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Remanentes de la Oscuridad

Remanentes de la Oscuridad

El Lider recibio a su subdito más leal en el salón de su Trono. El vino dentro de la copa que sujetaba en la mano izquierda era agitado distraidamente mientras veia a sus subditos acercarse, luego arrodillarse y finalmente utilizar su voz para comunicar su mensaje:

-"Todos los preparativos estan listos mi Señor. Las piezas han sido colocadas estrategicamente, nuestras jugadas se realizarán conforme al horario previsto y todo deberá suceder cumpliendo con sus designios. Nuestros colaboradores han puesto a nuestra disposición todos sus recursos y jamás antes nuestro poder fue tal."

El poderoso Señor respondio complacido a su sirviente.

-"Excelente mi buen discipulo, has hecho un magnifico trabajo, si lo que me indicas es cierto, el momento se acerca. Nosotros jugaremos este papel y luego seremos recompensados entre la lluvia de fuego y sombras. Nuestro deber es divino y lo cumpliremos como tal."

El subdito contesto con gran disposición a comenzar sus deberes.

-" Y entonces Señor, ¿cuales son vuestras ordenes?"

El Regente termino sus instrucciones:

-"Despacha a los jefes, prepara las operaciones avanzadas y quedate aqui hasta nueva orden"

El subdito se levantó y con un gesto producido por la mezcla de la sorpresa y el insulto replicó a su Señor.

-"Pero Maestro, ¿me quedare acaso aqui sin hacer nada más? ¿Acaso tan poco util soy para ti?"

El Señor se levantó de su Trono, miró levemente la gran ciudad que se alzaba a traves de la ventana de esa torre, se acercó a su discipulo y tocandole el hombro le contesto de forma cariñosa.

-"Eres más util e importante de lo que te imaginas, hijo mio. Yo debo partir de inmediato hacia una misión que no le confiaria a nadie, pero he previsto en el porvenir que seremos interrumpidos y se llevaran a cabo grandes intentos de detenernos, pero tu trabajo sera evitar que lo logren. Te confio el futuro de nuestro sagrado deber y tienes todos los recursos a tu disposición para llevar a cabo esta tarea. Yo me voy ahora, y tu manten tus ojos abiertos o yo mismo me encargaré de cerrarlos para siempre"

El Señor concluyo sus palabras con un amenazante tono y bajó las escaleras para abandonar la habitación hacia un destino que solo él conocia.

 

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