Partida Rol por web

Estabais terminando de cambiaros, y parecía que la Capitana Rojas iba a decir algo sobre las medidas cuando el helicóptero comenzó dio una vuelta de campana. No teníais ni idea de que había sido aquello, pero salisteis disparados en todas las direcciones en el interior del helicóptero. Tras unos cuantos golpes ocurrió lo obvio. El enorme corpachón de Dark Rage hizo un agujero en la pared del helicóptero.

Bueno, obvio para alguien que hubiera visto la dureza de su cuerpo. Para cualquier otra persona, parecería algo imposible, teniendo en cuenta el blindaje del helicóptero. Aquel agujero se hizo más enorme muy rápidamente, hasta que una de las paredes del helicóptero quedo prácticamente destrozada. Los movimientos del propio helicóptero hicieron el resto del trabajo, lanzando a todos por los aires.

Afortunadamente, los movimientos del helicóptero os habían dejado a relativa poca distancia de alguna superficie donde agarraros. Con un poco de suerte y habilidad, lograsteis controlar vuestra caída, algo que resultó bastante más fácil cuando visteis que, fuera cual fuera el material del que estuvieran hechos los trajes, estos se estiraban en el aire de forma similar a un traje de planeo que imitan a las ardillas voladoras. Con mucha suerte, lograsteis acabar en lo que hasta hace unos minutos debió haber sido la azotea de una de las torres del World Trade Center. La devastación era evidente, teniendo en cuenta que los escombros apenas alcanzaban ahora la altura de un décimo piso...

Rápidamente os distéis cuenta de dos cosas. La primera es que la Capitana Rojas no había saltado. Parecía que seguía en el helicóptero tratando de que no se estrellara y de que remontara el vuelo. Tras unos segundos, una bola de fuego impacto en el lateral que seguía intacto, y el helicóptero comenzó a descender irremediablemente, con la Capitana Rojas logrando, a duras penas, que el helicóptero impactara entre los escombros, lejos de las calles. La continúa sucesión de "Joder, joder, joder..." que escuchabais por vuestros auriculares evidenciaba que no era una tarea fácil.

La segunda cosa de la que os distéis cuenta, tras estrellarse el helicóptero, es que el edificio no se había hundido. Los rascacielos estaban construidos de modo que si se derrumbaba, o si había que derrumbarlo, este se hundiera en su sótano, limitando así las posibilidades de que causara daños a otros edificios... Pero a juzgar por la altura relativa del lugar donde se había estrellado el helicóptero, el sótano de los edificios, o al menos una parte importante del mismo, debía seguir en pie. Algo muy raro, teniendo en cuenta que debía estar diseñado para derrumbarse...

En estos pensamientos estabais cuando una figura envuelta en llamas, posiblemente Prometeo, comenzó a aproximarse a los restos estrellados del helicóptero.

Ahora todos se estaban uniformando y poniendose apodos, a ella le parecía un tanto ridículo, pero al dejar de lado toda la parafernalia de los "super humanos", no se diferenciaban en nada a un grupo de combate, sintió un sabor amargo al recordar aquello, por otro lado podría ser útil para mantener su identidad fuera del asunto, dejo de lado la mascara un momento, se coloco el comunicador y tomo el ultimo traje que quedaba, se desnudo sin ningún tipo de pudor aparente al tiempo que se ponía el traje.

-Rein... esos malditos siempre me llamaban Re-In... 

Los recuerdos iban y venían, en realidad odiaba ese nombre, pero ya se había acostumbrado a el.

-o miss simpatía, lo que les guste mas...

Se abrocho el traje que se le pego de inmediato al cuerpo, vio su silueta en comparación a la de su compañera, en ella no era mas que una insinuación, una referencia a que en ciertos puntos deberá haber curvas mas marcadas, su atrofiado cuerpo se había detenido en los 15 o 16 años... apretó los dientes al darse cuenta de las diferencias, recogió sus ropas y después giro bruscamente para volver a sentarse, tomo la mascara anti gas y se la coloco, ocultando la mitad de su rostro y entonces vino el primer golpe, intento mirar que había sido aquello pero el helicoptero comenzó a girar, poco se podía hacer.

Salió disparada hacia lo que parecía ser los restos de un edificio, instintivamente dio unas cuantas vueltas sobre el para no salir lastimada pero un mal calculo la coloco muy cerca del borde, logro detenerse a tiempo para no caer, elevo la cabeza intentando localizar a los demas, vio como una bola de fuego cruzo el cielo y la figura del que probablemente había sido el culpable del impacto.

En cuanto llegó el primer impacto, Faust se aferró al arnés de seguridad para evitar correr la misma suerte que Carpenter, pero los helicópteros no se caracterizaban por ser demasiado estables tras recibir un ataque directo. Ni siquiera los dispositivos de sujeción pudieron evitar que el grupo al completo saliera disparado en todas direcciones, y el cómodo transporte se convirtió en una carrera individual por salvar el pellejo.

Por su parte, el multimillonario aprovechó las capacidades de planeo de su traje para buscar un lugar apropiado en una azotea cercana. Él ya había hecho salto con paracaídas en otras ocasiones, sin embargo el vuelo con un traje de aquellas características no era igual, y cayó con más fuerza de lo esperada contra el techo de hormigón. Rodó sobre sí mismo y terminó de espaldas, observando el leve rastro de humo dejado por el helicóptero.

De un salto se incorporó, se acercó al borde de la azotea para tener un mejor punto de vista de la situación, e inmediatamente empezó a hablar con sus compañeros por radio.

- Bien, equipo, debemos ser rápidos e intentar salvar a la Capitana Rojas. No nos dejaría en buen lugar que perdiéramos a nuestro piloto el primer día: Tarántula, Fermión, necesito que atraigais la atención de Prometeo y alejarle de los restos del helicóptero. Fermión, sería recomendable que usaras tu capacidad de vuelo, y Tarántula, si eres tan rápido como creo, intenta mantenerte lejos de sus alcance, ya hemos comprobado que puede atacar a distancia - continuó - Náyade, Rein, mientras tanto sacad a Rojas del helicóptero si sigue viva, y llevarla a un lugar seguro. Quizás necesitéis trabajar juntas para retirar los escombros. Cuando acabe, reuníos con el resto, vamos a necesitar a todo el grupo para detener a Prometeo.

Esperó a recibir confirmación y luego intentó ubicar a Carpenter. Dudaba que hubiera muerto, así que sólo tenía que esperar a escuchar su grave voz por el comunicador.

Daniel mantuvo el equilibrio mientras el helicóptero se convulsionaba, cambiando los pies de superficie sobre la que apoyarse; desde el suelo hasta los asientos, pasando por el techo, La Tarántula estaba en control y saltó por el hueco abierto por el rockero en cuanto tuvo ocasión. Su caida fue controlada, en parte ayudada por el traje, en parte por sus propias habilidades. Aterrizo en el costado de un edificio y resbaló por una pared vertical para frenar la caida. Finalmente saltó girando en tirabuzones para eliminar cualquier rastro de energía cinética y aterrizó en cuclillas, en el borde de un saliente, con una visión clara de su objetivo.

La voz de Faust sonó en su auricular y Daniel asintió.

-Recibido - dijo.

Daniel vió una viga que surcaba el aire desde la estructura del edificio unos 20 metros mas abajo. Se lanzó de cabeza a por ella y, tras agarrarse a ella con las manos, la usó  como lo haría un gimnasta par aimpulsarse de vuelta hacia arriba y alcanzar el siguiente edificio. Así, de acrobacia en acrobacia y de salto en salto, se acercó a Prometeo hasta tenerlo a su alcance.

Quería cogerlo por sorpresa, así que se acercó por su espalda...

El golpe ha sido BRUTAL. Y me cuesta unos (preciosos) segundos recuperar el equilibrio.

Entonces salimos volando. Se que estrellarme con mi armadura de chatarrero sería extremadamente DOLOROSO, así que intento activarla -desesperadamente-

No me hace gracia poner a Faust como líder, pero hay que reconocer que su idea es muy buena. "Recibido, Richmann" digo encontrandole un código bastante mejor que el anterior. "Voy a hacer MUCHO ruido, asi que daos prisa"

Veo a Tarántula subiendo por una zona (Que lo "Veo" es un decir: Mas bien se por donde está: ¡Es una sombra!) y entonces yo vuelo por la zona totalmente opuesta, quiero atraer su atención sobre mi, y disparar una ráfaga de plasma hirviente sobre él desde mis los dos cañones que tengo montados bajo los hombros.

Algo da contra el costado del helicoptero y este empieza a tambalearse mientras el piloto intenta recuperar el control. Dark Rage intenta volar para mantener el aparato en el aire pero, al estar el vehiculo cerrado y desestabilizado no puede saber hacia donde está arriba y dónde abajo. Al final se apoya contra puerta e intenta mantenerse firme, al menos que el transporte no siga cayendo, pero la inercia le juega una mala pasada se queda allí, en mitad del aire, con la puerta en la mano, mientras el doble-helice sigue su errático camino.

- Menuda mierda- comenta, decepcionado, mientras deja caer el pedazo de metal retorcido. Sus compañeros saltan y puede ver como planean suavemente hasta el suelo. Al parecer están seguros. Oye a Nathan hablar por el intercomunicador y luego ve como una bola de fuego se estrella contra el costado del helicoptero.

- ¡Eh!- Gita, en dirección a Prometeo.- ¡Ahí esta mi maqueta, Cerillo de los cojones!- insulta, a grito pelado, mientras vuela en dirección a él cada vez más deprisa.- ¡Te voy a dar de hostias, hijoputa, hasta que a tu abuela le duelan los ovarios!

El viaje en helicóptero termina de forma abrupta, sin darles tiempo a disfrutar de las vistas de la destrozada Nueva York. - ¡Aaaaah! - Grita desesperada creyendo que caen hacia su muerte cuando estira los brazos y se da cuenta de que no, no va a morir. De momento. - ¡Anda! - Los trajes les permiten volar. Al menos, planear. - ¡Parecemos ardillas! - Toma suelo como buenamente puede y, algo perdida, intenta situarse. Que tenga poderes no significa que tenga ningún tipo de entrenamiento para este tipo de situaciones, ella sabe de biología y medicina no de... Ésto. - ¡Capitana Rojas! - El helicóptero cae, cae, cae... Y se estrella. 

- ¡Re... recibido! - Tener a Faust dando órdenes es un alivio, de otra manera no tendría ni idea de lo que hacer. Sin perder un solo instante empieza a correr hacia el helicóptero estrellado, rezando para que la capitana Rojas haya podido saltar a tiempo.

Localiza con la mirada a Náyade que había aterrizado mucho mejor que ella, vio como la chica actuaba casi como un reflejo ante las indicaciones de Nathan, y se había lanzado hacia el helicoptero, no había que perder mas tiempo y corrió tras ella, tras un par de saltos y una corta carrera estaban delante de un montón de fierro retorcido y fuego, comenzó a mirar en todas direcciones, pero pronto tuvo que recurrir a una de sus habilidades y comenzó a escanear el lugar para localizar a la capitana, al tiempo que hablaba con la chica.

-Niña, ¿que habilidades tienes?... ¿por lo menos tienes superfuerza o algo que nos sea útil justo ahora?.

De camino al helicóptero se encuentra con Rein. ¡Rein! Faust les había mandado a las dos que inspeccionaran el helicóptero, casi se había olvidado de su nueva compañera la cual la interroga acerca de sus poderes. - Faust me preguntó lo mismo... - Era curioso que, de repente, todos le preguntaran lo que podía hacer. Era un poco... Era una pregunta muy personal, era como preguntarle a alguien que acabas de conocer de qué talla es su sujetador. -  Mi elemento es el agua. Puedo respirar bajo el agua y nadar muy rápido.  - Parecía algo muy obvio debido a su aspecto pero Abby se ve obligada de recalcarlo. - Pero claro, eso aquí poco importa... En verdad no lo tengo del todo claro, nunca he usado mis "habilidades" para algo así de extremo. Soy más fuerte que una persona normal pero no sé cuánto más. No sé cuál es mi límite, nunca he necesitado comprobarlo. Lo siento. - ¿Niña? Rein parecía más joven que Abby. ¿Por qué la llamaba niña?

El ataque con los rayos de plasma de Watts se pierde completamente, impactando a varios metros de distancia de la figura. Al menos eso debió de llamar su atención, porque desvió su mirada del helicóptero y la dirigió al mecanizado chico. Aquella distracción no estuvo mal, ya que al menos logró llamar su atención, haciendo que pasase por alto a Tarántula... Y a la enorme mole de Dark Rage.

Sin embargo el grito del enorme del ex guitarrista logró alertarlo en el último momento, lo que hizo que aquel ser se echase a un lado al final, logrando esquivar por los pelos el golpe de aquel coloso que era Carpenter, cuyo impacto estremeció el suelo. Desde aquellos cómodos diez metros a los que se había situado al esquivar el golpe, Prometeo proyectó desde sus manos una llamarada que pasó algo menos de medio metro por la derecha de Dark Rage, calcinando una columna a su espalda. La expresión del inmortal mostraba que no estaba acostumbrado a cometer ese tipo de fallos. Al menos parecía que ahora estaba centrado en Dark Rage.

Mientras tanto, y a cierta distancia, Rein escaneaba el lugar. La capitana estaba atrapada dentro del helicóptero, y juzgando por los filtros de la visión de Rein, no parecía que estuviera en condiciones de luchar... Parecía que tenía algunas heridas de cierta gravedad, aunque era imposible saber lo incapacitantes que serían para una supersoldado como ella... Pero algo llamó más la atención de Rein... O más bien, la falta de algo. Donde debería ver los túneles del metro, las tuberías del agua y el gas... No había nada. Era como si debajo de ellos hubiera algo forrado de plomo que le impedía ver nada.

Me acerco a Prometeo. Se que es peligroso, pero desde luego no quiero herir a Dark Rage, asi que orbito un poco a su alrededor, intentando situarme en una posición acertada, y disparo de nuevo los cañones de plasma.

Una vez más, el rayo se pierde en la noche, iluminando la ciudad como un relámpago rojo

Dark Rage se levantó y se sacudió los restos de escombros y polvo de yeso de encima.

- ¡¿Se supone que esto tiene que asustarme?!- le gritó a Prometeo.- ¡Con esta mierda ni siquiera estoy calentando, joder!- exclamó, antes de cargar de nuevo contra el inmortal y atizarle en la cara.

Prometeo. Aquel que regaló el fuego a los hombres. También se decía que era quien había creado al primer hombre a partir de barro. Faust conocía bien la mitología, al fin y al cabo, había estado caminando por el mundo desde los Primeros Días, y conocía aquellas historias. Su parte más orgullosa incluso imaginaba que algunos de los Mitos surgieron a partir de él, pero en ese momento no tenía tiempo de pensar en ello. Siguiendo con la historia, recordaba que Prometeo había sido castigado por Zeus siendo encadenado para que un águila devoraba sus tripas cada día. ¿Tendría algo que ver la criatura que tenían ante ellos con ese mito? Al menos tendría que intentarlo.

Rasgando el tejido de la realidad con sus manos, desentrañó la forma de un águila, tan grande como sus artes le permitían, y lo lanzó para que acosara a Prometeo. No le importaba que otros lo vieran, ya que al fin y al cabo, para ellos sería como una criatura más.

Perdón, master. Tengo una duda. Para atacar uso Cac o Artes marciales? Nunca habia llevado un artista marcial.
 

Abby busca desesperada a la capitana. - ¿Dónde esta la capitana, Rein? Dime algo. - Trata de encontrar a la capitana Rojas sin pensar en su cuerpo destrozado, sus huesos rotos y su carne desgarrada... Pero no lo consigue. Un escalofrío le recorre la espalda cuando ve el helicóptero y se queda pasmada... - ¿Sigue dentro? - Se lanza a la carrera hacia la chatarra voladora gritando el nombre de la capitana. - ¿Capitana? ¡Capitana Rojas! ¿Está ahí? - Si consigue verla, comienza a apartar con cuidado los hierros retorcidos de la nave para abrirse paso y llegar hasta la capitana. Una vez llega hasta la capitana intenta hacer un diagnóstico inicial, observa su cuerpo con cuidado, toca lo menos posible y trata de averiguar el alcance de las heridas. - No se preocupe, capitana, todo irá bien...

Tarantula se coloco justo a la espalda de Prometeo y realizo una rapida combinacion de tres golpes. Lamentablemente, tan solo uno de ellos consiguio golpear a su rival. Una neblina de calor ondeante lo rodeaba y parecia impedir que Daniel pudiera apuntar bien.

Rein se preparó para actuar, aunque estaba bastante ausente. Aquello comenzaba, más valía que se pusiese las pilas.