Partida Rol por web

El sith consigue llegar a la excavación...

Las ruinas, la excavación, la misión y el destino. Todo en un mismo lugar... 

Piensa el sith al tiempo que observa la inmediaciones. 

Quizá debería aplicarme un medpack de estos... 

Piesa nuevamente al mirar su cinturón recientemente adquirido. 

No quiciera enfrentarme al "poderoso guerrero" maltrecho como me ha dejado aquel bichejo... 

Haciendo crugir los nudillos, darth Larius vuelve a mirar a ambos lados al tiempo que desciende del speeder.

Vaya ayuda que me ha dado el aparatejo este...

Te adentras entre las ruinas que apenas son antiguas construcciones derruídas y apenas queda nada en pie. Observas en las paredes antiguas pinturas en las que distingues a humanoides sosteniendo una especie de espada, pero la espada tiene algor raro, espada de luz tal vez ? Apenas puedes distinguirlo.

Cerca de un mural, encuentras que la tierra ha sido removida. Te acerca y descubres un pasadizo como a un sótano oscuro cuya entrada ha sido removida recientemente.

Bajas por unas escaleras y apenas distingues más allá, aunque los rayos del sol pasan por entre el techo iluninando levemente el lugar. Distingues en las paredes más símbolos y dibujos entre los cuales encuentras de nuevo al humanoide de la espada. Parece que los simbolos y dibujos recrearan algún tipo de historia sobre la raza ancestra de Xandralis.

Cuanto más bajas más frío sientes, y parece que tocas suelo. No sabes de dónde, pero de algún lugar proviene una voz de mujer de cierta edad.

- Quién eres, y qué buscas en éste lugar ? - el sonido proviene de todas partes.

Instintivamente la mano del Sith parece buscar su sable, pero al instante se frena.

Adónde me he metido... ¿Acaso he visto algo que se le parezca? ¿Qué es esa voz? ¿De quién?

Tratando de recordar alguna pista, algo que relacionara aquel individuo en los pictogramas con la historia de los Sith... 

¿Quizá un verdader sith... De raza?

MI NOMBRE ES LARIUS. LORD DARTH LARIUS. BUSCO RESPUESTAS Y CONOCIMIENTO. MUESTRATE ANCIANA.

Con los sentidos atentos al menor movimiento, el Sith se siente como un felino listo para saltar ante el menor ruido...

¿QUIÉN ERES, MUJER, MUESTRATE?

Un Lord Sith ?
La mujer con voz madura (que no anciana) parece apagarse unos instantes, dejando un silencio tras el eco producido por el sith.
De un salto hábil, se planta frente a tí y enciende su sable láser con gesto defensivo.

- Has dicho que eres un lord sith ? quién es tu maestro ? - la mujer se muestra segura de sí misma, pero un tanto desconfiada contigo.

Aquel gesto no fue lo màs adecuado por parte de la mujer, pero al denotarse la postura defensiva Darth Larius aguarda un poco màs antes de activar el propio.

Estás siendo descortez mujer, nada tengo que decirte si nada me dices.

Ahora sì, la empuñadura va a su mano derecha mas sigue sin activarse el as de energía.

¿Debo entender que nos batiremos a duelo o simplemente deseas mostrar el color de tu arma para que sepa con quien trato? Insisto en que apagues tu sable làser si quieres conocer el nombre de mi maestro.

Con los brazos extendidos a sus costados, el sith parece listo para el combate, mas no muestra señal alguna de hostilidad.

- Un sith con conciencia ? Esto parece inaudito. - La mujer desactiva su sable láser, manteniendo las distancias - Dime ahora, quién es tu maestro ?

Bien, tanto mejor.

Mi maestro es Darth Mermen. ¿Le conoces? Y, ¿quièn eres mujer? Me consumen tantas dudas.

- Mermen ? No le conozco. Pensaba que serías un secuaz de Darth Vader. - La mujer pronuncia su nombre sombríamente - Yo ? he venido hasta aquí en busca del conocimiento de éstas ruinas.

La mujer realiza un ademán dando una vuelta sobre sí misma y mostrando las paredes del amplio lugar derruído. Montones de comunas semi-rotas tiradas por los suelos, las paredes inundadas de las extrañas formas y simbolos de los ancestros.

- No has venido tú por lo mismo, Lord oscuro ? - dice finalmente, volviendo a centrar su mirada en tí.

El sith piensa a toda velocidad.

Sabrè que hacer... Maldita sea. No lo sè...

Dime mujer, ¿Participaste en una batalle en el Xifòn Azul? ¿Te dice algo el nombre Tim Rossdren? Sigues sin decirme tu nombre. ¿Quièn eres? Y no, no he venido por el saber de las ruinas... ¿Què esperas encontrar precisamente en ellas? He visto los pictogramas... Curioso ver la simbologìa mostrando un individuo con un sable de luz... ¿Jedi? ¿Sith? ¿Què opina?

Ahora con rostro sombrìo el sith sopesa la situaciòn

Mujer, no he venido a luchar contigo, pero imaginarás que tras semejante viaje no pienso irme sin respuestas... Tenga como tenga que conseguirlas...

Las palabras ahora son cortantes como una vibronavaja... Sin duda, hará lo que tenga que hacer.

La desconfianza es cada vez mayor entre vosotros. El ambiente se tensa y ambos medís vuestras palabras. La mujer frunce el ceño y muestra un aspecto serio y decidido. El sable de luz vuelve a activarse iluminando con un haz morado resplandeciente.

- Vaya, parece que has venido siguiéndome los pasos. Parece que te has descubierto, ser oscuro, pero lo que buscas lo he encontrado yo, y yo me lo llevaré. - Vuelve a desactivar el sable láser y se lo guarda en el cinto.

El sith se tensa una vez más al ver como se activa le  sable luz y no se relaja cuando este vuelve a apagarse.

Creo que no nos estamos entendiendo. Dices que tienes lo que he venido a buscar y que te lo llevarás. Hablas de Lord Darth Vader como si le conocieras y esquivas decirme quien eres.

Darth Larius separa sus piernas y pone su torso en lateral. La mano izquierda y la derecha se encuentran unidas empuñando hacia abajo su sable luz a poco más de quince centímetros de la cadera derecha del sith.. mientras que su rostro está apuntando a la izquierda, de frente a la mujer.

No haces más que darme a entender que no piensas ser razonable.

De a poco, el sith comienza a ser invadido por el enojo. Enojo de no saber con qué está lidiando. Enojo por sentirse ignorante y poco más que un novato. Enojo por tener que seguirle el juego a esta mujer que parece ser una persona con las mismas instrucciones que él.

La mujer parece impasible ante tus amenazas, y su ceño continúa fruncido mientras habláis.

- Conozco vuestros métodos, sith. No lograrás confundirme. Dices que me has seguido hasta éstas ruinas, y solo se dan dos alternativas que nos traen a ésta situación. O me persigues a mí para darme caza, ó venías en busca del artefacto. Dices que no me conoces, mi nombre es Ameé Ramis.

Ameé... Pues, que sepas tengo que agradecerte ya que me alegra haberte encontrado. Tu sabes del artefacto y hasta lo tienes... Algo de tanto valor y poder no puede sino estar bajo tu guardia personal. Es decir lo tienes por aquí... Tengo curiosidad ¿De què artefacto estamos hablando? hehe, vamos, sòlo uno saldrá vivo de aquí salvo que cooperemos. Dígame, de qué artefacto hablamos? El sith evalúa a la mujer tratando de recordar de los anales ese nombre.

¿Una jedi caido quizá?

La mujer de cabello blanco va ataviada con ropas ligeras con un pantalón y una camisa, pero por encima porta una capa con capucha la cual se pone antes de decir nada.
Al percibir que no sabes de qué artefacto se trata, la mujer da un paso hacia atrás y se da media vuelta en una carrera hacia la oscuridad.

- Jamás poseerás el artefacto ! - exclama cuando echa a correr.

ALTO!

Grita a viva voz el sith al tiempo que activa su sable.

Sigues a Ameé Ramis por el oscuro pasadizo derruído y apenas unos rayos esporádicos de sol alumbran el lugar.

Parto a la carrera de la mujer, sopesando si freirla con un rayo de fuerza o correr... Al verla huir la sigo casi instintivamente...

Ambos corréis a través de la semipenumbra esquivando restos de piedra antigua esparcida por el suelo. Ameé resulta ser más rápida de lo que pensaste en un principio. De vez en cuando echa una miradita por el rabillo del ojo y comprueba satisfactoriamente que no consigues darle caza.

Cotinuáis corriendo y te encuentras pensando cuando se acabará la carrera cuando observas a lo lejos un pequeño precipicio que separa el suelo a una distancia de unos 10m. Ameé sigue corriendo decididamente hacia ahí.

No pensará... !

Antes de terminar de pensar la frase, Ameé pega un salto prodigioso que la eleva varios metros hacia arriba y aterrizando instantes después al otro lado del precipicio. Un pequeño estruendo suena al impactar su cuerpo contra el ladrilloso suelo, y una nube de polvo la rodea. Durante un segundo no puedes divisarla, hasta que se pone en pie mirando hacia atrás envuelta en su oscura capucha y vuelve a salir corriendo hacia la penumbra.