Partida Rol por web

- Maldita sea - la voz de Saint se escuchó por todos los sistemas de comunicaciones - Activad los sistemas de tracción y ayudadnos a entrar de nuevo en la Estación.

Mientras decía eso, el Comandante se impulsó hacia la esclusa por donde habían salido, tras librarse de la improvisada atadura que había tenido que hacer.

Ford se lo pensó dos veces, era un patriota y debía su vida a la misión que su país le había encomendado pero no era un asesino, al menos "aun". Ford hizo un último movimiento y devolvió el arma a la taquilla del Nodo3 de wasabi y tras volverse a anclar activó el brusco cambio de rumbo pese a la última comunicación de Saint. - Que sea lo que dios quiera.

Y décimas de segundo después de que Saint se ha liberado de sus agarres, la estación gira bruscamente. Todos notáis como vuestras ataduras se tensan, mientras vuestros cuerpos se ven afectados por la fuerza de la inercia. El comandante en activo de la expedición, sin embargo, sale despedido al no estar aferrado a nada, alejándose de la ISS. Su cable se estira poco a poco, hasta que se extiende en toda su longitud. Entonces, cumpliendo su función, el cable tira del astronauta, evitando que se pierda en el espacio infinito.

Unos instantes después, en cuanto la estación se mantiene fija en el nuevo rumbo, notáis como todo vuelve a la normalidad y vuestros cuerpos vuelven a verse libres e ingrávidos.

Te encuentras a unos 150 metros de la estación. Desde tu ubicación puedes ver la totalidad de la estructura, incluyendo los desperfectos, que cuelgan amarrados por amasijos de metal y cables de acero. A tu alrededor, sin embargo, no hay nada. Estiras una mano, sintiendo el vacío total del espacio. Si pudieras tomarte un momento, te regocijarías en tu ubicación, totalmente libre, en mitad de la nada. Una sensación única, indescriptible.

Pero hay que volver al trabajo, así que aferras el cable que te mantiene todavía unido a la ISS, tiras de él, y vuelves hacia la entrada del Airlock. Durante el camino, te tomas unos segundos para mirar la Tierra. La enorme esfera abarca casi un la mitad de tu campo visual, e incluso puedes distinguir los elementos geológicos más grandes de la región que ahora mismo atravesáis a unos 400 Km de altura. Sí, sin duda debe ser el Himalaya. Pero lo más hermoso de la visión es la luna, oscura, asomando por detrás del globo terráqueo. Sus cráteres son distinguibles, y los grises de su superficie destacan sobre el azul del planeta.

Entonces algo atrae tu visión. Algo se ha movido a cierta distancia. Tratas de enfocar la vista, pero tus ojos solo se topan con lo que parece una sombra, en medio de la oscuridad. Algo casi imposible de distinguir, casi tan oscuro como el espacio. Casi. Entre toda la oscuridad del objeto, te parece distinguir pequeños puntos de color, que te permiten ubicar el objeto oscuro en la negrura espacial. Y desde luego, estás seguro de que se mueve. Muy rápido.  Hacia la estación.

- Órdenes son órdenes Saint, no dijiste que activara los retráctiles ?, aquí voy... - dije Ford mientras hace que el motor del sistema retraiga los cables de los astronautas.

Una vez recuperada la estabilidad, Georgi se suelta lo más rápidamente que puede y se asoma por la brecha, tratando de ubicar el sitio hacia donde puede estar Saint (siguiendo el trazado de su cable de seguridad) y calculando que si bien la estación se ha parado el cuerpo del astronauta atado al cable se seguirá moviendo.

-Comandante ¿Está usted bien?- pregunta por la radio

Había cometido una estupidez. Mientras su cuerpo se desplazaba lentamente hacia el vacío del espacio, Saint pensó que tendría que haber esperado a que Ford hiciera lo que tuviera que hacer y luego volver. Afortunadamente, estaba unido al cable de tracción, pero, ¿qué habría pasado si no lo hubiera estado? Ahora sería un hombre perdido en la inmensidad de la nada...

Dispuesto a regresar a la estación, tiró del cable para impulsarse hacia delante, pero algo llamó su atención. ¿Qué era eso? ¿Una sombra? No, se obligó a sí mismo a pensar que sólo era el stress de la situación. Él era el Comandante y sus hombres dependían de él. No iba a caer en la locura como ellos, él tenía que salvarlos a todos.

- Estoy bien, Georgi - dijo. Su voz parecía cansada, y se notaba que estaba realizando grandes esfuerzos - Si alguno de nuestros compañeros pudiera activar el cable tractor estaría muy agradecido.

Saint avanzaba lentamente, tirando del cable que le mantenía unido a la Estación para cruzar la distancia que le separaba hasta la seguridad de la esclusa.

Cuando concluyó la maniobra y las palabras de Saint tranquilizaron a Raf sobre su estado, el indio activó el sistema de comunicación.

- Buen viraje, Ford. -bromeó amistosamente- Me alegro de que esté bien, señor. -se dirigió a su comandante.- En cuanto esté de nuevo "en casa", nos prepararemos para volver también el doctorr y yo.

Apagó el sistema de comunicación interno.

- ¿Estás bien Georgi? -le preguntó al médico todavía asomado a la brecha, mientras se autoevaluaba.- Yo creo que estoy todavía en un pedazo, aunque sentí como si, por un momento, mi cabeza hubiese salido volando... -bromeó.

-Por aquí todo bien.- dijo Georgi levantando visiblemente el pulgar de la mano izquierda (con la que no se estaba sujetando) -Tenemos cubo en Soyuz ¿Qué hacemos ahora? ¿Lo hemos esquivado?¿Dónde está?-

El retractor de tu cable de seguridad se activa instantes después de que des la orden. Al parecer, Ford ya había ido a hacerlo. El cable se va acortando hasta tensarse, momento en el que empieza a tirar de ti.

A pesar de que tratas de tranquilizarte, no puedes evitar volver a mirar atrás. El extraño objeto sigue moviéndose hacia la ISS... No, se mueve hacia ti. Estás cada vez más seguro de ello. La angustia te invade al sentir más claramente que eso se está acercando, que no parece ninguna ilusión ni juego de tu mente, y que su movimiento ya no es errático, sino claramente dirigido hacia tu posición. Y desde luego, se mueve mucho más rápido de lo que tú te acercas al Airlock, pues según pasan los segundos, el contorno de lo que sea que se acerca se te hace más evidente.

Ahora ves más claramente las pequeñas manchas de color por todo el contorno de la extraña forma, de un tono amarillo. Su perfil, sin embargo, no es fácil de definir. Al principio te parecía esférico, pero ahora jurarías que tiene una forma alargada y maleable, como la de una lombriz. Una lombriz tan oscura como el espacio y con pequeños puntos amarillos. Sí, esa es la forma que más se le asemeja. Y de varios metros de longitud.

Tras el brusco giro, volvéis a preparaos para el retorno a la estación. Soltáis vuestras ataduras y un instante después notáis como se activa el retractor de vuestro cable de seguridad, junto al de Saint. El cable tira de vosotros, sacándoos hacia la brecha de la Zvezda. Justo cuando vais ha salir hacia el espacio exterior, arrastrados por la fuerza del motor que recoge el cable, veis a Saint volver también arrastrado, flotando en el espacio... Y algo detrás de él.

No sabéis si ha sido debido a la maniobra o a que el astronauta se ha separado cierta distancia de la estación, pero sea como sea, el objeto parece haber sido atraído. Detrás del astronauta, a varios cientos de metros, algo se mueve directamente hacia él. El objeto que rondaba la estación se encuentra justo frente a vosotros, y viene mucho más rápido de lo que el cable tractor tira del comandante.

Desde aquí, y dada la distancia del objeto, tan solo veis lo que parece una masa informe y maleable, oscura como el espacio mismo, y con unos pequeños puntos de color amarillo que os permiten distinguir el perfil de lo que sea que va tras el astronauta americano. Debe tener varios metros de longitud, pues es visible incluso estando a tal distancia, y es alargado y elástico como un gusano... Un gusano enorme, tan negro como el espacio y con manchas amarillas.

Como respondiendo a la pregunta de Georgi, los altavoces de la estación emiten un mensaje poco esperanzador.

- Objeto desconocido aproximándose hacia la estación. Existe riesgo de colisión inminente. Se ruega a los tripulantes de la Estación Espacial que tomen medidas de precaución.

Esta vez parece no recomendar un cambio de rumbo, al contrario que con el aviso que os dio cuando el cubo se acercaba hacia la estación. Es posible que el brusco giro de Ford impida a la enorme estructura volver a cambiar su trayectoria, o tal vez los cálculos del ordenador dan por hecho que el objeto no puede ser esquivado.

No, definitivamente no era su imaginación. Era como nadar en aguas turbias y darse cuenta de que algo le había rozado, pero no sabía bien lo que era. Sí, esa cosa, fuera lo que fuese, estaba ahí fuera. Intentó encender las luces del casco, o incluso activar la grabadora, pero la fuerza de la tracción no se lo permitía. Empezó a tener miedo, mucho miedo.

La voz del Comandante se volvió a escuchar, pero esta vez sonaba alarmada y fatigada.

- ¡Tirad, hay algo que me sigue!