Galería Umbriana

Subida por elgringox

Playa en invierno. Costa atlántica argentina, donde el sol amanece pero no se pone sobre la línea del mar.

Básicamente, mis acompañantes de viaje me abandonaron sin descaro a mi suerte, así que tuve que irme corriendo a la playa cuando estaba por caer el sol y arreglármelas por mi cuenta. Triste, solitaria y final, bajé a la arena y me agaché a hacer un pseudo-castillo de arena con mis sacrificadas manos desnudas (arena mojada + invierno = %&"!%&&/!), bajo la atenta mirada de dos madres que tomaban mate sentadas en la arena con sus bebés. Tuve una desafortunada laguna mental en el momento de empezar a hacerlo, y me olvidé por completo el formato de los castillos que conozco, así que ahí andaba yo en cuchillas arañando arena helada preguntándome qué cojones hacer con eso. Y el atardecer, como todo momento del tiempo y distancia, caía y caía de forma inexorable.

Al fin de cuentas, cuando logré hacer algo medianamente entendible (castillo estándar, rectángulo con cuatro torres + torre del medio + foso con puente), me enfrenté a la máxima calamidad de todo ello. No tenía cómo sacar la foto. El atardecer ya era inclemente y había poca luz como para sacar sin flash, pero con flash... Me acerqué a una familia con tres niños y un perro juguetón (los cinco habían estado unos cinco minutos cerca mío, señalando a la desquiciada que estaba sola jugando con la arena), y les pedí si me sacaban una foto. Aceptaron sonriéndose. Luego no podían sujetar al perro para que no pasara el castillo por encima. Apenas podían sujetar a los niños, que querían a toda costa o jugar o destruir el castillo. Pobre sujeto, me sacó dos fotos y un video por accidente, de las cuales no sirvió ninguna. Con flash no se veía nada, y sin flash...

Acabé por construir varias torres de arena en diferentes ángulos, y sacarme fotos a mí misma con autodisparador. Lo que generó muchas risas y miradas burlonas por parte de las dos madres, y de los transeúntes que pasaron a continuación. La cámara acabó llena de arena y yo, congelada y acalambrada hasta la médula.