Galería Umbriana

Aquí va uno de los fails de LIDS. Fue  mi intento de hacerme una foto con un so cerdote, pero cometí un pequeño error. Os cuento la historia.

Venía yo de Suecia, tras un viaje de avión infernal, con unas turbulencias de esas que te dan ganas de hacerte creyente sólo para tener a alguien a quien rezar, sobretodo cuando el piloto anunció que debido a la tormenta iba a dar un rodeo para entrar al aeropuerto de Madrid por el sur. El rodeo añadió al vuelo unos 45 minutos más.

Después me tocó coger el bus Madrid - Granada, que sale a la 1 de la madrugada. A eso de las 3:30 de la noche, paró para hacer un descanso. Medio zombi, bajé del coche y fui al baño y después a pedir un cola cao calentito para seguir durmiendo. Al salir del baño, me cruce con el señor que sale en la foto. Resulta que minutos después de que llegásemos nosotros, paró en el mismo bar un autobús lleno de chavales que debían venir de una excursión, una concentración religiosa o algo así, y el cura y una par de mujeres con pinta de catequistas les acompañaban.

Entre los vapores del sueño y el cansancio del viaje, el recuerdo de la prueba "hacerse una foto con un sacerdote" se abrió hasta mi mente. Ahí estaba mi oportunidad.

Me acerqué al cura y le expliqué que participo en un concurso de fotografía que consiste en hacer diversas fotos. Le expliqué también que en la foto tenía que salir el logo del equipo, como prueba de que la foto se había hecho para el concurso.

- ¿Y que pone el logo? - preguntó el hombre.

- Pues la verdad es que es bastante colorido - expliqué yo con soltura - ¿Ve? Es que el concurso lo organiza un club de ocio juvenil - total, a mis 31 añitos todavía soy joven - y claro... LIDS es el nombre del equipo, y el bicho este es la mascota.

- Ah, vale, vale. Muy bien.

Fue una pena que olvidase que el logo lo tenía que sostener él.

Una chica nos hizo la foto y luego me volví al autobús a seguir durmiendo. Cuando llegué a mi casa y vi que la foto no iba a ser válida para la umbrionada me llevé un chasco, pero bueno... al menos tengo una prueba de que un representante del mal como yo (va en serio, lo dijo un obispo español) puede acercarse a un cura católico de los que llevan alzacuellos y todo, y no le ocurre nada.

Además, la cara de mortificado del cura, no tiene precio.