Partida Rol por web

La barca de Borguia da sus paseos por la niebla según el manejo del manco dueño que está atento a su labor, llevais casi media hora entre las aguas, pero ya podeis ver la otra orilla. Allí descansa entre las brumas el pequeño puerto por donde llegasteis la primera vez a la isla. Pero hay algo raro, en el embarcadero hay más barcas de extraños diseños coronadas por cráneos humanos e inhumanos.

Borguia grita:- ¡Con razón no les escuchaba en la isla! Esos bastardos han llegado a la mansión mientras andabais en la isla.- El ritmo de remo crece, haciendo que los no muertos se impacienten dentro de sus tumbas acuáticas.

- ¡Vaya...! ¡Con que atacan la casa...! Bueno, no hay nada mejor que tras un viaje en barco unas cuantas mutilaciones, desgarros y gritos de dolor. ¡DE ESOS CERDOS!. Arthur se precipitó sobre el muelle, media hora de descanso había sido más que suficiente para recuperar su vigor. - ¡Venga, seguidme, nuestra compañía nunca descansa! ¡Hacia la victoria!.

Calma tus feromonas Arthur. dijo la pelirroja Si vamos directamente al embarcadero será más difcil. Quizás la palabra discrecion o sigilo sean conceptos que aun te falten por acabar de entender miró al barbaro y como jadeaba ansioso ya por entrar en batalla. Borguia ¿No hay algun sitio donde podamos desembarcar que no sea ahí?

- Hummm - Arthur puso cara de entendido y respondió a la mujer; Evadne llevaba mucho tiempo sin perder su cara de mal humor y Arthur sospechaba que estaba estreñida, la pobre. - ¿Discrección o Sigilo? Los entiendo perfectamente, discrección es no alardear delante del noble que te has estado follando a su mujer toda la noche. Y sigilo es ir despacio para degollar a los enemigos por la espalda sin que se enteren. ¡Es mucho más práctico!.

- Bueno, desembarquemos donde quieras...

Alek estiró los brazos. El sol ya habia salido por el horizonte y esos nuevos rayos del señor del Alba le habían resultado tan reconfortantes como si hubiera descansado toda la noche. Una vez recuperados sus conjuros, Alek estaba dispuesto a abrirse paso por donde hiciera falta, no obstante, el hecho de que al final del camino se cruzaran con enemigos más fuertes que los barbaros, le hacia tener cierto recelo de cuanto tenia que reservarse y cuanto tenia que usar.

- Nuestro objetivo es la casa. Si acabmos con la maldicion, podria ser que acabaramos con los barbaros, o al menos, tendriamos la ayuda de la familia en la tarea.

Borguia asiente:- Hay más de un caladero en la isla, aunque el del puerto es el más cercano a la mansión... - Parece pensar:- Ya se, os dejare en una cala cerca de los jardines.- Con movimientos vigorosos os dirige hacía una pequeña playa desde la que se puede ver los arboles y arbustos del jardín. Para llegar a la mansión se encuentran unas escaleras de madera podrida llevan a ella, eso si tendréis que subir de uno en uno, pues es bastante estrecho. Algunos gritos bárbaros se escuchan traídos por el viento. ya sabeis como se las gastan esos tipejos. Borguia os informa:- Yo voy a ver como se encuentra el pueblo, me temo lo peor... Buena suerte.-

- Buena suerte Borgia, si ves que están atacando el pueblo, no te suicides, ven aquí e iremos hacia el pueblo cuanto antes. Espero que ya hayamos dado buena cuenta de esos desgraciados.

La barca avanzó hacia el jardín y su embarcadero.

- No tardaremos mucho en machacar a los que haya por aquí. ¡Pienso convertirlos en paté!

Borguia se marcha en cuanto todos desembarcáis en la playa, su destino, quizás un infierno en la tierra. A vosotros ya os espera el vuestro, los inconfundibles gritos de batalla de los bárbaros de las arenas se mezclan con el crepitar de las llamas. Las escaleras crujen a vuestro paso, sin duda la intemperie y la falta de cuidado no ha ayudado a que sean firmes. Cuando Eleyna que va en cabeza va a llegar al final de la escalera el peldaño final cruje excesivamente y finalmente se quiebra bajo sus pies, la barbara cae hacía una larga caída que termina con el crujir de sus huesos al final de ella. No sabéis si ha sobrevivido o no, en tanto podéis ver como el lado izquierdo de la mansión arde con furia, acrecentada por las hechiceras que se han traido desde su ponzoñoso desierto. 

Desde vuestra posición se ve la entrada principal donde esperán cuatro de esos desgraciados gruñendo por tener que guardarla. Aunque tambien podeis dirigiros a la cocina, que seguro que está más desprotegida, pero tendríais que pasar por donde están las hechiceras y sus protectores.

- ¡Elenya! Mierda... - dijo Arthur con el rostro descompuesto al ver a su compañera caer al fondo, inmóvil. - Alyanna... mira a ver que puedes hacer por ella. ¡Los demás... seguidme! ¡Vosotros, engendros! ¡Pagaréis por todo lo que habéis hecho!.

Arthur, con el espadón en las manos, se acercó hacia los bárbaros, hacia los cuatro que tenía delante, en su cabeza los veía responsables de todo lo que había pasado y pensaba hacerlos picadillo por los métodos más sangrientos posibles.

Vamos. A por los bárbaros. Evadne cargó la ballesta de repiticion dispuesta a hacerla hablar y a probar la sangre de aquello bárbaros. La espada estaba al cinto, lista también para cuando las distancias se redujeran. Por una vez estaba de acuerdo con el bárbaro. Esos cabrones debían pagar por su atrevimiento.

Alek se quedó mirando el hueco, perplejo. Desde luego no era la forma de morir que él hubiera imaginado. Igual estaba bien, pero de esa caida no saldria ilesa, eso desde luego.

Mirando a un lado y a otro, Alek se paró un segundo.

- ¿No deberiamos de pasar de los barbaros e irnos al origen del problema? - preguntó intrigado realmente.

Fuego, una caída mortal, no creo que haya sobrevivido y niego mirando al resto.
Tenemos que subir y acabar con barbaros, hechiceras u demás parafernalia que hayan traído.
No discutamos, el capitán nos necesita y hay inocentes dentro de la mansión. Salvemoslos y si nos llevamos a algunos barbaros por delante mejor

Alyanna se acerca para observar el punto por el que se ha roto la escalera, pero esta tan oscuro y hay tantos metros de caída que no se sabe con seguridad si Eleyna se ha podido coger a algún apoyo o que haya caido hasta romperse todo los huesos. Lo que si se sabe con seguridad es que no da señales de vida y que la situación se ha vuelto peliaguada.

Arthur decide marchar para vengar a su compañera con los primeros bárbaros que ve, en este caso los de la puerta principal ante el asombro del pragmatico Alek que hubiese preferido una entrada más sigilosa. Pero Evadne acompaña a su compañero cargando su ballesta y apuntando a los bárbaros, pronto observa que uno de ellos se lleva un cuerno a la boca, parece que quiere dar la alarma, el resto esperan la carga de Arthur poniendose en formación de cuña inversa con sus espadas afiladas gritando insultos guturales.

El combate ha terminado y ahora quedan en el suelo 4 cadáveres más. Pero la puerta de la mansión ya está limpia de enemigos y frente a vosotros se encuentra la elfa Kakuonsäde, por lo que podéis suplir la perdida de Eleyna. Para decepción de Arthur la pelea no ha sido escuchada por nadie más y no tenéis nuevos rivales. Pero el tiempo empieza a jugar en vuestra contra.Pues seguramente los hermanos intenten cazar a Ismael mientras sufre el ataque...

Arthur pateó un trozo de uno de los bárbaros de mierda.

- ARRGGGG. ¿No me dáis más pelea? ¿Ya se acabó vuestro ardor guerrero? - Las entrañas se desparramaron por el suelo. - Malditos. Hola, Kaki. - Dijo con la cara cenicienta, señaló a la guadaña que llevaba Alyanna. - Hemos conseguido un arma, pero estos cabrones nos han venido a dar por el puto culo. 

- ¡Vamos a la habitación de Ismael! ¡Corramos antes de que lo maten. Igual nos puede decir como terminar con todo esto!.

- Estoy de acuerdo - dijo Alek - Pero espera Arthur.

Lanzo un ojos de ebano sobre él y otro sobre mi. Dura horas, asi que ya nos preparamos para los combates venideros :D
 

Respiro hondo antes de hacer una silenciosa plegaria para nuestra caida compañera. 

Id por Ismael, yo me ire ocupando poco a poco de las heridas que tengais mientras vamos para alla. Rezad que no sea tarde. 

Sin más preámbulos os lanzáis hacía la habitación de Ismael. Subís con precipitación las escaleras, sin dejar de estar atentos a posibles enemigos, pero para decepción de Arthur no encontráis rivales en vuestro periplo. Cuando llegáis a la habitación para vuestro alivio esta vacía y aunque hay evidencias de haber sido saqueada, no hay sangre ni marcas de lucha... Quizás Ismael estaba en el salón donde suele desayunar y se ha atrincherado allí.

- Venga, al salón, allí veremos si está Ismael. A mí sólo me han hecho un rasguño, me duele más no poder descansar. - dijo Arthur deseoso de exterminar de una vez a los bárbaros. Así podría tener un momento de tranquilidad, quitarse la tonelada de sangre seca que llevaba encima y darle un repaso a la clériga, darle digamos las gracias por todas sus atenciones.