Partida Rol por web

Juaz lindas tiradas no? jejejeje

Te llevaste todo lo que quedaba de camino enfrascado en tus pensamientos, calentando tu cerebro intentando averiguar respuestas sobre la tecnología y los métodos que estaban siendo usados, pero no podías resolver el puzzle ¿será por la compañía?¿estarías nervioso por la misión? quién sabe, pero estaba claro que no estabas en tu "habitat" predilecto para hacer este tipo de cosas. Casi sin darte cuenta las horas pasaron y el viaje estaba a punto de concluir.

 Finalmente, tras las numerosas horas de viaje, Dan os informa por el comunicador de la cabina que estáis a punto de aterrizar. El lugar de desembarco será un pequeño aeródromo privado que ha sido alquilado por la institución para tener así una pista de aterrizaje.

Según os informa Dan, la iglesia que emplea vuestro objetivo para llevar a cabo sus planes está situada en las afueras del núcleo urbano, en mitad de uno de los barrios más pobres de Niza, lo cual podría explicar la facilidad con la que puede reclutar adeptos.

Minutos más tarde, el Jet aterriza, el descenso ha sido casi imperceptible para vosotros ¿proeza del piloto o del aparato? la cuestión es que había llegado la hora. El comunicador se abrió de nuevo.

- Bueno muchachos, la primera parte de mi cometido ha llegado a su fin, el Director me pidió que os recordase de nuevo que activarais vuestro Velo, gracias a el podremos estar en contacto constantemente. El pueblo está a unos 7 kilómetros de nuestra localización, tendréis que ir a pié, la iglesia debería ser fácilmente reconocible para vosotros - hizo una leve pausa

- Ernest, tu eres el único con el que he tratado más, tu te quedarás aquí conmigo, necesito a alguien que pueda proteger el Jet, si me ocurriera algo os quedaríais en la estacada por mi culpa y ese peso es demasiado para mi conciencia, aunque quizás estaría ya muerto ¡cosas de la vida! - con ese grito eufórico abrió la pasarela del Jet, era de noche, la luna llena iluminaba perfectamente los exteriores, el aeródromo estaba totalmente silencioso, con la suficiente luz para que los aviones pudieran distinguirlo. Había llegado el momento.

Ricardo espera paciente a que pase primero la dama del grupo. Despúes baja él, examina como es la arena de allá.

Si había algo que Kiandra admiraba era a las máquinas y los seres vivos le parecían la más compleja y perfecta de todas las que había visto.  Fue por esto que atribuyó el suave aterrizaje a la pericia del piloto más que a las bondades del avión y lo felicitó al descender.  Uno de sus compañeros se quedaría allí para custodiar la máquina, para Kiandra la elección de quién lo hacía suponía una no muy buena idea.  El tipo parecía ser bueno en el combate, o al menos esa sensación le daba a él, sin embargo su actitud era más activa y suponía que estaría ansioso por encabezar el secuestro.

El anacrónico inmortal descendió del aparato y miró el paisaje, parecía hacerlo de forma distraída, pero Kiandra supuso que el hombre veía cosas que él pasaba por alto.  No porque sus ojos tuviesen alguna diferencia, alguna capacidad diferente, sino porque el enfoque, el punto de vista desde el que partía la observación era diferente.  Kiandra le imitó sólo como parte de un ejercicio, de un intento por experimentar e intentar comprender más.  Quizás ese era uno de sus puntos débiles, cuando algo le llamaba la atención siempre intentaba comprender más, o al menos lo hacía hasta que sentía satisfecha su curiosidad.  Ahora se le había metido en la cabeza que Ricardo era inmortal, o al menos alguien muy viejo y se transformó de compañero a un nuevo sujeto de estudio en el instante en que la mente del Kiandra comenzó a ver el universo de posibilidades para explorar que crecía exponencialmente ante sus ojos.  Miles de puntos concatenados entre sí se extendían en una red casi infinita y cada uno representaba un posible uso de aquella inmunidad al tiempo.

Kiandra suspiró.

Deseaba estar en su laboratorio investigando, haciendo mejor a su traje, pero también lo había estimulado lo que descubrió sin querer, el velo y el nuevo combustible.  No había podido conocer más acerca de ellos en el avión, pero sin duda lo haría en el laboratorio, activó el velo, inició los procesos que monitorearían el desempeño de su traje y avanzó hacia donde se suponía se hallaría su objetivo luego de trazar la ruta en el gps que llevaba su armadura.  Ninguno de sus compañeros habló y él no tenía nada que decir, al menos no todavía.

Jenell bajó al último con suavidad y metiendo el reproductor sin batería ya en el bolsillo del que lo había sacado. De nuevo, como lo había hecho en el viaje, se lamentó no tener una consola portátil. Aunque ni había puesto un pie en el territorio extranjero ya estaba pensando lo mucho que se aburriría en la vuelta sin el aparato para paliar el rato. Le pareció curioso el gesto del hombre, aunque no pronunció palabra de agradecimiento (intentó salir de las cuerdas vocales, pero se ahogó antes de llegar al exterior) se vislumbró algo el intento de "amabilidad" por su parte en una mirada fugaz.

Tenían 7 kilómetros de trayecto, quizá pudiera interrogarle algo.

Indirectamente también era muestra de que tenía bastante optimismo para con la misión. Pensando con calma, solo era un viejales y encima lo tomarían desprevenido.

-Grran aterrizaje -comentó de forma distraída.

Realmente no pudo evitar algo de entusiasmo propio de la edad al volver a pensar en lo que estaba metida. Una organización secreta, un vuelo al extranjero en relativamente poco tiempo y en breves hablar con un tipo que realmente invocaba demonios (porque tenía que ser verdad para preocupar al Velo, sacaba en conclusión). Quizá incluso pudiese tirarle la lengua para que le dijera algo útil.

¿Ya teniendome en consideración?

Ignoró el comentario y continuó con su propia especulación. La única pena es que visitarían un barrio carenciado, la pobreza no era un tema que agradara pero no era como los americanos hipócritas que preferian ver a otro lado. Estaba ahí y era real, pero ella particularmente podía hacer poco y nada por solventarlo.

Comienza a caminar en dirección a la ciudad de manera decidida pero sin distanciarse de los demas, si ve que alguien cae lo ayuda a levantarse. Avanza en silencio.

Cita:

Dedicandose a ver por onceava vez el velo tras activarlo, Jenell avanzaba a paso rápido. Con especial cuidado se distraía apreciando los detalles del entorno, no por una actitud de alerta, sino por curiosidad. ¿Despues de todo, no habían descubierto así grandes hombres y mujeres, observando lo cotidiano y poniendolo en duda? Quitando este pensamiento tan profundo, también seguía contando aquella sensación de "turista" y cada tanto soltaba, de forma algo discreta para guardar su porte usual, alguna pregunta mas bien trivial hacia Ricardo, como de donde venía o que rollo con la espada que portaba.

 Tras la larga caminata, por fin lograsteis localizar vuestro objetivo, teníais justo en frente de vosotros el acceso al barrio designado para desempeñar la misión. Sin embargo hubo algo que os llamó la atención: el barrio estaba amurallado por gruesas paredes de hormigón.

Eso no era algo normal, sin embargo había un acceso por la zona frontal, donde el hormigón había dejado de ser construido. Junto a esa entrada se encontraba un vagabundo sentado en el suelo, acompañado de un pastor alemán que probablemente sería su única compañía. Una pequeña candela en un barril vacío era su único sustento de calor, hasta era visible una botella de vino vacía por el suelo, parecía que la vida no le había sonreído últimamente.

Técnicamente, gracias a vuestro Velo, a ojos de los humanos pasaríais totalmente desapercibidos.

En la travesia responde a las preguntas. Vengo de España y la espada que tengo fue la que me dieron cuando ingrese en el velo de tiresias de aquel entonces, es lo único que conservo de mi anterior vida.

Al llegar al sitio y ver el panorama. Que hacemos? Pasamos directamente? Me extraña mucho que sea tan fácil, un líder capaz de convocar demonios no dejaria una puerta resguardada por un vagabundo cualquiera.

Se queda mirando a sus dos compañeros. Ellos son gente de ahora y muy inteligentes, es posible que sepan dictaminar que es mejor.

-Antes de continuar me gustaría considerar un pequeño problema.  Supongamos que lo que hay allí no es más que un vagabundo con su perro, cosa que no me creo.  Supongamos también que tenemos éxito y logramos secuestrar al "profeta demoníaco" con tal sutileza que nadie logre darse cuenta, cosa que tampoco me creo.  Supongamos además que logramos salir cargando al profeta sin ser vistos.  ¿No sería ya demasiada suerte que lleguemos hasta el aeropuerto cargando al tipo por siete kilómetros sobre nuestras espaldas?  Sinceramente creo que, o bien esto no fue planeado correctamente, o bien a alguien no le interesa que volvamos vivos.  Como soy optimista prefiero pensar en la primer hipótesis con lo cual me surge una nueva pregunta.  ¿Quién se encargará de robar un vehículo y dejarlo listo para que podamos huir con velocidad de ser necesario?-

-Soy menorr de edad y Ricarrdo no parece que haya conducido un auto antes. Adivina.

Se cruzó de brazos, su impertinente voz sonaba en un susurro por si las dudas.

-Porr otrro lado no seas parranóico. Nadie esperra nuestra incurrsión, segurramente solo sea un vago con su perro. Lo que si me prreocupa es que los perros oyen y huelen mejorr que cualquierr perrsona, y en todo esto de lo esoterrico siempre esta ese rrumorr de que los animales perrciben cosas que nosotrros no. Es prrobable que rreaccione si pasamos porr ahí. Supongo que ninguno de esos cacharros que trraes puede aturrdir, que serría lo mas limpio ¿no?.

Si os preocupa la vuelta, con el velo no nos veria nadie y yo tengo fuerza de sobras para llevarnos a ese tio en un saco. Respecto al perro y el vagabundo no se que pensar, en principio no esperan un secuestro pero tampoco es normal que sea tan facil.

-Según entiendo el velo hace invisible a quien se cubre el rostro con él y sólo ante humanos normales, o sea gente como yo.  Cabría entonces la posibilidad de que en lugar de ver a un hombre cargando con un saco vean a un saco volando en dirección al aeropuerto o que de existir algún otro bicho raro como ustedes allí nos vea, creo que será mejor que entren ustedes, yo me quedaré por aquí cerca por si hay problemas, nunca participé de un secuestro y lo más probable es que sólo los obstaculice o delate. Ah, me olvidaba yo no se conducir, jamás lo hice ni necesité hacerlo-

Los pensamientos de Kiandra se volvieron pesimista aquello no iría bien, para nada bien