Partida Rol por web

El crujido de las chozas que se desploman no te permite oír gran cosa pero distingues dos formas encargadas que arrastran un cuerpo.

Al mirar al templo observas que algo se ha movido tras las vidrieras acompasado de un ligero destello de luz. Parece que hay alguien vivo dentro.

El crujido de las chozas que se desploman no te permite oír gran cosa pero distingues dos formas encargadas que arrastran un cuerpo.

Al mirar al templo observas que algo se ha movido tras las vidrieras acompasado de un ligero destello de luz. Parece que hay alguien vivo dentro.

Me acerco al bárbaro y digo despacio: "Allí hay dos sujetos arrastrando un cadáver. Por el humo no puedo distinguir si son supervivientes o criaturas maliciosas. Y en Templo al parecer hay un superviviente. Vamos a ver que se traen estos dos sujetos y ver si necesitan ayuda. Si son Ghouls los liquidamos, si son pueblerinos los llevamos al templo a curarlos." Dicho eso, prepara bien su arma y escudo y espera la respuesta de su compañero musculoso. 

No ves rastros aparentes, solo las huellas de la carreta y unas pisadas del necrofago que la seguían.

El bárbaro, suelta un gruñido a la vez que asiente con la cabeza. _ A mi me pareció ver lo mismo. Y en el camino escuché otras dos criaturas, pueden que sean ellas. Si son los mismos engendros que el que liquidé allí atrás, tendremos que intentar mantener la distancia.

Su semblante era serio, y parecía como si estuviera atento a todo lo que le rodeaba. Estuvieron a punto de morir, y ahora eran menos de la mitad del grupo. Se giro, y esperó a que el paladín avanzara. El cubriría la retaguardia.
 

Tras intentar descifrar el enigma del origen de su enemigo, la carreta o tratar de otear el pueblo. El grupo permanecía a la espera del retorno de los exploradores, que se lo están tomando con calma. Caledan vigilaba subido al arbol mientras Svein, junto a Sköll, rastreaba el camino con desafortunado resultado. Baern de mientras parecía taciturno y callado, despues de haber resultado casi alegre al hacer retruecanos sobre el mal y la maleza.

La noche se vuelve cada vez más oscura y fría. El humo del poblado se va apagando y las estrellas tililan en el firmamento. De vez en cuando suena un crujido de maderas al derrumbarse alguna de las casas de la aldea próxima. Todo parece en calma.

Cáledan no podía ver nada antes debido al humo, y ahora que era de noche menos aún. El desconocimiento de la situación lo ponía de los nervios, por lo que volvió a referirse a sus amigos y les dijo:

- ¿No creéis que nuestros compañeros están tardando demasiado? Les dijimos que sólo fueran para echar un vistazo, y aún no han regresado. Estoy seguro de que el paladín ha visto algún peligro y se ha tirado de cabeza a él; y tampoco creo que el bárbaro se lo haya pensado mucho, el más cauteloso del grupo estoy seguro de que es Jimmy jaja - dijo con una carcajada a sus amigos para intentar alegrarlos un poco - ¿Deberíamos seguir esperando o nos acercamos para comprobar si están bien?

En el fondo esperaba no tener que ir al pueblo, dado que si algo o alguien estaba poniendo en peligro a los bravos guerreros, ellos en su estado de poco servirían. "Por Velex, ya hemos tenido bastantes problemas para un día, permítenos al menos sobrevivir hasta mañana" pensó a modo de plegaria interna. El explorador no era un hombre demasiado piadoso, pero poco más podía hacer en su estado.

Escuchando las palabras de aquel fuerte guerrero, no le sorprendió que este preocupado. Y sobre todo admiró su capacidad para medir sus capacidades de combate y reconozca a su manera que no podría solo contra estos seres. Tras meditar unos segundos, el paladín llega a una conclusión: "Vayamos al templo con cuidado, capaz que allí consigamos más información sobre lo ocurrido aquí." Por un momento maldijo que el resto del grupo haya preferido holgazanear en vez de seguir adelante con la misión. Y sobre todo, el mago. Ese hijo de serpientes traidoras no estaba llevando a cabo con su castigo. 

El Barbaro de la Tundra cruza la plaza del pueblo sin hacer ruido y alcanza la portada del Templo, al llegar observa que hay un cuerpo en el suelo. No ha sido profanado, por las vestiduras parece un clérigo. Nada parece haberse inmutado.

Es cierto que es raro que no hayan aparecido todavia... Y no me extrañaría que se hayasen con el enemigo, y espero que vivos. Aunque eso es más bien una ilusión mía. Sí, yo diría de ir al pueblo, no vaya a ser que no puedan salir por cualquier motivo.

Dicho eso, espero a que Cáledan baje para poder partir con el carro hacia el pueblo.

Tu que opinas que deberíamos hacer, Svein, Sköll?

-La verdad,-dijo escupiendo sonoramente al suelo- es que poco vale lo que pueda decir en este momento. Mi estado no ayuda demasiado a decidir ya que, en caso de que los compañeros estén en dificultades, de poca ayuda podría ser.

Svein se raspó un poca la barba con su ruda mano mientras parecía pensar en las opciones.

-Sí, tardan demasiado, es cierto... pero puede que sea algo normal. Podemos ir en su búsqueda y encontrar que no ha pasado absolutamente nada y que hayamos perdido unas fuerzas escasas en el camino. O puede que se hayan metido en problemas y necesiten nuestra ayuda...

De repente, la mirada de Svein cambió y miró a un lado, como fijando su furiosa mirada en alguien invisible.

-Maldito Sköll, si vuelves a decir que soy un gallina, te meto mi espada por el culo y te hago sonar como una carraca de feria!

De repente miró a Cáledan y Baern con rostro sonriente y dijo:

-Si están de "fiesta" nos tendrían que haber avisado, no?... Vayamos a buscarlos!!

El explorador se reía en el árbol ante la dualidad de su amigo guerrero, le divertían las conversaciones locas que tenía, aunque era lo suficientemente considerado como para no reírse delante Svein. Por lo que bajando con cuidado del árbol, usando la cuerda y aprovechando la cercanía de la carreta, volvió a donde se encontraban sus amigos y les dijo:

- Sea pues, nos pondremos en marcha. Además Svein, no seáis tan pesimista, ¿podéis tocar las palmas? si hay batalla, al menos tendremos a alguien que nos anima jajaja - dijo riéndose abiertamente, la confianza se empezaba a notar en el grupo y ante el aburrimiento que tenían, bromear le ayudaba a olvidar su penoso estado.

Tras las risas, se subió con esfuerzo a su caballo y le dijo a sus amigos:

- Intentaré adelantarme un poco para ver si tengo más suerte rastreando el camino que la que tuve antes en el árbol. Me mantendré siempre cerca del carromato, por lo que pueda pasar, y agradecería que me acompañarais Baern, si me atacan, no podré aguantar demasiado.

Tranquilo Cáledan, en caso de que nos ataquen, tengo varios ases bajo la manga, unos truquillos escondidos... Un consejo, aseguraros de que no os durmais.

Le digo a mis compañeros, ya que me puedo dar por muerto si ellos se duermen por culpa mia, bien por los enemigos, bien por Sir Erik y Blür si se enteran, o bien por Cáledan y Svein/Sköll

Al ir acercandoos veis a Erik apoyado contra una choza, parece estar esperando algo concreto. Algo se mueve en el centro de la plaza hacia lo que parece un templo que está intacto. No se mueve nada entre la espesura, ni en el poblado ruinoso y humeante.

Dos caballos asoman entre la humareda, tras Sir Erik, parece que vuestros compañeros se han impacientado por vuestra tardanza.

Cascos de caballo se acercan detrás tuya