Simone's

Una mezcla de cafetería y restaurante, el local se abrió a inicios del verano y fue el gran éxito del año. Su aire juvenil y desenfadado y su decoración, trasladan a los años 50.

La carta tiene una gran variedad de batidos y helados, así como hamburguesas y platos combinados.

Con la vuelta a las clases, el trabajo allí ha bajado bastante. Pero aún así, siempre hay alguien en alguna de sus mesas tomando un café o uno de sus estupendos batidos.

Martha Simone:

 Martha tiene 42 años, y hace tan sólo algunos meses que se quedó viuda, después de que su marido falleciera como consecuencia de un cáncer. Trabajaba como cocinera en un restaurante y ahora ha decidido abrir su propio negocio con el dinero recibido por el seguro de vida de su esposo. Es una mujer agradable y simpática y se lleva bien con su hija, aunque esta siempre ha conectado mucho más con su padre.

Brad:

Es el camarero estrella del Simone's. Tiene unos 23 años y llegó hace unos meses a Hill Valley. Lleva poco tiempo trabajando en el Simone's, pero es correcto y amable con los clientes y siempre está dispuesto a ayudar a Martha con cualquier tarea del local.

Cada uno por vuestros propios medios, ya sea compartiendo coche o moto, vais llegando al Simone's prácticamente a la vez. El local parece estar hoy algo más revuelto de lo habitual, puesto que hay varios coches estacionados fuera. A destacar un par de patrullas del sheriff aparcados fuera. 

Nada más abrir la puerta del local, os invade el olor de la carne haciéndose en las brasas de la cocina. Hay varias mesas ocupadas, pero el local no está completo. Eso es una suerte para Diana, puesto que de estar más lleno, tendría que quedarse a ayudar. Detrás de la barra estaba Martha, madre de Diana, atendiendo a los cuatro agentes de la ley y pendiente de la cocina. Brad por su parte, atendía las mesas y la barra cuando podía.

Martha miró un segundo a su hija cuando esta entraba y la guiñó un ojo mientras continuaba tomando nota a los agentes. Un rápido vistazo por el local os hizo ver que la mayoría de los clientes estaban cansados y ojerosos. Algunos de ellos aún llevaban sus pijamas de trabajo y zuecos. Posiblemente eran médicos o enfermeros del Hospital de Hill Valley, tomando un merecido descanso después de la ajetreada noche y mañana que habían tenido.

Pero la pareja que más llamó la atención, sobre todo a Diana y Jay, fue la que formaban un hombre de más de cuarenta años, con unas pronunciadas entradas y una cicatriz en su ojo izquierdo, que hablaba y reía junto a una joven de vuestra edad, la cual también reía y parecía estar cómoda con su interlocutor. Cualquiera podría pensar que son padre e hija, pero los más veteranos sabéis perfectamente que no es así. Ambos parecen disfrutar de un refresco y unas patatas además de sus risas.

Saber que el bibliotecario, el señor Revok, era capaz de reír y sonreír fue todo un descubrimiento para vosotros, quienes sabéis perfectamente el mal humor y lo frío que resulta ser ese hombre siempre. Y Melisssa, "la Bruja" tal y como la llaman algunos del instituto, con lo tímida y callada que es, parece que ha dejado la vergüenza aparcada en casa, la cual regresa nada más darse cuenta de que Diana ha entrado junto con Jay al local y la mirada que la dedican. Enseguida agacha la cabeza y Revok, al ver su reacción, se gira serio para ver que ha pasado. Su sonrisa desaparece de su rostro y ese gesto de cabrón sin escrúpulos habitual en él, se vuelve a implantar en su cara. Le dice algo a Mel y esta asiente con la cabeza. El hombre se levanta y coge su refresco, dejando a Melissa sola en la mesa y acercándose a la barra, donde toma asiento y allí se queda, esperando a que Martha termine con lo que está haciendo y pueda atenderle.

El viaje hasta Simones fué rápido y sin incidencias, nos repartimos bien entre dos coches y llegamos rápidamente ya que el tráfico era escaso, aparcando justo casi en la puerta.

Durante el trayecto que transcurre de manera bastante animada, repasaba mentalmente todo lo que había ocurrido durante la mañana en el insti. El interrogatorio por parte del Sheriff nada más llegar, el estéril comportamiento de mis padres, en especial el de mi madre y luego de remate, meterme en clase con mi tío, del cuál me llevé otra bronca sin dejar de nombrar a esas dos zorras.

-Bueno, ya hemos llegado gente, a bajarse todo el mundo-dije con ánimo. Mi baúl del odio empezaba a rebosar así que intenté despejar mi mente y cruzar el umbral de Simones, ayudó bastante. Iba a menudo y sus hamburguesas estaban muy buenas, cosa que mis compañeros agradecerían, el desayuno estaba más que quemado y mis tripas empezaron a sonar cual tigre de Bengala cuando el olor a carne a la brasa entró en mis fosas nasales-Perfecto, no está lleno así que ni tendremos problema para encontrar una mesa grande- comenté con tono medianamente positivo-Veamos..- empecé a otear entre la marea de pequeñas mesas buscando un lugar adecuado cuando lo que ví me dejó bastante parado.

-¿El bibliotecario riendo?-no daba crédito a lo que veía. Él era un tío rancio, seco y bastante borde que no hacía más que taladrarte con la mirada observando qué hacías en cada momento, más que un bibliotecario me recordaba a un segurata del banco que había practicado una mirada de perdonavidas durante años tan amenazante, que dudabas si era humano o un Terminator y que si sacabas demasiado rápido la cartera ni dudaría en pegarte un tiro.

Pero cuando vi a su interlocutora, quedé más alucinado aún-¿Melissa?- mascullé. Apenas la conocía en persona, pero me identificaba con ella también era solitaria y la trataban como un bicho raro, que la llamasen bruja simplemente por ser diferente me parecía vomitivo. La miré durante unos instantes y también estaba riendo, jamás la había visto sonreír y me pareció una sonrisa bonita y sincera. Ni siquiera me atreví a pensar que hacían ellos dos juntos allí, tan diferentes y tan felices... Parece que las sorpresas se sucedían a mi alrededor hoy. Lo siguiente que sería ¿ver volar a un elefante? ¿que viniese Scarlett Johansson a pedirme una cita?.

Ese mágico momento de fantasía se esfumó cuando el biblioTerminator nos miró y su gesto cambió radicalmente y se puso de pié dejando sola a Melissa. Durante un instante me puse tenso pero él se dirigió a la barra, devolví mi atención a Melissa de nuevo y su gesto también se había ensombrecido ¿qué acaba de pasar? Elevé mis hombro en signo de duda y al fin encontré una mese libre, había sitio para todos-Vamos ahí-dije indicando con el mentón-Venga sentáos donde queráis, ahora vendrá el camarero a tomarnos nota-dije distraídamente, mientras miraba de reojo a Revok y Melissa-esto es el mundo al revés-fruncí el ceño mientras miraba a David-Bueno, ¿qué te parece el lugar?- pregunté entrelazando mis dedos apoyando las manos sobre la mesa.

Finalmente decidimos poner rumbo al Simone’s, cosa que hicimos en el coche de Jayden. Nada más llegar al aparcamiento de la cafetería ya se podía sospechar el revuelo que podía haber dentro. Incluso había un par de patrullas del sheriff aparcadas.

- Parece que hoy será la tónica general… - le dije a Jayden mirando los vehículos, recordando cómo fuera del instituto también habíamos visto un vehículo policial.

Al entrar nos dimos cuenta de que el local tenía varias mesas ocupadas, pero por suerte aún había sitios libres, lo que no sólo significaba que podríamos sentarnos si así lo queríamos, sino que mi madre tendría controlada la situación y no necesitaría ayuda extra. Al ver a algunos chicos de clase les saludé con la mano, aunque en realidad al único que conocía era a Jason. Bueno, y a David, pero sólo de haberse presentado ante la clase.

Hice lo mismo con mi madre en cuanto la divisé trabajando tras la barra, dedicándome esta un gesto cómplice sin dejar de tomar nota a los clientes. A veces mi madre era un poco pesada, pero había que reconocer que a trabajadora no le ganaba nadie. También vi a Brad por ahí, haciéndome recordar la confesión que me había hecho el día anterior. ¿Qué tipo de problemas habría tenido?

Había varios trabajadores del hospital por allí, lo cual no era lo habitual, como tampoco lo era ver a Mel y Revok charlando tan amigablemente. En realidad, ni siquiera era normal el verles sonreír de aquel modo por separado.

- Mirá, allí está Mel. – le indiqué a Jayden, dándome cuenta de que Melissa se ponía seria y bajaba la cabeza, momento en que el bibliotecario nos dedicaba una mirada nada agradable. – Ese hombre da escalofríos… - murmuré.

Al ver que este se retiraba me decidí a acercarme junto a Jayden.

- Te veo bien. – le dije a mi amiga con una sonrisa, antes de darle un beso en la mejilla a modo de saludo. - ¿Has comido ya? – pregunté mientras nos sentábamos, viendo aquellas patatas sobre la mesa. – ¿Pedimos algo para llevar y comemos en mi casa? También podemos cocinar algo allí, ¿Cómo lo veis? – pregunté a ambos.

Estuvo en el hospital por el balonazo, la dieron el alta hospitalaria, pero debía permanecer en un entorno tranquilo y  y sin jaleos, vigilada durante 24 horas. Fue al instituto, pero al ver el lío montado su tía de la llevó a la biblioteca, donde tendría silencio y alguien que la vigilase (Revok) para terminar de recuperarse.

Y sí, puedes hablar con ella, pero ya no está sola en la mesa, Diana y Jay te ganaron por unos segundos xDD

Mierda! XD

Salimos pitando porque había un hambre de demonio.

Simones

¿ Que era este sitio? Porque la gente tiene la manía de poner nombre su nombre a establecimiento con una S al final?. Wendys, Alfredos, McDonalds... Simones. Seguro que la dueña se llamaba... Rigoberta. Porqué no ponerle nombres tipo " La Hamburguesa veloz" o " Rico, Rico y a la panza". No se, algo mas pegadizo y que no sonara a ferretería de pueblo.

Por lo menos esperaba que la comida estuviera bien.

Por dentro el local era agradable, no lo podía negar. Aunque me sorprendió ver a Diana entrar tras la barra. ¿Serán familia? Podían haberle puesto "Dianas". Nos sentamos en unas mesas amplias que Jason nos indicó. Y momentos después hablaron sobre Mellisa, la bruja o lo que fuera la chica esa. Curioso. Me picaba mucho la curiosidad, así que me levanté del sitio justo para ir con Jay y Diana y sentarme al lado de esa chica tan rara. Joder si parece la insulsa de Crepúsculo!

Hola!- Dije a la chica.- ¿Asi que tu eres la bruja, no?

Ala, zasca, así sin anestesia ni nah.

David entró en el local casi detrás de Jason y miró asombrado la cantidad de gente que había en el local, todos adultos. -Tenía entendido que este sitio era para jóvenes... ¿Qué ha pasado? - Preguntó a Jason y se quedó mirando a los policías durante unos instantes. Luego miró hacia donde Jason miraba tan asombrado, sin entender nada. Son personas, se divierten... ¿cómo no van a reír? 

David ni se enteró de que el bibliotecario se había levantado dejando a Melissa sola, estaba demasiado ocupado saludando a jay y Diana, quienes parecía que habían decidido ir también a comer allí. - ¿Eh? Sí... me parece un buen sitio... - Respondió David a Jason y se sentó, mirando como Diana y Jay iban con la chica que vestía de negro. 

- ¿El local? Lo cierto es que esta es la tercera vez que vengo, tío. - dijo rascándose la cabeza. Es lo poco que conozco de aquí. Luego observó a Leo levantarse e ir a la mesa donde estaban Diana, Mel y Jay, dejando a su... ¿novia? sola con Jason y David. Miró un segundo a la rubia y luego miró a la mesa hacia donde iba Leo. - Oye, tío... ¿y aquella quien es? - preguntó a Jason con curiosidad, refiriéndose a Melissa.

Desde mi asiento pude ver cómo Diana y Jay se acercaban a Mel, para preguntarle algo. Aunque vi el gesto cariñoso de Diana hacia ella con el beso y su rostro animado, con el creciente bullicio del local apenas pude oír lo que le decía, intentaba descifrarlo leyendo los labios entendiendo la palabra casa en la boca de Diana, cuando en ese momento David intervino.

-Suele ser para jóvenes pero con toda la movida de anoche, con la fiesta clandestina el alcohol y las muertes...-mi tono se difuminó con el ruido ambiente recordando de nuevo que por mi culpa esos chicos estaban muertos, pero me obligué a reaccionar, no pensaba contarle mis penas a un desconocido por muy jodido que estuviese-Es normal que haya más adultos de lo habitual y más aún tener aquí a esos maderos-dije mirando de reojo a los policías.

-¿Melissa?-dije como respuesta obvia a la pregunta de David-Apenas la conozco en verdad, sé que es es una compañera del instituto, de las que gusta pasar desapercibida, retraída y pasa del mundo al parecer. Es amiga de Diana y lamentablemente la llaman..-el bullicio bajó de intensidad y conseguí oir esa palabra surgir de la boca de Leo lo que logró que mi mandíbula se tensase.

Quizás sería bien por la tensión del día, la empatía repentina que había sentido por Melissa o simplemente la falta de tacto y educación de Leo, que me hubieran dado ganas de estamparle una silla en la cabeza, pero en cambio solté un sonoro bufido-Bruja, así la llaman-casi escupí las palabras.

-En fin, veamos a ver qué deciden y pedimos algo que tengo un hambre de muerte-miraba con apetito la pequeña bandeja de patatas que tenía Mel en su mesa.

Darryl permanecía en la barra, sentado en aquel taburete mientras esperaba que su pedido se terminase de hacer y que Martha se lo entregase. La mujer estaba tomando nota a los hombres del sheriff y miraba a Revok, pidiéndole disculpas con la mirada. Pero el bibliotecario no estaba a lo que ocurría en la barra, ni detrás de ella. Miraba pendiente a los nuevos chicos, seguramente recién llegados de cualquier parte del  mundo, donde se creen importantes y tienen a los habitantes de Hill Valley como paletos.

Cuando vio a Diana y Jay acercarse a Melissa, se quedó más tranquilo, pero le duró poco pues observó con detenimiento como uno de los nuevos se acercaba a la mesa de Mel y, que tras saludar de manera más o menos cordial, llamó "bruja" a la joven. Revok sintió como se le llevaban los demonios por dentro. Frunció el ceño y apretó los puños con fuerza, pero su mirada lo decía todo.

Tuvo que controlarse para no ir a por el chico y sacarle de una oreja del local, eso como mínimo, pues la verdad es que le hubiera hecho bastante más daño. Pero no era SU biblioteca y aquello estaba lleno de polis. Suficientes como para reducirle y tener que explicar durante horas en comisaría lo ocurrido en el Simone's.  Mantuvo la mirada amenazante sobre el joven mientras observaba a la pobre Mel como reaccionaba antes su infame comentario.

Tras llegar al Simones en mi coche, nos sorprendimos al entrar y verlo más abarrotado de lo habitual. Destacaba sobre todos los clientes la presencia de algunos agentes de policía, aunque un rápido vistazo permitía advertir que la mayoría de clientes venían del hospital, ojerosos y cansados tras lo que debía haber sido una noche extenuante. Lo que había sido. Lo había sido incluso para nosotros.

Tomamos asiento junto a Mel, después de que Revok se retirase, tras asentir en silencio al comentario de Diana sobre él. No terminaba de comprender del todo qué tipo de relación tenía aquel tipo tan escalofriante con Melissa, pero estaba claro que se preocupaba por ella. Quizás, en el fondo, el tipo tuviera un buen corazón bajo aquel aspecto tan fiero.

Hola, Mel. -La saludé, poniendo una mano sobre su hombro antes de darle dos besos. Diana le preguntó acerca de la comida y propuso llevarnos algo a su casa para seguir charlando allí. Fue en ese momento cuando aquel chico pareció y se sentó junto a Mel, para mi desconcierto. ¿Se conocían? No, estaba claro que no, sobre todo cuando arrojó aquella pregunta como si tal cosa, dejándome con los ojos desorbitados por la sorpresa. Mis labios se separaron, pero en un principio no fui capaz de decir nada. No podía creerme aquello, ¿en qué pensaba? ¿Pensaba? Aquel tío tenía que ser un gilipollas de cuidado- Tío... ¿en serio? -Le dije inclinándome sobre la mesa, aún ojiplático. No lo podía entender, nunca había comprendido a los capullos. Pero tampoco me había enfrentado a ellos. El día anterior había sido mi primera vez, la primera de mi vida, y parecía que se empeñaban en convertirlo en costumbre. Levanté mi mano y señalé la mesa de la que había venido, sin apartar mi mirada de la suya- Creo... que tu mesa es aquella. -Le indiqué, con el mismo tono de voz con que se aconseja a un amigo. Sólo al desviar levemente la mirada y ver la expresión de Revok me di cuenta de que realmente le estaba haciendo un favor al muy imbécil.

Darryl y yo reíamos divertidos rememorando viejas historias en la biblioteca mientras disfrutábamos de el refresco y las patatas mientras esperábamos a Diana y a Jay. Estaba nerviosa por los mensajes que me envió Diana al móvil y además estaba Jayden... quien no se si también vendría con alguno de sus otros amigos.

El tiempo pasó volado, puesto que parecía que hacía dos minutos que estábamos allí y ya llevábamos casi media hora. A pesar de la cantidad de gente que había en el Simone's, pude oir la campanilla de la puerta al abrirse. Al mirar vi a un grupo de estudiantes del instituto, entre ellos Diana y Jay. También estaba el chico nuevo de clase y otro al que conocía de verle por los pasillos del insti, pero había una pareja que no sabía quienes eran. En ese instante fue cuando mi timidez se lanzó de nuevo sobre mí y agaché la mirada al verles, tratando de no ponerme colorada.

Por favor, que solo vengan Diana y Jayden como mucho... a ser posible solo Diana... - pensaba para mí, esperando a ver como se distribuían los chicos. Revok se giró a ver que era lo que me había hecho cambiar de golpe y su gesto cambió al de "el bibliotecario gruñón". Me encantaba llamarle así cuando quería enfadarle... aunque no lo lograse siempre.

Revok se inclinó hacia mí y me preguntó si esos eran mis amigos, asentí con la cabeza. Luego me dijo que estaría en la barra y se levantó, cediendo el espacio a Diana y Jay. Visiblemente cortada por la situación les devolví el saludo a ambos chicos, tras lo cual se sentaron conmigo.

- No, no... solo era picoteo... - respondí a Diana algo cortada, pues de alguna manera me sentía observada. Entonces aquel chico rubio se acercó a la mesa y se sentó sin permiso. Le miré extrañada. - H-hola. - le respondí tímidamente, buscando respuestas en la mirada de Diana.

Entonces el chico lanzó aquella afirmación en modo de pregunta. Me quedé helada, sentí como me ponía colorada por segundos mientras escuchaba a Jayden decirle unas palabras. Con celeridad cogí mis cosas, mientras notaba como mis ojos se empañaban en lágrimas. Ya era bastante duro que me tratasen así en el instituto, pero que encima vengan los nuevo a molestar también, pudo conmigo.

Salí disparada hacia la salida, evitando mirar a nadie a la cara, más aún a Darryl, quien me había ayudado cientos de veces con capullos como aquel. Solo quería salir de allí y estar sola... donde nadie me hiriese. Vi un brazo que trataba de interponerse en mi camino y traté de esquivarlo, pero fue más rápido que yo. Era Revok. No dijo nada, simplemente me limpió las lágrimas con una servilleta de papel con el membrete del Simone's en ella y me abracé a él, llorando como una niña pequeña a la que la acaban de tirar de las trenzas por primera vez.

La chica salió disparada sin que pudiera decir nada.

- Hey!- Dije mirando a Jay - Perdona, así la han presentado en clase... Era una broma! No quería ofenderla. En serio!

Mire hacia donde la chica se había marchado corriendo. Joder! He quedado como un capullo. Menudo tacto tienes Leonard. Gire mi vista a Jay y Diana encogiéndome de hombros.

- Vale, soy un bocazas, pero no quería que se sintiera mal... No creí que realmente hiciera caso de lo que la dicen!¿ Tanto la afecta? Diana, tu eres su amiga o algo asi, ¿no? Dila algo. Me disculparé con ella, En serio!- Me recosté contra el respaldo mirando como un hombre de mirada fría la atrapaba y la abrazaba.

No se si sería el mejor momento para algo así, pero también me sentía mal por hacerla sentir así. Muchas veces me lo habían hecho ami en el correccional, y yo reaccionaba con los puños. Logico era pensar que una chica no lo hiciera. - A la porra!- Dije levantándome y yendo a la puerta hasta donde estaba Mel con ese hombre.

Joder que cague de tio!

- Oyes. ¿Melissa?- Dije a cierta distancia prudencial. Podría ser su padre y meterme una ostia de tres pares de cojones.

-Mira, lo siento. No ha sido mi mejor presentación. De veras lo siento. Soy un capullo sin modales pero se reconocer un error. Por favor discúlpame. Hablaron de ti en clase y... bueno, solo quería saber si estaba bien. En serio.. no..no.. sabia que te afectaran tanto los comentario de esos gilipollas... ¿Puedo, invitarte a algo como disculpa? De verdad...  Por favor. Mira.. soy Leo, Leo el Capullo. Te dejo que me llames así para el resto de la vida.

Nada más preguntar a Jayden y Melissa qué querían hacer, aquel chico que también estaba en nuestra clase se sentó junto a Melissa, saludando. Me sentí muy confusa, preguntándome a qué venía sentarse de aquella manera, ¿No había ido con Jason y los demás? ¿Es que Jayden lo conocía de algo más que de verlo en clase? Cuando la interrogante mirada de mi amiga se cruzó con la mía me encogí de hombros, yo tampoco entendía nada.

Sin embargo, aquello fue lo de menos. Cuando hizo aquella pregunta a Mel me quedé helada. ¿Qué cruel manera de meterse con ella era esa? ¿Haciéndose el simpático como si no pasara nada? ¿O es que a ese chico le faltaba un hervor?

Le hubiera dicho algo en ese momento, pero Jayden se me adelantó, y pensé que quizás el que aquel chico se fuera de allí y ya está sería lo mejor; sin embargo lejos de irse él de la mesa, fue Melissa la que salió huyendo.

- ¡Mel, espera! – grité a mi amiga, dispuesta a salir tras ella, mientras aquel chico trataba de explicarse. - ¿Cómo no iba a afectarle que la llamen así? ¿Y qué te han dicho de mí? ¿Vas a llamarme friki? ¿Y a él guaperas? – dije en tono de enfado, viendo en ese momento que Revok detuve a Melissa, tratando de consolarla. – Disculparte es lo mínimo que podrías hacer… - respondí a sus palabras, poniéndome en pie para acudir donde mi amiga, viendo como el chico se me adelantaba, aunque quedándose a una distancia prudencial. – La opción de ir a otro sitio gana puntos. – le dije a Jayden, antes de dirigirme hacia mi amiga, mientras el chico se disculpaba con ella.

Me acerqué entonces hasta donde Melissa se encontraba. Aún abrazada al señor Revok.

- El chico es un inconsciente, pero parece que lo siente de verdad… - comencé a decir, esperando que aquello le reconfortara. – Podemos ir a otro sitio y hablar, como te decía, donde estés más tranquila… Seguro que el señor Revok puede recogerte después, ¿Verdad? – pregunté mirando al hombre, tratando de disimular la inquietud que este me generaba.

David abrió los ojos como platos al ver como Leo se presentaba de aquella forma a Melissa. Sabía que habían capullos por todos lados, pero este parecía ser de los gordos. Además, ¿qué coño hacía presentándose a esa chica, si tenía a su novia al lado? No lo entendía. Con lo posesivo que parecía y ahora iba de pica-flor... dejando a su chica junto a dos desconocidos.

- Un capullo y un cerdo. - Añadió a las palabras de Jason. Luego miró a Rylee quien parecía como ida. - ¡Eh! ¿Estás bien? - preguntó a la joven pasándola la mano por delante de la cara varias veces. Ni parpadeó. Pero enseguida dejó de lado a la chica al ver como Melissa se levantaba y salía corriendo de aquella manera.

Iba a decir algo pero la mirada de aquel hombre que acabó agarrando a la joven, le dejó acojonado en el sitio. A punto estuvo de gritar “policía! ¡Hagan algo con ese hombre!”, pero ver como Melissa se abrazaba a él le dejó claro que debían ser familia o algo así y no debía meterse.

Contempló la escena en silencio, como se acercaba primero el capullo y luego la chica de gafas. -Te apuesto la comida, que el hombre le calza una ostia al capullo. - dijo a Jason sin dejar de mirar lo que ocurría cerca de la salida, olvidando por completo que la novia del "capullo" estaba sentada en su misma mesa. 

Revok se limitó a abrazar a Melissa cuando esta rompió a llorar sobre su hombro. Todas las miradas de los clientes se fueron centrando en ellos dos, más en Mel y en la curiosidad del motivo de su llanto que otra cosa. Mientras Darryl no le quitaba el ojo de encima al criajo que había ofendido y herido así a la chica.

Cuando Leo se acercó, su mirada se hizo más cruel e intensa e inconscientemente, abrazó con más fuerza a Mel, buscando así protegerla puesto que poco más podía hacer. Las palabras de Leo no causaron efecto en el hombre, pero si atrajo la totalidad de la curiosidad del local. Mientras Melissa trataba de dejar de llorar y comportarse como una adulta, sin imaginarse que era el centro de atención del Simone's.

Fue la llegada de Diana y la voz de su amiga lo que hicieron que Melissa se relajase un poco, tensión que incluso Darryl eliminó de su propio abrazo a la joven, relajando un poco el rostro a la vez. Revok miró a Diana y guardó silencio, pero asintió a su pregunta con la cabeza, antes de separarse de Mel y poder mirarla a los ojos.

- Deberías ir con ellos y distraerte un poco. Tanta estupidez junta no puede ser buena. - Miró a Leo al decir esa frase. - Tienes mi teléfono y sabes que puedes llamarme cuando lo necesites. - Secó las lágrimas de Mel con su dedo pulgar y la sonrió. - Y parece que ahora también soy tu chófer.

Mel sonrió ante la broma de Revok y agarró la mano de Diana. Cuando fue a mirarla se dió cuenta de que todo el local estaba pendiente de lo que ocurría y que ella era el centro de atención. Mel agachó la cabeza colorada y susurró algo a Revok. - Está bien, pero al menos déjame coger mi pedido antes de irnos.

- Tú, simpático. - Dijo serio a Leo. - Será mejor que esas disculpas sean sinceras y créeme que acabaré sabiendo si lo son o no. Tendrás que hablar con ella cuando esté más tranquila... y eso no será ahora. - Luego miró a Diana, de quien Mel no soltaba la mano. Su rostro se relajó un poco, pero no había sonrisa en su cara, aunque el tono si fue más amable que el usado con Leo. - Dice que quiere irse con vosotros, pero que no entráis los tres en el coche de tu amigo. En cuanto la encantadora Martha tenga mi pedido listo, nos iremos... si es lo que queréis.

Leo no podía haberla cagado más, estaba más guapo con la boca cerrada desde luego, la pobre Mel sale disparada hacia la salida del local con los ojos llorosos pero Revok consigue interceptarla y Diana junto a Jay se unen a ellos-Joder, si no se la da él se la voy a dar yo-dije a David por lo bajo. En ese momento inexplicablemente Rylee vuelve a la vida, se había mantenido casi muda durante el viaje pero la frase de Leo la despertó de su letargo sorprendiéndonos a ambos, levantándose casi de un salto para ir en su dirección y darle un sonoro bofetón-Joder! Vaya mano tiene!-dije ahogando un silbido mirando a David.

Jay intentó desviar la atención y relajar el ambiente poniendo música, ahora se habían convertido en el centro de atención de todo el restaurante y era lo último que necesitaba Melissa.

Nos encontrábamos cerca de la entrada así que la conversación llegaba con bastante claridad, el silencio del Simone's empezaba a desaparecer, pero la sugerencia de Revok parecía lógica y Melissa lo agradecería. Desde luego David y yo éramos allí los últimos monos y entre el guantazo y el momento drama no era momento de intervenir, así que preferí quedarme en mi sitio junto a David y esperar que decidían los demás.

Estaba en shock!

Habiamos llegado, David, Jason y Leo habia saludados a varios y entre la decoracion y lo demas estaba perdida en mis pensamientos hasta que Leo me dejó sola para ir a llamar a la Bruja.... Bruja!!!

Era un absurdo en todo sentido. Sabia que el habia sido victima de bullying, sabia que yo tambien, como es posible que hiciese eso delante de tanta gente y ademas dejandome sola?

Que era yo?

La indignacion que sentía sobre pasaba los limites y mi vista atravesaron los dedos de Jason cuando paso su mano frente a mis ojos para que yo reaccionara o habia sido David? Si habia sido David, no importaba.

Atónita sentía que me ardían las orejas aunque estaban cubiertas por mi cabello. El show continuo mientras saliamos tras de todos ante la indignacion de un robotico profesor que vaticinaba el fin de la existencia del que habia sido mi novio.

Consuelos, palabras absurdas, y otras mas que no llegaban a entender pero no era para menos. 

Por fin Leo se habia separado de la chica y habia dejado de auto proclamarse CAPULLO DEL AÑO!!!!!

Cuando se digno a verme se encontro con una Rylee llena de furia e indignación.

Estaba segura que la cachetada habia sonado hasta en el bosque donde habia sido la fiesta la noche anterior porque mi mano quedo ardiendo. Ni siquiera sabia de donde habia salido mi fuerza o el valor para hacer algo asi, pero despues de darle el golpe comencé a alejarme tambien para irme de alli.

- No te preocupes Jason ahora si tienen lugar, yo me marcho!

Lamentaba ni siquiera haber comido pero en ese momento no tragaria ni el aire.

En algun lugar deberia tomar un taxi.