiñe el ojo y continué comiendo.

¿Cuando fue la última vez que tuviste pareja?. Dije mientras le daba un sorbo al café con leche. No le dije novia para mi que yo ya sabía la verdad sobre él, espero el no de mi.

Yo desde el curso pasado, intenté una relación con una chica bajista, muy bella, también Valerie, la del instituto lo intento, pero con mis ocupaciones varias fue casi que imposible entonces le dije: ¡paso!. Aún me mira con recelo luego de eso.

La comida iba bien, no había silencios incómodos y eso me reconfortaba.
Aparté delicadamente el café a un lado. No es que no me gustara, es que quería poder dormir luego, y la cafeína...

Me levanté a por un vaso y cogí de nuevo un poco de zumo.
No me sienta demasiado bien el café "antes de acostarme" le digo a Nick mientras me sirvo un vaso. Esta vez el contenido picante de la frase va intencionado.

Ya que presume de sus novias, yo puedo pasarme un poco de listo también

La pregunta de la pareja me pilla metiéndome un poco de bacon en la boca, y eso me da el tiempo justo para meditar un respuesta.

Bueno, pareja, pareja... empiezo a decirle. Agradezco el tacto que ha tenido al no especificar ningún sexo ¿O habrá sido sin querer? De no ser así... ¿puede que se esté distanciando de mi? medito un poco triste.
En realidad nunca he tenido pareja. Le digo, opto por no mentir. Pero puesto que mi honor está en juego añado. Pareja formal, digo. Si que he tenido algún rollo, alguna relación de una noche... ya sabes.

Me azoro un poco y sigo comiendo. En realidad era muy cómodo hablar con Nick, no me sentía excluido ni violentado como cuando estábamos con más gente.

Sonreí sin remedio, esa frase llena de contenido picante me había hecho mucha gracia.

- Eres distinto en confianza Garrett, eres todo un pícaro. Y mi sonrisa se hizo aún mas notoria pero era mas una sonrisa de complicidad. Ahora que lo pensaba estar junto a él me hacia sentir a gusto, era un buen chico.

Termino mi ultimo bocado cuando el dice lo de las parejas. Estaba totalmente de acuerdo, tener una pareja era una mala idea, era tiempo que no tenía y disposición que me faltaba.

- Bueno no te pierdes de nada. Dije apuntando al hecho de que no había tenido pareja. A veces solo es un requisito social, mas que una necesidad humana. Acoté serio, a veces me sentía mucho mayor a lo que era.

Recogí los platos, tanto los míos como los de él y los lleve a la cocina. Yo preparé el desayuno tu lavas los trastes.

Creo que iré a dormir. Toque mi cabello despeinado y pasé todo este hacia atrás. Estoy que me caigo. Dije trastabillando un poco en modo de juego haciendo alusión a lo cansado que estaba y que posiblemente él también estaba.

¡Ohh! Que poco caballero eres, Nicky... digo fingiendo un tono triste. Pero... hice una pausa dramática y abrí un mueble debajo de grifo: un lavavajillas.

Metí los cubiertos y los platos en un santiamén y cerré de nuevo la puerta.

¿Ves que fácil?- le digo sonriente dándole un golpecillo con el hombro. Tú también eres más divertido en solitario digo humildemente. Me caes bien. concluyo con rotundidad. No hacía falta decir más.

Me gusta mirarle, sobre todo cuando hace ese tipo de cosas naturales. Era terriblemente encantador, reprimí un suspiro y las ganas de abrazarle, de tocarle...

Yo también estoy muy cansado y agradezco lo de irnos a la cama. De la que pasé por el salón, de camino a las escaleras, descolgué el teléfono principal. Así nadie molestará nuestra "siesta" le aclaro.

Subimos al dormitorio y me senté en la cama, cogí el móvil y lo apagué por la misma razón.

Recuerdas que tenemos que compartir, ¿verdad?

No esperé respuesta y me quité los pantalones aguantando el tipo. Le miré de reojo mientras me quitaba también la camiseta y me metía en el lado izquierdo de la cama, mirándole.

¿de verdad que no te importa?

Se queda quieta durante un momento, escuchandola, y también pensando.
Comenzaba a temblar. ¿Acaso Alma no tenía miedo? La situación podría ser propicia, pero no parecía temer nada.
No la deja escapar de aquella caricia, y lentamente se inclina hacia ella otra vez.

Allí nadie las veía, nadie podía juzgarlas.
No debían de sentir miedo por los demás.

Se queda frente a ella, a escasa distancia de sus labios, sin llegar a besarla.

- Podría pedirte que estuvieses conmigo. Que me dejaras desnudarte y hacerte olvidar todo lo que nos preocupa ahora. Que me dejaras hacerte feliz. - le susurra, con los ojos cerrados y la respiración entrecortada. - Pero ni siquiera voy a pedirtelo. Este beso... lo decides tú.

Traga saliva, su amiga la quería, pero en un sentido que ella no podría corresponderle, no en ese momento por lo menos,  suspira y apoya su frente en la de ella, no sabe que hacer, podría obedecer a sus egoístas impulsos y besarla, complacerla en sus deseos, desnudarse y que lo que fuera a pasar, pasara.  Pone sus manos en los hombros de ella, y sujeta su cara entre sus manos. Si no estuviera tan confundida por Richard, ¿lo haría? Ya tenía las cosas revueltas con Lian, ¿revolverlas más con Jenna? pero ella ya las tenía revueltas.

- podría hacerlo... pero no podría corresponderte Jenna, lo siento, es algo que no puedo cumplirte, y no creo que sería justo para ti, sólo... solo estar, hacerlo, ya tengo las cosas revueltas con Lian por sólo hacerlo, y no quiero dañarte así... Jenna, pero si aun así... quieres... te cumpliré tu deseo - mira en sus ojos, a pesar de esa distancia, y se acerca para besar la comisura de su labio.