Partida Rol por web

El pequeño Kiwn aprovecha el lanzamiento de daga de su nuevo compañero y corre hacia sus atacantes con furia. El corazón le late con fuerza, con tanta que parece que su pecho va a estallar. En su inexperiencia, Kiwn aún no sabe lo qe es mancharse las manos con la sangre del enemigo caído bajo el filo de su espada.
El momento de blandir a Ennua se convierte en una inmensidad, todo parece detenerse para el joven Kiwn y la duda le asalta.
El maestro no se hubiese precipitado de esta forma...

El Ibhatán, poseido por la energia de su primer duelo real, se lanza contra el arquero que estaba colocando una flecha en su arma, no puede bloquear su cortante ataque..........

Flash!!!

Un gran chorro de sangre mancha la pared y el suelo. La espada de Kiwn gotea sangre, sangre de su pobre enemigo que yace en el suelo sin vida. El arco cae de su mano lentamente.

Por otra parte la daga voladora de Calimero impacta en el hombro del espadachín, que aunque va cubierto por una armadura de cuero, ha recibido algunos daños. Éste aprovecha y ataca a Calimero con un golpe de espada potente!

Para el espadazo del espadachín, y con la presteza que me caracteriza, acuchillo al malvado agresor...

El hombre defiende como puede el ataque de Morapio con suerte, pero posiblemente no podrá resistir un ataque de Kwin.

Por extraño que pareciera, el redoble del bobeo de su corazón, había desparecido. Apenas notó nada cuando cortó al arquero, quizás fue consciente de ello, o a lo mejor, hacía instantes que había dejado de sentir nada a su alrededor. kiwn tenía la extraña sensación de estar viendo el combate como un expectador. Nunca se imagino que fuera así, ni aún lo haría, pues un segundo objetivo aún se mantenía en pie...

El espadachín está herido en un hombro, pero no por ello es presa fácil. Bloquea el ataque del Ibhatán con gran soltura y definición.

-No podeis contra mi.- Dice enseñando sus dientes, manchados de sangre. Parece que la herida producida por la daga de Calimero hace estragos... No por ello el hombre se acobarda y ataca de nuevo, esta vez a Kiwn!

La defensa del espadachín coge por sorpresa a Kwin que no le queda otra que retroceder unos pasos y prepararse para la arremetida de su contrincante.
El joven se prepara y adopta una pose de defensa mientras sigue dejándose llevar por la danza del combate.

Kiwn detiende el golpe con la parte del filo más cercano a la empuñadura y aprovecha su estatura para deslizarse por el flanco del espadachín. Una vez a ganada la posición, desliza su arma hasta el cuello del adversario.

FLASHHHH!!!

La cabeza del hombre sale volando y choca contra la pared con un sonido humedo, similar al de un melón. El cuerpo decapitado sin vida empieza a chiscaros sangre a chorros hasta que se desploma en el suelo. Teneis sangre de vuestros enemigos por la cara y la ropa.

La gente que sigue hullendo, grita más aún al ver la escena de la que sois protagonistas. En el suelo están las armas de vuestros enemigos. Un arco con flechas(+1) y una espada(+1). Desgraciadamente sus armaduras de cuero han quedado inutilizables debido a los cortes.

¿Qué haceis en medio de este caos?

Veo que eres hábil con la espada. Si me lo permitís, me quedaré con el arco y la espada. No tengo espada, y veo que tú si, y el arco me podrá venir bien. Tú eres guerrero, lo tuyo es el combate a corta distancia.

Y ahora... ¿A dónde tenemos que ir?

La adrenalina aún fluye por el pequeño cuerpo de Kwin, que jadea y siente el éxtasis del final de un combate. La sensación de la sangre caliente sobre la piel no es algo nuevo para el joven, pero deshoyar un animal no es matar una persona.

Mientras Kiwn aún no es consciente del todo de la situación,el nuevo compañero le devuelve a la realidad.

Cita:

El maestro fue a buscar al Gran Maestre para protegerlo, creo que siguió por el pasillo persiguiendo a dos personas. Creo que deberíamos seguir sus pasos
Tras lo cual Kiwn mira su espada. Esta noche tendré que limpiarla...

Despues de cojer las cosas pertinentes vais a toda prisa al pasillo por el que se fue el Tahedorán. Teneis que esquivar a sirvientes y criados, por lo menos no veis más asaltantes encapuchados. Abris algunas puertas del pasillo pero están vacias, o son pequeños almacenes o salas de lectura. Continuais por el pasillo a toda prisa y encontrais una escalera de caracol que sube. A los pies de la escalera hay un cadaver de un soldado de la Horda Roja, asi que parece que la acción está arriba.

Subís con decisión un piso y os encontrais con un pasillo idéntico al anterior. Escuchais ruidos de espadas chocar, algunas muy agudos (lo que significa que están aceleradas). Como en el pasillo anterior, hay multitud de puertas laterales. Caminais lentamente agudizando vuestro oido y os parais delante de una puerta en la cual se escuchan claros ruidos de pelea.

La habitación privada del Grand Maestre está en otro piso superior, pero puede que la gente que esté detrás de esta puerta necesite ayuda...

El sonido de la espadas chocando alertan al joven Kiwn, que empieza a acercarse hasta la entrada con mucho cudado de no hacer ruido. Como buen cazador que había sido hasta adiestrarse en el arte de la espada, Kiwn es consciente de la importancia de aprender de lo que uno oye.
Esto no es bueno... piensa tras oir una nota aguda y metálica.
Con una mano hace un gesto a su nuevo compañero para que se prepare. Poco a poco se asoma para ver qué sucede en la habitación.

Entreabres la puerta empujandola con dos dedos. Ves un cadaver, otro , otro... todos de sirvientes o guerreros de la Horda. Sangre por el suelo. Al fondo de la habitación, dos encapuchados luchan con sus espadas contra un soldado de la Horda Roja, tiene varios cortes en la armadura pero aguanta los ataques medianamente bien.

Saco mi arco, y le digo al tipo que me lleva de paseo obligado por el lugar- ¿Quién es el bueno y quién el malo? Preferiría no inmiscuirme en sus asuntos...

Ese es un solado de la Horda Roja, el ejército mercenario del Zemalnit: Hairón. No creo que el Zemalnit se haya rebelado contra el Gran maestre; se supone que el poseedor de la espada de fuego es una persona equilibrada...
Y tras meditar un momento
Ayudemos al soldado de la Horda. Sabemos a qué facción pertenece y si nos equivocamos...al menos está herido... -dice Kiwn mientras empieza a abrir sigilosamente la puerta-. Intenta cubrirme con tu arco voy a intentar algo.
kiwn traga saliga y respira hondo un par de veces para controlar su respiración. Entonces, una vez abierta la puerta entra y grita con voz algo temblorosa: ¡Alto en nombre del Gran Maestre!

Qué acabas de hacer Kiwn, qué acabas de hacer... -se pregunta a si mismo, algo inseguro y un poco ridículo por su irrupción-.

Kiwn, gritas a los combatientes, pero ellos hacen caso omiso de tus palabras. Tienen suficiente con no morir en la pelea. Uno de los encapuchados os mira fugazmente y vuelve a su combate. Entre los dos oscuros atacantes consiguen hundir la espada en la barriga del Horda Roja, el cual queda fuera de combate.

Los dos encapuchados ahora os miran y luego entre ellos. Parece que dudan al mirar a Calimero. Uno de ellos dice:

-Tú! De qué lado estás? Tus ropas no son como las de estos! Mata al Ibhatán!

Kiwn se muerte el labio inferior preocupado.
Si mi nuevo amigo resulta no ser tan amigo...estaré realmente en problemas. Aunque realmente si hubiera querido me habría podido matar en cualquier momento...Tras estos pensamientos Kiwn sonríe mientras adopta una postura de ataque y prácticamente sisea una palabra...

Los riñones... -piensa justo antes de lanzarse con "Ennua" contra el enemigo de la derecha para dejar descubierto al de la izquierda.

Tenso mi arco, y digo- claro claro. ¿Y como se que cuando le mate no me mataréis a mi? Sin una razón de peso, no pienso matarle... Aunque apresarme sin motivo...