Partida Rol por web

Asintió, bordeando la fuente por el lado opuesto al de Ricardo. Se dedicó a pasarle la vista, con una mirada neutral pero atenta y el ceño levemente fruncido. Le trajo levemente a la memoria el mito de Ganímedes y la constelación de Acuario consigo, a pesar de que faltaba agua en su jarrón. Había aprendido quizá demasiado de mitología griega en la investigación del Velo. Un susurro le interrumpió.

Pues a mi se me antoja que se esta riendo de ti esa estatua.

Bueno, es un ángel. En la mitología griega los dioses y divinidades solían ser unos cabrones. ¿De hecho no fue una diosa la que cegó al Tiresias que da nombre a la institición?

En eso no se diferencian tanto de los demonios ¿eh?

De todas formas solo me acordé porque es mi signo.

No le tengo demasiada fé a eso de las constelaciones.

Tu simplemente no tienes fé.

Y tu tampoco.

Salió de estas cuestiones echando una leve mirada hacia atrás. Algo parecía estar pasando con el payaso que hacía de compañero en esa expedición, se le antojó ver humo pero entre la oscuridad y la distancia...de todas formas no parecía ser nada grave. Procuró seguir el paso hacia la construcción eclesiastica.

 Comprobando como Kiandra se queda atrás, en la entrada, vosotros avanzáis a paso seguro hacia la entrada de la Iglesia. Ante vosotros queda la majestuosa puerta doble de madera, la cual se encontraba totalmente cerrada. Adornada con un pequeño aro dorado que probablemente sirva para llamar. Pero ¿qué sería lo más apropiado hacer?. No parecía haber ningún tipo de vigilancia en los alrededores de la puerta.

Ricardo observa si en el edificio hay alguna ventana abierta o chimenea por la que pueda entrar al edificio.

 Los ventanales quedan a varios metros de altura, lo cual imposibilita la entrada mediante una de las diversas ventanas que decoran la Iglesia. Eso hacía que vuestra operación comenzase a complicarse.

 Fue una grata fortuna para ti el contar siempre con equipo auxiliar en el caso de que sucediera un error informático, aquel desastre con la seguridad del Velo te trajo demasiados quebraderos de cabeza, eso provocó que por orgullo intentases de nuevo violar sus sistema de seguridad.

Esta vez sabías que era lo que no debías hacer para no quemar tu último disco duro, eso llevó a que dedicases más tiempo del necesario en intentar romper las vulnerabilidades del sistema, pero a pesar de que tus dotes informáticas eran excelentes, te percataste de que no eras capaz de desentrañar la información que deseabas, el maldito de Fontaine había sabido proteger muy bien sus archivos y eso en parte, te enfurecía.

El nuevo intento por introducirse en el sistema del Velo resultó en un nuevo fracaso, no tan desastroso como antes, había aprendido de su error, pero fracaso al fin.  Sentía que ingresar en aquel lugar sería más un estorbo para el resto del equipo, quizás se equivocase en ello, pero prefería no arriesgarse, pero quedarse allí sin hacer nada tampoco reportaría beneficio alguno.

De repente se le ocurrió una idea, intentaría enlazar un satélite y controlarlo para monitorear la zona, de esa forma podría guiar a sus compañeros en caso de que necesitasen una salida rápida del lugar, podría dirigirlos por lugares menos transitados en incluso quizás percatarse de alguna emboscada.  Valía la pena intentarlo.  Revolvió nuevamente en su mochila, tomó uno de los pendrive que allí llevaba y lo ajustó a la entrada de la portátil, buscó los programas necesarios y se puso a trabajar.  Si esto funcionaba podría resultar en un importante aporte táctico a la misión.

Jenell se encogió de hombros. No tenía ganas de andar trepando, y además parecía un poco imposible ir en vertical sin equipo alguno. Era una iglesia después de todo, quizá hasta estuviese abierta la puerta para permitir a los feligreses y devotos asistir a cualquier hora a elevar plegarias y tonteras similares. Pensó en que otro par de ojos viera el interior por ella, pero como solía ser prefería valerse de si misma lo mas que pudiera.

Eres muy injusta conmigo, una pequeña queja se metió como siempre en sus conjeturas.

Se acercó con soltura y empujó la puerta, con la esperanza de que lisa y llanamente estuviese abierta.

 Por desgracia Jenell comprobó que la puerta de la iglesia estaba cerrada a cal y canto, pero eso si, existía una aldaba de hierro que probablemente podríais usarla para llamar, quizás os atiendan o quizás no, era una incertidumbre a la que tendríais que enfrentaros a no ser que se os planteara otra idea en mente.

Pone la mano en la aldaba y mira a Jenell. ¿Llamo?

Jenell empezaba a tener algo de incertidumbre. Realmente le habían lanzado (al menos a ella) sin mas que la explicación y la herramienta que era el velo que traía. En parte se sintió un poco fuera de lugar, no tenía ninguna experiencia en combate o en técnicas de cuerpo a cuerpo y estaba evaluando que serían necesarias. Si todo lo que había dicho el director era verdad, estaba acostumbrado al tema de la muerte... Frunció levemente el ceño, ¿no era un poco descuidado enviar gente tan a la ligera a cosas peligrosas? Lógicamente, sacó a conclusión de que le estaban poniendo a prueba, como era de esperar para un "novato", aunque se le hacía poco agradable que el método de selección fuera mandar a cualquiera al frente y tomar enserio a los que volvieran vivos. ¿Sería que así funcionaba realmente el Velo de Tiresias?

¿Mal asunto eh? Pero deberías concentrarte en esto no creo que vayan a abrir a las no se cuantas de la madrugada, los humanos duermen y eso.

Yo tampoco, sinceramente. Negó levemente.

Me encantará ver como piensas trepar por las ventanas.

No tenía intención. -repuso, levemente indignada. Suspiró hondo.- Bien, es un barrio pobre. Es normal entonces que aunque las iglesias suelen estar abiertas las 24 horas esta esté cerrada para prevenir robos e incidentes.

¿Ajá?

Estoy poniendo mis pensamientos en orden, no explicandote nada.

Igual lo voy a escuchar, mejor sigue.

Bien, justamente por el tema de la inseguridad que puede reinar en un sitio marginal, es poco probable que no hayan asegurado las ventanas superiores incluso, y esta puerta además de parecer muy sólida ha de tener una buena traba. A parte de difícil, tirarla abajo sería muy escandaloso. Llamar no me convence demasiado, no creo que abra nadie.

Elevó la vista hasta la cima del edificio.

Sin embargo, se me hace muy poco probable que un edificio tan grande solo tenga una entrada. Además de que si la información que se tiene este sitio se usa para cosas irregulares. No creo que un satanista o algo por el estilo entre tan campante por la puerta. Tiene que haber algún sitio donde pueda entrar quien quiera y cuando quiera...y no debería estar demasiado lejos, incluso es probable que un subterraneo.

-Espera unos instantes, quiero comprobar algo -susurró, para que le oyera el hombre que le acompañaba solamente. Con soltura aunque callada como un ratón empezó a "pasear" por los alrededores, tomando nota de lo que veía para comprobar o descartar su teoría.

-Exterior despejado por el momento.  ¿Es linda la puerta de la iglesia?- dijo por el comunicador del velo a sus compañeros

Mietras tanto continuó atento a su entorno y chequeaba de tanto en tanto lo que sucedía en el aeródromo y en el camino hacia él.