Partida Rol por web

Un hombre vestido con vaqueros y una camiseta blanca sale de detrás de la caravana con el perro atado con una soga normal y corriente. Cuando te mira, te sonríe y quitándose una paja que tenía en la boca, te saluda con la cabeza, y también con su dulce voz.

- Eeeeeeeeeea. Ya está aquí, así qué ya podeí iros con ella, que parece maja y os va a cuidar bien. -

El hombre le hablaba a su perro, sin embargo, notaste que lo hacía en plural.

Le soltó la correa al chucho y este salió corriendo hacia donde estabas, con la lengua afuera, con los pelos mojados y con las patas llenas de barro. Detrás de él, los otros perros salieron corriendo también, siguiendo al que parecía ser el líder de la manada.

- Que conste que sólo te pago por el mío, ¿eh, chica? Cuida bien de Fido. - Continuó para después, meterse en la caravana más ancho que largo.

Allie nota como una gota de sudor frío recorre su nuca al ver cómo la manada de perros se acerca a ella.

Había considerado la posibilidad, pero... Esto es demasiado... ^^U

En fin...

Murmura, acuclillándose para recoger la correa de Fito y tocándole la cabeza un par de veces para saludarlo.

Encantada, Fito.

Luego se pone en pie, y mira al grupo de perros que tiene detrás, sonriendo.

Hola a vosotros también. Bueno, ¿qué? -Pregunta girándose para mirar a sus clientes "oficiales"- ¿Vamos al parque?

Animada y optimista, empieza a caminar con ellos de sus respectivas correas y teniendo cuidado de dar órdenes claras y concisas a H.

Fido medio te gruñe cuando lo llamas por un nombre que no es el de él. Parece como si te dijera: Mi nombre es Fido, con "D" y no Fito como el cantante argentino. Pero bueno, seguramente ha gruñido simplemente por gruñir. Aunque no era un gruñido de enfado, era más por que no tenía otra cosa que hacer.

Y así, con los cuatro perros que te tocaba pasear, uno tan distinto del otro que hasta daba miedo, y con los otros siguiendo a Fido a unos metros, te dirigíste al parque andando tranquilamente, como si nada existiera a tu alrededor.

Para tu sorpresa, los perros parecían estar bien entrenados.

Todos te hacian caso y los otros que iban detrás, hacían lo que el sucio siberiano hacía, por lo que tampoco había muchos problemas.

HMMWV lideraba la marcha, medio metro adelante de los otros dos, mientras que Fido iba detrás caminando tranquilamente a tu lado.

El parque estaba a la vuelta de la esquina y en todo ese trayecto, no has tenido que tirar de la correa ni una sola vez, se estaban portando a las mil maravillas.

Aunque cuando vieron el parque, notaste como todos se pusieron algo nerviosos, sabiendo que en cualquier momento los dejarías sueltos para que corran y hagan sus cosas tranquilamente.

Bueno, ahora llegaba el momento difícil. Cuando está ya en la zona de perros del parque, asegurándose de que no hay demasiada gente cerca, se planta en el medio de esa zona y suelta las correas de los perros que llevaba atados. Cuando ya están todos sueltos, y tras desearles que lo pasen bien, se queda allí en el centro, dando vueltas sobre sí misma para tenerlos a todos controlados, y preparada para gritar el nombre de alguno si no se porta como es debido.

Espero que no la líen...

Tampoco se olvida de darle la orden a H.

- Rompa filas, soldado.

Estaba claro que aquella orden no sonaba tan autoritária como lo habría hecho de labios de su dueño, pero ella tampoco se veía capaz de hacerlo así... y H tampoco había dado ningún motivo para ello.

"H", bonito mote para un perro habrá pensado el chucho cuando soltaste las correas de los demás y le diste la orden para que salga a pastorear junto con los demás. Por un momento te pareció que asentía con la cabeza, aunque seguramente, eran imaginaciones tuyas y acto seguido, salió tranquilamente hacia delante, a arrejuntarse con los otros perros.

Él era el único que parecía tener controlada la situación, por que los demás, junto con la jauría que venia de infiltrada, comenzaron a correr de un lado a otro, persiguiéndose entre ellos, saltando bancos, comiendo pasto, y mordiendo piedrecitas que había por allí tiradas.

La pequeña Lucy era una de las mas revoltosas ya que saltaba sin parar de un lado a otro mientras que los demás perros intentaban esquivarla, por que seguramente, era la más pesada que había en el grupo. Fido, junto a sus compañeros, se revolcaban entre ellos en el pasto, luchando por lo que parece ser una bolsa de plástico blanca o algo parecido.

Allie observa la que están liando los perros sin preocuparse. Al menos no en apariencia. Se pasea entre ellos procurando que unos no se coman la bolsa de plástico y que la pequeña no se meta en líos por ser tan revoltosa... Y que no se ensucie demasiado, tampoco. ¿A quien se le ocurre sacarla a pasear con ropa así? Es como si a un niño lo llevas al parque con el traje de la comunión...

Sin embargo, una sonrisa se dibuja en sus labios al ver lo despreocupados que son y lo felices que parecen con tan poco.

¡Lucy! -La llama, agachándose y dando unos golpecitos en el suelo para que se acerque y comprobar que no había perdido ninguna parte de su atuendo.

Por el rabillo del ojo, vigila también la posible llegada de otros perros al parque. Todos parecían perros equilibrados, pero nunca se sabe...

En ese momento de diversión, cuando todos estaban tranquilos, escuchas a lo lejos, hacia delante, el sonido de un par de ladridos. Los perros que estaban allí también lo escucharon, ya que se quedaron quietos, levantaron la cabeza y enfocaron las orejas hacia dónde provenían los ladridos.

H se quedó quieto en el sitio, mientras que los demás, movían la cola de un lado al otro curiosos.

Poco a poco, la silueta de una persona se fue dibujando a lo lejos y con él, un par de perros llevados con correas.

Tus chuchos al ver que se acercaban a tu posición, parecieron ponerse un poco nerviosos...

Allie mira en la dirección de los ladridos. Aquel hombre, fuera quien fuera, había tomado la precaución de llevar a sus perros con correa. Sus "pequeños" amigos, en cambio, iban sueltos por el parque. Es cierto que aquellos perros necesitaban ejercicio, pero quizá podría volver a soltarlos más tarde...

Cogiendo las correas con las manos, Allie deja escapar el aire entre sus labios, silbando.

¡Lucy! ¡Jolteon! ¡Fido! ¡H! ¡Venid aquí!

Los llama, agachándose para que todos se acerquen y procurando ponerles la correa a todos... excepto a H, a quien murmura un estricto "¡quieto!" cuando se acerca.

Su mirada también vigila al recién llegado y sus acompañantes, para asegurarse de no molestarlos durante su paseo.

Tus perros te hicieron caso a la primera. Ni un ladrido ni bufido se escuchó después de tu orden. Además, los demás perros que no iban en el grupo, pero te acompañaban, hicieron lo mismo que el apestoso de su líder y se quedaron tranquilos. H, en cambio, se sentó sin moverse en el cesped, oteando el panorama.

El chico que venía de frente, al ver lo que pasaba, aferró las correas de sus dos perros con fuerza, pero al ver que tenías controlado el tema, decidió acercarse lentamente.

Tus perros no se movieron cuando el chico pasó por tu lado y decidió detenerse a charlar, ya que no parecía que se iban a trenzar entre ellos.

- Hola. - Dijo el chico con una sonrisa.

Allie sonríe a sus "clientes" y se agacha para acariciarles a todos la cabeza, sin excepción. Con las correas en la mano, se sentía algo más segura, así que deja que conozcan a los recién llegados. Si después de un rato de olisquearse, ve que nadie se pone agresivo, entonces quizá pudiera soltarlos de nuevo.

Hola. -Sonríe al chico que acaba de llegar como respuesta a su saludo.

A pesar de la sonrisa, al instante empieza a hacer lo de siempre. Mirar el color de su aura y, porqué no, intentar psicoanalizarlo. ¿Lo habría visto antes alguna vez por el barrio? Por otro lado, el tipo de perro que llevaba también diría mucho de él, como había comprobado ya con los dueños de los suyos...

- Hola, ¿Qué tal? ¿Trabajando o son todos tuyos? - Le dije señalando a los que llevaba en la correa, al animal enorme que estaba sentado a su lado y después, a los otros ocho o diez que daban vueltas a su alrededor. - ¿Eres algo así como Cesar Millan o te gustan tanto los animales que no puedes parar de comprarlos compulsivamente? -

Bien, idiota.

Excelente presentación.

- Soy Daniel. - Continué y le tendí la mano para saludarla.

Allie se pasa las 3 correas a la misma mano para estrechar la de Daniel.

Allie Millán, encantada.

Pero enseguida se echa a reír, haciendo que la "mentira" se quedara en una broma que dura segundos.

Ávila, Allie Ávila... y sólo estoy trabajando. El hacerse mayor, las responsabilidades... y todo eso, ya sabes.

Explica, sin dejar se sonreír. Luego baja la vista hacia sus perros, y pregunta...

¿Y ellos? ¿Son tuyos o me haces la competencia?

- Encantado, Allie. -

Así que no son de ella... bueno, ya pensaba que era una de esas fanáticas de los animales que sólo viven para y con ellos. Es un alivio.

- ¿Competencia? Que va. Son míos. - Dije mientras tiraba de las correas para que se sentaran y miraran hacia arriba. - Estos son Zafiro y Rubí. ¡Eh, vosotros! Decidle hola a Allie. -

Los dos perros ladraron un par de veces, muy bajito, como saludándote.

- He tardado seis meses para que hagan eso. Soy horrible como entrenador. Se me dan mejor los pokémon, la verdad. -

Allie no puede evitar echarse a reír de nuevo.

¿Pokémon? Ahora te vas a reír, pero... -Baja la mano y acaricia la cabeza de Jolteon, tomando también con la mano la chapa en forma de pokéball donde estaba su nombre grabado- Este es Jolteon. Puedes probar a entrenarlo, si te crees capaz...

Lo mira, entre desafiante y divertida...

De todas formas... Rubí y Zafiro son geniales... ¿Cómo has conseguido que saluden? Es... interesante.

Y realmente se da cuenta de que el tema es más interesante de lo que había pensado en un principio. Se agacha y responde al saludo de los pastores alemanes dejando que olfateen su mano y acariciándoles suavemente las cabezas.

Oye... ¿Te importa si los suelto? Es que se lo estaban pasando pipa...

Pregunta de nuevo, después de volver a incorporarse y señalando a sus pequeños, que todavía seguían con correa.

- ¿Se llama Jolteon? Bueno... tal vez sea el destino que me encuentre contigo y que tengas un perro en la mano con nombre de pokemon o simplemente, el dueño es casi tan friki como yo de esos bichos. -

Solté una larga carcajada mientras la chica continuaba relatándome cosas.

- ¿Soltarlos? Si, claro. - Le dije mientras los miraba de reojo. - Parecen que son tranquilos, así que, ¿por qué no vas a soltarlos? -

Le di un par de palmadas en la cabeza a mis perros y volví a mirar a Allie a los ojos, para continuar hablando con ella sobre animales.

- Y con respecto a como les enseñé, pues, dándole de comer jamón cada vez que me hacían caso. Ahora ya lo hacen solos, pero me ha costado sangre, sudor y lágrimas. ¿Tú como haces para que te hagan caso? Y además, tienes demasiados... ¿cómo te acuerdas de sus nombres? -

Allie hinca una rodilla en el suelo para bajar a la altura de los perros que tiene atados y soltarlos. Se queda un momento más agachada, sonriendo, viendo como todos salen corriendo menos H.

Se pone en pie y mira sin dejar de sonreir al perro que no lleva correa.

Rompa filas, soldado.

Sin dejar de sonreir, observa como todos se alejan a seguir con sus juegos.

¿Lágrimas también? Vaya, debes de quererlos mucho...

Murmura, divertida, apartándose el pelo de la cara y colocándolo tras la oreja, dejando de mirar unos segundos a los perros para mirarlo a él.

En realidad... es el primer día que estoy con ellos. No creo que me hagan demasiado caso... Al menos no todos ellos. H -Levanta el brazo para señalarlo- está muy bien educado por un soldado, o general, o no sé qué es lo que es... así que es muy disciplinado y ni siquiera necesita correa. Jolteon -Señala ahora al pastor alemán- parece que está siendo entrenado poco a poco, así que quiero trabajar un poco con él. Tengo que quedármelo tiempo extra esta tarde, así que aprovecharé. Luego está Fido -Señala al husky- que va muy a su "rollo". Es el líder de su propia manada, así que no creo que pudiera enseñarle demasiado... pero es bastante dócil, al menos. Supongo que me ve como una "socia". Que sabe que si no me hace caso, no volveré a soltarlo o no dejaré que sus amigos lo acompañen, no sé... La psicología canina todavía me resulta algo confusa, a la par que interesante. Y luego está la pequeña Lucy -Señala a la yorkie- que parece demasiado mimada como para aprender algo, pero quizá pueda intentarlo más adelante.

Luego se echa a reír.

Vaya rollo que te he soltado, lo siento. Bueno, lo de los nombres es fácil... siempre he sido buena recordando ese tipo de cosas, Daniel.

Abrí los ojos bastante grandes cuando Allie comenzó a contarme todo ese rollo de los animales.

Bueno, se ve que le gusta estar con ellos y por supuesto, le encanta su trabajo. Otro hubiera dicho los nombres y tal, sin contarme nada de las personalidades de los perros... aún así, el rollo que me acaba de soltar es digno de un oscar o algún premio de esos que dan por allí.

- Ajá. - Sólo atiné a decir cuando terminó de hablar. - Veo que los quieres mucho y te identificas mucho con ellos. Eso es bueno. Aunque los nombres de cada uno son algo particular, Jolteon y "H" se llevan la mejor parte. -

Además, la emoción que sentí al ver a ese perro que parecía más un perro policia que otra cosa, como obedecía las órdenes que le daban y el porte que tenía al caminar... bueno... seguro que tiene buena familia.

- ¿Y esto haces para vivir? ¿Salir a pasear perros? -

Allie se echa a reír tras el primer comentario de Daniel, y limpiándose una lagrimilla, vuelve a mirarlo.

Bueno... en realidad el nombre de H lo he acortado. Son unas cuantas siglas seguidas, de algo que no sé qué significa, así que me ha sido imposible recordarlo habiéndolo escuchado una sola vez... No soy tan buena para las siglas...

Bromea, mostrando la punta de su lengua y llevando sus manos a la espalda, jugueteando con las correas por detrás de sí misma.

En realidad, para vivir sólo necesito sacar buenas notas, mis padres se encargan de lo demás, pero este año han decidido que es hora de que empiece a tener responsabilidades... Mi padre es psicólogo y mi madre filósofa... así que tengo la ética inculcada desde que tengo memoria. Creí que era una buena idea, y busqué un trabajo que me llamara la atención. Si te digo la verdad, no creí que me llegara a gustar tanto... No he tenido nunca perros en casa.

Volviendo a dirigir la vista a su alrededor, vigilando a los perros, es su turno de preguntar.

¿Y tú? ¿Qué haces para ganarte la vida?

- Con unos padres así, disculpa la sinceridad, pero debes ser un caso serio cuando se te ponen a discutir, ¿no? - Dije mientras también le sacaba la lengua, aunque en realidad, es lo que realmente pensaba. - Verás, mis padres son autónomos. Mi padre es dentista y mi madre trabaja vendiendo casas por aquí y por allá. Va a comisión y por eso, el dinero entra en casa por mi padre, así que para sacarme unos durillos extras, trabajo en un bar de por aquí cerca los fines de semana. Para no pedirles a ellos, ¿sabes? -

Me encogí de hombros ante el rollo que le acabo de soltar, y decidí soltar algo gracioso.

- En realidad, mi madre cuando vende una casa saca como seis meses de sueldo a mi padre, pero eso no se lo decimos. Y yo, además de trabajar allí, pues estudio y poco más. -

Allie sonríe de nuevo.

Amarillo... -Murmura en voz alta sin darse cuenta, mientras sus pensamientos siguen la frase- Tiene un aura de color amarillo... Ahora la veo claramente.

Finalmente se encoge de hombros. Ella también tenía una família un tanto peculiar...

En realidad no discuten mucho. Al menos no como la mayoría de gente entiende la palabra "discutir". Desde que tengo memoria, nunca los he escuchado gritar. Ni siquiera cuando se separaron.

Se lo queda mirando, y antes de que pueda malinterpretar la situación, sigue explicando.

Pero somos felices, ¿eh? No se llevan mal ni nada. Se ven muy amenudo... mi hermana y yo vivimos con mi madre y su novia, en su casa, y mi padre viene a traernos el desayuno casi cada día.

Y cambiando de tema, vuelve a centrarse en lo que él ha comentado antes.

¿Trabajas en un bar de por aquí? ¿Y estudias? Vaya... Pareces muy responsable. ¿Dónde trabajas y dónde estudias? No me parece haberte visto por aquí antes.

Se queda pensativa, intentando recordar si alguna otra vez lo había visto.