Partida Rol por web

Eros había puesto todo el empeño del mundo en elegir un sitio paradisíaco en donde dos seres desconocidos pudiesen convertirse en amantes, dos almas en una; la división inexistente ya de esas personas, era la preocupación del Dios. Psique, la diosa del alma, le dijo que estaba cometiendo locuras, que seres tan diferentes no podrían tener cosas en común.

Eros simplemente le contestó:

-No existe lo imposible.

Y entonces puso a los participantes en el salón principal del hotel, para que desde allí, eligiesen el lugar en donde se conocerían más.

Le pidió a Calipso que mantuviera el mar calmo y sereno durante esos días y a Efebo que brillara dulcemente sobre las aguas. Diana se encargó de hacer que la Diosa de la Luna, iluminara las noches con su fulgor blanquecino.

Todo parecía perfecto.

Era hora de comenzar con la primera cita:

Me acerco a la entrada de aquel hotel. De mal humor. Llevaba la mochila colgada al hombro. Y el uniforme de colegio. Tenia el suéter color naranja y la camisa blanca debajo. La pollera corta apenas se veía por debajo del suéter. Las medias blancas hacían juego con la camisa y llevaba puesto unos borceguís que iban en contra del uniforme.

Tenia colocados los auriculares del mp3 y la fuerte música de metal. Me acomode el parche del ojo. Estaba molestándome un poco pero no iba a sacármelo. No entendía por que demonios tenia que estar allí.

Me apoyo contra una pared, poniendo el pie sobre la misma. Mientras me cruzo de brazos. Esperando con poca paciencia a que llegue.

Mucho tiempo había pasado. Tiempo ya desde que la había encontrado. Aquella mujer extraña, y compleja, que de algún modo u otro hizo cambiar mi vida. No sé que pudo haberme poseído para querer conocerla en primer lugar, pero... Quizá haya sido sólo cosa del destino.

Ahí me encontraba, caminando hacia el lugar indicado. Al parecer era una especie de hotel... O semejante. No tenía idea. Sólo sabía que se trataba de una especie de cite. Pasé una mano por mi nuca, mientras pensaba en esto, algo confuso.

"Supongo que me vendría bien, después de tanto tiempo..."

Seguí caminando de manera normal, sin preocuparme demasiado, avanzando a un ritmo constante, fluído. Tras acostumbrarme a llegar temprano en pos de no pagar al final de las reuniones, decidí relajarme un poco. Suspiré al recordar, y luego proseguí mi avanzar.

Finalmente, en el lugar me encontré. Tal como pensaba, era una especie de resort, aunque algo lujoso. No, mas bien muy lujoso, exageradamente. Mis ojos se abrieron un poco mas mientras miraba de lado a lado. Posteriormente, tras unos minutos de contemplación silenciosa, decidí adentrarme.

Al llegar, logré contemplarla. Aparentemente era yo el que, tal como parecía predeterminado a estar, llegó tarde. Mi expresión fué curiosa, como mínimo. Se trataba de una joven, guapa, alta, quizá de mi estatura, o quizá hasta mayor, con el cabello corto, y una figuraagradable a la vista.

Antes quizá, habría hecho algun gesto notorio, pero ahora sólo observé durante unos segundos de manera fija, para luego avanzar poco a poco hacia donde estaba ella. Fuí midiendo la distancia que tomaba, mientras ocurría el inevitable análisis. Siendo el narrador que había sido de aquellos días sin sentido,había ganado esta habilidad así como necesidad de analizar las situaciones.

Parecía nerviosa. No. Más bien parecía molestia. Parecía irritada. Parecía tensa. Suponía que por culpa de mi tardía llegada. Seguía avanzando con paso firme pero sereno, mientras seguía contemplando. Su música estridente indicaba una aparente lejanía con el entorno, un bloqueo personal de otros, quizá. Al final, llegué al frente de ella. Exactamente un metro y medio de distancia.

Ladeé mi cabeza, y la miré directamente. Sabía que decirle algo no serviría, así que, decididamente, esperé, sin sonreir tampoco, porque seguro eso sólo la molestaría más. Miré seriamente, como indicando que había llegado, que ahí estaba, y que no pretendía ninguna mala intención al haber llegado tarde, sólo había pasado.

Cerré los ojos durante unos momentos. Escuchaba la música llegar a mis oídos y me deleitaba con la voz del cantante. Sentía como me llenaba de energía a cada estrofa.

“Your pretty face seduced me... blinded me from how you used me...”

Cantaba mentalmente mientras aguardaba. Esto sin duda era la tontería mas grande que había aceptado en mi vida. ¿Para que quería una cita? Era una guerrera.

“you suck out my will to live...you gave the crown and killed...”

Sentí una presencia acercarse. Abrí los ojos aunque solamente se veía el derecho. Allí estaba el. Había llegado finalmente. Levante una ceja al observarlo. Tenia un parecido a Koukin. Era guapo, sin duda. Pero parecía un chico común. No era un guerrero, eso saltaba a la vista. Tampoco era demasiado alto pero tenia un aire interesante.

Me pongo derecha quitándome los auriculares a regañadientes y apagando la música. ¿Como debía proceder ahora? ¡Ah si, debía saludarlo!. Carraspeo mientras me acomodo mi parche.

-Hola... - ¿Y ahora que debía decir? Esto sin duda era una estupidez, yo no servia para estas cosas. - Ehh... Soy Ryomou...-

Eso es, tenia que presentarme. No me haría mal ser un poco mas sociable ¿O si? En cualquier caso podría arreglármelas. Meto las manos en los bolsillos y tanteo las esposas. Suspiro nuevamente antes de sacarlas y guardarlas en la mochila.

-¿Y bien...?-

No sabia que hacer. ¿Que podría tener en común con el? Y lo peor era... ¿Que podíamos hacer ahora? Lo mejor seria empezar con alguna actividad o algo interesante para hacer. Esperaba a ver que planteaba el.

Al final ocurrió nuestro encuentro. Quizá una coincidencia. Quizá una atadura del destino. O quizá una simple casualidad designada por este extraño programa de citas, que nos unía sin siquiera darnos pauta previa alguna. Me tenté de suspirar, cerrar mis ojos, o pasar mi mano tras mi nuca tras pensar en eso, pero debía mantener mis tics a raya. No quería enfadarla aún más. Su mirada me intimidaba un poco, pero a su vez me impulsaba a mantener la compostura.

Noto como apaga su música, y observo como remueve sus audífonos. Ahora que por fin podremos comunicarnos auditivamente, preparo, pienso en lo que diré. Sin embargo, es antes, que ella inicia el saludo, resultando una vez más, la primera en esta cita, primero llegando antes que yo, y luego hablando antes que yo.

Noté entonces, en un gesto muy disimulado, pero inevitablemente existente, el sonido que provenía de su reproductor poseedor de alto volumen. Si no me equivocaba, los había escuchado en alguna parte. Extranjeros, y no tocaban nada mal, famosos en muchas partes. Finlandia, creo que era su país originario, si no me equivoco. Si algo destacaba en mí era saber mucho de todo, sin demasiada utilidad, aún al estudiar.

Alcancé a mirarla antes de que me notara observando su reproductor, instantes antes de que moviera sus labios, y emitiera el sonido de sus primera palabras. Porque siempre el sonido era mas lento que la vista, que el movimiento como tal. Me sorprendí un poco. Noté su actitud bastante mas agradable de lo que esperaría que fuese.

"Okashii..."

- Yoroshiku... Kyon desu...!

Saludé, casi exaltado, haciendo una leve reverencia, no muy amplia, para no parecer soso. Traté de analizarla por segunda vez, mientras esperaba sus acciones. No pasó mucho hasta que preguntara, lo cual me tomó por sorpresa, pero no es como si no fuese algo que ya hubiese pensado. ¿Que hacer? No parecíamos tener una guía específica de donde ir, o a qué.

- Tashikani... Que podríamos hacer...

Me puse una mano en el mentón y miré hacia arriba, no demasiado, pensando, haciendo un escanéo general del ambiente. Habían muchas cosas. Más bien era demasiado, y ella, al menos de momento, no parecía del tipo que exigiera lujos. Yo tampoco lo era. Terminé por mirarla de nuevo, bajando mi mano, y dejándola a un lado de mi torso.

Hice un gesto de "Eureka", a lo que entonces, le propuse a la joven Ryomou mi idea mas súbita.

- ¿Que tal si comenzamos conociéndonos? Mientras caminamos hacia algún lugar para comer algo... Sería la opción mas simple ^^!

Dije en un gesto que manifestaba algo de gracia, o mas bien, efusividad inusual, que solía salirme siempre que estaba con alguna chica linda, como con Asahina-san, normalmente. Además, no tenía nada de malo querer ser algo agradable, y no tan... Normal.

A medida que esperaba su respuesta, o incluso si es que comenzábamos a caminar, tarareé por lo bajo, una parte del tema que ella estaba escuchando, y que creo resultaba parte de su coro, a medida que movía sutilmente mi pie en un signo rítimo.

- Taken for granted again... Too weak to say it is over...

Por algún motivo, sentía que no sólo era algo que buscaba hacerme en común con ella, sino que también algo que me hacía recordar el pasado, identifícandome... Quizá más de lo que desearía.Mode nice on!

http://img205.imageshack.us/img205/7664/kyonnice.p...

PD: Sonata Arctica! Uno de mis favoritos >.<! Trataré de no mezclar pj conmigo mismo, pero cuesta si pones ese grupo *o*!
 

Hablo tranquilo. Algo efusivo. Me hacia recordar a un niño en muchos momentos pero parecía simpático. Planteo una idea común y no parecía mala. Aunque yo no era demasiado buena conversando.

Me paso una mano por el cabello antes de mirarlo nuevamente de arriba a abajo. Podía ser interesante sin duda. Asiento ante su propuesta antes de comenzar a caminar con el.

Iba a hablarle cuando lo escucho tararear. ¡No podía ser! ¿Estaba imaginándolo? No...estaba cantando parte de Blinded no More de Sonata. Me detengo a su lado y lo miro sorprendida, levemente sonrojada. Era algo que no esperaba.

-No puedo creerlo... ¿Estas cantando Sonata Arctica...verdad...?-

Me sonreí. Era algo extraño en mi pero encontrar una persona que le gustara esa música igual que yo era muy extraño. Eso era un punto a favor de el y de la cita. Sin duda, todo había comenzado a mejorar.

-Bien...vamos a comer...pero no soy buena conversadora...-

Le advierto mientras reanudo la marcha hacia el comedor. Manteniendo las manos en los bolsillos. Sin duda esto había mejorado.

Me sorprendí un buen tanto al notar un cambio de fase tan súbito en su conducta. Al parecer el gatillante de esto había sido Sonata Arctica. Tras salir de aquel extraño grupo en la preparatoria, tuve tiempo para ociar bastante, tiempo en el que encontré al grupo, y tras gustarme como sonaba, lo añadí a mis gustos normales, de joven normal.

Miré curioso a la joven Ryomou. Su expresión era algo tierna. No, más bien era muy tierna, aún si no pudiese ver sus dos ojos, pero eso no importaba. La hacía ser misteriosa, interesante, me intrigaba. Pensé que añadir algo sobre Sonata Arctica sería una buena idea justo en ese momento, respondiendo a su pregunta además al hacerlo. Había aprendido a ser asertivo después de todo.

- Hai... Los conocí hace poco, pero me agradan bastante...

Traté de decir con naturalidad y soltura. Ahí fué cuando recordé, además, un tema en particular. Decidí entonces tararearlo como muestra de mi agrado real por el grupo.

- Obsesed by you, your looks, well, anyway, I would anyway die for you~!

A medida que iba "Cantando" fuí moviendo mi cuerpo levemente, como indicando el ritmo. Fué solo esa parte. Miré de manera mas normal posteriormente, a medida que ya ibamos caminando. Sus siguientes palabras me parecían lógicas, a lo que asentí, cerrando mis ojos, y siguiendo el camino instintivamente.

- Supongo que arreglaremos eso al charlar... Ryomou-san!

Dije con optimismo leve, a lo que luego procedí el camino, mirándola de vez en cuando, con sutileza. Me parecía mona, de un estilo distinto. Un estilo como el de Suzumiya, o más bien como el de Nagato-san, con su pelo corto, y su presencia introvertida. No sabía que nos depararía el destino...

Camino a su lado de manera tranquila. Era la primera vez que no estaba vigilando sobre mi espalda para que nadie me atacara. No sabia que podíamos hacer allí, pero valdría la pena por lo menos intentarlo.

-Si...son muy buenos... Los escuche en un torneo y me gustaron...-

Le comento mientras recordaba aquella pelea con claridad. Que buenos tiempos.

-Y...a ti... ¿Que cosas te gustan...?-

Me sentía incomoda preguntando. Era como sentirse vulnerable de cierta manera. Solo había tenido pocas conversaciones y el que mas me hablaba era Saji. Tenia ganas de pelear nuevamente. Esperaba que hubiese algún sitio. Aunque también tenia algo de hambre.

Me acomode el cabello y la magatama de mi oído. Al igual que el parche. Estaba tan poco acostumbrada a pasar tiempo con alguien distinto que me resultaba extraño que me vieran con aquello que cubría mi ojo. Mientras no despertara, todo iba a ir bien.

Al llegar al comedor me sorprendo. Era un sitio muy grande y había mucha gente. Algo que no iba bien para mi pero no era mala idea intentarlo. Lo miro de reojo, antes de preguntarle.

-¿Que te parece esa mesa...?-

Una mesa apartada en un rincón. Que estaba mas alejada de las otras y había menos gente. Esperaba que no le molestara pero no me agradaba mucho la compañía extra.

A medida que escuchaba como Ryomou conoció a Sonata Arctica, no pude evitar fijarme internamente cada vez más en sus gestos. Sin duda se me hacía cada vez mas agradable, y dulce, contrastando mi primera impresión de que sería muy difícil comunicarme con ella. Me alivia un poco, sin duda.

Al oir su pregunta, pensé un poco, mirando de nuevo hacia arriba. ¿Que me gustaba? Pues era una buena pregunta, una que quizá tendría que responder con naturalidad, ya que hasta ahora había sido el método mas propicio para la situación en la que me encuentro. La miré, no demasiado enfáticamente, pero sí a los ojos directamente, y le respondí.

- Pues... Me gusta leer, dormir, y superar situaciones usualmente complicadas...

"Tales como tratar con aliens, viajeros temporales, y espers, además de Diosas caprichosas..." Fué lo que pensé en agregar, pero prefería no quedar de loco absoluto ante Ryomou-san. Seguí caminando, mirando hacia donde teníamos que llegar, para así, finalmente, al salón de comida entrar.

No era un lugar nada pequeño. Además, se encontraba muy poblado. Por un momento pensaba que quizá no sería apropiado, dado que el tipo de persona que ella notaba ser resultaba, según mis análisis, de las que se encontraría mas cómdoa en un lugar pacífico. Pensé alguna solución hasta que al final, ella la propuso.

- Sí... Me parece perfecta...

Miré con enfasis la mesa que ella indicó. Solitaria, ajena, aislada, con algo de sombra, pero a su vez con luz suficiente. Un lugar perfecto, para que pudiesemos estar tranquilos, y no nos molestaran. Se demorarían en traernos la comida, lo que permitiría un ritmo de ingesta lento y pausado, para que pudiesemos charlar sin problemas, y sin presión sobre nosotros.

- Dozo...

Dije, caballerosamente, indicando que nos sentáramos, ofreciéndole primero la silla, aunque no demasiado exagerado en el gesto, para luego sentarme después.

Miro a toda la gente alrededor. De manera amenazadora. Sabia que así, no nos iban a molestar y eso era lo que me interesaba. No soportaba a los mirones ni a los chusmas.

Tomo asiento tranquila. Levanto la vista mirándolo unos momentos. ¿Que había pensado Eros al juntarnos? ¿Seria por ese gusto? Yo peleaba y el no. No sabia que mas hacia.

-¿A que te refieres con esas situaciones...?-

Le pregunto dejando la mochila a un lado y cruzándome de piernas. Mientras tomo el menú para observar lo que había para pedir. Vuelvo a levantar la vista, mirándolo fijo.

-¿Que quieres pedir...?-

No tenia demasiada hambre. Pero quedaría mal si no comía algo aunque estaba acostumbrada a no comer. Doy un vistazo nuevamente a los que estaban presentes, para asegurarme de que nadie miraba para luego volver la vista al menú.

Apenas ella miró de forma amenazadora, se pudieron ver al menos al 50% de los que estan ahí alejarse, moviéndose desde sus respectivas mesas hacia otras que estuviesen mas lejanas a la nuestra. Su sola postura era imperante, digna, lo cual causó un gesto de temor en mi, que mostré cuando ella miraba hacia los demás. Una vez que fuimos a la mesa, ya me encontraba normal, a medida que me sentaba, después de ella.

Ahí fué cuando ella me preguntó sobre su anterior mención. Me puse a pensar en cómo responderle, sin que claro, pensara que era un maniático esquizofrénico. No sabía como decirle, con naturalidad, y credibilidad, que había salvado al universo de desaparecer, que había viajado por el tiempo, y que había visto gigantes de energía en espacios alternos a la realidad conocida. Al final, respondí de la mejor, y más directamente convincente manera.

- Fueron situaciones en las que mi vida se encontró en riesgo... Y logré sobrevivir... ^^!

Tras decir eso, a mi mente vienen memorias de aquel frío cuchillo, usado por aquella psicópata de Asakura Ryoko, y como cortó mi corbata favorita. Me gustaba esa corbata. Tales momentos, reafirman la idea que he postulado anteriormente. Ah, que viejos tiempos~!

Y luego, la parte de la comida. Decidí irme por lo más simple, algo que no me llenara demasiado, o más bien que pudiese comer lentamente, para darnos tiempo de conversar mientras comíamos.

- Pues... Tomaré unas pastas, tallarines con salsa blanca, y algún refresco... ^^U!

Tras eso, pensé en como seguiría la cita. Tenía que seguir el camino mas obvio, mas lógico. Al final, avanzaría de manera lineal, de momento, evocando la pregunta que me hizo antes. Tenía que conocerla. Sonata Arctica fué un punto, pero no el definitivo, así que, hablé.

- ¿Que te gusta hacer a tí, Ryomou-san?

Aguardé a su respuesta, tomando absoluta atención a lo que ella me fuese a decir, mirando seria, y concentradamente a Ryomou.

Elijo lo mejor del menú. Una hamburguesa, con algunas papas fritas. Si, eso era lo mas delicioso. Aunque no debería comer esas cosas pero no podía evitarlo.

-Pelear...-

Conteste de manera fría y luego recapitule. No tenia que tratarlo mal, era una cita.

-Lo siento... Suelo pelear y entrenar. Es lo que mas hago ademas de estudiar. No soy demasiado sociable así que no hago muchas cosas mas...-

Le digo encogiéndome de hombros. Era la verdad. No solía hacer otras cosas que no fuesen peleas. A menos que Sonsaku me enviara a algo. Me estremezco al pensar en ella. Me pongo de pie para llamar al camarero o camarera. No me gustaba esperar.

-Unos tallarines con salsa blanca y una hamburguesa con papas fritas...y dos gaseosas!-

Le digo mirándolo fijamente antes de volver a sentarme. Suspirando. Me hacían perder la paciencia. Realmente la gente era incompetente. Estaba rodeada de Hakufus.

Su semblante de seriedad y dureza contrastaban con los momentos anteriores. Sencillamente era interesante. Rasqué un poco mi cabeza mientras ella iba a pedir, sugestivamente, la comida, a lo que los cocineros empezaron a acelerar el proceso. Mis manos estaban sobre la mesa cuando ella volvió. La miré, y sonreí muy levemente, como en un gesto de "Bienvenida de nuevo" ocasional.

- Tatakau...

Pronuncié en voz baja, ante sus palabras anteriores. Le gustaba pelear, y entrenar. Yo no me veía haciendo nada de eso, aunque... No es como si no pudiese realmente hacerlo. Si dejo que me lleve la adrenalina, y utilizo mis habilidades para observar mi entorno, además de tener en cuenta las veces que he estado en peligro, quizá podría... Pelear.

- Pues... Yo tampoco suelo variar mucho... He ahí otra cosa en común ^^...

Sonreí, pero no por demasiado tiempo. Seguía algo enfocado en el tema de que a Ryomou-san le gustara pelear. A medida que nuestros platos iban llegando, producto de la "Sugestión" de la imponente joven, me preparaba para comer, enrollando mis tallarines en el tenedor, a medida que le preguntaba.

- Ryomou-san... ¿Que significa, para tí... Pelear?

Me interesé en eso, realmente. Miré sin embargo, hacia un lado, sombríamente, ante la idea de la violencia, para después volver a mirarla. Me preocupaba, pero a su vez quería poder empatizar con ella, saber que es lo que la hacía ser en esencia. Quizá de esto podríamos sacar una buena charla... Quizá.

Vuelvo a tomar asiento. Cerrando los ojos unos momentos y suspirando. Antes de acomodarme los guantes. Realmente la gente inepta me molestaba y mucho.

Lo escucho hablar. Su tono era muy dulce y algo inocente. Abro los ojos, aunque solo lo miro con el derecho. Antes de responder, nos trajeron la comida. Mejor, por que ahora si tenia hambre. Agarro la hamburguesa y le doy un mordisco. Estaba rica sin duda. Trago y me dedico a hablar.

-¿Que significa para mi pelear...- Era una pregunta interesante – Es ponerme a prueba a cada momento...cada enemigo fuerte que aparece para enfrentarme desafía mis limites y mis capacidades... De esa manera yo se de que soy capaz...-

Le digo tranquila. Sonrojandome un poco por mi manera de hablar tan sincera. Era la primera vez que decía esas cosas a un completo extraño. Pero me hacia sentir confianza. Sabia que no iba a burlarme y al parecer respetaba lo que decía. Eso era un buen indicio.

-¿Tu nunca has peleado...?-

Le pregunto mirándolo fijo. Esperaba su respuesta. Si me decía que si tal vez podría medirme con el en algún combate. Hacia mucho que no peleaba y sin duda seria divertido.

Por fin nos sentamos a comer. Todo gracias a la presencia intimidante de Ryomou-san. Además, teníamos la comida con nosotros, lo que era algo bastante aceptable. Además, tenía buen sabor. Se notaba que era un lugar de calidad. Pudiendo estar apartados, y más a solas, por fin podríamos proceder a seguir nuestra charla, nuestra cita.

Fué entonces cuando ella me respondió a la pregunta que le hice anteriormente. Su motivación era superarse, ver de lo que era capaz. Definitivamente me recuerdo mucho a Aquella Persona. No suspiré, sin embargo. Ryomou-san era mucho mas centrada y coherente que Suzumiya. Lo tenía claro. Sonreí levemente ante eso, mientras le respondía, mostrándome agradado por estar con una persona tan decidida, que a su vez resultaba normal, aún siguiendo los objetivos de su vida.

Sólo ese gesto fué necesario. No dije palabra alguna, mirándola sonrojarse. "Kawaii...", pensé, pero tratando de no expresar mi agrado por su ternura contrastante con su aspecto imponente y respetable. Lo que preguntó ella después, sin embargo, me sorprendió un poco más. Sin embargo, tenía más o menos una idea de como responder, haciéndolo de manera fluída, dentro de todo.

- Sí... Un par de veces... Primero fué en un momento en que estuvieron a punto de matarme... Pero digamos que salí airoso de la situación ^^U... Y el segundo, fué con un sujeto que me... Molestaba un poco. Aunque lo alcanzaron a salvar. Zannen -O-!

Si, me refería a esos dos momentos en específico, grabados en mi memoria a pesar de que no quisiera que lo estuvieran. O quizá, si quería, ya había madurado, y no evadía el mundo, no como antes, por raro que fuese. Me puse a pensar luego en que quizá había sido algo súbito en decir todo eso como si nada, pero de algún modo sentía confianza con Ryomou. Además, quise agregar algo aparte.

- Ryomou... Quizá podríamos tener una pequeña pelea... O podrías enseñarme a ser mejor...

¿Que estaba diciendo? Quizá... Quizá se me había ido la olla como cuando hablé por primera vez con Haruhi. O quizá no, quizá de verdad quería aprender, y sobretodo, con ella... Me sentía confiado, después de todo.

Lo miro fijo cuando propone eso. Había terminado mi hamburguesa y mis papas. Dedicándome a la gaseosa. Tomo un sorbo antes de dejar la lata en la mesa.

-¿Quieres pelear? Vale...-

Le digo con una sonrisa. Relamiendome. Realmente iba a ser muy divertido pelear contra el, iba a disfrutar mucho cuando le ganara un combate.

Me pongo de pie y me alejo subiendo las escaleras y deteniéndome en la mitad para mirarlo. Me hervia el cuerpo por la pelea inminente. Sentia una excitación terrible. Mi sangre corría por mis venas con fuerza.

-Vamos...-

Le digo mientras continuo mi camino hacia la terraza. Algún lugar cómodo donde pelear sin que nadie me molestara ni nos interrumpiera. Al llegar lo dejo pasar y me sonrío mirándolo fijo.

-Tu te lo buscaste...-

Me estiro, haciéndome sonar los huesos antes de correr hacia el y tirarle una patada directamente al rostro.

Al parecer catalizé las reacciones de una manera que no me esperaba. Tuve que haber dicho las palabras magicas o algo. Querer. Pelear. Así de simple. Ryomou-san parecida emocionada de querer hacerlo. Aparentemente ya encontré el elemento que podría divertirla en esta cita. Terminamos apenas la comida, o al menos ella lo hizo sin demora, mientras ya parecía dispuesta a combatir.

Se levantó entonces, y apenas pude reaccionar. Terminé de comerme mis fideos con rapidez, pero sin derramarme sobre la ropa, por suerte. Luego de eso, me levanté, y avancé al ritmo de Ryomou, aún así quedando tras de ella. Tal impulsividad volvía a recordarme a Haruhi. Además, Suzumiya misma era bastante fuerte por sí misma. De sólo recordarlo me da algo de miedo.

Avanzo entonces, y puedo verla. Su cuerpo es realmente hermoso. Su falda es algo corta para una persona aparentemente tan introvertida, aunque trato lo mejor posible de no mirar. Finalmente, al llegar al tejado, siento el viento llegar en mi cara. Me agradaba, me hacía sentir relajado, de cierto modo. Aún así, no me esperaba lo que pasaría después, y que haría ver irónico a mi rostro tan relajado en ese lugar.

Una patada. Oigo los huesos de Ryomou-san sonando. Sus articulaciones, el sonido que hace el cuerpo al moverse, y sus palabras que me advierten claramente. Yo me lo busqué después de todo. Mi rostro se vuelve un poema verdadero, una mezcla entre anticipación obvia, entre descorcodancia, y entre absolutas ganas de no haberle mencionado nada sobre pelear, ni haber sido tan confiado.

- Shimatt...!

Al decir entrecortada aquella mala palabra, lo único que logré hacer fué moverme hacia atrás, en un signo de hacer un "Matrix", tal como Neo. Si, era algo bastante ñoño, pero fué lo que mi cuerpo alcanzó a intentar, y que aparentemente, intentaría lograr.

Si funcionaba... No recibiría su patada. Mis ojos, además, trataron de no mirar sus panties, a medida que me atacaba, cosa que ocurría notoriamente, y que no pude por alto pasar.

Me sonrío con suficiencia. No había podido esquivar mi golpe del todo. Mi pie impactaba en su pecho con fuerza mientras dejaba escapar una leve risa. Con movimientos en zig zag para evitar sus golpes si lo intentaba.

Me acerco a el y lo tomo del rostro empujándolo hacia atrás. Y tomando su mano derecha por la muñeca al empujarlo. Su cuerpo no era del todo firme, así que me resultaba mucho mas fácil.

Salto a la altura de su rostro aun tomando su muñeca mientras rodeo su cuello con mis piernas. Estaba acostumbrada a mis llaves de sumisión.

Trabo las piernas alrededor de su cuello tirándome al piso para tenerlo en mi presa. Tampoco me importaba demasiado lo de la ropa interior. Era algo a lo que estaba acostumbrada. Pronto terminaría en decadencia.

-Vas a caer ante mi...-

Le susurro de manera suave y seductora. Me excitaban las peleas. Hacían que mi sangre hierva como nunca. Iba a disfrutar mucho si le ganaba.