Partida Rol por web

Hace un par de semanas que corren rumores por el bosque de Elwynn, la gente habla de que Villanorte es una población en peligro. Algunos hablan de ladrones que se juntan cerca de los viñedos. Otros de que los kobols llegaron a las cuevas de Villanorte (hasta el momento era la única cueva del bosque que no estaba invadida por estas criaturas). Por último se hablan de grandes lobos negros que corren por el bosque, algunos temen que la presencia de los lobos signifique la presencia de orcos.

Mientras caminas hacia el norte cruzas Villadorada y tomas el único camino que lleva al norte. Tras caminar un tiempo y alejarte de la última casita llegas a una muralla fuertemente protegida, al ver que eres un paladín de la alianza te dejan pasar, pero los muros son casi tan grandes como los de Ventormenta así que el claro está bastante bien protegido.

Cuando pasas llegas al Villanorte, un pequeño pueblito, donde el edificio que más resalta es una capilla erigida a la luz sagrada, la fe predominante entre los humanos.

No hacía mucho que Crom se había echado a los caminos y ya se sentía asombrado de la cantidad de peligros que reinaban en su mundo. Orcos, lobos y monstruos de todo tipo amenazaban a las buenas gentes de los Reinos del Este. Allí, en el Bosque de Elwynn, lugar de la más hermosa capital de los humanos, también había llegado el mal. Los infames orcos. Crom se estremecía de furia cuando pensaba en esas criaturas. Pasó ante los guardias que custodiaban los muros de Villanorte con una inclinación de cabeza. Allí encontró una capilla al servicio de la luz. Como hombre religioso que era, entró en el edificio a presentar sus respetos.

Entras a la Abadía de Villanorte y un extraño sentimiento se apodera de ti recuerdas que esa misma abadía fue donde Mediv, el último guardián de Tirisfal descansó luego de ser poseído por Sargeras el titan oscuro. También recuerdas que ninguna de las rocas que hoy levantan la capilla existían hace unos años, ya que los orcos redujeron esa Abadía a sus cimientos en la primer guerra. Mientras meditas sobre el poder de la fe en la luz una voz te sorprende.

Estimado, un placer ver a un paladín entre nosotros. Mi nombre es Paxton y sería un placer serle de ayuda a uno de los guerreros de la luz.

Al decir esto sonríe.

Seguramente vino por los rumores, si buscaba orcos para matar  lamento decirle que se ha equivocado de lugar, ya que por suerte estas criaturas no llegaron a esta villa, pero los otros rumores son ciertos y estamos con serios problemas con nuestro viñedo.

Camina hacia un altar y lo mira.

Pero prefiero no aburrirlo con mi palabrería, supongo que algo habrá venido a hacer y no quiero seguir quitandole su preciado tiempo. De todas formas si decide ir a los viñedos a descubrir que está pasando sería un placer rezarle a la Luz por su alma y su seguridad.

-No me aburre, hermano Paxton. Soy Crom Hammerstorm y si están en problemas quiero serles de ayuda.

Crom se acercó al altar hasta donde Paxto había caminado.

-Dígame qué es lo que ocurre en esos viñedos ¿Están cerca de aquí?

El hombre lo mira con interés al parecer no todos los aventureros le hablan de la misma forma. Camina y se sienta en un banco.

¿Recuerdas al rey Varian verdad? Pero... ¿recuerdas a la reina Tiffin?... La historia resumida es que la junta de los lores de la ciudad gobernó durante la primer ausencia del rey, en ese momento se había llegado a un acuerdo con los constructores liderados por Edwin VanCleef. El problema es que a la hora de pagar la reconstrucción de Ventormenta, la junta de los lores no pagó y por más que el rey Varian quería pagarles, no tenía el poder suficiente para hacer retroceder a la junta de los lores.

El hombre mira como perdido en el horizonte, como si estuviera recordando ese día.

VanCleef ordenó una revuelta por las calles de la ciudad, muchos nobles fueron atacados entre ellos Tiffin Wrynn. Con la muerte de la reina este grupo empezó a atacar las cosechas y a tomar actos criminales contra las ciudadanos de Ventormenta, ya que consideran que todo el que viva en la ciudad es su enemigo, puesto que ellos crearon la ciudad y ellos deben poder destruirla.

Paxton suspira y te mira.

Pero supongo que eso no le enterará a un paladín como tú, lo que debe importarte es que este grupo está robando las uvas de la viña al sur, al parecer quieren desabastecer la ciudad... dudo mucho que la capital de a Alianza se desabastezca con tanta facilidad, pero Villanorte es otra cosa, sin ese viñedo perdemos muchas de nuestras ganancias y sin oro no podremos sobrevivir.

Paxton camina hacia la puerta y te señala en dirección este.

El viñedo se encuentra en esa dirección, si puedes ahuyentar a este grupo te lo agradeceríamos mucho y los hombres y mujeres de Villanorte estaríamos en una deuda constante contigo.

Te mira a los ojos.

Que la luz te proteja hermano.

-No se preocupe, hermano Paxton. Cuando tomé las armas y juré ser un Paladín, me comprometí a servir a todo hombre, mujer o niño de Azeroth que sea siervo de la Luz. Iré a esos viñedos y detendré esta locura. No deberíamos estar luchando entre nosotros, sino contra la Horda.

Te mira a los ojos.

Que la luz te proteja hermano.

-A ti también, hermano.

Te acercas a los viñedos y ves hombres y mujeres trabajando recolectando las uvas. Además puedes ver que a lo lejos hay dos hombres vestidos igual que te están observando detrás de un matorral. El Bosque de Elwynn no cuenta con una vegetación frondosa, por lo que es fácil ver a los defias moverse.

Lo que te llama la atención es que no haya nadie más contigo intentando alejarlos, quizás por miedo pero también puede ser por algo más oscuro y eso te preocupa.

Crom avanzó resueltamente hacia los viñedos donde los trabajadores se esforzaban partiéndose el espinazo. Abriendo las manos con gesto amistoso, los saludó.

-Buen día, amigos. Vengo de la abadía donde el hermano Paxton me ha hablado algo sobre vuestro "problema". Estoy aquí para ayudar en lo que sea.

Crom no pierde de vista a los hombres que le obsevan, atento por si realizan algún movimiento hostil.

Uno de los "trabajadores" camina hacia ti, puedes ver que en el cinturón tiene una daga del tamaño de un antebrazo, mientras él lo hace el grupo que te observa empieza a cerrarse a tus espaldas, dejandote cada vez con menos posibilidad de movimiento.

¿Un Caballero de la Mano de Plata viene a ayudarnos?

El hombre escupe el suelo.

Ustedes fueron los que protegieron a esos aristocratas, ustedes defendieron a el rey Varian y a esa lagartija de Prestor cuando decidieron no pagarnos por nuestro trabajo.

La cara del hombre muestra una sonrisa maligna.

¿En que quieres ayudarnos? ¿A librarnos de los nobles para siempre? Nos vendría bien un paladín con tanto musculo en nuestra hermandad.

Luego te mira serio.

Aunque si tus intereses son otros te recomendaría que te vayas, hay otros en nuestra hermandad que no serían tan amables contigo.

Crom no se deja amedrentar por un paleto armado. Dando un paso al frente, saca su martillo de guerra y lo mantiene en su mano derecha mientras habla con voz firme y autoritaria.

-¿Tengo que entender que tú estás al mando aquí? He venido porque he oído que han estado robando en estos viñedos. Y mi trabajo es combatir el crimen. No me interesa la política ni los reyes. Los paladines trabajan para todo el mundo. Desde el más alto al más humilde. Y si tú eres el que ha estado dirigiendo esos asaltos te hundiré la cabeza con este martillo y seguiré mi camino tranquilamente ¿Has entendido?

El hombre te sonríe y agarra la daga que tiene en el cinturón, mientras camina hacia ti el grupo que te rodea empieza a cerrarse.

Dices que quieres hacer justicia por un crimen. Para que exista un crimen debe existir una ley y la ley en estas tierras es el señor Varian Wrym, o quien sea que se siente en su trono mientra él se olvida de su reino y viaja por el mundo.

Cuando está lo bastante cerca señala a sus hombres.

Déjenlo, si quiere lugar contra mi que lo haga, solo que no soy tan fácil de vencer, este viñedo era de los hombres del rey y ahora es del pueblo, esto es territorio Defías y es nuestro!

El tipo de la daga era rápido y atacó antes de que Crom pudiera estar listo.

Cuando lo vas a atacar, el Defías ya está en camino y te golpea con fuerza, pero logras moverte a tiempo para esquivar el golpe y que se estrelle contra una parra, cuando tu vas a atacarlo el defías se zambulle entre las hojas y desaparece, reapareciendo de nuevo del otro lado del árbol.

Parece que podemos bailar toda la noche paladín, retírate y déjanos tranquilos, quizás cuando destruyamos Ventormenta te ofrezcamos una casa para ti.

El hombre pone la daga entre él y tu y vuelve a la carga.

El rufián era rápido pero cobarde. Crom no tenía prisa. Es más, se rió de las bravatas del Defias.

-¿Destruir Ventormenta? ¿Un grupo de piojosos como vosotros? No me hagas reír, chico.

El golpe da con fuerza en el hombre haciendolo caerse de espaldas, pero con una agilidad increíble vuelve a pararse y a preparar la daga.

La hermandad es más poderosa de lo que tu crees.

Vuelve a la carga, esta vez te golpea en el brazo haciendote un corte en la armadura, pero nada que preocuparse, puedes seguir luchando.

Nosotros construimos la ciudad, podemos barrerla del mapa también, es nuestro derecho!

-¿Vuestro derecho? -el golpe sólo había hecho enfurecer más a Crom-. Ventormenta es la última gran ciudad de los humanos. Nuestra joya en los Reinos del Este. Si crees que un grupo de contrabandistas con aires de grandeza pueden destruirla, estás muy equivocado -el Paladín descargó la maza con furia confiando en poder acabar con su enemigo.

Escuchas un grito del hombre al caer de espaldas al suelo.

¡VanCleef se enterará de esto!

En ese momento el resto de los hombres de la hermandad tiran unas bombas de humo al suelo desapareciendo en el acto. Cuando te repones de la sorpresa ves como un grupo liderado por el hermano paxton se acerca a tí.

El sacerdote camina hacia ti y levanta los brazos al cielo cuando ve los viñedos.

¡Por la luz, lograron correrlos!

Luego se acerca y empieza a canalizar la luz sobre tus heridas para curarte.

No tienes idea lo agradecidos que estamos por tu ayuda Cromm, no solemos tener paladines por estas tierras y tener la ayuda de uno siempre es bienvenida.

El hombre te acerca un pequeño cuchillo.

No tenemos mucho para agradecerte, somos sacerdotes y campesinos. Desde la primer guerra que no llega el peligro real a esta población, por eso no tenemos cosas para regalarle a un paladín como tú, pero creemos que un cuchillo puede ser útil para ti en tus viajes.

Luego mira hacia el horizonte.

Seguramente estén planeando nuevas formas de atacar. Sería bueno que informes en Villadorada y en las otras poblaciones de la zona. La hermandad es un peligro y nuestro pueblo puede ser solo la primer victima.

-No os preocupéis hermano Paxton -dice Crom ajustándose el cuchillo al cinturón-. No hago esto por las recompensas ni la gloria, únicamente para ayudar al necesitado. Con gusto informaré en los alrededores del peligro.

Entonces recuerda algo y se gira de nuevo hacia Paxton.

-Por cierto, hermano. Uno de esos indeseables mencionó un nombre: VanCleef ¿Os suena de algo?

El sacerdote te miró con intriga.

¿VanCleef? Edwind VanCleef fue uno de los ingenieros más importantes de la humanidad, como le había contado más temprano. Edwind fue uno de los que se encargó de planificar la reconstrucción de Ventormenta luego de que los orcos la arrazaran en la primer guerra. Gracias a su intelecto los humanos pudimos gozar de una nueva capital en menos de diez años. Pero por los problemas que te había contado, un grupo de constructores se rebeló contra el poder del rey y quizó destruir la ciudad.

Esta vez te mira serio.

Si ese canalla habló de VanCleef, seguramente él sea quien lidera esta red de asesinos y es quien está intentando destruir la ciudad. Hace mucho que no sabemos nada de él, así que supongo que estará oculto, pero si tenemos una cara para nuestro enemigo el trabajo es cada vez más facil.

Te pone una mano en el hombro.

Sin duda esto es información importante, no dudes usarla en Villadorada, seguramente a los guardias de la ciudad les interesaría saber con quien van a tener que luchar en un futuro, o a el S:7, si los picaros neutralizan a los picaros no ahorrarían rápidamente malos tiempos al resto de los humanos.

Al decir esto mira el suelo.

Humanos contra humanos, uno pensaría que estamos en guerra contra la horda, pero aquí se ve que muchas veces el enemigo es uno de los nuestros.

El hombre se ríe con ironía y te mira a los ojos.

Ahora vete paladín, seguramente tengas más aventuras al sur, nosotros estaremos en deuda permanente por lo que hiciste aquí.