Partida Rol por web

¡Por todas las montañas de Transilvania! Grita la dama tomandose los cabellos y observando a los espias con los ojos desorbitados

¡Espero que tengais una buena explicación para que esten espiando mi botica!!!

Observo con desdén al hombre ese que intentó engañarnos en la taberna la primera noche que llegamos y luego a su acompañante no pudiendo evitar la ira que me embarga.

He de esperar eso de este charlatán..Digo fuertemente Pero no pensé que este nosferatu nos estuviese siguiendo a nosotros tambien, ¿acaso trabajais para alguien?

Al salir por la parte sur del cementerio dais con la calle deshabitada de La Calle Toledo donde alguno que otro guardia hace centinela, podeis notar en las ventanas de algunas casas ramos de ajos colgando, cosa que estais seguro en las noches anteriores no estaban cuando una voz a tu espalda te llama la atención

Lo que hace no está bien, amigo...

Al voltear das con un hombre alto y elegante de mirada tétrica y andar pausado quien te observa a cada paso que dais

Saliendo como una sombra del cementerio mis pasos me llevan hasta la calle Toledo, donde casi olvido la molesta aparición de esos cazadores al ver al nuevo visitante
Vaya, el amante de brujos... ¿quién sois y qué razon tengo para no desmembraros aqui y ahora? ¿donde está la dama?

Mi mirada refleja hostilidad y mi postura indica que puedo estar a punto de saltar. Por esta noche, aparentemente, mi mente está fria y mi lado lógico de superviviente me dice que los guardias son un motivo para no atacar. De lo contrario en mi estado ya habría saltado.
Aún así, el monstruo que hay dentro de mi palpita con fuerza y me planteo si no vale la pena por probar la sangre al fin y verle morir como el último brujo que intentó darme lecciones de moral.

Echándome unos pasos hacia atrás, procurando mantenerme lejos del alcance de las espadas de los caballeros, levanto las manos en actitud pacificadora, pidiendo tiempo para mi explicación.

- Mis señores, no tengo explicación para esta intromisión en vuestra intimidad. Pero sí la tengo para mi presencia junto a Martín Sierra. Estaba buscando al señor Santiago con bastante interés ya que tuve un encuentro poco antes de retirarme a "mis aposentos" que le icumbía a él de forma directa. Me levanté esta noche con la idea fija de encontrarlo para comentarle un par de asuntos. Pero he aquí que os vi a ustedes, caballeros y Milady, pasar confiados por las calles sin saber que el señor Martín Sierra los seguía con extremos prudencia e interés. Su actitud llamó mi atención y lo seguí hasta aquí, donde escuchaba tras la puerta. No se me ocurrió otro plan para desenmascarar su juego que seguirle la corriente. Y en esas estábamos cuando habéis descubierto nuestra presencia, supongo que alertados por nuestra conversación. Conversación que no habríamos tenido aquí de haber estado de acuerdo previamente. ¿No os parece?.-

- Si os parece podemos preguntar a nuestro amigo Martín Sierra por qué y por cuenta de quién os seguía con tanto émpeño. A mí aún no se había decidido a contármelo pero estoy seguro de que a sus señorías lo hará.-

Daniel envaina la espada y agarra a Martín Sierra fuertemente y lo mete en la botica.

Creo que nos debéis una explicación, querido Martín...

Martin se nota asustado en gran magnitud y tiembla al verlos reunidos con las espadas desenvainadas, sus ojos bailan por cada uno

Yo...solo...pasaba...el leproso este... Y señala a Alain Era quien los espiaba y yo lo he pillado al ruin

Perdoname si los he molestado y...dejadme ir para que juzguemos a este...esperpento

Respetadme señor...no soy ningun amante de brujo y su merced debe rendir respeto hacia la bella Lady Maeve, en cuanto a donde ha de estar no estoy de ganas para responderos, mas cuando vuestras acciones son viles y nos llevarán a la perdición

Responde Juan Diaz de manera despectiva

La gente habla de vos y tienen miedo...no entiendo como aun andais como si nada y el Barón no os ha despachado

¡Vosotros dos estais amañados juntos y algo tramais!!! Exclamo apuntando mi espada a ambos ¿Para quien trabajais?..¡Responded ya!

La idea de que el traidor que buscamos esté dentro de nosotros hace que me enfurezca y aun mas si Alain tiene algo que ver con la desaparición de mi escudero

- Mi señor don Francisco, creo que vuestras conclusiones obedecen más a vuestros deseos que al raciocinio. Si no nos creéis a ninguno de los dos no tengáis remordimiento en acabar conmigo. Dios me juzgará y a la vez a vos. Y no sé si un caballero que tan fácilmente levanta su espada contra hombres desarmados soportará SU JUICIO con la misma seguridad que lo hará este pordiosero.-

Y volviéndome a don Daniel de Arévalo le agradezco su gesto: - Y vos, don Daniel, podéis considerarme deudor vuestro desde este momento al envainar vuestra espada confiando en mis palabras. Sólo sentiré no disponer de tiempo para pagaros si don Francisco se decide a ajusticiarnos.-

Genoveva un poco mas calmada observa a ambos espias de arriba a abajo con la desconfianza propia

Vos pareceis buen ser a pesar de vuestra condición maldita, señor... Y se dirije a Martin De vos he escuchado bastante en las callejuelas de la ciudadela y hasta mis aposentos han llegado vuestras picardias, señor Martin...lo unico que me pregunto es a quien te has vendido para espiar mi botica y por que

Yo...yo...no lo recuerdo Gime el hombre casi arrodillandose Cuando desperté me encontraba afuera y heme aqui, les juro que no se nada de que me hablais, dejadme ir a dormir por favor...

Sois un mentiroso Martin!!! Exclamo mientras lo tomo del cuello y lo levanto unos metros del suelo No sabeis de lo que soy capaz, señor...!!!! Y me dirijo al nosferatu

En cuanto a vos espero que esteis diciendo la verdad...

 La dama, que hasta ese momento estuvo en un segundo plano se adelanta, reclamando la atención de Martín.

 La dama, tras unos instantes de interección con Martín Sierra habla.

 - Creo que es obvio que teneís de hablar y decir todo lo que podaís, pues de no ser así, es provable que no podaís ver la luz del amanecer sr. Sierra. Sed claro.

y yo no entiendo por qué sigo hablando con una rata. Apartaos o vereis por qué este pueblo maldito teme a las sombras.

Sin prestar más atención a Juan me doy la vuelta para seguir mi camino hacia el centro del pueblo. ¿Dónde estará ese nosferatu?

Martin observa a sus interrogantes con temor en los ojos mientras esta tomado por Francisco y dirige una ultima mirada a la bella Lady quien acaba de hablar bajando la mirada

Su merced dirá en que puede servirle este util vasallo de estas tierras Susurra con respeto hacia la dama

Luego de dar algunas vueltas por el pueblo alejado por supuesto del cementerio podeis divisar en la puerta de la botica a Francisco Alvarez, Lady Maeve, Alain y un individuo que te parece conocido pero no lo recordais.

Antes de que llegueis los presentes ingresan a la botica y la puerta se cierra a unos metros...

 La dama avanza en medio de la escena en dirección al bribón.

 - Para empezar quiero que tan solo la verdad, y toda la verdad sea lo único que oigan mis oidos de tus palabras, sr. Sierra. Ahora cuentenos, cómo habeís llegado hasta esta botica y con qué propósito. Que relación teneís con el sr. Alain?