Partida Rol por web

No todos habían logrado llegar hasta allí con vida, no todos habían logrado cruzar aquel insignificante puente. Kara y Rondador Nocturno no habían hecho caso a la segunda regla, "hay que cruzar el puente" y eso les había llevado a desaparecer. Ahora ambos estaban solos perdidos en aquella infinita dimensión, pero el resto del grupo no podía preocuparse más por ellos. En aquel nuevo lugar, todo era diferente.

Estaban rodeado de muchísima vegetación, aquello parecía entre una selva y un bosque, los árboles parecían colocados de forma aleatoria y sin pensar mucho, como si no hubieran nacido allí, si no que alguien hubiera tenido la opción de crear un escenario de campaña, hubiera ido seleccionando que árbol escoger y le hubiera dado al botón del random.

Pero la idea estaba clara. Un lugar parecido a una selva o un bosque. Salvaje. Los lobos aullaban, los pájaros trinaban, las ranas croaban, la fauna era general. Y mientras avanzaban por aquel lugar, pronto llegaron a un sendero. En el centro de éste había un hombre de piel oscura, aunque para cuando os acercasteis un poco pudisteis ver que tenía pies de cabra. El que hubiera leído un poco, sabría que aquello era un sátiro. Incluso alguno podría haberlo visto en alguna película, siempre y cuando en su mundo existiesen películas claro estaba, o que tuviera tiempo para ir al cine. En cualquier caso, a varios metros de ellos, estaba aquel sátiro.

¡Rondador! gritó Pícara cuando vio a su hermano desaparecer en esa extraña bruma. Quiso volver volando hacia él, pero ya no estaba. Se dejó caer al suelo, arrodillada. Poco o nada le importaba la otra mujer. Acababan de entrar en ese extraño mundo formado por ese psicópata astrólogo, y ya se había quedado sin hermano.

Golpeó el suelo con violencia, desatando un pequeño terremoto*. Varios recuerdos de su hermano salieron a flote en el mar de sus recuerdos, pero los acalló con violencia. Si le hacía morder el polvo al enjendro deforme, volvería a ver a su hermano, estaba convencida.

Y así, limpiándose las dos lágrimas que se habían escapado de donde no debían, se puso en pie. Había muchos árboles, demasiados para su gusto. Bueno, así tengo más herramientas con las que batear pensó, acercándose a uno de ellos y comprobando si estaban huecos o, de lo contrario, era madera decente.

Bueno, creo que tenemos que encontrar las perlas del perro. No sabía que a los demonios de otros universos les gustasen los tocados de pedrería. ¿Por dónde empez...?

Y para qué iba a terminar la pregunta. Una especie de cabra con partes que debían ser de hombre apareció frente a ellos. Tan guapo como el otro.

¡Eh, tú! ¿Dónde has metido la gema?

No lo vio venir. Ni siquiera se dio cuenta de lo que sucedía, cuando sucedió.

Lobezno rugió con las garras en alto, tratando de ayudar tanto a la muchacha rubia como a Rondador Nocturno, pero era tarde. Los habían dividido. Primer error. Primera victoria para aquel ser horrible.

—Mierda— murmuró Logan, arrugando la nariz, notando la tensión en sus venas, y apretando los puños con fuerza—. Mierda.

Volvió a rugir, con más fuerza, y lo pagó con el primer arbusto que vio, acuchillándolo, y dejando que las pequeñas hojas cayeran a su alrededor como si nevara.

La humedad penetraba en su interior, y lo hacía sudar profusamente, notando la camiseta de tirantes pegada a la espalda, y un reguero de sudor en la frente. Se moría por un poco de agua.

Contempló a Pícara, pero ninguna palabra de ánimo o apoyo acudió a su garganta. No se le daban bien esas cosas. Dejó, pues, la verborrea para alguien que supiera usarla, como Spiderman o Masacre. Entre tanta cantidad industrial de palabras, algo bueno saldría.

Sin embargo, mientras caminaban un poco más, por mera inercia que por un real querer, lo vio. Primero sus patas peludas, después sus cuernos, y luego lo que reconocía como hombre.

No se contuvo, no quiso hacerlo. Comenzó a andar cada vez más deprisa, hasta que terminó casi corriendo con rapidez, para abalanzarse sobre aquella criatura, fuera lo que fuera.

—¡Tú!— gritó, saltando con agilidad, escuchando las palabras de Pícara, pensando, pues, que no debía matarlo aún para que tuviera la posibilidad de contestar.  

Como era de esperar, nadie atendió a su amistoso vecino, eso a Peter le importaba más bien poco, era la costumbre, pero tras su diatriba constante y aparentemente sin sentido había un plan. Un plan ignorado. Y no era lo único desatendido, tampoco se habían prestado a lo de pensar y planificar antes de actuar. Eso último, Spidey tampoco se lo iba a recriminar a nadie ¿Cuántas veces se había lanzado de cabeza a un lío o entrado en una batalla cuyo rival y terreno desconocía sin más amparo que su sentido arácnido?

Tras Thor fue Lobezno el siguiente a desatender por completo al cabeza de red, quién uno a uno sus rechazos los iba sintiendo como un golpe que lo deshinchaban, desanimado olvidó un instante antes de volver a cubrirse lo expuesto que estaban delante la rubia.

Las palabras de Gandalf sonaron tétricas, derrotistas y faltas de esperanza: -Eh, aquí no morirá nadie. ¿De acuerdo? Saldremos todos ¡y sin dejar nadie atrás! No. Va. A. Morir. Nadie.- Arrugó las cejas detrás la máscara, no quería ni podía cargar más muertes sobre su consciencia. Parker tenía una enorme consideración por la vida. -No lo voy a permitir. ¿Entendido?- Lo entendieran o no, el mago tampoco lo escuchaba, avanzando con la atención puesta en el puente que frente ellos se abría, eso no le frenó a seguir vomitando una frase tras de otra. –Además, si esto es un grupo, yo me pido ser el pesimista, se me da muy bien verlo negro, y castigarme hasta límites de patetismo patentes. Y luego me sigo regodeando con los años. Hice cátedra en la Universidad de la depresión, en el campus del pesimismo que está en la ciudad de la Desolación.Es mi huella, mi marca, mi firma. Y, si hay dos pesimistas en el grupo, esto no funciona. ¿Es que no lo veis?

Cuando pasando por su lado Masacre soltó lo de Thanos y que las gemas las quería para su m@l&!t# guantelete dolor-de-cabeza-de-tres-pares-de-cojones-de-Búfalo el Redes se rió recuperando su buen humor y no tardó en protestar. -¡Eh! ¡Ese chiste me lo guardaba!- No era cierto aunque por otro lado, él no había tenido la oportunidad de leer y aprenderse el guión, y con un guionista paupérrimo detrás costaba sacar chistes medio-decentes. Pero el ladrón de frases y máscara potencialmente carismáticas ya se estaba perdiendo rápidamente mientras él se preguntaba si la tela que cubría su boca olería tan mal (o en el mejor de los casos, peor) que la suya propia.

Las fantasías de un utópico silencio de cierta mutante no podían acallar al Trepamuros ni siquiera de haberlas oído. –Todo un detalle.- Espetó resignado a conformarse solo con medio plan cuando Pícara se fue volando y Pantera marchó tras el sombrero picudo. –Bueno, dado que no soy ningún Dios, ni tengo un esqueleto forrado de Adamantium que con factor curativo me haría prácticamente inmortal… tendré que hacerlo a mi sistema y aprender a planear. ¿Sabéis que hay arañas que lo hacen?- Veía la caída más allá del puente y tragó saliva. –En momentos como éste, lamento que no me picase un pájaro radioactivo, un quinjet radioactivo o Mjolnir, “el martillo que le falta alguna vocal”, ya puestos.- Apuntó con cada brazo a un poste de aquél puente dispuesto a improvisarse una honda con la que tomar impulso e intentar cruzar el puente de un buen salto. Miró a Kara y se encogió de hombros mientras empezaba a prepararse para dar aquél salto peligroso que tantas veces había puesto a prueba y que solo arañas entrenadas podían practicar en casa o más allá de sus casas. –Un día para morir- repitió después de Logan. –Y tan bueno como otro para aprender a volar.- Añadió.

No obstante, los Dioses no le odiaban tanto como él pretendía hacer ver, pues pudo respirar aliviado cuando la Kriptoniana dio carta blanca sobre el puente y él pudo cruzarlo a saltos ágiles en vez de sobre-planearlo imprudentemente.

Su alegría fue visible cuando se vio seguro al otro lado, sensación que se esfumó en un parpadeo cuando todos, sin preverlo, atestiguaron perderse a dos de sus compañeros.

El héroe rojo-azulado soltó una sonora negación y apretó los puños y dientes con frustración y una maldición dispuesta en sus pensamientos.

Quizás sí iban a morir, a veces no se puede hacer una realidad a base de deseos.

Los minutos pesaron. Habían cambiado a dos de los suyos por incontables árboles que los hacían extraviarse de no ser por un camino en la espesura y que conseguía que algunos de ellos se preguntasen quién de los dos grupos estaría más perdido. Supo que al menos allí Pantera, y alguno más de su grupo se sentirían como en el hogar fuera del hogar, pero entre tanta naturaleza él siempre se sentía aún más alejado de su propio hábitat. –Pájaros, Ranas, Lobos… pero ¿Sin dinosaurios? Menudo timo.- Dijo reflexionándolo tarde. -Al menos no estamos en la Tierra Salvaje.- Se conformó antes de sobresaltarse con un par de claros: ¡Snikt! ¡Snikt!

-¡Bien hecho! Otro arbusto que no hará daño a nadie.- Defendió el mancillado honor del vegetal con más humor del que sentía. La forma de pasar la rabia y la impotencia del mutante lobuno era descargar sus garras y cortar, la de Spidey era ocultar sus sentimientos con aquellos chistes nerviosos que constantemente le inundaban. Otros no parecían dispuestos a combatirlo pues Pícara por unos instantes se veía claramente hundida y antes de cuestionarse si debería decirle algo para infundirle aliento, la chica se recompuso e incluso fue la primera a disparar su inquisidora curiosidad al peludo y nuevo conocido.

Cuando James Howlett cargó contra él de forma intencional y advertidamente más física sin llegar a sacar las garras aún, Peter, precavido a los hechos se avanzó a una posible y probable carnicería. -Eh, eh, eh ¡calma!- Levantó las manos en un ademán pacificador.- No sabemos si va con Él, o es otra alma atrapada aquí. No matamos a nadie sin saberlo ¿Vale?

-Y Tú, más te vale responder, que el amigo lobuno puede tener a veces malas pulgas y no está fingiendo pues te puede destripar como un pez, y te aseguro que no sigue la táctica de poli bueno-poli malo.- Dijo girándose al sátiro y esperando que respondiera la pregunta de la mutante que absorbía poderes. -¿Quién eres pies de cabrales?¿Un diablo? ¿El hombre-cabra? Y sobretodo: ¿Qué quieres?

Thor había llegado sano y salvo al otro lado del puente, su agresividad e imprudencia no eran bien vistas por Odín pero en esta ocasión si que le había servido, ni bien había terminado de aterrizar se giró moviendo su poderoso Mjolnir en su mano - Vamos vamos compañeros, el suelo es firme - justo apenas había terminado de hablar llegó junto a él Lobezno y uno a uno fueron llegando los demás. De repente, justo antes que siquiera empezaran a moverse en definitiva, Rondador Nocturno y la rubia con el símbolo de Superman desaparecieron en una nube, o así lo había visto Thor.

- Por Odín! - la exclamación de Thor parecía expresar la sorpresa de todos al ver tan infortunado resultado con los dos compañeros que estaban hace unos segundos con ellos, acto seguido vió como Pícara, la joven mutante sollozaba por quien, según tenía entendido Thor, era su medio hermano. La rubia pareció no importarle a nadie, sin embargo Thor suponía que era una aliada importante que no podían darse el lujo de perder. Nadie quiso hablar con Pícara, se mantuvieron a raya, aún Lobezno - bueno, no hay como culparlo, siempre que habla pareciera que gruñera - pensó Thor.

Se acercó lentamente a Pícara y puso su mano sobre su hombro derecho - Lamento vuestra pérdida hermosa Pícara, os prometo que juntos trabajaremos para acabar con ese canalla y poder traer de vuelta a vuestro hermano y la rubia, nadie juega con Thor el hijo de Odín - en ese instante que terminaba de confortar brevemente a Pícara, Thor escuchaba las garras de Lobezno una vez más mientras saltaba sobre una nueva figura, él la reconoció como un Sátiro gracias a las enseñanzas de sus colegas Hércules y Ares, preparó su Mjolnir en su mano listo para cualquier peligro que pudiera presentar este sátiro.

Seguro que la rubia del traje ceñido o el religioso que se transportaba le llamaron loco cuando cruzó el puente, corriendo mientras sus brazos se movían en todas direcciones y canturreaba una canción que ya había olvidado, pero que seguramente habría sacado de algún anuncio de pollo frito. Pero, ¿quien era el loco ahora?- _Tú-  Bueno, sí, pero ¿quién sigue vivo y quien no?- _{vale, eso sí.}

-¿Por qué ha tenido que morir la tía buena?- Miró a Pantera negra- Supongo que la vida real no es como las pelis. El negro sigue vivo- _{ni que el que muera primero la rubia no sea tampoco un cliché}- Zodiaco, amigo mío- miró hacia el cielo y habló con voz fuerte aunque algo lastimera, mientras le pareció oír de fondo una canción de película épica- compénsanos la pérdida de los dos héroes con otro, que la partida acaba de empezar. ¿Puedes traer a alguien de los Masacre corps? Al menos al perro, que tampoco es que sea gran cosa, pero seguro que me da para hacer algún chiste.

Cuando su perturbada mente realmente se dio cuenta de que no obtendría respuesta- _{seguro que más tiempo de lo que tardaría en darse cuenta alguien normal}- volvió a la realidad- _{más o menos-} y se dio cuenta de que Pícara se quejaba, el ario intentaba consolarla- _{¿ahora se llama así?}- Lobezno tenía una disputa con uno de sus archienemigos con hojas y Spiderman, bueno, ese iba a su bola- _{pues mira quien habla.}

Entonces vieron a un tipo ahí, plantado, con pinta de importante- _{¿no vas a hacer ningún chiste sobre su aspecto cabruno?-} Lobezno, para no decepcionar a sus fans, se lanzó a por él con el ruido carácterístico de sus garras por el que sin duda cobraría derechos de autor cada vez que lo hacía o no tendría sentido que lo hiciera tanto.

-Oye, lobito, no te lo cargues. Seguro que es un pnj-te dije que jugar tantas horas al World of Warcraft no era bueno-  que está aquí para mandarnos una búsqueda enrevesada mientras suelta palabras confusas que terminan en rima para ponernos la gesta más difícil de lo que ya es.

Miró al sátiro- _{¿donde has aprendido esa palabra?}- y le preguntó.

-¿Me equivoco? Da una coz contra el suelo si es un sí y dos es no- Se quedó unos segundos pensando y otra posibilidad vino a su mente- Aunque espera, ¿tú no serás el héroe que le he pedido a Zodiaco hace unos segundos? Sabía que no podía ser tan malo.

La primera en reaccionar fue Pícara, que a pesar de no haberse preocupado ni un momento en salvar antes a su hermastro, ahora sí que parecía importarle, hasta tal punto que pegó un puñetazo al suelo y todos los pájaros se callaron. El silencio reinó por unos segundos en aquel nuevo mundo, aunque poco a poco se volvió a esfumar.

Tras aquellos sentimentalismos, Anne Marie se puso en pie para olvidar todo lo que acababa de vivir, se dirigió hacia uno de los árboles y lo tocó para comprobar su estado. Aquel tronco, aunque hubiera sido colocado de forma aleatoria en aquel lugar, era totalmente real, duro como cualquier otro del planeta Tierra.

Logan también aplacó su ira contra uno de los arbustos, que lo deshizo en pedazos. En cuanto éste desapareció, pudo observar que tras él se escondía otro ser muy diferente al sátiro. Esta vez era de aspecto animal, aunque mucho más grande de los que había visto normalmente. Se podría decir que era un primo hermano suyo, porque su aspecto era el de un lobo al que le habían dopado de esteroides. Sin duda aquello no pintaba nada bien, pero por suerte, aquella criatura aún no había reaccionado, simplemente parecía estar a la espera de que alguien le diera la orden de atacar. Y el hombre de adamantium tampoco pareció darse cuenta de lo que había visto, porque en un ataque de rabia salió corriendo contra el hombre-cabra antes de que éste pudiera contestar a alguna de las preguntas que le habían planteado. Afortunadamente para el sátiro, pero no para los que tenían que escucharle, Spidey lanzó una de sus vomitonas de palabras, y le pidió algo de calma a Logan. Aquellos segundos de duda fueron suficientes para que aquel ser antropomórfico diera un gran salto y se subiera a una de las miles de ramas de alguno de los miles de árboles que había en ese nuevo escenario.

Grover había dado un salto impresionante, porque sí, porque él estaba en su mundo y podía usar sus poderes a su antojo, sin necesidad de tiradas como el resto, pues él era un pnj como había dicho Masacre, y el resto eran los que habían sido elegidos para morir. Pues eso, que Grover estaba sentado en una de las miles de ramas que había en el lugar, y desde lo alto de aquel árbol contemplaba a todos los presentes.

Sacó una flauta travesera, un cliché en una criatura de aquel aspecto, y empezó a responder a las preguntas de todos ellos. Pero sin música, sin versos y sin rimas, ya que el que escribe esta historia hoy no tiene ganas de andar pensando en ello.

- Vayamos por partes.  Comenzó a hablar el sátiro. Mi nombre es Grover, soy un fiel servidor de Percy, aunque algunos de vosotros le conoceréis como Perseo, hijo de Zeus, dijo mirando a Thor que a pesar de su cuerpo, podría tener algo de conocimiento sobre literatura clásica, más que nada porque él era otro de los miles de dioses que alguien habría inventado cuando se aburría. Y soy el guardián de la primera gema, el Ónice. Si la queréis primero tendréis que derrotarme. De pronto, la rama del árbol se agitó, y para cuando quisisteis volver a verle, estaba en lo alto de otra rama. ¿Acaso se movía a esa velocidad? Grover daba saltos demasiado altos y rápidos. ¡No sería tan sencillo alcanzarle!

Y entonces sacó, sin saber muy bien de donde, el ónice que tenía como misión guardar, ¿buscais esto, verdad? Dijo de una rama aún más alta que la anterior. Y entonces miró al Cara de Red, soy un sátiro, protector de esta selva, seguidor de nuestro nuevo amo todopoderoso Zodiaco, así como de su vasallo Perseo, soy vuestro primer enemigo a derrotar en el juego del zodiaco y protector del ónice. Si lo queréis primero tendréis que atraparme, y por supuesto encontrarlo.  Dijo tras volver a hacer desaparecer la gema. Tenéis el camino libre para seguir hacia delante*, pero sin esta gema, ninguno de vosotros conseguirá regresar a su hogar. ¿Quién quiere enfrentarse a mi? Dijo gritando desde un punto al que muy pocos podían ver.

El muy cabrito- _{toma chiste fácil-} reveló sus intenciones. no era un héroe mandado por Zodiaco, si no un villano- _{menuda sorpresa}- Sin embargo, hubo algo que molestó más a Masacre que el hecho de que el creía un posible aliado fuera en realidad un esbirro.

-¿Eso es todo? ¿Ni una rima ni nada? ¿Y qué es eso de Grover? Lo normal sería que te llamaras Cabrius, o Aries o alguna cosa que te describa. Esto con Stan Lee al mando no pasaba- _{para que veas, ahora todo son leches y dibujos bonitos pero se quitan los clichés y los chistes fáciles}- pues tú te lo has buscado.

Sin saber como- _{ni que importara saberlo-} Masacre tenía puesto un sombrero de vaquero y una insignia de sheriff. Hizo señal para que se acercaran los demás superhéroes y formaran un círculo cerrado, como en el baloncesto- _{¿por qué no se ha vestido de entrenador?}

-Chicos, hay que trabajar en equipo. Thor, Pícara, vosotros voláis, podéis ir a por él para intentar entretenerlo. Mientras el viejo puede lanzarle un confundus o un descendo o lo que sea para bajarlo de allí y que Lobezno y Pantera le zurren la badana mientras está abajo. Yo puedo proteger mientras a Spidergirl- _{¿como no se ha dado cuenta aún de que es Spiderman? pero si su charlatanería es única}- que seguro que tiene miedo- _{eso te dará puntos de ligoteo, seguro.}

Un plan en equipo, algo meditado. Que se enteren por una vez los malos que los buenos también piensan.- _{¿de verdad Masacre es el líder? Esto no me cuadra.}- Pero de repente, dándose cuenta de que iba vestido de sheriff y de que la disciplina de grupo no era lo suyo, sacó sus pistolas y comenzó a disparar al sátiro con sus dos pistolas ignorando descaradamente su propio plan- _{esto ya me cuadra más.}

-Yipi ka yei- repetía una y otra vez, mientras disparaba.

Y al cruzar el puente se encontró en una selva, su cabeza le decía que debía sentirse como en casa, que estaba agradecido de encontrar un entorno familiar, pero su corazón le gritaba que algo estaba mal, que aquello distaba mucho de las junglas de Wakanda.

Los acontecimientos se sucedían como un rayo, normalmente Pantera Negra podría haber deducido rápidamente que ocurría allí e incluso qué iba a ocurrir a continuación, pero algo no cuadraba en aquel lugar, se encontraba entumecido y extraño y esas sensaciones ocupaban su mente. 

La desaparición de dos de sus compañeros de "viaje" le habían trastocado sobre manera - "así que esas tenemos, su juego, sus normas, habrá que tener más cuidado con lo que dice esa abominación"

Tras las expresiones de dolor y pesar de sus compañeros, encontraron una extraña figura, mitad hombre y mitad cabra. T'Challa conocía la figura mística del sátiro pero desde luego nunca hubiera esperado encontrarse con uno.

Tras la perorata del sátiro, quedó claro cual era su papel en todo esto, y se convirtió automáticamente en enemigo, daba grandes saltos sí, pero tenían superioridad numérica e incluso alguno de sus acompañantes podía volar -"no debería dar demasiados problemas...no debería"- pensaba amargamente T'Challa recordando que aquel lugar posiblemente fuera una trampa gigante.

Cuando Masacre se dirigió al grupo (¿cuándo había dejado de hacerlo?) Pantera Negra pudo notar un atisbo de inteligencia tras tanta palabrería y Trastornos de múltiple personalidad, y le dió tiempo a comprender ciertas partes del su plan antes de que una nueva personalidad tomara el mando.

Aprovechando ese momento de atención optó por aportar algo al plan de su multi-polar compañero - Teniendo en cuenta esos saltos, creo que lo mejor sería atraerle hacia una trampa - dijo mirando directamente a Spiderman - ¿qué tal llevas la caza de moscas últimamente? Puede que sea muy rápido para que nosotros lo cogamos, pero podríamos hacer que huya en una dirección concreta, ¿podrías preparar una zona que lo atrape o ralentice al menos?

Girándose en dirección al sátiro, se propuso evaluar el terreno y buscar una forma de llevar a la realidad su plan, tanto fijándose en los movimientos de éste, como en la disposición del terreno.

Mientras planeaba, a Pantera Negra le resonaban las palabras de Groover en la cabeza "Tenéis el camino libre para seguir hacia delante"- y sin prestar demasiada atención a sus palabras reflexionó en voz alta -Por otro lado, no creo que todos seamos necesarios para esta tarea, pero creo que aún conocemos poco de este mundo como para separarnos tan a la ligera, ¿no creeis? - terminó dirigiéndose otra vez al grupo.

Aquella criatura debía de tener respuestas. Lobezno lo tenía claro. ¿Por qué, sino, estaba allí también? Debía de ser un secuaz de aquel Zodiaco, alguien que, seguramente, comenzaría con un discurso acerca de su inocencia pero que, después, los destriparía uno a uno en cualquier momento de distracción. Y hubiera llegado a entender las muertes de Spiderman y de Masacre a manos de aquel extraño sátiro, pero, aun con todo, no lo hubiera consentido. Aunque no pararan de hablar, y de soltar chistes. Y de seguir moviendo la boca sin llegar a decir nada. En serio, ¿cuánto pueden llegar hablar Spiderman y Masacre, qué cantidad industrial de palabras sale de sus bocas, y, sin embargo, no decían nada?

Hizo caso omiso de su verborrea, tanto la de uno como la de otro, y se centró en su objetivo. Aquel pies de cabrales, como le había llamado el trepamuros, que no pintaba nada allí. Salvo que fuera el enemigo.

—¡Cobarde!— rugió Logan al ver cómo el sátiro saltaba, alejándose del radio de sus cuchillas—. ¡Baja y pelea!

Y, pese que pudiera ser que aquel sátiro no fuera su verdadero enemigo, no podía evitar pensar que era así, pues necesitaba una justificación para hacer cachos a algo y poder desahogarse por lo que les podría estar pasando a Rondador, y la chica rubia. Ciertamente, el arbusto no había servido como suficiente válvula de escape.

—Ni lo sueñes— fue lo único que dijo a aquel disparatado plan de Masacre, y se lo quedó mirando por si, realmente, siempre había sido así, o aquel lugar le afectaba a la razón más de la cuenta. 

Logan se equivocó. No iba a lanzar un discurso asegurando su inocencia, y su total desconexión con Zodiaco. La había reconocido desde el principio. Era servidor, como decía, de aquella extraña criatura, y había que darle caza. Y a Lobezno le encantaba cazar.

—¡Ahhhh!— rugió Lobezno, con los músculos tensos, clavando sus garras  en el tronco del primer árbol que encontró para subir a la copa, y dar caza a aquel sátiro escurridizo. 

¿En serio? Pícara se llevó las manos a su cabeza, y negó mientras se tiraba ligeramente del pelo ¿EN SERIO? ¿TÚ TAMBIÉN TIENES LA BOCA GRANDE? ¡Seguro que es lo único que tienes grande! gritó. Se puso en posición para salir volando, pero en ese momento sintió cómo hacían un círculo con ella. No comprendía. ¿Qué diablos quiere Masacre? pensó, frustrada. Se imaginó moviendo el puño y lanzandolo contra su boca, vio cómo sus dientes se rompían y la sangre volaba por todos lados, manchando a todos los que estaban allí.

Todo eso mientras Masacre perdía la cabeza A saber qué ha dicho pensó, negando la cabeza de nuevo. ¿Por qué estaban perdiendo el tiempo?

¿Por qué no está Jean cuando se la necesita? ¡Tú, cabra! ¡Ven, que te voy a esquilar, quiero hacerme una bonita bufanda! Pícara salió corriendo hasta el árbol dónde estaba el sátiro mientras gritaba a los demás ¡Eh! ¡Encargáos de su perro! Que seguro que tiene la rabia Pícara llegó al árbol y lo intentó levantar. ¿Su fin? Tirar al sátiro agitando el árbol.

De repente había aparecido un sátiro, una criatura que reconocía de los viejos viajes hechos con Ares, Hércules y otras deidades griegas, de igual modo, el sátiro pareció reconocerle en un instante, al escucharle y verle moverse de esa forma, Thor no pudo hacer menos que sonreír burlonamente - Ja!, ¿esperas que vayamos detrás de tí como si fueras el premio mayor de esta aventura?, solo espero que no me des tiempo de ponerte mis manos encima - acto seguido Masacre trataba de organizar el equipo como si fuera un líder, y tan de repente como empezó a hilar un buen plan, el desquiciado sacó dos pistolas y empezó a disparar al blanco, sin embargo, Pantera Negra había también notado ciertos atinos en el plan de Masacre - Gandalf, Masacre, Lobezno, la idea es poder avanzar lo más que podamos, Pícara y yo que volamos podemos perseguirle y rodearlo para que Spiderman pueda atraparlo con su telaraña o Pantera Negra lo pueda atacar de sorpresa, propongo que ustedes se vayan - no acababa de decir mi plan cuando Lobezno se encontraba subiendo por un árbol con sus garras - Por Surtur Lobezno!!!, que hay que pensar y no siempre golpear, sin importar lo divertido que eso es - aburrido por la burla de la que estaban siendo objeto, agitó su Mjolnir - Bah!!, Sátiro, preparaos para sucumbir ante la ira de Thor y su poderoso Mjolnir!!! - lanzó sus rayos con el fin de romper las ramas de los árboles donde se encontraba el sátiro y todas las aledañas para así disminuir su capacidad de escape

La sorpresa que pudo llevarse el mago al ver que ya había "pérdidas" en el grupo tendría que haber sido considerable, no obstante Zodiaco les había advertido de lo que podría ocurrir, con lo que la sorpresa se convirtió en algo verosímil.

Mejor sería aceptar el destino que les brindaba la vida, de otro modo solo cabía esperar a consumirse en las sombras, a vivir sin vida, a saltar a la deriva sin más sentido que el humano que sueña con alcanzar la inmortalidad. En pocas palabras, resignación.

Un nuevo personaje se apostaba ante los presentes con la salvedad de tener en su propiedad algo que nos era vital quitarle. ¿Fácil?, para nada. ¿Difícil?, siempre. Algo que él llamaba Ónice, una especie de piedra preciosa, una gema.

Se apoyó en un tronco de dichos árboles.

¿Qué plan deberíamos trazar?, ¿qué modo de persuasión será el que le lleve a este personaje a doblar sus patas de cabra? - pensó. No pudo seguir haciéndose muchas más preguntas porque sus compañeros ya habían tomado una decisión. El ataque total.

¡Necios!, ¿no pensáis que puede querer ganar tiempo? - dijo en voz alborotada. Es inaudito que ataquéis a la vez, esa gema puede haceros que sucumbáis al mal de este lugar. 

¡Jóvenes! - se dijo para sí.

No seré yo el que caiga presa de ello. Continuaré, no pararé. Aunque me separe, es posible que nos volvamos a encontrar muy pronto. Tengan cuidado y pensad antes de actuar.

Se alejó del lugar con paso apremiante, sin volver la vista atrás. Los ojos le mostraban un sendero que continuar. Tras varios segundos, su compañeros pudieron ver la última imagen de él.

-Je,je,je. Y “b-ba-bala” tres veces, sino tienes ni idea de lo que Masacre te está preguntando.- Agregó Spidey (sin poder evitarlo) a la curiosa conclusión que compartió el mercenario bocazas antes de que el sátiro mostrase sus cartas.

No obstante aquél ser mitológico aprovechó ese momento, y el “alto el fuego” para conseguir escapar de un GRAN salto. -¡Eh! ¡Qué descortés! Estábamos hablando e íbamos a conocernos al viejo estilo “intercambio de golpes”. ¿Dónde quedan las viejas costumbres entre gente con poderes?- Quizás aquél movimiento repentino debería de haber disparado su sentido arácnido justo antes de hacerlo pues si bien no era en sí un ataque, sí se trataba de un enemigo que disponía del destino de todos ellos en sus manos y que lo ponía en peligro al huir. Pero no fue así. Lo que a pesar de su aparente actitud indistintamente cómica, lo que algunos les parecía que era incapaz de tomarse nada en serio, incomodó y preocupó mucho a Peter. ¿Estaría perdiendo sus poderes?

-Menudo timo. ¡Eres un duendecillo de pacotilla! ¿Dónde te sacaste el carnet de sátiro? ¿En un concurso del Daily Bugle? Eso es una flauta travesera. ¿No te han dicho los de tu gremio que vuestra chorrada es llevar una flauta de pan?- Se quejó antes de que terminase de contarles su rollo maligno. -Perseo, Perseo, Perseo. Será que soy de ciencias y no de letras pero no hay quién se lo crea. A ver, nos dices que servías a tu amigo Perseo y tenemos que creerte por tu perilla cutrilla ¿no? Pues tengo noticias, patas peludas, aquí tengo un pequeño colega que sí es un Dios hijo del padre de todos los Dioses y que con su martillito va a barrer el suelo contigo.- Respondió ante aquella sencilla idea (al menos sobre el papel) de derrotarlo.

Otro que le gustaba de oír su propia voz, pero al final incluso el saltarín terminó su presentación. -AAAAaaaaahhhh… Éste cabrito… ¡Es un clásico! ¿Os habéis fijado? Ya no hacen muchos villanos como este. Así es como deberían ser todos: siempre soltando sus planes antes de que le demos de #s7!@$- Se dirigió a sus compañeros. -Solo necesitamos quitarle esa gema…- Dijo intentando lanzarle una hebra de telaraña que erró y el otro esquivó con facilidad mientras el cabeza de red se maldecía para sus adentros.

No iba a ser tan fácil.

Primero había respondido al instinto. No tardó a ser consciente de su fallo, por lo que dio paso a la razón. Debían coordinarse trazar esfuerzos, lo curioso es que Masacre lo hubiese visto incluso antes que él. Masacre, tíos. Solo su nombre ponía en manifiesto que sus métodos y su filosofía de vida eran todo lo contrario a los del arácnido. ¿Era posible que Wade estuviese trazando planes de equipo? Spiderman no había salido de su asombro que éste empezó a soltar balas como confeti en el carnaval de Río de Janeiro interrumpiendo su propio plan.

Y mientras eso ocurría y Lobezno no dejaba de ser Lobezno, y Pícara ensayaba un Hulk… aplastando y sacudiendo el árbol en busca de frutas maduras, Parker hizo un sonoro facepalm que hacía patente lo que pensaba de aquél trabajo en equipo.

Pero al menos no perdió el humor ante aquél comentario de esquilar como a una oveja al nuevo conocido. -“Hacerse una bufanda”, ja, ja, ja. Pícara ha hecho un chascarrillo.- Constató sin dar crédito.

En medio de aquél caos la cordura vino de la Pantera.

Tras la máscara se puso serio y asintió a la propuesta de T’Challa. Podía y lo haría. Solía hacer aquello de poner un muro de redes en la posible trayectoria de los rateros y malhechores que de él huían en su persecución en las calles de NY. ¿No había sido ese mismo día que con aquella treta frenó al corredor cohete? -De acuerdo, me avanzo hacía esa dirección y le tenderé una barrera de redes entre árboles, atraedlo hacía allí.- Susurró a sus compañeros mientras Logan perseguía al cornudo a zarpazos y Thor también se lanzaba a sacarlo de ahí. -Pero tened en cuenta que de poco servirá sino se desplaza algo más bajo que de copa de árbol a copa de árbol.- Dicho esto, y confiando en ellos se alejó entre la espesura, saltando y columpiándose entre la vegetación como Tarzán entre lianas, perdiéndose solo a tiempo de ver de reojo como Gandalf se iba sin ellos. Negó incrédulo con la cabeza, decepcionado y herido, al ver aquella deserción.

Tras aquella larga espera debido a que el narrador de esta historia tenía cosas más importantes que hacer que andar escribiendo, Masacre fue el primero en reaccionar. Entiéndase por "reaccionar" a empezar a soltar chistes fáciles sobre la apariencia del enemigo o sobre lo que debería estar pasando en el mundo qué el quisiera ^(escribir). Pero es que Masacre no narraba esta partida, ^{por suerte}, porque de hacerlo, más de uno ni siquiera se hubiera apuntado a ella, ^{o no hubiera permitido que lo secuestraran,} así que se creyó que el tal Grover, ^{también conocido como "Cabrius, Aries o Sátiro"} le dejaría hacer un grupo para organizarse. Y antes de que lo pudiesen hacer en condiciones, ^{eso hubiera sido si no hubiéramos estado semanas hasta que postease el máster,} algo ocurrió:

Una manada de lobos de un tamaño gigantesco salió de entre las oscuras sombras proyectadas por los árboles del lugar. Había exactamente un lobo por personaje secuestrado, es decir, un total de siete, pero Masacre que no se había percatado de nada de lo que estaba pasando, ^{como siempre,} se puso a pegar tiros a los árboles. Y es que por mucho que lo intentaba, en realidad no había ni rastro del guardián del ónice.

Mientras los lobos seguían rodeándoles, Pantera Negra trató de seguir organizando un plan, aunque con el cambio de situación, estaba claro que no serviría de nada. Y es que siempre ocurría lo mismo, por muchos planes que se hicieran, cuando no se era un verdadero grupo unido, no había forma de que nadie lo cumpliese. Así que Lobezno decidió ir por libre y se puso a escalar uno de aquellos árboles. Sí, no había ni rastro de Grover por ninguna parte ya, o al menos no se le veía, y sí, saltaba a una velocidad mucho más rápida que Lobezno, pero es que él era muy testarudo y se creía que todo lo tenía que solucionar él. Así que al menos, ahora él estaba encima de alguna de las ramas, mientras que sus compañeros se estaban viendo rodeados por los lobos que había visto antes y de los que había sido incapaz de avisar.

Pícara, que ni tan siquiera escuchó el plan de masacre, optó por una opción mucho más rudimentaria, agitar uno de los miles de árboles que había allí, que con suerte haría caer al tío que era capaz de saltar a más velocidad y a más altura que cualquiera conocido. Todo el mundo sabía que siendo super-fuerte y super-agitando un árbol, un sátiro super-caería, ¡estaba claro! Por suerte, no agitó el árbol donde se había subido Lobezno, porque entonces sí que hubiera sido divertido, y seguro que así el pesado de Spidey y su fiel compañero "verborréico" Masacre, tendrían unos cuantos posts para seguir haciendo chistes malos. El caso, que ni Lobezno cayó al suelo, ni el hombre-cabra tampoco, y los lobos seguían rodeándoles, dándoles a ellos la oportunidad de atacar.

Por fortuna fue Thor el que convocó a los dioses para que un rayo impactara en el árbol donde se encontraba Grover, porque el claro remedio era enfocar a las ramas y no precisamente a la cara de la criatura. ¡Qué va! Era mucho más divertido romper unas cuantas ramas y así provocar que saltara a otras. Pero aún así, el rayo que Thor pidió a... a donde lo pidiera, lo debió de enviar el burlón Zodiaco, porque impactó de lleno en la sesera del caucásico. Por fortuna era bastante inmune a la electricidad, pero como alguien le tocara un solo pelo se llevaría un calambrazo de esos que te duermen todo el dedo...

Y así, sin mucho más afán, y poniendo muchas fotos para que el post quedara más completo, Gandalf se marchó hacia delante dejándoles a todos atrás, obviamente. De hecho los lobos que les estaban rodeando pasaron olímpicamente de él, pues ninguno en su sano juicio se hubiese preocupado de la presa más dura, vieja y seca de todas.

Y para el último quedó Spidey que a pesar de que todo el mundo fue a su bola, él sí que se preocupó de cumplir el plan, aunque ya no te tenía ningún sentido, pues había desaparecido su objetivo. Quizá sería mejor preocuparse de los siete lobos que había, que ya no eran uno para cada uno, porque Gandalf les había dejado el suyo.

¡Pero que nadie se olvidase de Grover! El sátiro no había desaparecido, solo que estaba en la copa de alguno de los miles de árboles que había, y estaba tan alto que nadie era capaz de verlo.

Sabía que el grupo se las apañaría. Estaba todo controlado en la mente de Lobezno, y, aunque él fuera un poco por libre, confiaba en que sus amigos hicieran un gran trabajo. En el fondo, aunque siempre dijera que trabajaba solo, y que estaba mejor sin nadie a su alrededor, de Lobezno lo que no se podía decir era que no estuviera apuntado en pocos grupos. Era miembro de varios equipos de superhéroes, y colaboraba además con diversas entidades de inteligencia. ¿Cómo no iba a saber moverse en grupo? Bueno, a veces, no.

La cuestión fue que cuando vio por el rabillo del ojo marcharse Gandalf, seguir hacia delante sin ellos, sintió una punzada en su interior, y desató un temporal a la altura del pecho, como una tormenta de verano. Quiso rugir, gritar, y perseguir a aquel anciano cobarde y egoísta, pero no podía. No era el momento.

Sin embargo, su atención fue a parar al segundo siguiente sobre la manada de lobos que había allá abajo. Había conseguido subir a una de las ramas de un árbol, suficientemente gruesa como para aguantar su peso, pero, ahora, sabía que tenía que bajar de inmediato. También por que Pícara podía llegar a agitar el árbol en el que estaba él.

Contempló a sus compañeros durante unos segundos, y, localizando a un lobo, y obviando un deje en su interior, como una melodía triste, se soltó del tronco en el que se apoyaba, saltó de la rama, y, con sus cuchillas sacadas, relucientes, se abalanzó sobre el lobo que tenía más cercano.

—¡¡¡AGGGGGGG!!!— rugió con todos los músculos tensos, y mirando fijamente a aquel lobo, que, por extraño que pudiera parecer, casi se reflejaba en él en cuanto a carácter. 

Como un rayo azul y rojo se columpió entre ramas y árboles, esquivando y sorteando los obstáculos con una habilidad y agilidad inhumanas. Espectaculares. Asombrosas. Pero pronto tuvo que detenerse a observar los cambiantes sucesos desde la copa de un árbol.

Poco le iba a servir al “redes” seguir el plan. –¡¡Oh-oh!! ¡Sentido arácnido cosquilleando!- No era verdad, pero no necesitaba de su sentido (o de intuición alguna) para saber que estaba en peligro ante la visión de aquellos siete lobos hambrientos.

-Vaya, vaya, vaya. ¡Que malas pulgas!- Dijo dejándose caer estúpida o valientemente delante uno de esos cuadrúpedos peludos. -Yo que iba a tejer una red para capturar a nuestro nuevo amigo el patas de cabra.- Manifestó con frustración pintada, poniendo y lanzando los brazos por delante e inclinando las muñecas hacía abajo. -Pero ya veo que no es la hora de tejer redes, nop. Veo que hemos pasado a la… ¡Hora de las Tortas!- Y a la vez que declaraba aquello, que por suerte no oía la adorable Cosa de ojos azules para reclamar legítimamente derechos de autor por usar su muletilla, hizo doble “Twiiiiiiiteo” en un intento de atrapar con su telaraña a su presa. Acción que respondía a la esperanza de atraparlo y convertirlo en un látigo cuya cánida punta estamparía repetidas veces contra el suelo, con toda su fuerza proporcional de una araña.

-¡¡Lobo malo!!¡Lobo malo!-Dijo tensando sus músculos, preparado para tirar con empeño cuando hiciese blanco. -¿Dónde está Lobezno para calmar a sus chicos cuando lo necesitas? Ains... Creo que prefiero que vuelva el cuernecitos, para aburrirnos con sus discursitos.

Era imposible atrapar al hombre cabra. Casi parecía que quien hubiera hurdido esa trama- _{poco original, para que nos vamos a engañar}- no les iba a dejar que cogieran al malo hasta que le diera la gana y ni siquiera un crítico en los dados- _{¿ya estamos otra vez con las referencias roleras?-} les iba a servir para cazar al cabruno.

Ahora los enemigos eran unos chuchos a los que Zodiaco seguramente había dejado días sin comer para que estuvieran realmente cabreados. Eran unos cuantos, aunque seguramente el principal problema era el bicho grande que vieron antes pero que parecían haberse olvidado que estaba ahí- _{yo aún me acuerdo}.

-Chuchos buenos, perritos no quieren comerse a Masacre, que tiene mucho músculo y eso le da mal sabor- dijo, intentando tranquilizar a los lobos, con un tono amistoso y dulce.

Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que en sus manos aún tenía las pistolas. No habían servido de mucho antes, pero Masacre no era muy racional- _{pues ahora me entero}- y esta vez dirigió las pistolas a los lobos mientras disparaba dando vueltas formando círculos para cubrir todas las direcciones.

-Que los Doses bendigan las balas infinitas- _{¿estás seguro de que kami... esto, Zodiaco te ha dejado todas las balas que quieras? Debe ser un blando.}

Apenas se había marchado Spiderman balanceándose cuando siete lobos empezaron a rodear a T'Challa, ¿como podía no haberse dado cuenta de ello? Desde luego sus sentidos desarrollados le estaban fallando en aquel extraño mundo.

Dando frente al nuevo enemigo, La Pantera retrocedió unos pasos, no parecían demasiado peligrosos en comparación con los grandes animales de la savana, como rinocerontes o elefantes, pero sin duda él no estaba al 100% y empezaba a sospechar que en aquel momento nada era lo que parecía.

De repente escuchó un "AAAAAAG", no le hizo falta apartar la mirada pues estaba viendo venir que Lobezno iba a desatar al animal interior y Pantera Negra no iba a ser menos.Aunque no iba a competir con el del esqueleto de adamantium en brutalidad, tenía sus propios trucos, y una lucha animal contra animal le gustaba tanto como a su escandaloso compañero.

Desplegó sus garras anti-metal preparándose para el combate, cuando pudo apreciar el sonido característico de Spiderman al lanzar sus telarañas y el parloteo incesante de Masacre a su lado.

Bien, esto ya está más equilibrado - pensó mientras se abalanzaba a por el lobo más cercano - ¡te demostraré de lo que es capaz una pantera! -exclamó mientras se sumergía en el combate,  sin duda tanta charlatanería le estaba soltando la lengua...