Partida Rol por web

El hombre negro estaba en el interior del callejón, no muy escondido pero lo suficiente para que no se le viera echando un vistazo en la calle. Ata creyó que estaba solo, pues no notó nada en un rápido vistazo a su alrededor. Él, que parecía relajado, esperó a que ella se detuviera para articular palabra.

- Bienvenida. - dijo como si la estuviera esperando de algún modo, lo que le pareció aún más raro - Tengo un mensaje para ti de una amiga en común. Puedes estar tranquila, no conozco el contenido. -

El hombre llevó la mano a su túnica y sacó un pergamino enrollado que entregó a Ata. Aquel hombre podría estar mintiéndole, pues no había manera de saber si había leído el pergamino o no.

No cambió de actitud. Se aseguró de parecer confusa y decepcionada cuando no se encontró con joyas a buen precio (y lo cierto es que la decepción fue muy real), y la manó le tembló un poco cuando cogió el pergamino. No lo abrió, sólo miró el papel y de pasada y levantó la cabeza para mirar al hombre.

-Discúlpame, pero no se me ocurre qué amiga en común podríamos tener tú y yo.