Partida Rol por web

Habeis conseguido entrar al castillo del mago Eik pero no sin pagar el alto precio de la vida de siete de vuestros compañeros. Caminais silenciosamente bajo la obscuridad y la pestilencia buscando una salida.

A medida que vais caminando, el olor se hace aún más insoportable. Vuestro compañero, que dice llamarse Comobo, dice en voz baja:

-Esto no pueden ser la basura y los desperdicios del castillo... huele demasiado mal.

En efecto. El olor pútrido del ambiente se debe a algo más. Algo que descubrís al doblar una esquina del pasadizo...

Esto huele muy mal Calimero, quizas sean las heces o la falta de luz, pero empiezo a pensar que aqui...Kiwn se detiene al doblar la esquina con la boca entre abierta. Pero qué demonios...

Al doblar la esquina contemplais horrorizados la causa del pestilente olor. Un montón de cadaveres humanos apilados en el suelo empedrado.

Kiwn reconoce algunas caras desfiguradas, son compañeros de la Academia, Tahedoránes y aprendices. La horrenda imagen os deja paralizados por el miedo, no podeis resistir la tentación de gritar de pavor y enloquecer.

Quien sabe si vuestros gritos se han escuchado en los pisos superiores del castillo.

Las tripas se revuelven con fuerza, intentan salir y escapar del horror que los ojos de Kwin acaban de presenciar. Es la unica salida que de forma natural, el cuerpo humano tiene para superar semejante sinrazón. Así al menos, una vez vacio el estómago, se toma un tiempo para respirar, para asimilar semejante atrocidad.
Pero qué mierda es esta... dice aún con jugos gastricos en la boca. Esos cerdos nos estan masacrando... La voz del aprendiz termina perdiendose en un hilo que conecta directamente con los recuerdos de sus compañeros, aun vivos en la memoria. No les perdonaré... no les perdonare lo que nos han hecho termina sentenciando más para si mismo que para su compañero.

Y de nuevo, el aprendiz recibe una nueva leccion de la vida. Lección que quizás endurezca el corazón del joven para así superar tiempos difíciles .

Asqueado, vuelvo a mirar la montaña de cadaveres una vez más. Después, casi sin habla, digo- Es horrible. Debemos de hacer algo. No quiero ser el siguiente que esté en esta pila de cadaveres. Debemos de acabar con su autor, y debemos hacerlo pronto.

Si matan a todo el mundo... ¿Cómo me voy a ganar la vida?. Sin duda, quien haya matado a tanta gente, es porque no tiene remordimiento ninguno.

Venga, sigamos. No hay tiempo que perder. No se si nos habrán oído, por lo que debemos darnos prisa.

Desde luego...el tiempo corre en nuestra contra dice en concordancia con Calimero.
Kiwn siente miedo, ¿qué puede hacer un simple aprendiz para detener todo un ejercito ? se pregunta;aun no domino mi espada lo suficientemente bien, sin embargo es lo que poco que tengo de lo que me pueda valer...y seguramente sea lo que me pueda salvar la vida

En el techo de la sala hay una rejilla por la que pasa algo de luz, parece ser la trampilla por la que tiran los cadáveres desde arriba. Está a unos tres metros del suelo, si quereis acceder a ella tendreis que utilizar algo como ayuda.

Mientras observais la rejilla, escuchais un ruido lejano, de chapoteos. No sabeis si viene de arriba del castillo o de las catacumbas en las que estais. Vuestro acompañante, portador de un saco de dinamita, se está empezando a poner nervioso.

-Habeis oido eso?? Esto no me da buena espina...

Ignorando a nuestro cobarde acompañante, saco mi cuerda con su gancho, y empiezo a agitarla, para lanzarla y engancharla en la rejilla.

Con el dedo indice sobre los labios y pegado a la pared, Kiwn pide silencio al acompañante.

Shhhh...ahora es cuando tenemos que ir con cuidado -dice en voz baja, tras lo cual, se va a mirar la posbible aparicion de enemigos desde la entrada de la sala-.

Con un agil movimiento, perfeccionado tras años y años de hurto y escamoteo, Calimero consigue a la primera enganchar su cuerda para trepar a la pequeña verja. Al tirar un poco de ella, la verja cede y se queda colgada por sus bisagras, creeis que aguantará lo suficiente para que podais escalarla.

Mientras tanto Kiwn emplea todos sus sentidos para detectar si hay alguien más en las cercanias, para intentar tranquilizar a vuestro compañero, cada vez más mareado.

Escuchas en las cercanías los sonidos encharcados de dos pares de pasos. Lo extraño es que son demasiado acompasados.

Sera mejor prepararse, ahora viene lo dificil... -comenta el estudiante al ver que CAlimero consigue enganchar la cuerda-.
Mi padre me solia decir que para ver en la oscuridad hay que mirar con las orejas... kiwn se agacha y se queda en silencio, concentrado en cualquier ruido que venga de fuera de la sala. Alguien está chapoteando...un momento, esa forma de pisar...no es alguien, es algo... Rapidamente le viene a la memoria como sin apenas enterarse el grupo que habían formado quedo reducido a solo 3 por algo... Mierda...
Eh amigo, sube primero, no se vaya a mojar la dinamita -dice en voz baja-. Esa dinamita es nuestra unica carta, si la perdemos todo habra sido en vano
Luego se acerca a Calimero y le susurra `para que el asustado compañero no oiga nada: algo se acerca, será mejor largarse

El temeroso acompañante se ata su bolsa con dinamita al cinturón y comienza a trepar por la cuerda de Calimero.

Tras un pequeño esfuerzo se encarama al tragaluz y desaparece. Al rato aparece su cabeza y dice:
-Pssssssst! Todo en orden, no hay moros en la costa!

El temeroso acompañante se ata su bolsa con dinamita al cinturón y comienza a trepar por la cuerda de Calimero.

Tras un pequeño esfuerzo se encarama al tragaluz y desaparece. Al rato aparece su cabeza y dice:
-Pssssssst! Todo en orden, no hay moros en la costa!

Vosotros, aún abajo, empezais a apreciar la desagradable sensación de que estais siendo observados.

El cazador cazado me dijo mi padre antes de morir... recordó sin saber por qué Kiwn.
Será mejor que escalemos más rápido que un mono compañero...Salgamos de aqui!

Sí, vamos -y diciendo esto, me engancho a la cuerda cual koala a un eucalipto, y empiezo a trepar.

Espero que eso que hay por ahí no nos alcance. Aunque tengo curiosidad en saber qué es, no tengo ganas de encontrarmelo.