Galería Umbriana

Subida por Montano

Iba caminando en dirección al congreso al que debía asistir, escuchando música y totalmente ida, cuando de pronto centro la mirada en los transeúntes que venían en caminando contrarios a mí y veo a Juan Leyrado [La mano de Dios, Mal de Amores, Cómplices del Silencio, Lo que vendrá]. Leyrado venía totalmente a lo suyo caminando muy decidido y, cuando yo lo vi, por algún motivo que desconozco, se frenó en seco, dio la vuelta y comenzó a caminar por donde había venido. Me quedé estupefacta. Tras unos segundos reaccioné, y seguí caminando a donde tenía que ir, mirándolo fijamente a ver qué era lo que hacía. Reconozco que tras el epic fail de la foto de Diego Peretti, un soplo de pánico escénico se quedó cercano a mi corazón [XD], por lo que dudé en qué hacer con él. Como siguió caminando sin acercarse a tomar ningún taxi, yo seguí tras él y, cuando, se paró en una esquina para cruzar la gran avenida, yo frené y me quedé a su lado. Mientras esperábamos el semáforo en un momento me miró y yo, como si fuese la mayor fanática del mundo de su figura, sólo atiné a sonreírle de modo bastante estúpido. Que le pido, que no le pido, que le pido, y más vueltas mentales que desojando margaritas, cuando abro la boca para pedirle la foto, corta el semáforo y se echa a andar al medio de la avenida.

Debo haberle seguido caminando unas tres cuadras, exactamente a su lado, hasta que cuando ya faltaba una cuadra para llegar a donde yo tenía que ir, me di vuelta hacia él.

- Perdoná, ¿te puedo hacer una pregunta indiscreta?

- Sí, claro.

- ¿Vos sos Juan Leyrado?

Sonrió, una sonrisa plena de ganador total. Desistí de todo tipo de preámbulos y ni siquiera tuve que fingir la cara de pobre cachorro mojado cuando le pedí una foto con él. Sólo tenía mi móvil [sí, el mismo que jamás quiso fotografiar a Peretti en el intento de prueba anterior XD], y ya lo había preparado para evitar que se bloqueara, pero aún así encomendé la realización de la foto a alguien con menos humor negro que Murphy. Saqué el cartel, que para que me entrara en el bolsillo lo tenía doblado en ocho, y ni siquiera tuve tiempo para desplegarlo cuando Leyrado me agarró por un hombro y se puso en pose de Saca la foto de una buena vez que tengo que irme corriendo.

En fin, lo único que puedo agregar es que, en la esquina que terminamos parados, fue la esquina frente a la cual secuestré a Peretti la vez anterior.