Es la noche del 5 de Enero del año 933. Una fuerte tormenta de nieve azota el norte del reino de León, forzando a sus habitantes a refugiarse en sus casas y dejando totalmente desiertos los campos, bosques y ríos de la provincia. Los habitantes más pobres de la región, aquellos que ni siquiera tienen casa y los viajeros que necesitan un lugar para dormir, buscan refugio en los edificios eclesiásticos del lugar, aferrándose a la protección de la Iglesia frente al hambre y los elementos.
Uno de estos edificios es la abadía (posteriormente monasterio, y después iglesia) de San Julián y Santa Basilisa, a dieciocho kilómetros de León, capital del reino, y en cuyo patio se agolpa todo tipo de gente. Entre este grupo se encontrarán los personajes de los jugadores, cada uno de ellos ilusionado con la posibilidad de hacerle una pregunta al sabio obispo Oveco, quien hace días anunció que respondería a una sola pregunta a todos los que compartiesen con él la cena de celebración de la adoración de los magos.