Partida Rol por web

Unidos

Prólogo 3: La información puede ser muy peligrosa

Cargando editor
10/10/2013, 18:56
Director

Cada día, cuando llegas a tu puesto de trabajo, te sientes orgulloso de tu trabajo. Gracias a cientos de hombres como tú, que sirven sin dudar a ese bien mayor, vuestro país es un poco más seguro. En las oficinas se respira un ambiente agradable, la gente sonríe y bromea, y sobre todo, comparte información.

Cada día, cientos de miles de correos se envían alrededor del globo. En ese mismo tiempo, cientos de millones de mensajes son enviados a través de las numerosas redes sociales y los teléfonos móviles. Oh, bendita tecnología. La NSA, hace poco, era un edificio lleno de espías y expertos en telecomunicaciones. Hoy, gracias al milagro de internet, eso es cosa del pasado. En cinco minutos, un pequeño grupo de informáticos es capaz de conseguir más información de la que uno de vosotros podría analizar en toda una vida. Por suerte, hay unos cuantos algoritmos que filtran esa información y seleccionan la más interesante. Después, otro grupo de gente se ocupa de buscar posibles amenazas por la huella digital que han dejado las personas, y a continuación, gente como tú, de paliar las amenazas.

Cada día, en la NSA, se evitan cientos de atentados.

Cada día, disfrutas un poco más tu trabajo.

Como cualquier otro día, estabas sentado frente a tu ordenador, analizando unos datos bastante interesantes. Desde hacía una semana, habías recibido unos informes de varios cientos de páginas que parecían apuntar a que una agencia desconocida estaba robando información de la NASA. Datos que se habían obtenido con el dinero de todos los contribuyentes del país estaban pasando a otras manos. Eso no podía ser. ¿Quién demonios podía estar detrás de todo aquello? ¿Quién querría robar secretos de estado? Desde luego, ese grupo era una seria amenaza para este gran país.

Estabas enfrascado en tu investigación, tratando de encontrar un vínculo entre esa asociación y grupos terroristas. Pero cada nuevo dato hacía todo más complicado. Tus papeles estaban llenos de garabatos que daban círculos, y tenías que replantear tus hipótesis una y otra vez.

El susodicho grupo parecía estar alojado dentro del país, aunque se cuidaban mucho de utilizar direcciones falsas para no delatar su auténtica posición, lo que dificultaba localizarlos en el mapa. La gente de allí parecía tener o haber tenido relación con la NASA, o al menos algunos de ellos. Y la persona que llevaba toda la investigación parecía ser una militar de las fuerzas aéreas estadounidenses.

Fuera quien fuera ese grupo, no dejaba de atraer tu atención cada vez más. Delegaste otros informes sospechosos en tus subordinados y evitabas responder a cualquier llamada que no viniera de arriba. Cada día llegabas más tarde a casa, pues por más horas que gastabas en tratar de descifrar todo, sólo conseguías que la pila de información fuera creciendo más y más. Esa gente se movía rápido, y tenía relación con numerosos países del mundo. Y cuanto más investigabas, más te costaba discernir si el bueno de la historia era la NASA o esa extraña asociación.

Y ese día, contra todo pronóstico, fue distinto a los demás. Tu teléfono recibió una llamada externa, de un número desconocido. Estuviste a punto de dejarla pasar, pero algo te hizo cogerla. Cuando preguntaste, nadie contestó. El teléfono permaneció en silencio varios segundos. Ibas a colgar, hastiado, y entonces una voz de mujer sonó al otro lado del auricular.

- Seis de agosto del 2013. Quince de junio del 2013.

Y la mujer colgó el teléfono. En este momento, no sabías si tomarte la llamada como una broma, pero tu intuición te decía que alguien que puede llegar hasta tu extensión y ocultar su teléfono a los sistemas de reconocimiento de llamada no era cualquier persona. Y para encontrar más respuestas, solo tenías dos fechas y no demasiado tiempo, pues a cada hora más datos sobre tu actual investigación llegaban a tu ordenador.

Cargando editor
11/10/2013, 23:08
Mr. Smith

Al finalizar la llamada me quedo mirando, extrañado y con el ceño fruncido, el ahora silencioso auricular del teléfono. El sistema identificador de llamadas no marcaba ningún número y el mensaje era cuando menos críptico. Con parsimonia, cuelgo el teléfono, mientras pienso mi próximo paso. Seis de agosto de 2013. 15 de junio de 2013. 6-08-15-06-13. Podría ser un número de teléfono...

Impulsado por la corazonada, marco el número resultante.

Cargando editor
12/10/2013, 22:26
Director

Siguiendo el instinto más rápido, marcas el número de teléfono. Sin embargo, no llega a sonar. El número no existe. Te haces consciente entonces de que la NSA registra muchas llamadas, probablemente también hará lo mismo con las de sus empleados. Si la persona se ha ocupado mucho de guardar su identidad al llamar, su mensaje probablemente sea algo que solo tú puedas descifrar. Algo a lo que tú tengas acceso, pero quien pueda escuchar la llamada no sea capaz de desvelar tan rápido. Si fuese un número de teléfono, quien haya podido grabar vuestra llamada podría haber llegado a esa misma conclusión. Ha de ser otra cosa.

Tan solo dos fechas, que a primera vista no significan nada...

Notas de juego

De todas formas, la idea no era mala, la verdad. No me había parado a pensar en que podían formar un teléfono. ;)

Cargando editor
14/10/2013, 19:54
Mr. Smith

Mi mente piensa múltiples soluciones para solucionar el enigma resultante de las dos fechas, mientras que mis manos se dedican a mover los informes con los que llevo atareado desde hace una semana. 

¿Qué diablos significará esto?

Decidido a ser metódico y no volver a dejarme llevar por las intuiciones, comienzo a revisar detenidamente todo el material que he ido recopilando estos últimos días en busca de esas dos fechas.

Cargando editor
17/10/2013, 20:09
Director

¿Quizá todo estaba entramado en torno a esa investigación? Es posible que la llamada misteriosa tuviera algo que ver con lo que estabas haciendo estos días, pero en tal caso la deducción lógica era bastante alarmante: esa persona sabía en qué estabas investigando, quién eras y dónde trabajabas. Tu identidad estaba comprometida, y los sujetos de tu investigación al tanto de todo lo que hacías. Era algo muy peligroso.

Con ese pensamiento rebuscaste entre los miles de documentos que tenías, buscando esas dos fechas específicamente. Tenías varios datos, algunos de ellos registros de llamadas entre científicos, entradas y salidas de personas, un nuevo contrato... Y dos datos conectados:

Un email del 6 de agosto del 2013, de una tal Lindsay Greens, enviado a Robert Hornmann. El e-mail tan solo incluía un lugar: la cafetería Baker Street, en Baltimore.

Una llamada de teléfono, el 15 de junio del 2013, desde el teléfono de una tal Helen Raynor. La mujer contactó con ese mismo Robert Hornmann para citarse a las 13:15 en el mismo lugar: Baker Street, en Baltimore.

Resultaba sobre todo curioso que la cafetería estuviera localizada en tu misma ciudad. De hecho, el nombre te resultaba familiar. Buscando Baker Street por internet te encontraste con cientos de referencias a Sherlock Holmes. Por eso debía resultarte familiar. Y entonces caíste que conocías el lugar. Estaba en el centro de Baltimore, cerca de un restaurante que solías frecuentar con los amigos. Era un local pequeño, vacío los días de a diario y abarrotado los viernes y sábados. Algún día os sentisteis tentados de entrar, pero el ajetreo en el interior os disuadió. En coche desde las oficinas podrías estar allí en menos de 20 minutos.

Cargando editor
22/10/2013, 13:43
Mr. Smith

El que alguien conociera datos de la investigación y encima pudiese localizarme tan fácilmente era algo alarmante. La conclusión más obvia era que teníamos un topo y eso, eso era terrible. 

Pensativo, miro a mi alrededor, haciendo "inventario" de las personas con las que compartía trabajo, buscando alguien que pudiera ser de mi entera confianza...

Notas de juego

¿Tengo alguien que pudiera decir que es de mi confianza?

Cargando editor
26/10/2013, 18:43
Director

Ajenos a lo que puedas estar pensando, tus compañeros están igualmente en sus asuntos e investigaciones, realizando cuando es necesario las llamadas pertinentes.

Si alguno de estos hombres y mujeres te ha estado escuchando o ha traicionado a la agencia, desde luego no se deja ver como el gusano de Edward Snowden. Si había alguien allí en quien pudieras confiar, ese era Gerald Swarm, tu mentor y mejor amigo en la agencia.

Notas de juego

Pongamos a ese tal Gerald, un amigo desde que entraste. Si quieres te dejo que crees tú la historia de amistad entre ambos en tu diario ;)

Cargando editor
29/10/2013, 22:35
Mr. Smith

Sin perder un instante, me acerco al lugar donde esté Gerald y lo llevo aparte a algún sitio donde nadie nos pueda escuchar y, pegado a su oído, le pongo al tanto de la situación.

Me acaban de llamar, desde fuera y con un teléfono que no he podido rastrear. Una mujer que sabe lo que estoy investigando me ha citado en la Baker Street. No se si será una trampa y no se quién cojones está filtrando información sobre mi caso, pero he de ir allí ahora pero necesito que alguien me cubra y, amigo mío, ahora mismo solo puedo confiar en ti. ¿Te tengo a mis seis?

La última pregunta, refiriéndome a las seis como a mi espalda, la acompaño de una leve sonrisa y un apretón en su hombro. Estoy seguro que Gerald no me fallará...

Cargando editor
31/10/2013, 22:32
Gerald Swarm

Gerald, sorprendido por tu rápida aproximación y la críptica explicación se queda un momento anonadado. Sin embargo, se recompone rápido, y con una sonrisa que camufla la conversación que acabáis de tener como una broma casual, asiente. Hablando entre dientes y casi en un susurro te contesta:

- Ten cuidado, compañero. No vayas a meterte en un nido de avispas - dice, como si percibiera que te estás adentrando en un juego peligroso y que no acabas de controlar del todo.

- Estoy para lo que necesites. ¿Salimos ahora?

Concluye, en voz alta, restando a la frase la importancia que realmente tiene, como si estuviera proponiendo simplemente ir a tomar un café.

Cargando editor
01/11/2013, 11:30
Mr. Smith

Sonrío levemente. Siempre es reconfortante saber que puedes contar con un amigo para lo que sea. Asiento, enérgico.

Sí, es tan buen momento como otro cualquiera. Vamos.

Y nos encaminamos al aparcamiento, en los sótanos del edificio, a por dos vehículos. Durante todo el trayecto me mantengo alerta, atento a cualquier actitud que pueda ser sospechosa pero intentando mantener cierta compostura para que no se note mi ansiedad y mi atento escrutinio.

Cargando editor
04/11/2013, 22:08
Director

Tu compañero en uno de los vehículos y tú en el otro os dirigís hacia Baker Street. En algunos momentos, quizá debido a la idea de que pueda haber un topo en la NSA, sientes como si algún coche te siguiera, pero siempre terminan girando en otras direcciones.

Quince minutos después llegas a las cercanías de la cafetería. Aparcas en la manzana adyacente y terminas el camino a pie, mirando de reojo a cada persona, cada coche, cualquier detalle que pueda suponer una amenaza. Has aprendido a analizar tu entorno, y no dejas que nada se te escape. Pero esta vez parece que no hay nada que descubrir.

Entras en la cafetería, que está casi vacía. En la barra, el propietario del local te da la bienvenida y se prepara para atenderte. Al fondo del local, sentado en un taburete, un hombre remueve un café que todavía desprende vapor por el calor. En una de las mesas hay una persona tapada por un ordenador portátil plateado, que parece estar escribiendo algo importante.

De reojo, compruebas como Gerald se ha sentado en la terraza del bar de enfrente y ya disfruta de un descafeinado sin azúcar (sabes que a pesar de adorar el sabor del café nunca ha soportado la cafeína) mientras discretamente mantiene un ojo en todo lo que ocurre en el Baker Street.

Cuando te aproximas a la barra puedes ver mejor a la persona del ordenador. Se trata de una mujer joven, alta y esbelta, de cabellos rojos brillantes ligeramente revueltos. Parte de su atención está en el ordenador que tiene enfrente, parte en ti. De reojo observa curiosa cada uno de tus movimientos.

Cargando editor
10/11/2013, 10:50
Mr. Smith

Avanzo por el establecimiento, saludando con un gesto al camarero a la vez que busco un lugar en la barra desde donde pueda observar, tanto a la mujer de cabellera roja y su portátil, como al caballero del fondo. Una vez encontrado tal lugar, me siento y le pido al camarero un café solo.

Sutilmente, intento vislumbrar que se ve en la pantalla del portátil mientras espero que me sirvan el café...

Cargando editor
10/11/2013, 21:43
Helen Raynor

Una vez encuentras la posición perfecta, pides el café y observas el ordenador de la mujer. En su pantalla, en grandes letras, lees:

Me alegro de verte aquí, Terence. ¿Por qué no te sientas a hablar un rato?

Coges tu café y te acercas a la mesa. Una vez tomas tu asiento, la mujer se presenta, con una sonrisa encantadora.

- Sabía que vendrías. Soy Helen Raynor. Aunque es posible que ya conozcas mi nombre, si todo funciona bien ahí dentro. Has hecho bien en reunirte conmigo, porque tu salud se ha puesto en peligro desde que has empezado con este último caso. Voy a ser franca contigo: puede que no creas nada de lo que te vaya a decir aquí, así que eres libre de hacer lo que quieras después. Pero si decides permanecer sentado y saber más, mañana no podrás volver a la NSA.

La mujer deja un momento de silencio, que aumenta la tensión del momento. A través del cristal de la cafetería puedes ver a Gerald, lo que te mantiene confiado.

- Estás equivocado con tu investigación: estás rastreando a quien no debes. Los enemigos son los que te dan la información que usas, los que te dirigen contra esa gente. Y si sigues con esa búsqueda lo acabarás descubriendo... demasiado tarde. En cuanto puedas convertirte en una amenaza te matarán. No serás el primero ni el último en ser acallado. Y si permaneces aquí sentado, empezarás a saber demasiado sobre ellos. Por eso, desgraciadamente, tendrás que tomar la decisión con muy poca información. Lo único que puedo decirte es que yo soy la persona que tu agencia busca. Yo soy esa "terrorista" o como quieran llamarme, pero te aseguro que no soy la auténtica amenaza. Si quieres luchar contra una amenaza real, contra un enemigo que puede acabar con todo lo que defiendes, quédate aquí y escucha. Si no quieres creer nada de lo que te digo, simplemente levántate de aquí y márchate.

Notas de juego

Una cosa... Tu prólogo es el que va más despacio, así que tengo que acelerarlo un poco. Por eso he dado por hecho que te sentabas a hablar con ella ;)

Cargando editor
13/11/2013, 13:25
Mr. Smith

No puedo evitar que las palabras de la mujer, Helen Raynor, despierten mi preocupación. Básicamente, me da dos opciones, quedarme y seguir escuchando, algo que asegura hará tambalear toda mi existencia o irme. Se olvida de una tercera, puedo detenerla aquí y ahora, así que, con ese as en la manga, me quedo para escuchar lo que tenga que decirme. Podría detenerla ya y acabar con esto, pero nunca hay que impedir que una, en principio, terrorista, desvele información de una manera voluntaria.

Así que asiento con la cabeza, muy levemente, dándole pie a que continúe hablando, aunque secretamente dudo que pueda mostrarme pruebas convincentes de que lo que dice es verdad y no un intento de manipularme.

Asimismo, intento no perder de vista al hombre que se encontraba tomando un café al fondo del bar.

 

Notas de juego

No hay problema, master, dame toda la caña que quieras jajajajaja

Ya en serio, me parece bien, ando un poco liado entre el curro y la universidad y no dispongo de todo el tiempo que desearía para dedicarle a la Comunidad por lo que si hay que pisar el acelerador y obviar algunas cosas, adelante.

Un saludo

Cargando editor
15/11/2013, 22:03
Helen Raynor

Helen asiente, y se muestra segura. Es posible que no sepa de tus intenciones, o que las tenga perfectamente claras y haya planeado algo más. Esperas que no haya previsto la jugada de tener a tu compañero cubriéndote las espaldas.

- De acuerdo. Seré franca contigo. Creerme o no es tu decisión. Lo que hagas después, sin embargo, podrá tener una repercusión mayor de la que crees.

Te empieza a narrar una historia de traiciones, de cómo desde la NASA truncaron su carrera cuando, sin haberlo planificado, se embarcó en una investigación que debería estar en los archivos clasificados. Tuvo que abandonar la agencia estatal, tras lo que descubrió una enorme red de investigación que parecía buscar e incluso adorar indicios de vida extraterrestre. Una historia que difícilmente puedes creerte.

Sin embargo, todos los datos coinciden tremendamente con tu información. Reconoce que tuvo que acabar con la vida de dos compañeros, hecho que conocías por tu propia información. Te narra como accedió a la Universidad Militar de Norwich y a su vez formaba un grupo de investigación, financiado con recursos de la universidad. Todos los datos cuadran con lo que tienes, pero desde su punto de vista es como si ella fuese la víctima de una gran trama que extiende sus tentáculos a través de la mayoría de instituciones.

- Sin embargo, todo se precipitó recientemente. Toda esta historia comenzó cuando descubrí en el Polo hace años una grabación con un mensaje codificado. Ese mismo mensaje llegó a la ISS hace unos días, y desde entonces todo allí ha sido un caos.

Algo habías leído sobre eso. La mayoría de medios no sabían todavía nada, pero al parecer en la Estación Espacial Internacional habían sucedido una serie de accidentes que había dejado a su tripulación en un estado de emergencia.

- Un objeto golpeó con la ISS. Un extraño y perfecto cubo que parece emitir energía. Una energía que codifica el mismo mensaje recibido en el Polo Norte. Tras la recepción del mensaje en el Polo Norte un grupo entero de la CIA desapareció. Tras la recepción del mensaje en la ISS una astronauta murió y ahora los demás están en graves aprietos. Y hemos interceptado conversaciones de gente de la NASA en la que dan máxima prioridad a la adquisición de ese cubo, sin tener en cuenta la vida de los hombres allí arriba. La misma gente que anda detrás de mía por haber descubierto demasiado.

En estos momentos no sabes qué hacer. Está bien hacer hablar a una supuesta terrorista, pero todo lo que está ofreciéndote es una historia sacada de un libro de ciencia ficción. No puedes ir a tus superiores con el cuento de que todo esto tiene que ver con extraterrestres o algo así.

- Pero escúchame, Terence - dice al ver tu escéptico rostro -. Creas lo que creas, ya no tienes opciones. En la NSA han filtrado la información que te han dado. Te han ofrecido lo necesario para ponerte en mi contra. Ahora esperan que hagas tu trabajo. Por supuesto, sabrán que has estado conmigo: nada se les escapa, y lo sabes bien. Así que ahora solo tienes dos opciones: retenerme y entregarme a ellos, o venir conmigo. Si me entregas, asunto terminado. Por fin se harán conmigo y en poco tiempo verás la consecuencia de tu decisión. Si vienes conmigo... No te puedo ofrecer los mismos recursos que tu agencia, pero te aseguro que aplacarás la mayor amenaza que podrías haber encontrado jamás. Y podré mostrarte pruebas de que lo que te he dicho es verdad. Pruebas más consistentes que una simple conversación en un bar.

Y por último... Si no me crees, tan solo tienes que hacer una prueba: no hagas nada contra mi, y en menos de dos días atentarán contra tu vida.

Cargando editor
24/11/2013, 12:39
Mr. Smith

Tras unos instantes meditando alcanzo una respuesta. Muy bien, iré contigo, Helen Raynor, voy a dar crédito a lo que me has dicho, de momento, y voy a acompañarte, quiero ver esas pruebas tan consistentes que dices que tienes. Pero antes, he de dejar aviso de que me ausentaré una temporada...

Acto seguido saco mi teléfono móvil y le escribo un mensaje a Gerald:

G. voy a acompañarla para mas info, vuelve a casa no quiero que te vea, te informaré de mis avances.

Listo, ¿nos vamos?

Cargando editor
30/11/2013, 12:57
Helen Raynor

Tras avisar a tu compañero, acompañas a Raynor a un Mercedes negro que tenía estacionado dos calles más abajo. Te ofrece el asiento del copiloto, y una vez dentro se pone en marcha.

Salís de la ciudad y recorréis varias carreteras secundarias, rodeados de los enormes bosques del norte del estado. Tras casi dos horas de viaje, llegáis a una pequeña aldea. Aparcáis frente a una casa de una sola planta, de construcción antigua pero en buen estado. Raynor entra en primer lugar, y cruza un pasillo que llega a un gran salón de piedra con chimenea. Se sienta en un sofá de piel de buena calidad, y saca de nuevo su ordenador.

- Este será tu lugar de operaciones. En este ordenador tienes toda la información necesaria, y la casa tiene conexión de alta velocidad y dos filtros de cifrado de información, por lo que nadie podrá rastrearte hasta aquí - Saca un pequeño papel de su bolso y lo deja junto al ordenador -. Aquí tienes las contraseñas del sistema y el internet. Una vez las memorices, destruye este documento.

Desde luego, la mujer se ha tomado muchas precauciones, pero pensarías que te mostraría unas oficinas, algún edificio importante o algo así. Parece que ha optado por hacerte miembro del equipo, pero no enseñarte dónde trabaja. Es posible que todavía no confíe en ti.

- Entre toda la información que tengo aquí están las pruebas documentadas de lo que te he dicho antes. Si dudas si las he manipulado, sólo tienes que navegar hasta las hemerotecas o videotecas de radios, periódicos y noticiarios. Las noticias están ahí, yo tan solo he juntado las piezas del puzzle. Cuando hayas revisado todo podrás formarte tu propia opinión. Si todavía sigues creyéndome, tienes un enlace en el escritorio del ordenador. Si lo ejecutas, me enviarás un mensaje cifrado, y volveré para llevarte a nuestras instalaciones.

Efectivamente, la mujer todavía no se fía de ti. Y tiene mucha confianza en que todo esto te pondrá de su lado. Desde luego, ella parece tener muy claras las cosas, y te ha dado más de una oportunidad de delatarla. Y bueno... Puedes tomarte esto como unas vacaciones pagadas en una buena casa. Y si no te convence, tendrías herramientas para detenerla.

Helen se despide de ti, y te deja en esa residencia, aislado, sin medio de transporte para volver a tu casa.

Cargando editor
30/11/2013, 13:14
Director

Una vez la mujer se marcha, te enfrascas en la investigación. Como ella dijo, hay recortes de periódicos, grabaciones, vídeos de documentales y documentos clasificados de la NASA que parecen haber sido sustraídos de sus archivos. Toneladas de información que se suman a la que tenías. Información que la NSA nunca te había entregado, o nunca había encontrado.

Si das por válidos estos datos, desde luego la investigación que estabas llevando a cabo toma un cauce completamente distinto. Como la mujer decía, parece ser que hay grupos de gente infiltrados en los principales órganos del gobierno, y tienen a Raynor contra las cuerdas porque descubrió algo que no debía. Tuvo que huir de la NASA, y ha tenido que cambiar la localización de su centro de operaciones varias veces.

Contrastas los datos con los que puedes acceder desde internet, y todo parece estar en orden. Los recortes de periódicos existen, los videos son reales, y desde luego losarchivos de la NASA, aunque fuera de tu alcance, parecen verídicos.

El problema es que toda esta información te la ha dado la propia "terrorista", por lo que debes tomarla con cuidado. Quizá se ha tomado la molestia de cambiar toda esa información en internet, de modificarla para que creas su versión. Aunque es extraño que se tome tantísimo trabajo solo por convencerte. En tu mano está creer si lo que dice es cierto, o si ha preparado una titánica trampa para hacerte caer.

Estabas una tarde inmerso en la investigación, dudando de todo lo que leías, cuando suena tu teléfono móvil. Es un mensaje de Gerald:

¿Dónde estás? La situación aquí es extraña. Preguntan mucho sobre ti, y el gordo de Brian parece nervioso.

Notas de juego

Digamos que "el gordo de Brian" es uno de los peces gordos de la NSA y superior vuestro.

Cargando editor
01/12/2013, 22:24
Mr. Smith

Esto es increíble, increíble si no fuera porque las fuentes parecen veraces y toda la información puede ser contrastada. Se me pasa por la cabeza que todo esto sea un montaje para captarme y hacerme traicionar a mi agencia, pero, ¿por qué yo?. Realmente no soy nadie importante en la NSA, solo un agente de campo más por lo que es ridículo pensar que todo esto sea un montaje.

Pero si no lo es, la información que tengo entre manos es una auténtica bomba, pues tenemos al enemigo bien dentro del sistema y lo usa a su favor.

Con esta información creo un dossier, con enlaces a los datos a los que hace referencia de forma que sea fácil seguir el hilo de los acontecimientos hasta las conclusiones a las que ha llegado Raynor. Cuando lo finalizo le escribo un mensaje a Gerald: Estoy consiguiendo una info muy interesante. Te mando correo con dossier. Dime que te parece y NO se lo digas a nadie.

Y, acto seguido, le mando un mail con el dossier. 

Busco por la casa una botella de whiski y me sirvo un vaso, mientras espero la respuesta de mi compañero sentado en un sillón cerca del fuego...

 

Cargando editor
03/12/2013, 22:14
Gerald Swarm

La respuesta de tu compañero se hace esperar un día entero, y te sorprende en forma de llamada. Tu teléfono vibró cuando entró la llamada de tu amigo.

- ¿Terence? He estado mirando lo que me has enviado dede ayer. ¿Estás seguro de todo lo que pone ahí? ¿Esto no es sobre lo que has estado investigando estos días?

Antes de que preguntes si la llamada es segura, Gerald te confirma que te llama desde su residencia y con el teléfono personal, no el de la NSA. Sin embargo, sabes perfectamente que hay pocas cosas que puedan escapar a vuestra agencia, y sería posible que acabaran teniendo acceso al contenido de esta conversación.

- Deberíamos reunirnos en un sitio seguro, Terence. Me pediste ayuda el día del café, y te doy mi opinión ahora: me parece que te estás metiendo tú solo en algo demasiado grande. ¿Seguro que puedes con ello? ¿Necesitas algo de mi?