Partida Rol por web

Había algo en las palabras de Henutsen que le llamaron la atencion a Owen. Estaba claro que pasaba algo que no podía explicar, el mago decidió confiar en él.

Sí, yo tampoco creo que sea buena idea esperar un día, pero tampoco podemos estarnos mucho rato dentro.

Así pues, pese a sus reticencias, Owen se adentró en la sala.

Espero no arrepentirme mucho de esto.

Comienzo a subir sigilosamente los primeros peldaños de la escalera, con el fin de averiguar qué es lo que esta provocando los extraños susurros, cuando Henutsen capta mi atención al recomendar con encarecimiento que ignoremos el piso superior y que continuemos explorando la planta del edificio en la que nos encontramos actualmente.

- Parece ser que el joven druida, no sé por qué, conoce más cosas sobre este lugar de las que nos puede, o nos quiere, contar. -

Después, tras unos segundos de reflexión, desando mi camino y me dirijo hacia el lugar en el que se encuentra Henutsen, mientras le digo:

- Esta bien, joven druida, ¿por donde propones que continuemos?. ¿Por las puertas de la derecha, o por las puertas de la izquierda? - 

Veis como Imdlara se acerca a Henutsen, que la comenta algo entre susurros, y luego ois todos.

- la puerta que quieras, pero asegurate que no tiene trampas.

Desenvaino mi cimitarra y Kasr gruñe un poco, esta vez, como siempre, lo hace porque ha visto el filo de la cimitarra fuera de su cinto, y sabe que puede haber problemas.

Entre susurros, lo mas bajo que puede y de espaldas a la pared desde donde creo que nos pueden estar espiando le digo a Imdlara.

- Creo que quieren que subamos hacia arriba. O una trampa o una emboscada. Yo no me arriesgaria. Confia en mi.

Tras escuchar las frases susurradas en mi oído por Henutsen, asiento con la cabeza, en completo silencio, para dar a entender al joven druida que he comprendido lo que quería decirme.

Después, lentamente, me dirijo hacia las puertas situadas a mi izquierda y, con sumo cuidado, comienzo a inspeccionarlas con el fin de comprobar que no contienen ninguna trampa.

- Por favor, cubremé mientras examino las puertas. -

Imdlara registra las escaleras, el suelo, las puertas....pero no parecen haber trampas.

Leila aceptó entrar, al menos tenían razón en que se podía revisar la primera sala, luego ya decidirían. Mientras sus compañeros revisaban, ella intentaba estar atenta por si requerían sus habilidades curatorias, pero en realidad su mente estaba puesta en un hermoso paisaje de su niñez: una hermosa cadena montañosa con cumbres nevadas.

Aquel calor era horroroso.

Tras terminar de examinar las enormes puertas que se alzan ante mí, y comprobar que no parecen poseer ningún tipo de trampa, me vuelvo hacia mis compañeros y les digo:

- Podemos seguir avanzando sin peligro. Solamente tenemos que poder abrir estas puertas para poder hacerlo. Dranger, Henutsen, ¿hacéis los honores? -

Después, me desplazo ligeramente hacia atras para dejar que el enano y el druida puedan abrir las puertas sin problemas.

Tras un momento de duda, aviso a Kasr y a Dranger para que se coloquen a mi lado y con decision abro la puerta a la izquierda.

The walls of this room are lined with weapons: crossed halberds, spears, and longswords, all decorated with flame motifs. Two shields with portraits of Moloch
towering over the Citadel of Flame sit near the ceiling.

A plain obsidian bench sits on the floor, with a skeleton splayed across it. The skeleton’s armor is bedecked in stylized flames, and its scimitar’s hilt is shaped like an idol of Moloch. The room is lit by two torches.

Owen espera en tensión a que habrán la puerta. Cuando lo hacen y no ocurre nada peligroso se adelanta unos pasos para ver mejor.
Por lo visto la sala es una especie de armeria, aunque lo que más le llama la atención son los idolos. Las armas parecen en buen estado, por lo que para cerciorarse si son mágicas o no vuelve a lanzar el mismo hechizo menor que usó antes en los restos de afuera.

Owen lanza el conjuro, y comienza a girar lentamente, verificando que ninguna de las armas y armaduras poseen magia alguna. En eso, el esqueleto embozado en armadura se pone en pié y desenfunda un gran espadón a dos manos!!!

Observo desde el lugar en el que me encuentro, en el exterior de la habitación, como lentamente el esqueleto se pone en pie, mientras el mago ejecuta su conjuro con el fin de determinar si alguna de las armas existentes en la habitación posee algún tipo de poder mágico.

Después, tras penetrar precipitadamente en la estancia y colocarme al lado de Owen con el fin de poder protegerlo mientras termina su conjuro, desenvaino mi espada corta y espero pacientemente la llegada del esqueleto.

- ¡Dranger, maldito enano holgazán, ¿donde estás cuando se te necesita?! - 

El muerto viviente, los mira con sus ojos rojos como brazas ardientes, y comienza a acercarse esgrimiendo su espadón a dos manos.
Sin embargo, sus movimientos son muy pausados, y resulta mucho más lento que el grupo de aventureros

Proveniente de la sacerdotisa, una cálida luz tenue y anaranjada como el sol al amanecer se extendió a su alrededor, aparentemente inocua, hasta que chocó con el esqueleto andante, al que hizo un daño claramente visible.

- ¡Muere, horroroso engendro!

 Kars y yo acorralamos al esqueleto en el rincon con nuestros ataques, aunque ninguno de ellos cumpla su objetivo.