Partida Rol por web

Chad se acerca hasta el grupo, con paso lento por la fatiga, y moviendo la cabeza de manera negativa ante el impulso de Marta. Dios... que mujer... espero no este siendo bocadillo de los podridos.

Se aproxima a Denzel, a quien lo vio hacer increibles proezas de fuerza, y con cierto respeto y pudor, le pregunta: -Disculpa, pero nunca se me han dado bien los saltos... no podrias... ¿cargarme? El reikista le sonrie y trata de poner su mejor cara de polluelo mojado.

Nick ha permanecido oculto bajo un montón de paja durante un buen rato. Los impulsos instintivos han adquirido tanta fuerza en los últimos minutos, que su parte animal no ha podido evitar sentir pavor ante el estruendo de los disparos y las explosiones.

Cuando Marta se lanza por la ventana en un acto aparentemente suicida, Nick asoma la cabeza entre la paja con las orejas levantadas y una clara expresión de desconcierto canino. -¡No hay tiempo para pensar! ¡No hay tiempo para comer! ¡No!

Con una pose altiva y decidida, el perro mira hacia Denzel y luego hacia la ventana. Ladra y sale corriendo hacia allí, con una clara intención de saltar. A la vez que corre, en su cerebro algo parecido a una sensación que es casi una orden parece decir: -¡Hambre! ¡Hambre! ¡Hambre!

La petición de Chad me sorprende cuando estoy a punto de saltar por la ventana

-claro, es lo que debería haber hecho Marta con esa pierna herida. Vamos, no perdamos tiempo-

Me cargo a Chad en brazos con facilidad y sin preocuparme nada por lo que pueda parecer, no es momento para pensar en tonterías cuando salto por la ventana intentando aterrizar de pie, una maniobra que debería romper las piernas a cualquier hombre normal sin lugar a dudas

Todos van bajando por la ventana. El perro es el que sale más ileso, siendo solamente un can, y saltando por su cuenta, ha tenido tanta suerte que ha caído sobre un montón de heno que había a un costado del granero. Chad también sale ileso, pues Denzel lo carga encima y él es una especie de Hulk tamaño normal, pero con una fuerza que hace que esa caída sea una cosa de niños.

Marta tiene bastante dolor, el ir primera no fue buena idea pero la chica no había podido pensar en otra cosa. Jules baja siendo asistida por Red y el japonés, el de la Katana, que la sostienen de los brazos y la sueltan a último momento pidiéndole a Denzel que la agarra en bajada.

Alan, el hombre mayor consigue caer con la ayuda de Barret, ambos en el montón de heno, aunque el viejo está bastante adolorido, más que nada por su edad. Finalmente tanto Red y el japonés se tiran. Son personas adiestradas y de muy buen físico así que no se lastiman prácticamente nada. Ahora están todos en el suelo y "a salvo". Unos segundos después cae Daniels, que se ha tirado un poco mal pero puede caminar, aunque cojeando de una pierna.

Por el lado de la Iglesia se ve un caos de tiros y fogonazos. Una batalla, más bien la batalla principal se está llevando a cabo allí, por el lado por el cual vinieron: hacia el hospital nuevamente, la calle parece bastante desierta. Aunque hay un par de caminantes deambulando, con la mirada perdida. Ahora hay que tomar una decisión: volver y quizás perder la oportunidad de ser vistos por los militares o ir hacia ellos y esperar que no los maten por equivocación.

Me aleje unos pasos cuando vi que todos bajaban, me sentia adolorida, demasiado.

- No podemos irnos sin más, puede que esta sea la única oportunidad que tengamos. Deberiamos separarnos, yo ire, junto con Alan y Chad, al hospital, ambos estamos mal de la pelea anterior y no seremos de mucha ayudy Alan debe ponerse a salvo.

Los demás, podeis quedaros por aqui escondidos hasta que esto se calme un poco y entonces haceros ver por los militares, si por la mañana no habéis vuelto vendremos a ayudaros. ¿Os parece bien?

Asiento a las palabras de Marta, es un buen plan

-vale, lo harémos como dices, pero tambien os acompañará el- digo señalando al oriental, con su katana el tampoco llamará demasiado la atención si han de luchar

-nosotros esperaremos a que acabe el combate para intentar hablar con los militares, es lo que tu dices, puede ser nuestra última oportunidad-

Cuando ya se van me acuerdo de repente del rey Zombie -y mirad hacia arriba de vez en cuando-

El perro se sienta sobre sus cuartos traseros y observa la conversación con paciencia. Esperar parece ser la determinación--¿Esperar?--Nick pega un ladrido acabado en un gimoteo. -¿Y si se largan sin más? ¡Tenemos que salir de este agujero, maldita sea!

El doberman avanza unos pasos hacia la batalla y se coloca en una posición vigilante, con el pecho hinchado y las orejas enhiestas. -¡Si necesitan mi ayuda se la daré, maldita sea! En un mundo devastado y plagado de zombis, quizás aquellos soldados representen el último vestigio de humanidad organizada.

Los grupos se separaron: Denzel junto con Barret, el japonés con la Katana, Daniels, el perro (Nick) y Jules partieron hacia la batalla y Marta con Alan y Red (para protegerles), se dirigieron nuevamente al hospital. A medida que el primer grupo se acercaba a la batalla veían los resplandores de fuego más y más cerca. Se dieron cuenta, cuando estaban a unos 100 metros de la misma, que el Lord Zombie estaba rodeado de soldados que le disparaban. Había también un grupo de militares que manejaban vehículos con ametralladoras encima.

Los muertos se arremolinaban alrededor de su señor y caían como moscas por las balas. Pero había muchos, parecía que todo el pueblo había ido a protegerlo. El pueblo no vivo, claro está. 

En un momento el Lord dio una orden y un grupo de muertos se acercaron peligrosamente a uno de los vehículos militares. Un par de soldados fueron de devorados e intentaban tirar el vehículo de costado.

Los grupos se separaron: Denzel junto con Barret, el japonés con la Katana, Daniels, el perro (Nick) y Jules partieron hacia la batalla y Marta con Alan y Red (para protegerles), se dirigieron nuevamente al hospital. Los deambulantes que estaban por las calles, unos pocos muy separados, fueron fáciles de pasar de largo. No fueron necesarios disparos. Se ve que la gran orda estaba con su señor y no allí.

Poco a poco se fue perfilando la silueta del hospital. Cuando los tres entraron Moe les salió al paso.

-¿Estáis bien? -viendo la herida de Marta ordenó a unas mujeres que sabían algo de primeros auxilios que la asistieran. Nadie dudó en obedecer.

-¿Qué ha pasado, dónde está el resto??

Preguntó Zweiger con verdadera preocupación.

Nunca me alegre tanto de ver un hospital. Los zombie que habían por alli no nos habían molestado cosa buena viendo nuestro estado.

Deje que me curaran, agradeciendo a las mujeres que lo hicieron, cuando apoye la pierna y vi que ya no producia ese dolor atroz, respondi a las preguntas que se nos habia hecho

Empece a contarle todo, desde que me separe para buscar a Chad y Gore, el encuentro con Alan y Lord Zombie y el granero con los militares.

- Deberiamos descansar un poco, después ire a donde estan los demás, quizas necesiten ayuda, Chad, tu deberias dormir

Si Moe no tenía nada más que decirnos, me tumbo en una de las camillas para intentar descansar una media hora, para después salir en busca de los demás

Nick ladra un par de veces, mostrando los dientes en señal de desafío. Su pecho se infla y las orejas se le echan  hacia atrás. Aquellos soldados son los únicos restos de la civilización que ha visto desde hace mucho tiempo. Ya ha pasado tanto tiempo, ha visto tantas cosas horribles, que apenas puede recordar la última noche que durmió en paz, en aquel motel de la carretera 69.

Las cosas ya estaban empezando a joderse, pero la información llegaba a través de emisiones radiofónicas excpecionales y lejanas. Aquel motel era todavía un reducto de paz en medio de una tormenta que acababa de estallar. En aquel lugar dejado de la mano de Dios, esa mujer de nombre insulso, (Elisabeth o algo así), entrada en carnes y seguramente con pocas perspectivas de futuro, le dio una habitación limpia, con agua caliente y desayuno incluido. Por desgracia, a la mañana siguiente cuando Nick bajó a desayunar, se encontró con un panorama bien distinto. En lugar de encontrarse con unos huevos con bacon o con un zumo de naranja, se encontró con un cadáver de pelo blanco con la cabeza enterrada en el plato. Tenía el cuello desgarrado como si un león furioso le hubiera intentado arrancar la cabeza. En las manos también se veían varios mordiscos y las mangas estaban hechas jirones.

Antes de que Nick pudiera intentar comprender lo que había ocurrido, se dio la vuelta y se encontró cara a cara con la muerte. El infierno le había alcanzado y ahora Elisabeth había vuelto de entre los muertos para comérselo vivo. Crudo y sin guarnición. 

Desde entonces, no había dejado de huir. Lo había hecho con todas sus fuerzas, había buscado una salida. Una nueva oportunidad. Pero esas cosas estaban por todas partes. Eran demasiados. Había llegado el momento de dejar de huir. Era el momento de luchar junto a los otros o morir en el intento.

Por eso, el perro sale corriendo hacia el vehículo militar, dispuesto a arrancarle el cuello al primer podrido con que se encuentre. Hay que salvar a esos militares.

La batalla esta en pleno apogeo, no es buena idea meterse en un fuego cruzado entre dos fuerzas superiores, pero ir por un flanco a ayudar a esos soldados es una buena manera de unirse al bando humano

Aun estoy pensándolo cuando Nick sale disparado y empieza a desgarrar gargantas, no se si ser un perro le hace mas incontrolable, pero sea como sea es un.. uno de los que están a mi cargo y no voy a dejarle solo

-Vamos a ayudar a esos soldados, eso nos pondrá en buena posición para hablar con sus superiores. Pero recordad, no hablamos de los del Hospital hasta que no sepamos lo que quieren estos soldados- la imagen de mi hija vuelve a mi mente como siempre antes de un combate, ya debería estar acostumbrado a esto pero no es así

Arranco el parachoques de un coche, es mas pequeño que una farola pero mucho mas manejable

-yo ire delante, tu cubre mi flanco- le digo al de la katana -el resto manteneos un poco atrás disparando, que esas cosas no se os acerquen-

No hay tiempo para mas ordenes, corro tras Nick y en cuanto alcanzo a los podridos empiezo a hacer barridos con el parachoques

Moe solamente va para informar a la gente del hospital lo que Marta ha dicho. La mayor parte de los sobrevivientes está durmiendo.

Zweiger vuelve al rato y acompaña a Chad a un cuarto y a la chica a otro.

-Descansen un poco, luego haced lo que veáis necesarios. El apoyo de nosotros es total, solo que no contamos con demasiado para el combate. Somos solo personas, algunos han mutado pero nada tan grandioso como eso. En fin... esperemos lo mejor.

El hombre se retira y Chad y Marta se separan, cada uno por su lado. El reikista se queda descansando y recuperándose y la joven comienza a prepararse para volver. En eso ve a una muchacha mirándola, es la hija de Denzel, Linda.

-¿Has visto a mi padre, está bien, verdad? -pregunta.

El perro salta con bravura e hinca sus dientes en varios de los podridos que reaccionan estirando sus brazos pero sin atacarlo, no entienden qué pasa o qué es esa cosa de cuatro patas que los hiere. Cuatro de ellos son abatidos directamente por el can que destroza sus gargantas y deja caer las cabezas al suelo... en donde Barret se encarga de darles la pisotada final. Un muerto lo esquiva, más que nada interesado en los soldados y girando en el último segundo que por una verdadera técnica de evasión.

Entonces Denzel usa el parachoques, ante un par de soldados que dejan su boca en forma de "O", para golpear a otro par de muertos. Sus pedazos de cerebro quedan estrellados contra la superficie. Jules, aprovecha su poder de invisibilidad, para desaparecer y aparecer delante de los muertos, y justo en ese momento clavarles un puñal en la cabeza, o simplemente dispararles en corto rango.

El japonés se maneja perfectamente con su katana, cercerando a diestra y siniestra. Pronto quedan todo un conjunto de cuerpos y dos soldados mirando al grupo casi sin pestañear. Uno de ellos se baja del "vehículo" al que ya le faltan demasiadas partes para ser llamado así, apunta a Red y dice:

-¡¡Al...Too... ¿puta madre, que mierda son ustedes??!!

Chad agradece el haber conseguido llegar al hospital en silencio. Se recuesta en la cama que le ofrecen y cierra los ojos colocando las manos sobre su pecho. Suspira. Y no puede evitar pensar que tal vez no logre cumplir la promesa que le hizo al Padre Thomas. Suspira nuevamente y una lagrima le escurre por el rabillo del ojo.

Debe haber una manera de parar toda esta locura...

En cuanto acabamos con los podridos llega el momento de las preguntas, suelto el parachoques y levanto las manos

-Capitán en la reserva Denzel Turner. Somos un grupo de supervivientes, aunque parece que la radiación de esa bomba atómica que tiraron sobre la ciudad nos afecto un poco. Solicito hablar con el oficial al mando de la unidad-