Partida Rol por web

Investigador privado. Una de esas profesiones que suenan salidas de Hollywood. A todo el mundo le viene a la cabeza la imagen de un hombre alto, con sombrero marrón y aspecto de haber visto demasiado. Pero al final, la realidad es muy distinta. La gran mayoría de investigadores privados se dedican a buscar infidelidades, y se asemejan mas a paparazzi en busca de una foto indiscreta. La gran mayoría. Sin embargo, Jeremy Bulck tenía ese aspecto misterioso, ese aura que te hace sentir que es capaz de infiltrarse en el Kremlin y salir con vida... Y probablemente sea cierto.

En los últimos tiempos, sin embargo, los trabajos no habían sido muy numerosos. Los gobiernos se apañan bastante bien con sus servicios de espionaje, compuestos ahora en su mayoría de hackers más que de espías clásicos, y los ordenadores habían reemplazado al traje y la tapadera. Pero Bulck era un investigador clásico, de los que creía que había información que no era capaz de darte un ordenador. Puede que estuviera en lo cierto, pero la verdad, su estilo cada vez estaba más en desuso.

El día comenzó para él como cualquier otro. Llega a la oficina, deja su chaqueta, enciende el ordenador y comprueba el correo. Hacía unas semanas que había terminado su último trabajo, y la rutina le estaba matando. Por suerte, todo eso iba a cambiar. Cuando creía que había terminado con los mensajes, su bandeja de entrada recibió un nuevo email:

De: Remitente desconocido

Asunto: Una oferta que no puedes rechazar

Hola, Jeremy,

Espero que tengas tiempo hoy, pues te traigo un nuevo entretenimiento que te va a dar de comer durante más tiempo que cualquier otro trabajo. Tan solo espero que seas tan bueno como dicen.

Y nada más. Desde luego, era misterioso. Pero este mundo está lleno de gente misteriosa, informantes y falsas identidades. Quizá tan solo era otro viejo rico que necesitaba unas fotos de su mujer en la cama con el amante. Bulck no se hizo muchas ilusiones, y empezó a redactar la respuesta. A pesar de tener todo el día, era mejor aparentar estar ocupado, así que escribió fingiendo tener una agenda muy apretada. Y antes de que tuviera tiempo de enviar el mensaje, recibió una llamada que le interrumpió.

- ¡Hola! - la voz parecía de mujer, y se le veía alegre de haber sido atendida -. Me alegro de hablar contigo. Veo que estás disponible hoy mismo, así que en cinco minutos estaré en tu oficina.

Sin esperar respuesta, la mujer colgó el teléfono. ¿Acaso el email y la llamada provenían de la misma persona? Por primera vez en mucho tiempo, el investigador parecía sorprendido.

Puntual como un reloj, cinco minutos más tarde la mujer estaba en la sala. Era más atractiva de lo que Jeremy había imaginado, lo que hacía la visita más agradable. Pero también más misteriosa. ¿Quién era la mujer, qué quería y cómo había sabido que el investigador estaba libre hoy? Eran preguntas que muy pronto podían obtener su respuesta.

La desconocida se sentó en la silla que Bulck le ofreció, cruzó las piernas y apoyó sus manos sobre la mesa del detective.

- Como te decía - comenzó, sin siquiera presentarse -, te traigo un trabajo que no podrás rechazar. Una investigación de las de clásicas, con disfraces, infiltración y todas esas cosas que te gustan. Eres el hombre más apropiado para ello, por lo que el sueldo será acorde a esta premisa. ¿Te interesa?

La condenada era descarada, inteligente y muy directa. Y parecía haber hecho sus deberes muy bien antes de venir. Cada momento que pasaba, la situación se volvía más y más interesante.

Jeremy podría haberse puesto nervioso, sorprendido o hasta incomodo, pero para él, 5 minutos eran suficientes para prepararse o al menos para preparar su actuación de aparentar. Después de la llamada telefónica le había quedado claro, al menos, tres cosas: Era una mujer, parecia muy entusiasmada y segura de ofrecerme un trabajo que no podría rechazar, y... la más preocupante, parecia que lo estuviera espiando. A estas tres intuiciones, se le añadieron dos más de preocupantes cuando la mujer entró en su despacho: parecia que le conocia muy bien, y.. bueno.. era realmente muy sexy.

Esperó a que la mujer iniciara la conversación, cosa que no le costó nada. después de su directa propuesta, Jeremy se recostó en su silla y descansó sus manos encima de las rodillas por lo que quedaban fuera de la vista de la mujer y se quedó en silencio. Todo puro teatro: parecer tranquilo, darse tiempo de pensar, y esconder las manos que siempre delatan el estado de animo de las personas.

Finalmente dijo: Bien.. hem.. señorita. Parece que usted sabe mucho de mí, quizá más de lo normal - dijo con una mueca - Por desgracia eso me hace estar en desventaja. ¿Porqué no empieza presentándose y explicándome algo de usted? - propone Jeremy aparentando tranquilidad.

La mujer no parece sorprendida. Más bien, hubiera quedado insatisfecha si no hubieses formulado esa pregunta. Sin cambiar su postura, comienza a explicar un poco.

- Supongo que recordarás tu último trabajo. Aquel que tu superior te ofreció con tanto secretismo. Era tan solo una prueba necesaria, puesto que como ya he dicho, necesitaba al hombre más apropiado. Mi nombre es Helen Raynor, ex-ingeniera de la NASA, actualmente trabajo para la universidad militar Norwich. Compagino mi trabajo con una investigación independiente, y como en todos los campos de la ciencia, tenemos unos competidores un tanto... incómodos. Ellos tienen más dinero y personal que nosotros, y si no cambiamos las cosas, pronto nos dejarán atrás. El problema es que estamos hablando de una investigación que, si no me equivoco, podría poner en riesgo la vida de muchísima gente.

Sin que la mujer continuase, te podrías haber imaginado el resto de la conversación. Dos grupos que buscan lo mismo, uno de ellos va por delante, y el otro roba datos. Llevas mucho tiempo en esto, y esta historia no es la primera de este estilo.

- Lo que te voy a pedir no tendría nada de especial, si no fuera porque esa gente espera espías dentro de sus laboratorios. Por eso mismo no me vale cualquiera. Necesito que tú, Jeremy, consigas acceso a esas instalaciones y me informes de lo que están haciendo.

hum.. - A Jeremy se le va formando la escena mentalmente. - Así que el trabajo anterior, era una prueba... esta gente tiene pasta y no se anda con tonterias - Piensa mientras sigue escrutando a la chica con la mirada.

- Bien, parece que el trabajo que me estás ofreciendo, es de esos en que no vale quedarse a la sombra, de los que hay que actuar directamente dentro del "torbellino". Sabrás que eso no es nada fácil... - Claro que lo sabe! por eso esta aquí!- .. y que entraña mucho riesgo.. y más si dices que el objetivo ya nos está esperando.

Jeremy no podía evitarlo, los enigmas e investigaciones le encantaban y cuando más complicadas más atrayentes..

- ¿Que me ofreces para hacer el trabajo?... - antes de que Helen pudíera habrir la boca - Me refiero a los recursos. ¿Tengo que espavilarme yo solo desde el principio?, o puedes aportar información, opciones de entrada, informes sobre personal e intalaciones, etc...

La mujer sonríe ante tu iniciativa. Tus reiteradas preguntas muestran interés por el trabajo, por lo que se siente satisfecha, y lo demuestra.

- Evidentemente, te ofreceremos el material que necesites para acceder allí. En estos momentos tienen un par de vacantes, y tenemos datos sobre su forma de reclutamiento, por lo que podrás ir preparado para que te pongan los mínimos impedimentos para acceder. Respecto al centro, tenemos unos planos muy rudimentarios, desgraciadamente, por lo que no podemos ofrecerte más que unas fotografías de satélite del exterior y unas descripciones muy generales del interior.

La mujer abre un pequeño maletín y saca una carpeta de documentos, con los imágenes que acaba de mentar. El edificio es de un tamaño bastante grande, y como era de esperar, está rodeado de cámaras que cubren toda la planta baja. Una incursión en secreto parece extremadamente difícil, así que lo más práctico es, como sugiere ella, entrar a formar parte del equipo y acceder por la puerta principal como un empleado más.

- Nos aseguraremos de que vas preparado para que las pruebas de selección no sean un impedimento. Pondremos a tu disposición lo que sea necesario para que puedas obtener un puesto allí y la posibilidad de entrar como uno más de ellos al edificio. A partir de ahí, tus recursos serán tus habilidades.

Hum... - Jeremy le da un vistazo al plano, pero en seguida levanta la mirada. sabe que mostrar sus cartas desde el inicio no suele ser una buena estrategia - Vaya... - dice con media mueca - Está, usted, muy segura de que voy ha acceptar este encargo, verdad? - Pregunta, pero sin esperar respuesta. antes de que Helen pueda hablar..

Hablemos del riesgo... en su mail, porque era suyo verdad? - dice refiriendose al mail que ha recibido hace apenas 15 minutos - decia, usted, algo del pago.. ¿Como lo decia?.. Ah! sí - dice dejando ver su ironia ya que se acordaba perfectamente de la frase usada - "me va a dar de comer durante más tiempo que cualquier otro trabajo"... - luego mira directamente a la mujer - Sabe?, tengo dos conocidos bajo tierra esperando un pago sustancioso - dice con un hilillo de voz.

El dinero con que se paga, suele ser proporcional al riesgo que se corre.. y como ve, su frase me deja algo intranquilo..

La mujer se muestra confiada, y esa confianza surge de dentro de ella. Es una persona de gran fuerza de voluntad, que seguramente haya vivido y salido airosa de numerosos momentos complicados. Sin embargo, hay una nota de melancolía en alguno de sus gestos, delatando un pasado con numerosas pérdidas emocionales. A pesar de mostrarse cercana, es una persona que mantiene muy bien las distancias, y asegurarías que no es de esa gente que mezcla el deber con la vida personal.

- Evidentemente, sus dos conocidos bajo tierra esperando un pago sustancioso no eran las personas que yo buscaba. Desde luego el trabajo entraña riesgos, si no me conformaría con cualquier investigador. Pero sé que no tendrás problemas. En todo momento contarás con nuestro apoyo, y no tendrás que aceptar muchos riesgos. Tan solo necesitamos que hagas tu papel allí, y cada noche, cuando vuelvas a tu casa, nos informes debidamente de lo que hayas podido ver.

La mujer se inclina hacia delante, confidente, mientras continúa.

- Ellos te contratarán, y son gente que paga muy bien. Y a la vez, nosotros te ofreceremos tres veces ese salario mientras dure el trabajo. Si por lo que fuera tuviéramos que cortar la investigación y sacarte de allí, te pagaremos al momento el equivalente a seis meses de tu salario. Es decir, que si la situación se pone complicada te compensaremos con creces.

Por ese dinero cualquiera haría lo que fuera para mantenerse con vida si las cosas se ponen feas.

- ¿Qué me dices? ¿Te ves capaz de hacerlo?

La mente de Jeremy ya estaba en funcionamiento. De hecho, desde que se había puesto el plano en su mesa. El dinero era una muy buena escusa para aceptar el trabajo. No todos los días se tiene la oportunidad de asegurar parte de la via, y más con ese ambiente enrarecido en que los trabajos escasean, tanto por su número como por el contenido. Y eso era lo importante.. el contenido.

A Jeremy siempre le habían facinado todo tipo de intrigas y ese plano delante de su casa, esa misteriosa mujer y ese trabajo enigmático, hacían que todas las células de su cuerpo gritaran para empezar a trabajar.

Se recostó en su silla, detras del despacho. haciendo como si pensara o sospesara los pros y los contras. Estaba claro que Helen había dado en el clavo en ir a ofrecerle este trabajo.

- Está bien, señorita Raynor, si accepto este trabajo.. habrá una serie de condiciones que debería de aceptar. - antes de que Helen pudiera abrir la boca - Quiero el 50% del pago, es decir tres meses, antes de empezar. Al menos si ha de pasarme algo,... - deja la frase en el aire, no hay que dar más información a desconocidos - además, necesitaré toda la información que ustedes me puedan ofrecer sobre la infiltración, así como una posible coartada...

¿Que me dice?

La mujer asiente satisfecha ante tus condiciones. Te ofrece todos los documentos que había sacado anteriormente para que los almacenes y utilices en tu investigación. Mientras los tomas de la mesa, ella continúa:

- No será ningún problema. Mañana por la mañana tendrás la transferencia correspondiente a esos tres meses directamente en tu cuenta. Cuando hayas comprobado que tienes el dinero, un hombre vendrá a recogerte para llevarte a uno de nuestros edificios, donde te daremos todo lo que necesites. Ese mismo hombre te entregará un maletín con todos los documentos que te ayudarán a quedar por encima de los otros candidatos para ganarte la plaza allí. Al entrar por la puerta frontal, no creo que necesites cosas para infiltración, que además, podrían delatarte si te encontraran. Pero de todas formas, en esos planos - dice señalando con la mirada los documentos que te ha ofrecido y tú has guardado ya en un archivador - tienes todas las entradas al edificio, puntos ciegos, cámaras y sensores.

La mujer se levanta y te alisa la mano, y te ofrece la mano para cerrar el trato.

- Recuerda: no necesitamos que tomes riesgos. Tan solo haz el trabajo que te asignen e infórmanos - concluye, antes de que tengas oportunidad de estrechársela o enumerar algún inconveniente más.

Al ver que Helen se levanta, Jeremy no podía hacer otra cosa que levantarse educadamente. Helen le ha alargado la mano para cerrar el trato, pero Jeremy tarda unos segundos a sospesar toda la información que le ha indicado - Muy preparado tiene todo esto - Piensa, mientras se anota mentalmente que debe de buscar información sobre esta mujer y su agencia -

Jeremy asiente con un golpe de cabeza y al estrechar la mano de la mujer la mira directamente a los ojos, muy seguro de si mismo.
- Tampoco yo quiero exponerme a riesgos innecesarios -

Cuando Helen se dispone a marcharse, Jeremy no puede dejar de dirigir una mirada hacia sus bonitos gluteos. pero volviendo a la realidad - Por cierto, señorita Raynor. ¿Necesita que le de mi cuenta bancaría, o ya la han descubierto? - dice con una mueca irónica

- Por supuesto que ha sido fácil encontrarla. Si hubiera estado en un paraíso fiscal, con esos temas del secreto bancario no habríamos podido. Pero aquí ha sido coser y cantar - dice con una sonrisa.

Contoneando sus caderas, Helen abandona la estancia, tras haber sellado el acuerdo contigo. A la mañana siguiente, tal como había prometido, en tu cuenta tenías el dinero exigido. Cuando viste el saldo a tu favor tuviste que contener una exclamación de sorpresa: nunca te habían pagado tanto dinero de golpe, y menos aún sin haber comenzado el trabajo. Tu honor, sin embargo, te impidió siquiera plantearte dejar abandonada a esa mujer. Además, estabas seguro de que de una forma u otra, si salías corriendo con su dinero, acabaría dando contigo.

Un rato más tarde te montaste en el vehículo que te vino a recoger, un lujoso BMW negro. En el asiento de atrás te esperaba un maletín lleno de información, que con calma leíste en una parada durante el viaje. Al parecer, ahora eras un excelente psicólogo, licenciado en Harvard con honores y con amplia experiencia, en varias clínicas con gran prestigio. Habías dedicado años al estudio de las causas que llevan a la depresión y tratado durante años multitud de casos de estrés post-traumático, depresiones y enfermedades similares. Al parecer, todo se había afianzado, de forma que nadie pudiera tirar abajo tu coartada. El espacio en el que se describía tu familia y amigos estaba en blanco, dejando claro que eso lo dejaban a tu elección. No te sería difícil inventar un pasado familiar, ya lo habías hecho en otras ocasiones.

Los documentos también contenían la información de la plaza a la que aspirabas en ese lugar: psicólogo de personal. Al parecer, el estrés al que están sometidos los trabajadores últimamente los tiene al límite, y varios han tenido que dejar durante varios días su trabajo por depresión y otras patologías similares. Tú te encargarás de que su ritmo de actividad no baje y que los trastornos asociados al cansancio y el estrés sean menos graves. El perfil que se han encargado de crearte se ajusta perfectamente al puesto. 

Por supuesto, tienes cientos de folios describiendo las patologías que vas a tener que tratar, y cómo hacerlo. Parece un trabajo difícil, pero plausible. Y al estar trabajando directamente con los empleados, tendrás una oportunidad de oro para sacar información.

El edificio en el que se ocuparon de prepararte era moderno y muy bien equipado. Allí te dieron todos los datos que necesitabas para afianzar tus conocimientos de psicología y ganarte el puesto que necesitabas. En pocos días saliste hacia el laboratorio donde te emplearían, y como era de esperar, no te fue difícil convencer al comité de reclutamiento de que tú eras el hombre adecuado. En una semana estabas instalado en tu oficina, una enorme sala con un ventanal que daba al bosque y ofrecía unas puestas de sol espléndidas. El edificio en el que estaba asentada era igualmente imponente, una mole de cristal y acero que mostraba el potencial de la NASA ante el bosque que le rodeaba.

Te obligaron a firmar varios tratados de confidencialidad, en los que asegurabas que lo que vieras u oyeras allí no saldría de ese lugar, y encantado los firmaste. Esa noche, al llegar a casa, un email esperaba en tu bandeja de entrada:

De: Remitente desconocido

Asunto: Enhorabuena

Sabía que lo conseguirías. Espero noticias tuyas.

Un saludo

Quizá ya había descubierto que la plaza era tuya. O quizá sabía que la conseguirías. Fuera como fuera, te sentías satisfecho de ti mismo. Habías pasado el primer desafío, y era un trabajo emocionante.

Los siguientes días fueron fáciles: Una vez allí, simplemente tenías que rellenar algunos formularios, leer las historias de algunos trabajadores y atender a los que necesitaban algo de ayuda. Recetabas un par de medicamentos, les aconsejabas tomarse unas horas de descanso y de vuelta al trabajo. Mucho más fácil de lo que esperabas. Hasta que al cuarto día, un tal Hubert entró en tu enorme sala, y se dejó caer en el diván frente a la ventana.

En su rostro podías ver el agotamiento, al igual que en los otros pacientes. Sin embargo, este hombre tenía algo más. Había en su mirada algo que te hacía pensar que no era solo el cansancio lo que le atormentaba.

- Me han aconsejado que venga aquí - dice, como si entrar en tu consulta no hubiera sido algo que él hubiera escogido -. Dicen que puedes ayudarme.

Cuando la mujer hubo cerrado la puerta de su despacho, Jeremy se recostó en su sillón. dejó que los nervios y la tensión reprimida salieran haciendo que su semblante parciera unos cinco años más viejo. Pasó unos minutos relajando su mente y poniendo en orden las ideas. Repasando mentalmente toda la conversación para no dejarse ningún indicio que le pudiera ser de valor en un futuro.

Cogió su libreta de notas y apunto:
HELEN RAYNOR, ex-ingeniera de la nasa, universidad militar Norwich, Competidores?? (más grandes y poderosos que ellos) quienes son?, la nasa?.
Investigación que puede hacer daño a mucha gente.

después de unos diez minutos mirando lo que había escrito, Jeremy suspiró - Ains... - se levantó de la silla y salió de su despacho. Llegó hasta donde estaba su secretaria Roxy, que le mostró una sonrisa.

- Roxy, creo que me voy a ha ir a casa ya, tengo que pasar a ver a mi hermana primero y hoy quiero acostarme pronto. presiento que este trabajo que hemos acceptado va ha requerir de todos nuestros esfuerzos. - sin esperar contestación - Necesito que me hagas este trabajo -le dice enseñandole lo que había escrito en el bloc de notas - quiero toda la información posible sobre la mujer que ha venido hace unos instantes, se llama Helen Raynor y trabaja para la Universidad Militar de Norwich - hace un paron - bueno, puede ser que sea mentira - dice con una mueca. Aún así tenemos que saber todo sobre los competidores que tiene, fines, objectivos, etc..

Cuando tengas información llamamé al telefono personal, no me lo mandes por e-mail, ni por el telefono de empresa,... creo que no son seguros. Mandamela por correo a la dirección que te diré en unos días. - Para terminar - Por último, puede ser que tarde unos días en estar por aquí, encárgate de anularme las visitas que tenía, por favor, y de antender a nuevos posibles clientes.

DEspués de despedirse de Roxy, salió a la calle, se puso el abrigo y se digirió a ver a su hermana.

Jeremy había empezado su nuevo trabajo. De momento no había nada de complicado. Con la coartada, la documentación e información recibida podía hacer su trabajo sin peligro.

Sobre la coartada, había decidido, que en este caso no debería de inventarse mucho su vida o pasado, ya que si era verdad lo que le había contado Helen, seguramente ya estaría siendo investigado de forma muy profunda. Su historial académico ya había sido creado por su cliente, así que no creia que tuviera que preocuparse por él, pero su historial familiar era cosa suya.
Decidió decir la verdad, de esta manera sería más fácil mantener las aparencias, y eso le permitiría, compaginar su trabajo con las necesidades reales de su vida extraprofesional.

Jeremy mantenia dos moviles, el de empresa, y el personal que usaba para hablar con su hermana y con Roxy. Ésta última todavía no le había proporcionado la información que le había requerido antes de salir del despacho pero hacía relativamente poco tiempo, esperaría unos días más a tener noticias de ella.

Así estaba Jeremy, recostado en su nuevo sillón, en su nuevo y grandioso despacho, repasando mentalmente la coartada, cuando golpearon la puerta de su despatcho.

- Adelante - dijo Jeremy mientras miraba su agenda de trabajo y leia en ella que su siguiente paciente era un tal Hubert.

Jeremy vió a un hombre con el semblante cansado entrar por la puerta. Se levantó y le ofreció el sillón de delante de su despacho - Señor Hubert, pase y sientese, por favor -

Jeremy esperó a que el hombre se sentara para hacerlo él mismo mientras su cabeza empezaba a funcionar.
- Bien Hubert - Dijo pasando a un estado más formal y amigable - Haré todo lo posible para ayudarlo con lo que le preocupa. No tenga reparos en explicarme sus poblemas. Le recuerdo que todo lo que diga aquí dentro será confidencial y nadie más conocerá el contenido - Dijo repasando la fórmula que decia siempre a cualquier persona que entrara a su psicoterapia.

Jeremy puso los codos en su despacho y puso cara de prestar atención - Cuenteme Hubert, ¿en que puedo ayudarte?

El hombre se sentía incómodo y bastante reacio a hablar, pero comenzó como pudo.

- Pues la verdad... No sé como explicarlo. Las cosas me van bien, supongo. Hace poco conseguí un ascenso y un aumento salarial. Me desplazaron a una nueva unidad, después de hacerme un cuestionario y todo parecía ir bien.

El hombre se frotaba la cabeza. No estaba seguro de cómo abordar lo que quería contar, y tus frases de libro conseguían arrancarle muy poco. Al parecer, en su nuevo grupo todo le marchaba muy bien, y el trabajo le gustaba. Abordaba el tema de manera muy superficial, sin entrar en detalles ni describir su trabajo. Pero en todo momento podías percibir que algo le incomodaba, y no estabas seguro de la causa. No tardó en darte la respuesta. El hombre comenzó a frotarse las manos y soltó con un bufido:

- Esto es estúpido. ¡Yo soy un científico! Todo esto no son más que tonterías y supersticiones, ¿no? - casi parecía buscar tu aprobación. Asentiste ligeramente con la cabeza, aunque no te observaba.

- A ver... Los sueños no son más que eso. ¡Por muy reales que parezcan! Pero es tan insistente... Me está atormentando, y cada vez duermo menos.

Le había llevado tiempo sentirse cómodo y soltar la lengua, pero una vez había comenzado, no te costó que siguiera con su historia.

- El laboratorio está como siempre - comenzó a narrar su sueño -, aunque algo más oscuro. Marc, el jefe, se acerca para observar mi trabajo, y me da la enhorabuena. Pero entonces siento que lo que hago no es correcto. Es su sonrisa, parece que hay malicia tras ese rostro. Y cuando salgo del laboratorio, mi propia sombra me acecha. Se va agrandando más y más, y no puedo escapar de ella. Al final, todo es oscuridad, y corro en círculos hasta que me despierto en sudor.

Te mira, con las pupilas de los ojos dilatadas y un evidente terror en sus ojos.

- Pero no son más que tonterías, ¿verdad? - te lo pregunta casi suplicante, como si necesitara tu aprobación. 

Jeremy dejó pasar unos segundos en silencio, mientras sopesaba lo que debería decir. Había leido a Freud diciendo que los sueños suelen ser aquellos deseos reprimidos de las personas, pero no creía conveniente decirle a Hubert que lo que realmente le pasaba podía ser que anelara hacer maldades.

[B]Señor Hubert - dijo muy pacientemente - los sueños, a veces, nos pueden indicar muchas cosas y otras son simplemente una vía de escape para ideas o emociones de la propia persona. En su caso me inclino a pensar en lo primero debido a su repetida vivencia.[/B]

Sin esperar a que Hubert pudiera hacerse suposuciones, Jeremy continuó: - Los sueños no deben interpretarse literalmente como usted los ve, o los recuerda. En ellos puede estar encerrado multitud de ideas y sensaciones del dia a dia - No quería nombrar la palabra "deseos".

Como primera interpretación, podría decirse que, usted, en algun momento de su trabajo, ya sea por experiencias, peliculas, etc.. ha tenido la sensación de que puede estar trabajando en algo que considera no-licito y esta idea a enraizado en su subconciente - Dice sin dar mucha importancia - Pero necesito saber más sobre lo relacionado con el sueño para empezar a ayudarle.

Jeremy apreta el interfono de su mesa y habla con su secretaria: - ¿Señorita Mercedes, nos podría traer un poco de te, porfavor? - dirigiéndose a Hubert - No tenga prisa, hablar de estas cosas requiere que esté dispuesto ha hacerlo, y para ello es necesario un ambiente tranquilo y sin presiones. No se sienta obligado a hablar si no quiere. Para entrar en tema, podríamos empezar hablando de su ascenso - Jeremy quería que hablara de algo fuera del problema para que fuera cogiendo confianza y luego ir profundizando - Quenteme, de que trataba su trabajo? estubo contento de ser ascendido?

- Como decía... Sí, fue algo bueno. La verdad es que trabajé duro para ello, y era lo que esperaba - dice respecto a su ascenso. Bebe un sorbo de té y poco a poco va liberando la tensión con que había entrado y se va soltando más. Cada vez le cuesta menos compartir la información contigo.

- Me bajaron a las instalaciones del sótano, donde tienen los más interesantes objetos. Yo investigaba un... bueno - parece que a pesar de que ya no le cuesta comunicarse, hay cosas que no puede contar ni siquiera al psicólogo -... En un proyecto bastante nuevo. Era, simplemente, analizar unas emisiones de un objeto - concluye, sin dejar muy claro su trabajo.

El hombre descendió el tono de voz. Al parecer, aunque no debía desvelar aspectos de su trabajo, necesitaba concederte algo, para relajar la tensión con que había entrado.

- La verdad es que la cosa se complicaba, pues eso no dejaba de emitir más y más cosas. A veces incluso nos presentaba imágenes de lo más vívidas... como fotografías. Y poco a poco fue provocando en mi cierto estrés: es como si me advirtiese una y otra vez de algo. Y eso siempre ocurría cuando nuestro superior, Marc, aparecía por las instalaciones. El trabajo me estaba abrumando, y el estar cerca de eso todo el día no ayudaba nada. Y luego empezaron esos sueños: creo que las emisiones me han predispuesto a ello, y ya solo quiero descansar. Me da igual el trabajo, el ascenso y Marc. O no.... Quizá deba seguir e indagar más, por mi cuenta.

El hombre bebe otro sorbo de té y permanece sentado, observándote. Parece esperar un consejo.