Partida Rol por web

Cáledan percibió las señales de que el campamento no estaba tan abandonado como parecía, sin duda parecía habitado, pero seguía sin ver ni oír a nadie. No obstante, el panorama era mucho más alentador que el que se imaginó previamente, por lo que optó por hacer algún cambio en su plan original, y mirando a sus compañeros les dijo en voz baja:

- Yo no percibo ningún movimiento enemigo, pero sin duda ésto está habitado, creo que estarán todos atrincherados en las tiendas, por lo que si os parece bien podemos intentar lo siguiente. Yusuf, tú sube arriba remata a los que estén dormidos y hazles una señal con la antorcha a Blür y a Erik. Baern, tú ven conmigo y vayamos a abrir la puerta. En cuanto lleguen los demás, iremos tienda por tienda acabando con todos los goblins que encontremos, mientras Yusuf nos cubre desde las alturas. ¿Qué os parece?

Dudaba que todo fuera tan fácil, pero a priori le parecía un buen plan.

Todo parece despejado

Yusuf tras observar su alrededor asiente al plan del explorador y comienza a encender su antorcha. A continuación manteniendo la calma y en silencio pasa momentáneamente a Caledan para sacar su ballesta y comienza a cargarla. Una vez preparado recupera la antorcha con la siniestra mientras que mantien la ballesta con la mano hábil cerca del mecanismo de acción y se dispone a subir con mucho cuidado.

Consigues subir a la torre. Antes de subir observas que las tiendas parecen cerradas y que nada se mueve en el campamento. Cuando terminas de subir llegas a lo alto de la torre y entrás por el portillo, una cachiporra te pasa rozando por la cabeza. Al darte la vuelta te encuentras con dos goblins despiertos, en el suelo hay tres que yacen dormidos.

El primer goblin intenta golpearte con una porra que lleva en la mano, pero airosamente consigues esquivarlo. El segundo te golpea en la cabeza, haciendote tres puntos de daño.

Veís como Yusuf trepa y entra en la trampilla hacía el interior de la Atalaya.

Parece que se escuchan ruidos de pelea en lo alto de la torre.

Cáledan se dirigía con el mago hacia la puerta principal, pero de pronto se giró al escuchar los ruidos de pelea en la torre, y decidió que debía ir a ayudar al ladrón, dado que probablemente lo habían detectado. Así que dirigiéndose rápidamente a mago le dijo en voz baja:

- Baern, tú sigue con el plan, intenta abrir la puerta, yo voy a ver que está pasando ahí arriba. Nuestros refuerzos deben estar llegando dado nuestro retraso - dijo mientras se volvía hacia la torre sin esperar ninguna respuesta.

Una vez llegó a la cuerda, trepó todo lo rápido que pudo y ésta vez lo consiguió a la primera y sin ayuda. Era algo que se le presuponía, pero dada la experiencia del explorador en esas tareas, lo consideraba todo un éxito. Así consiguió llegar hasta lo alto de la torre.

Antes de que Cáledan se lance a trepar por la cuerda, una banda de goblins brota de las tiendas. Serán al menos 8 de ellos, todo parece una emboscada.

Suenan gritos de Goblins por todo el campamento y en la torre se ve a Yusuf pelear contra dos de esos inmundos seres.

Vió con horror lo que pasaba, todo había sido una emboscada tramada por las perfidas criaturas de piel verde.

Barbaro, hay que infiltrarse en el campamento como sea para ayudarles dijo con rotundidad Intentemos evitar a las patrullas y trepemos la empalizada en su auxilio, quizás podamos dominar entre todos el campamento y defendernos allí contra estas apestosas criaturas del mal.

El Paladín empezó a moverse con sigilo, algo que nadie se había tomado la molestia de hacer antes para dirigirse hacía la empalizada.

Algo peludo se mueve a toda velocidad por entre las tiendas, viene cubierto de barro como si se hubiese excavado un pasadizo para colarse en el perimetro del recinto. Sin dudarlo dos veces se avalanzó contra el primero de los goblins que tuvo a su alcance. El perro no tuvo ningún problema en arrancarle de cuajo el cuello, yugular incluida, al trasgo. Se colocó junto a su dueño gruñendo a los pielesverdes.

El primero de los goblins intenta atacar a Baern pero su daga se escurre en el aire con un siseo de viento.

Otro de ellos corre hacía la puerta para bloquearos la huida.

El tercero de ellos se lanza contra el mago para intentar derribarlo, pero Baern consigue evitarlo.

El cuarto de los goblins intenta cargar contra el explorador para tirarlo de la cuerda, arrojandolo contra el suelo.

El quinto se lanzó a cortar la cuerda, haciendo imposible trepar por ella.

El sexto, viendo al explorador en el suelo intenta atraparlo, pero ambos forcejean en el suelo.

El septimo intenta apuñalar al cánido, pero Jimmy consigue esquivar a su atacante.

Uno de ellos grita desesperado

Atrapadlos vivos, los queremos vivos

Al explorador no le dio tiempo casi ni de alegrarse al ver a su perro preferido cuando lo derribaron de la cuerda y se le abalanzó uno de aquellos putos goblins encima. Tuvo la suerte de que no querían matarlo, pero sí iba a tener que lidiar contra él sin armas si quería salir de esta.

Así que canalizando el dolor de su caída en rabia contra aquella apestosa criatura, se concentró en agarrarlo por el cuello y girar sobre sí mismo para golpearle contra el suelo, con la suerte de que la cabeza del goblin cayó sobre una roca que sobresalía del lodazal y lo dañó severamente; quedando él arriba ahora mientras con una mano intentaba ahogarlo en el lodo y con la otra desenvainaba una de sus espadas. Al ver el rostro de agonía del goblin ante la inmediatez de su muerte, mientras luchaba por liberarse del agua embarrada que se le metía en la boca y nariz, le producía al explorador una inmensa satisfacción y podía verse en su rostro una mirada sádica, mientras se mordía fuertemente el labio inferior y clavaba en su víctima una mirada asesina que atemorizaría a cualquiera.

Las palabras del servidor divino no hicieron mas que excitar al bárbaro. _ Bien, parece que mis ruegos no han sido escuchados, nuestros compañeros necesitan ayuda.

A estas alturas dividirse no era una opción, además el paladín necesitaría ayuda para trepar la empalizada con todo el metal que llevaba encima.

Blür, se separó unos metros de Erik, para evitar que si escuchaban a uno no les pillaran a los dos. Pero lo suficientemente cerca para no perderle de vista. _ Vayamos por la parte izquierda (tomando como referencia la puerta principal) los gobblins estarán centrados en la torre y en el lado derecho que tomaron el resto del grupo. Así les pillaremos por su retaguardia.

Blür se adelantó, y comenzó a caminar como había estado practicando durante el viaje. Atento a todo a su alrededor, con su espada preparada.

Un cegador relámpago, precedido por un brutal trueno, estremeció al nómada, que no pudo contener el grito desgarrador que surgió de su garganta. Con las manos sobre la cabeza se quedó inmovil.

Veo como unos goblins intentar derribarme o herirme, pero gracias a que estoy corriendo los esquivo con facilidad y corriendo como alma que es perseguida por el diablo voy a la puerta para abrir a Blür y Sir Erik