Partida Rol por web

La nieve caía como siempre en las montañas de Dun Morogh, antiguas montañas donde se levantaba la poderosa capital de los enanos Barbabronce y donde hasta hace unos años se encontraba Gnomeregan, la capital de los gnomos. En los últimos meses, los reportes de ataques troggs se hacían más y más constante, por lo que se llamó a todos los voluntarios posibles a Yunquemar para tratar de mitigar o eliminar los ataques.

Yunquemar era un bunquer entre las motañas, algo bastante clásico de las construcciones enanas, lo que sorprendia era la cantidad de enanos y gnomos que caminaban en esa dirección, veías que muchos comentaban sobre los ataques de los troggs, pero otros hablaban de los trolls de hielo, una raza que también convivía mucho con los habitantes de Dun Morogh, pero que hasta el momento no habían sido un gran peligro (claro, los trolls no eran muy inteligentes, a diferencia de los gnomos).

Además te sorprendió ver enanos cargados con pesados rifles que viajaban en carneros a los lados del camino, al parecer una batalla se acercaba.

Wow... ¿Enserio confían en esas cosas? -pensó Sorassa mientras veía pasar enano trás enano que portaban grandes y pesados rifles de asalto seguidos de osos y montados en carneros- Del momento que un trogg les deje disparar "eso" de seguro habremos sucumbido a los no-muertos e iremos por ahí repartiendo flores secas como dulces navideños.

El ánimo de la más joven de la familia Steampocket, generalmente una muchacha alegre y risueña, era sombrío ese día. Tanto gnomos como enanos se preparaban para el momento que vendría y del que solo la muda montaña sería testigo. En el fondo de su corazón esperaba que esta fuera la última vez que tuvieran que marchar hacia el otrohora hogar.

Sorassa sabía el camino que les esperaba, bien se lo había relatado su madre hace algunos años y la hábil mente de la chica lo había memorizado como si se tratase de un asunto de vida o muerte, y los peligros que se encontrarían...el rumor de los trolls de hielo no hacía más que ponerla de peor humor mientras marchaba a pie de mala gana hacía el taller dónde había sido convocada. Si hoy hubiese sido un día normal probablemente hubiese sentido la emoción de ser reconocida y llamada a ayudar en esta nueva campaña; eran pocos los gnomos que eran recomendados antes de su cambio de nombre, a la edad de 31 años, para ser aventureros y dedicarse a ascender en el seno de su raza. Menos aún los reconocidos por su genio o astucia con tal honor en campañas tan importantes para el Gran Pensador....y allí estaba ella: una chiquilla, apenas una niña en su mente, lista para empuñar el siguiente pack de mecallaves y armar un par de juguetes bastante más útiles para sus aliados que esos toscos bodrios, intento de juguetes que llevaban los enanos montados.

Vamos Sorassa...algo más de ánimo niña. Ahora veamos...dónde está ese condenado taller -murmuró apenas audible la gnoma

Caminas hacia la cima de la colina y ves el "bunker" desde más cerca. El mismo cuenta con una puerta ancha flanqueada por dos guardias enanos a pie. Dentro el calor es agobiante y sorprende en comparación con el frío de las montañas. El ruido de golpes de martillo llena el aire y te cuesta un poco encontrar al enano que buscas.

Cuando logras hacerlo ves un grupo pequeño de enanos y gnomos discutiendo sobre que hacer con los invasores. Los gnomos están confiados de que con un par de bombas pueden dinamitar el pasadillo, pero los enanos confiados de sus habilidades como herreros están más seguros que sería mejor atacarlos con sus mazos de guerra y echarlos del túnel.

Detrás de los que discuten ves a un enano que se agarra la barba con fuerza y se rasca la cabeza. Algo te dice que es el infeliz que quedó a cargo de ese grupo disparejo de enanos y gnomos que no se logran poder de acuerdo con nada.

Nada mejor como el olor a enano por la mañana -murmullan sus pensamientos mientras el diminuto cuerpo de la gnoma cruza la puerta vigilada.

Al ver al animado grupo de enanos y gnomos discutiendo enseguida empiezo a ver las dificultades que llevarán al fracaso a esta misión... nuevamente. Ambos grupos tenían cierta razón pero no parecían escuchar los objetivos de sus compañeros y...

¡La radiación le salve!  ¡si se sigue tirando así el pelo terminará pareciéndose a papá!

El infeliz enano con cara de líder de misión estaba lo suficientemente cerca para escuchar a la recién llegada pero la corpulenta masa del enano que tenía a su lado no dejaba ver ni el rosáceo cabello de Sorassa. Las arrugas que recorrían su cara se tensaban una y otra vez ante cada nuevo alegato de cualquiera del grupo, casi se podía sentir compasión de él.

Desde su espalda, intentado esquivar el acalorado y oloroso cuerpo de los que discuten guio mis pasos hasta llegar muy cerca del que parece estar a cargo, quizás no sea de mucha ayuda pero pareciese que necesita un respiro de todo este embrollo.

Disculpe -digo en tono firme pero amable mientras alargo mi guante derecho en señal de saludo- Sorassa, Sorassa Steampocket a su servicio...recién llegada.

El parloteo del grupo combinado de gnomos y enanos no se detiene ni por un segundo y amortigua en parte mi voz hasta hacerme gritar un par de veces la improvisada presentación hasta estar segura de que el estresado y casi desbarbado enano me ha escuchado.

Veo que esto es de no acabar ¿Algo con que pueda ayudarle?

Quizás no sea mucho...pero si todos los engranajes funcionan las mecanopatas de los zancudos se mueven -pensó la inventora mientras recordaba uno de los tantos proverbios que había escuchado de labios de su padre

Hace un tiempo que habías llegado a Yunquemar, te habían contado de los ataques de los troggs en las cuevas que unían esa herrería con el resto de Dun Morogh, un problema muy grande ya que en Yunquemar se forja no solo el mejor acero que los enanos pueden forjar, sino el mejor acero de la alianza y eso no es poca cosa. Si los troggs seguían allí probablemente el poderío militar de Forjas bajaría y la vida de cientos de enanos y gnomos estaría en peligro.

Yunquemar parece un bunker pero en realidad es una forja enorme, al entrar en el edificio sientes como te invade el calor del fuego y a pesar de que hay varios hereros trabajando los gritos de una discusión te llegan a los oidos. Siguiendo el sonido de la discusión llegas a una habitación donde ves enanos y gnomos discutiendo.

Los enanos dicen que lo mejor es armarse con el mejor acero posible y atacar a los troggs. Los gnomos están mas a favor de volar todo a la mierda y reconstruir el pasadillo por otro lado. Además de los que discuten ves a un enano que se agarra la barba con impotencia y a una joven gnoma que le habla (Sorassa)

Joren mira a la chica y luego a los que se pelean. Para un segundo para mirar a un enano que acaba de llegar y luego mira al resto.

Señores y señoras...

Al ver que nadie le hace caso saca un mosquete y tira un tiro al aire dentro del edificio, la bala rebota y va a parar cotra una caja que se rompe pero no vuelan astillas. En ese momento todo el mundo lo mira.

¿Vieron que era fácil?...Nos enviaron a limpiar este problema y eso es lo que vamos a hacer, nos vamos a ir a la guerra con los troggs de las montañas porque son muchos, pero tampoco vamos a volar el tunel. Es nuestra única conección la mejor herrería que tenemos  y no la vamos a dejar aislada.

Suspira.

Creo que la mejor solución es enviar un grupo pequeño que haga salir a las criaturas estas y que el resto los espere afuera, cuando salgan les damos el golpe final.

Mira a todo el mundo.

Admenos que alguien tenga una mejor idea.

Sabía de la importancia de la forja, el  mismo había aprendido los fundamentos de la herrería con su abuelo, todavía sonreía al recordar esos momentos felices de su infancia, a salvo de monstruos y demonios.

Pero ahora los troggs llaman a las puertas, y ningún enano del clan Thunderforge desoirá la llamada del deber, así al menos le había criado su abuelo, ya que su padre había muerto durante la invasión orca de Kaz Modan; "nunca retrocedas si no eres el último de la retaguardia, cuida de tus compañeros y cuida de tu equipo, el te mantendrá a salvo" solía decir; además nunca había rechazado una batalla.

así que dando un paso al frente y plantando ante si su mazo de guerra dijo:

Yo me ofrezco voluntario para ese equipo

Además, esa  Gnoma parece que tiene alguna idea, y ¡necesitará de mi escudo y mi martillo!

Espera.... ¿él acaba de decir que entraremos para sacarlos porque tenemos ventaja afuera? -La voz dentro de la cabeza de la gnoma protestaba sonoramente mientras la chica contraía la cara haciendo parecer que se concentraba, intentando encontrar algún punto a favor del plan del enano que parecía a cargo- Ahora entiendo por qué no hemos recuperado Gnomenerang.

Cuando termino de repasar los puntos importantes y desalentadores del plan se dió cuenta de una realidad en la que no había caído por estar hablando consigo misma en su cabeza: todos la miraban, o al menos, esperan algo de ella. Un ligero ataque de pánico amenazó con cruzar la psiquis de la pequeña mientras se concentraba en calcular la cantidad de remaches que habría en el bunker...un viejo truco Steampocket contra la miedo.

Tengo que dejar de imitar a mamá en mi cabeza si quiero llegar a ser de alguna utilidad para el Gran Pensador -se prometió a si misma.

Fue cuando uno de los enanos se ofreció a ir a la expedición que se dio cuenta lo que se esperaba de ella. Las posibilidades de la misión estaban totalmente en contra de quien quiera que entrase; no solo por la cantidad de Troggs que debía haber dentro, sino también por la oscuridad, el poder de fuego...miles de razones. Pero si era la única forma de demostrar su valía, lo haría más emocionante que armar por primera vez una cronobomba en manos de los niños pequeños.

Me apunto jefe -dijo de manera decidida y con una sonrisa confiada- ¿Cuántos trogg quiere en este envío?

Se rió un poco de su propia broma esperando algo de respaldo del resto de gnomos que estaban allí.

Ya se te ocurrirá algo ¿Quién sabe cuánta chatarra útil hay de camino? Quizás incluso suficiente para armar una luz y un poco de munición -se replicó a si misma para darse seguridad.

Joren se alegŕo de mirar a los dos primeros voluntarios, pero rápidamente un grupo de 8 personas más se mostró como voluntario. El enano caminó hacia el centro de la habitación y tiró una bomba de humo. Automáticamente la mayoría de los presentes corrió hacia la salida de la habitación.

Joren salió tosiendo pero feliz.

Así es como los sacaremos, el humo los va a hacer salir y cuando salgan van a ir directo a la trampa.

Caminó hacia Thorin y Sorassa y les dio una bolsa con 5 bolsas de humo a cada uno.

Creo que con esto les bastará, coloquenlas donde puedan y hagan huir a esos malditos, los estaremos esperando.

En ese momento se escucha una frenada en la puerta de Yunquemar.

Ahí está nuestro transporte.

Un tanke enorme esperaba en la puerta, muchos de esos tankes forman la división motorizada de Forjas y era raro ver uno aquí, pero ese estaba totalmente operacional, aunque lejos de cualquier frente de batalla que se le ocurriera a un enano.

Bueno, suban chicos y chicas, vamos a cocinar troggs ahumados.

Se quedó mirando las bombas que le había dado Joren y se acercó a la gnoma que le había llamado la atención.

Hola pequeña, soy Thorin Thunderforge, me parece que tu sabrás darle una mejor utilidad a estas cosas que yo

y le tendió su saca de bombas de humo.

Algo me dice que ese ingenio gnomo será el que nos haga triunfar en el día de hoy, yo por mi parte, juro por mi honor y por el de mi clan que no te abandonaré en batalla, seré tu escudo y con mi martillo mantendré el frente para que puedas trabajar.

-¿Yo? respondió la joven gnoma mientras recibía la recién entregada carga

La bolsa se veía bastante llena y ocupaba casi toda la habilidad de la pequeña Sorassa que intentaba retener ambas bolsas sin perder su contenido. Miró las bolsas, luego al enano, luego a las bolsas de nuevo y, a medida que el sentimiento de camaradería competía en su interior con el pánico de la responsabilidad, esbozo una sonrisa y  con voz infantil dijo:

-Sorassa, como el ruido de las motosierras, un placer... Con gusto las colocaré por ti señor....- El nombre revoloteó un segundo en la inconsciencia mientras su lengua se acostumbraba a la pronunciación del compacto idioma de los enanos de la montaña- Thorin. Aunque necesitaré una bolsa más grande si no quiero equilibrar esto todo el camino

Divertida miró unos segundos al enano intentando encontrar alguna señal de aprobación, o al menos entendimiento de la insinuación amistosa de la gnoma. Sin embargo un acre olor en el aire hizo desviar su vista unos segundos antes que la imponente máquina de la división motorizada entrara en el lugar con el rugido propio de un vehículo de guerra atrapado en la montaña.

Bueno... al menos esto si se trata de una guerra en cierto sentido- reflexiono mientras se acercaba embobada al tanque

Emocionada sus ojos brillaron y sus manos comenzaron a moverse nerviosas en un apetito por darles trabajo estudiando las piezas que se dejaban ver del recubrimiento de la máquina.

¡A por ellos! -gritó con júbilo mientras se acercaba al vehículo sin detenerse a ver si su entusiasmo se contagiaba en sus compañeros o no

El tanque avanzó tirando nieve para los costados por un trecho montañoso que hacía saltar a los pasajeros cada pocos metros. Al llegar a la entrada de la cueva, varios gnomo y enanos empezaron a vomitar al bajar del tanque. Al cabo de unos minutos ya estaban todos listos para entrar en la cueva.

El grupo que iba a entrar pudo ingresar sin problemas por más increíble que pareciera, los troggs estaban durmiendo y eso les dió la oportunidad de ingresar casi hasta la mitad del pasadizo sin problemas. En ese lugar vieron que había 10 troggs durmiendo cerca, el problema era que las piernas de los gnomos y los enanos son pequeñas y que había grandes riesgos de despertar a los durmientes con un simple desliz.

A lo lejos ven la luz de la otra salida de la cueva, ahí hay un par de troggs durmiendo pero la mayor parte se encuentra para el lado de Yunquemar.

Ya estaban dentro, con un rápido vistazo se dio cuenta de la situación; si trabajaban rápidos y coordinados, sacarían rápidamente a los troggs del túnel, así que susurrando contra la oreja de sorassa, preguntó:

¿Cómo lo ves, nos dividimos en dos grupos, y en lo que tú y tus gnomos colocan esas cargas, nosotros nos aseguramos que ningún trogg moleste?

En caso de que se despierten y tengamos que salir de aquí, nos reunimos en el lateral sudoeste, así la pared cubrirá nuestro flanco, y nos retiraremos de forma ordenada, con los escudos al frente

Sonriendo a sorassa no pudo dejar de comentar

Sea como sea cumpliremos la misión, estos van a salir, corriendo del humo o corriendo tras nosotros

-Hecho, tomaré la muralla del lateral norteste junto a un par de gnomos y enanos. -sonriendo agregó- Lo lograremos Thorin

Rápidamente, antes de que el mareo pudiera poner algo de cordura en las cabezas de los gnomos y enanos de la misión al menos, levantó la mano en señal de mando. Las señales eran las básicas de la ingeniería sonora gnoma; tres dedos arriba para la atención, un movimiento de muñeca para "dividir en grupos mixtos". Así fue dando las señale de manera silenciosa mientras los ojos de gnomos y enanos se fijaban en ella y sus manos. Llegado el momento, comenzó a dirigirse hacia dónde había indicado: la muralla norteste,

Echemos un vistazo...metraje de la pared, listo...posibles trolls, Thorin... cantidad de bombas por área de expansión de la explosión...mmmm...

La mente de Sorassa comenzó a calcular de manera acelerada la proporción de bombas que serían necesarias para espantar a suficientes troggs como para lograr la misión. Pusó en el suelo la primera de las bombas y fue de puntillas continuando por la galería oscura, rogando a sus pies no tropezar.

Tocó en el hombro a uno de los enanos del grupo de Sorassa y le indicó el otro grupo, él ocuparía su lugar, cumpliría su promesa, y sacando su martillo y afirmando el escudo se dispuso a la espalda de la Gnoma, mirada dura al frente y atento a cualquier indicio que indicara que algún trogg se despertara, de ser así, le partiría el cuello antes de que pudiera levantarse. Ningún peligro alcanzaría a Sorassa y sus gnomos mientras él estuviera allí.

El grupo liderado por Sorassa camina por la cueva alejandose de la primer aglomreación de Troggs. Lo que no lograron ver es que había uno despierto y el mismo demoró en darse cuenta que era un grupo de enanos y gnomos, increíblemente en la oscuridad los enanos y los troggs tienen una fisionomía parecida y quizás el mismo no se esperara un ataque por parte de los enanos de Anvilmar.

La primer reacción del troggs fue atacar a los invasores, saltando con un mazo en dirección a Thorin. El trogg empezaba a hacer ruidos de lucha y eso alertó al resto que dormía, por lo que empezaron a moverse incómodamente, no faltaría mucho tiempo antes de que se despierten.

Maldición, tenía que estar despierto, pensó Thorin, no había tiempo ni posibilidad de acabar con el trogg silenciosamente, así que afirmando su escudo  para recibir al trogg que se le venía encima, gritó.

"¡Guerreros, id a por los dormidos!, después preparaos para retroceder hacia la salida; Sorassa, tenemos que espantar a estos cerebro de arena, ¿como van esas bombas de humo?, ¿crees que si las haces explotar huirán?"

¡Ya escucharon! A por ellos, equipo A y B necesito espacio... busquen algo para tirar una cortina de humo tras ellos ¡Pero ya! ¡Ya! ¡Ya! ¡Ya!

En cuanto el trogg atacó, Sorassa supo que toda suerte estaba hechada. Buscó entre sus ropas para encontrar algo que le sirviera de lanzador improvisado.

Solo es un par de tiros y todo estará listo... esperemos que la fobia por el humo sea tan aguda como ponía el manual

Sin lograrlo del todo, la gnoma se decidió en utilizar el cuero de sus guantes como una resortera. Sujetando el cuero curtido y elástico de sus protectores con una mano puso con la otra una de las bombas. Tiró del guante hacia su cuerpo y, con toda la fuerza que podía, liberó su mano dejando salir la bomba encendida por los aires. Rogando a los cielos que cayera a las espaldas del Trogg atacante antes que sus parientes despertasen

El trogg corrió en dirección a Thorin, pero lo que le esperó fue un golpe brutal como si se hubiera dado contra una muralla de piedra. Una vez que el enano logró dormir de un escudazo a la criatura, el resto empezó a despertarse por el ruido. Para ese momento ya era demasiado tarde, porque Sorassa estaba prendiendo la última bomba de humo.

Los enanos lograron salir justo a tiempo pero los troggs corrían atrás de ellos aturdidos por el humo. La artillería que los esperaba afuera bajó a varios pero aún quedaban más. 4 troggs mareados y aturdidos corrían blandiendo unos mazos de madera contra Sorassa y Torin.

¡Buen trabajo muchachos!, Pensó Thorin, viendo como los Troggs caían bajo una cortina de fuego de artillería, de entre el humo y los escombros provocados por las bombas vio salir a 4 Troggs tambaleándose mientras corrían hacia él.

¡Guerreros de Ironforge, conmigo! gritó mientras se preparaba para hacer frente al primer Trogg, había que aprovechar que estaban aturdidos y mareados por la explosión.