Partida Rol por web

-Academia Umbriana-

Máquina De Hacer Goblins Portátil

Cargando editor
20/02/2010, 22:02
Peter

Peter se queda un momento mirándole.

-Cierto. - y se pone a ello.

Cargando editor
21/02/2010, 15:00
Akasha_Inmortal

Bien, empecemos, que cuanto antes empecemos antes terminamos. -digo cogiendo la ficha y escribiendo frevilmente. Termino de escribir y me quedo un momento revisándolo todo- Ya está, ¿cómo lo ves? Creo que no se me olvidó nada.

Notas de juego

Siento la tardanza, toy super ocupada.

Cargando editor
22/02/2010, 18:39
Director

¡Perfecto! Ahora la M.D.H.G.P clasificará a vuestros goblins y los introducirá en la habitación de Rais, el Señor Oscuro, con el convencimiento -artificial- de que su destino pasa por montar una memorable fiesta nocturna.

La única forma de no despertarle -y evitar con ello su ira- es desmarcarle como destinatario en todos los mensajes. Incluso si se le desmarca al instante recibirá novedades de la escena, y está muy ocupado soñando planes de dominación mundial como para tener piedad. Aunque recordad que sólo podrá veros si los destinatarios quedan marcados, ya que será de noche y estará oscuro.

Los destinatarios están debajo de vuestros mensajes -sí, Akasha, ya sé que lo sabes de sobra- y son los personajes que verán el mensaje. El botón de "marcar todos" los marca todos, y el checkbox de "sólo para el director" los desmarca todos. Eso sí, no hace falta desmarcar el checkbox de "sólo para el director" para marcar otros destinatarios.

¿Todo claro? Porque entonces estaréis listos para sumergiros en vuestros personajes por primera vez.

Ah, y en el mensaje, sobre el editor, os pone "mensaje de" y a la derecha un desplegable con los personajes que podéis utilizar. Siempre tendréis que elegir vuestro goblin, si no queréis que Rais conozca vuestra verdadera identidad...

El master hace una pausa, esperando que entren en la siguiente escena. ¿A qué esperáis? Ah, no, no os la enlazaré esta vez. Que ya sois mayorcitos.

Pero mientras vuestros personajes empiezan a desenvolverse, os invito a la Taberna de las Setas Pasadas, esa que está pegada a la academia. Allí podréis conocer maestros que os enseñen -optativamente, claro- a jugar a chat, o a lo que se les ocurra, mientras os tomáis unas cañas y degustáis las más sabrosas tapas umbrianas. Total, les pago por nada y se aburren. Bueno, no los pago, pero igualmente tienen que hacer algo, ¿No?

Cargando editor
25/02/2010, 18:30
Director

 Bienvenidos a la primera tarea que habéis de acometer como miembros de la Academia Umbriana. Aunque todo está oscuro, la reverberación que producen aquellas palabras es muy reveladora. Cuando Pájaro, el master, encuentra el botoncito de la luz -parece que estaba adaptado a la altura goblin- Las sospechas de sus jugadores se ven dadas la vuelta, retorcidas y disparadas a las estrellas por un mortero con escandalosa eficacia.

Se hayan en una sala amplia y sin amueblar, ocupada por los más variopintos goblins que hayan podido imaginar... y una máquina en el centro, nuevecita.

Me costó varios kilos de remolachas y todo mi carisma conseguir que Unai me la cediera. Pero ha merecido la pena. Con todos ustedes... -Aunque tal vez "todos" sea demasiado para describir a sus expectadores- ¡La Máquina De Hacer Goblins Portátil!

Cargando editor
01/03/2010, 00:30
Moucho

- Madre de Dios hermoso, ¿qué ha ocurrido aquí?. Lo último que recuerdo es que iba a comprar algo en un puesto de bocatas, y de pronto, sin previo aviso, me agarran y salgo poco menos que volando... bueno, corrijo, volando literalmente. ¡¡¡Y para más inri no he podido comer nada todavía!!!

A Moucho no parece haberle hecho mucha gracia lo ocurrido. No es de extrañar, ya que suele ponerse de mal humor cuando tiene mucha hambre, como es el caso. Además, lo brusco del viaje lo ha dejado algo mareado, lo que unido a un estómago vacío no suele ser una buena combinación.

Se sienta en el suelo cuidadosamente, e inspira profunda y calmadamente para intentar despejarse un poco. Se fija entonces en aquel trasto que hay en el medio de la habitación. a primera vista le recuerda a uno de los inventos del Profesor Bacterio, lo cual si bien le causa gracia en un primer momento, comienza al poco a transformarse en inquietud e incomodidad.

- Y bien, ¿qué se supone que tenemos que hacer con el cacharro éste?

Notas de juego

Ya estoy de vuelta.

Si en algún momento nos entretenemos demasiado en una escena, por favor, dínoslo, bien explícitamente en "Notas" o por mensaje, bien indirectamente a través de tus personajes.

Cargando editor
01/03/2010, 21:42
Kreyla

Después de recordar cómo aquella persona que había considerado normal me sonreía y me teletransportaba a la Academia, siendo recibida por Pájaro (eso sí sin poder probar bocado o descansar) vuelvo al momento presente donde el máster nos enseña una extraña máquina. DE alguna forma Moucho también está aquí... no recuerdo cómo ha llegado, eso sí.

- ¿Hacer Goblins?¿Se supone que esa cosa hace goblins?

no puedo dejar de sorprenderme ante el hecho de que una máquina sea capaz de crear esos pequeños seres.

- Pero, ¿qué tiene que ver con nosotros? ¿Tenemos que averigüar cómo funciona o qué?

Notas de juego

perdón por tardar pero he tenido problemas con internet en los últimos días, por eso no pude avisar. Por suerte no han tardado mucho en arreglarlo.

Cargando editor
01/03/2010, 23:27
Director

Ellos luego se reproducen solos, pero los cuervos los hacen personalizados utilizando esta preciosidad. Ahora vosotros tendréis que crear vuestros propios goblins.

La máquina, angulosa y recubierta de paneles diversos, ofrece un aspecto improvisado. Muchos de los cables se quedaron por fuera, y la mayoría no llegan a ningún lado, o se hayan conectados a sí mismos. Unos enormes contadores menean sus respectivas agujas.

Lo primero que tenéis que hacer es su historia. Por supuesto que será falsa, pero bastará con que ellos se la crean. Queda masa de sobra para vuestros goblins. Comprueba rápidamente unas agujas especialmente alegres, y echa un vistazo a la especie de hormigonera soldada sobre aquel mazacote. Sí, de sobra.

Busca las palabras indicadas, y se concentra de nuevo en sus jugadores.

Es recomendable que este paso -la historia- sea el primero, porque al hacer la historia se desarrolla todo lo demás. Aunque claro, tenéis que tener una idea de cual queréis que sea el resultado para ir por una línea concreta. Así pues... ¿Grimpogg? ¿Spluj?

Dos goblins ansiosos corren, chocando uno contra otro e intentando hacerse zancadillas, hacia Pájaro. Llevan en sus manos papeles de pergamino y plumas recién entintadas. Estos goblins son un ejemplo de lo mucho que influye la historia sobre la personalidad, e incluso sobre el aspecto. Y eso que no hice más que hablarles de mí... gracias, Grimpogg. Gracias Spluj.

Ante el agradecimiento ambos seres olvidan su reciente competitividad para alejarse, abrazados, como borrachos.

En fin. El master ofrece los pergaminos a sus invitados. Ahora vais a crear la historia de vuestros personajes. Os recomiendo que os extendáis, como yo en este post. Os parecerá difícil, porque se os irán agotando las palabras, pero con un poco de esfuerzo conseguiréis personajes con muchos más matices... vamos, mucho más reales.

Y en cuanto a la ambientación... me da exactamente igual. Aquí hay dos objetivos: que se crea la historia (lo que, debido a su moderada inteligencia, no es difícil) y que no se duerma de aburrimiento cuando trate de recordar algo (lo cual, debido a la misma razón, es bastante más complicado), lo que podría provocarle amnesia por motivos obvios. Y con amnesia, por supuesto, la existencia de la historia sería inútil.

Y... bueno, los goblins no tienen una lógica muy entrenada que digamos... pero tienen un agudísimo sentido del absurdo y del humor tonto, por lo que se sentirán como en casa si les pones algo de eso en la historia.

Cargando editor
02/03/2010, 00:20
Moucho

Notas de juego

Duda tonta, ¿escribo la historia del goblin o la de mi personaje (Moucho)?. Dices que creemos nuestros propios goblins, pero luego dices que sólo les hablaste de ti y también que  "vais a crear la historia de vuestros personajes"... Vamos, que queda un poco ambigua la cosa.

Cargando editor
02/03/2010, 10:25
Director

Notas de juego

Moucho es un nuevo jugador de la academia umbriana que va a crear su personaje; un goblin.

Cargando editor
02/03/2010, 18:10
Kreyla

Me quedo mirando el pergamino que he cogido en ung esto casi automático con cara de tonta. No sé si lo he entendido bien ¿tengo que escribir la historia de un goblin que será mi personaje?

Permanezco pensativa un rato mientras me hago cosqullas en la nariz con la pluma. Miro a Moucho y a Pájaro y luego hacia el techo, a una telaraña muy buen puesta en una esquina. finalmente miro de nuevo al máster y levanto la mano.

- ¿La historia, aparte de ser mínimamente creíble para los goblins, no tiene que tener nada de particular? Me refiero a si debe de empezar o estar ambientada en esta isla por ejemplo, o algo así... ¿Sencillamente la podemos crear de la nada? Esque a veces mi cabeza desvaría demasiado y necesito saber si debo ponerme ciertos límites.Ah, y ¿Les tenemos que poner también un nombre?

Notas de juego

Espero queno pase nada por poner esto en vez de la historia, pero quería tener claro ese punto antes de hacer nada ^^

Cargando editor
02/03/2010, 21:28
Director

Notas de juego

Cita:

- ¿La historia, aparte de ser mínimamente creíble para los goblins, no tiene que tener nada de particular?

No

Cargando editor
03/03/2010, 00:02
Moucho

Moucho cogió la pluma y pergamino con cierta (bastante) desgana. Y ahora me piden que escriba, lo que me faltaba, pensó. Sin embargo, en ese momento, una idea, un destello, cruzó su mente. Anda, y si… Echó la mano a su cinturón y, sí, allí estaba, una bolsita de piel. Hmmmm… Desató la bolsita y la abrió cuidadosamente, y vio unas extrañas nueces.

 

-       ¡¡¡¡¡Siiiiiiii!!!!! – gritó, a la vez que los otros le miraban con asombro - Perdón, es que… no había caído hasta ahora. Soy Shunda, ¿no?, quiero decir, soy como hubiera sido mi personaje si fuese real, ¿no?, quiero decir que… - el hombre se estaba liando de mala manera- ¡Bueno, es igual!, lo que importa es que siempre llevábamos nueces de Ukur en nuestras aventuras, por si las moscas. Toma –le lanzó una a su compañera-, cómetela, es una nuez de Ukur, te alimentará por un día completo.

 

Estaba un poco dura, y era ligeramente agria, pero al poco de comerla comentó a recuperar las fuerzas y sentirse mejor.

 

-       Esto está mejor, sí señor –se sentó apoyando la espalda contra la pared, con las piernas dobladas contra el pecho, apoyó en ellas el pergamino, y comenzó a escribir la historia de un goblin, sí, la historia de un goblin llamado Bloch:

 

---

 

Bloch siempre había tenido ansia de aventuras. Sus primeros recuerdos de la infancia le traían a la memoria a su madre, sentada a los pies de la cama leyéndole sus cuentos favoritos, cuentos goblins, naturalmente, cuentos en los que el lobo se comía a los tres cerditos (hmmmmm… tocino….) y el dragón se comía al pijo del principito de turno (¿dónde se ha visto que un majadero embutido en una lata de Pepsi y con un pincho en la mano sea capaz de vencer a un bicho del tamaño de un trolebús con escamas duras como el acero y que, por encima, lanza napalm por la napia…?). También le encantaban las aventuras de “Spluk, capitán de la guardia orca”, un serial radiofónico que emitían todas las tardes a la hora de la merienda. Se sentaba allí, junto a aquella vieja radio de mueble de madera barnizada, con su bol de chucrut (¡qué rico lo hacía mamá!), y se deleitaba en las hazañas de su héroe. Malditos humanos, siempre raptando a doncellas orcas, ¿y los elfos?, ¡esos eran los peores!, llevándose a los bebés goblin de sus cunas para comérselos en sus festines bárbaros… Pero, allí estaba, Spluk, su gran héroe, ¡siempre dispuesto a proteger a los débiles de aquella escoria! Con el paso de los años Bloch fue creciendo, y sus sueños seguían allí, sueños de grandes aventuras. Sin embargo según iba creciendo también se sentía cada vez más solo, ya que aquellos sueños no eran compartidos por sus compañeros. Mientras sus amigos entraban en pandillas –“esos vándalos, vestidos con casacas y pelucones, y escuchando música de clavicordio y violín todo el día, no son más que unos haraganes”, decía su madre-, él se quedaba en casa, escuchando Manowar y estudiando. Cuando tuvo la edad se enroló en las Hordas Goblin, ansioso de vivir aventuras. Sus padres estaban henchidos de orgullo, ¡su niño en las Hordas Goblin! Sin embargo pronto descubrió que aquello poco tenía que ver con sus sueños de niñez. Lo único que hacían todo el día era instrucción y más instrucción, que si “¡derecha, ar!”, que si “¡izquierda, ar!”, que si “¡sierra mecánica al hombro, ar!”, que si “¡estúpido, hay que apagarla antes! ¡llamad a un sanador!”… Así todo el santo día. Bueno, al menos aprovechó para aprender cosas. Mientras sus compañeros aprovechaban el tiempo libre para ir de juerga y montar gresca en los bares, él se quedaba en el cuartel estudiando y aprendiendo a cuenta del Estado. Durante su estancia en la Hordas se sacó todos los carnets de conducir (incluyendo los de huargo, cuádrigas y carro de bueyes), aprendió tres idiomas, se sacó la carrera de Herrería por la UNED, y aprendió a hacer la tortilla de patatas. Sin embargo, cuando vio que aquello no era con lo que había estado soñando, decidió dejar las Hordas al finalizar su primer período de servicio. Tras una breve estancia con sus padres, decidió viajar por su cuenta en busca de sus tan ansiadas aventuras, y así fue como, con una mochila al hombro, se echó a la carretera. Fueron buenos tiempos, de un lado para otro, sin rumbo fijo, viajando a dedo cuando era posible, y sino a pie (¡peor eran las marchas de instrucción!). Conoció a gente de lo más variopinta en sus viajes, un fulano llamado Forrest Gump que se dedicaba a ir corriendo de un lado para otro continuamente, un tipo bajito de felpa que respondía al nombre de “tío Matt, el Viajero” y, el mejor de todos, un individuo llamado Bruce Banner (¡todo con un carácter!). Puede que no hubiese grandes batallas, ni rescates heroicos, pero su vida no ha sido aburrida, no, al contrario, ha estado llena de experiencias: doble en “El señor de los anillos”, paparazzi, asesor de imagen de Lady Gaga, gerente de un MacDonalds… de todo.  

 

Notas de juego

La  verdad es que entre lo tarde que es, lo cansado que estoy, no tengo hoy mucha inspiración... De todos modos, máster, ya que esto es una partida de aprendizaje, me gustaría que me comentaras un poco qué te ha parecido el perfil del personaje, y en qué cosas está bien y en cuáles se puede mejorar. No tanto sólo por el pobre Bloch, sino también por futuros personajes. Ten en cuenta que yo vengo del rol de mesa, donde la narrativa era más bien nula.

Cargando editor
06/03/2010, 00:06
Kreyla

Intento agarrar la nuez que me tira mi compañero, pero con mi habitual habilidad se me escurre entre los dedos y tengo que perseguirla hasta que por fin la tengo. Me cuesta un poco abrirla pero por fin la saboreo encantada. Hace tanto que no como qeu cualquier cosa me sabe a gloria.

- Gracias Moucho. Lo necesitaba - digo con una sonrisa antes de volver a centrarme en el pergamino y la pluma.

Ummm... lo primero que necesito es un nombre para mi pequeña goblin... Ah! ya sé, Uhij.

Lentamente empiezo a escribir en el papel.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Uhij se despertó en un lugar que no conocía y sintió la mirada penetrante de tres pares de ojos pertenecientes a caras que no lograba ubicar. Sentía como si hubiese estado durmiendo durante mucho tiempo, y en verdad había sido así, sólo que su cabeza aún tenía que recordarlo. Cerró los ojos y poco a poco empezó a formarse una imagen en su cabeza.

Era demasiado pequeña cuando nació, pero ya era avispada. Tanto que era capaz de recordar la sonrisa desdentada y amarillenta de su madre, que se le había quedado grabada desde que abrirera sus ojos al mundo. Ciertamente había aprendido a querer aquella boca de dientes picados, aunque nunca entendió por qué su madre era tan sumamente grande y pasaba la mayor parte del tiempo en el agua. A Uhij no le gustaba demasiado el agua, pero a su familia le encantaba. De hecho habría podido confundirlos con hipopótamos si hubiera sabido lo que era eso, y quizá hubiese llegado a la concluisón de que sus padres viajaban mucho y la perdieron sin querer poco después de nacer cerca del río que servía de hogar a unos hipopótamos, pero claro esa información no había tenido manera de llegar a sus manos. A pesar de todo ella quería mucho a aquella madre grande qe pasaba las horas muertas y parecía demasiado aburrida para castigarla.

Eso le daba cierta libertad a la pequeña goblin, que hacía todo lo posible por explorar y se metía en un lío detrás de otro, o al menos lo que ella daba por supuesto que sería líos. Hay que tener en cuenta que la vida de un hipopótamo es ciertamente aburrida, y cualquier cosa que hagas fuera de su rutina es una enorme aventura.
Uhij se aburría tanto que un día decidió dar un paseo más largo de lo normal y se acabó perdiendo. Se lamentó de no poder despedirse de su familia, pero eso fue más tarde, porque estaba ocupada escapando de una especie de lagarto gigante de seis patas que reptaba por el suelo como una lombriz y que la había confundido con su almuerzo. Por suerte para la pequeña goblin, su pequeño tamaño era una ventaja, además de que siempre había demostrado ser ágil y diestra en encaramarse a árboles y en hacer cosas con las manos.

La mala suerte quiso que se encaramara al único árbol-guía del bosque, y le metiera el pie en el ojo, algo que le sentó bastante mal al pobre vigilante y Uhij tuvo que decidir si prefería volver al suelo y probar a escaparse de nuevo del lagarto reptador o si se quedaba ahí arriba y dejaba que el árbol enfadado intentase ahogarla con las ramas.

Finalmente decidió que el suelo era mejor opción, y esta vez sí que tuvo suerte porque el lagarto al perderla de vista había preferido centrar su atención en una cucaracha que pasaba por allí. Decidió seguir el camino contrario que su perseguidor había tomado y acabó llegando a una ciudad. Era una pequeña ciudad costera, pero claro para la pequeña Uhij que por aquel entonces no contaba más de 10 años y todos sus recuerdos eran del río y los hipopótamos que ella consideraba su familia, aquello era extraño. Se sentía tan perdida en aquel lugar como un burro en una cafetera, o lo habría estado de haber conocido los burros y las cafeteras para poder hacer el símil. Fue allí donde descubrió que era una goblin y que en realidad no se parecía en nada a la familia que la había criado. Se prometió a sí misma que volvería a su hogar para comprobarlo, pero primero quería conocer las posibilidades que se abrían ante ella.

En un intento por aprender las cosas que le ofrecia el mundo se había entrometido en un debate público entre un mago y un filósofo sobre la naturaleza y la curvatura del espacio-tiempo pero de alguna manera su idea de que el espacio conocido era en realidad una mota de polvo en un excremento de lombriz no había gustado demasiado,o eso le dijeron después. A pesar de todo siguió participando en los debates, a los que acudía cada vez más gente. Incluso la animaban. Ella no entendía bien que significaban las palabras hereje, loca y bruja, pero no le sonaban muy mal. También dio por hecho que gustaba en el pueblo, porque la gente empezaba a mirarla allí donde iba, aunque no acabó de entender por qué uno de los días acercaron una antorcha a sus pies donde curiosamente habían caído unos leños, ni entendía por qué la habían sujetado contra un poste. No acababa de gustarle la sensación de quemazón en los pies, así que utilizó sus uñas para cortar las cuerdas y se fue de allí. Se subió al primer barco que encontró, porque se sentía abrumada: la gente del pueblo la seguía, al parecer no querían que se marchara. Se sentía halagada pero era demasiado para ella. Y aún le quedaba mucho que conocer.

Su primer viaje en barco fue bastante ameno, porque cuando zarparon del puerto y el capitán se dio cuenta de que estaba allí, dijo algo sobre polizones y gente estúpida que no era capaz de vigilar ni un trozo de madera (no sabía a qué se refería pero le sonaba a algo bueno) y luego la tuvieron todo el viaje fregando y haciendo recados. Uhij era bastante feliz pero tras un par de años en la tripulación decidió abandonar el barco en uno de los puertos y seguir su camino. Fue en el puerto de Isla Umbría donde desembarcó, y se marchó sin decir nada a nadie, feliz, dejando a sus espaldas a un capitán desquiciado y una tripulación que celebró su desaparición.

Una vez en la extraña y cosmopolita isla tuvo un par de aventuras más. La última de ellas había sido la causante de que estuviese en aquella habitación rodeada de personas extrañas. El caso es que había descubierto el parque de atracciones de la isla, había visto desde lejos a la gente riendo y, sobre todo, había escuchado lo que decían de la montaña rusa y quería probarla. Pero al intentar entrar la habían parado exigiéndole que pagara la entrada. Como Uhij no sabía lo que era el dinero, se rebuscó en los bolsillos y encontró un dado de seis caras y se lo mostró al encargado que se rió y le dijo en un tono muy divertido que le gustaba mucho pero que él prefería los de 20 caras y luego la echó de la fila sin dejarla entrar. Pensando que necesitaba un dado de 20 caras para poder entrar, y sin saber dónde buscar uno, decidió que lo mejor que podía hacer era coger prestado el que brillaba alto en el cielo. Así que decidió ir al acantilado de la playa de noche y encaramarse a la palmera que hay justo en el borde para intentar cogerlo, ya que era el sitio más alto que conocía. Por desgracia no llegó lo suficientemente arriba y acabó perdiendo pie y cayéndose al mar, aunqeu lso cuervos fueron compasivos y llamaron a unos goblins que la llevaron allí pensando que el maestro Pájaro podría ayudarla mejor que los médicos un poco chapuceros que rondaban por la ciudad.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Releo la historia de nuevo. No es que sea demasiado original, pero por lo menos me he despachado a gusto.

Le tiendo la hoja a Pájaro para que de su opinión.

Cargando editor
10/03/2010, 14:25
Kreyla

Mientras espero a que Pájaro le eche el vistazo miro a mi alrededor. en realidad no parece que el despacho sea nada del otro mundo, pero bueno. HAcía mucho que no veía uno de éstos. La última vez que vi un despacho en condiciones fue en el conservatorio, y eso que tampoco es que fueran gran cosa.

Eso me recuerda que hace muchísimo tiempo que no voy a clases. Con tanta aventura y tanto trabajo, se me olvidó hasta de avisar que no volvería en un tiempo. Me dan remordimientos y anoto mentalmente mandarles una paloma mensajera en cuanto encuentre una sucursal de correos. Y eso me recuerda que debería mandarle una postal a mi madre para que sepa que estoy bien... Vaya se me acumula el trabajo.

Por suerte tengo más hojas de papel, así que cojo la pluma otra vez y me hago una pequeña lista de gente a la que avisar porque si no se me olvidará de nuevo. Y así aprovecho el tiempo mientras Pájaro lee las historias...

Notas de juego

Espero no colarme, pero como pone que posteemos cada 2-3 aunque no hayan contestado los demás, pues he divagado un poco. Si molesta se puede borrar sin problemas ^^

Cargando editor
11/03/2010, 15:13
Moucho

Mientras espero releeo mi historia y corrijo alguna que otra falta de ortografía. Sin embargo, tras revisarla por tercera vez la cosa empieza a resultar cansina, a la vez que me doy cuenta que me ha entrado sed. Quizás sea el momento de beber algo.

- Kreyla, voy a buscar algo de beber. Por aquí debería haber alguna máquina de latas o similar, tal vez incluso con hidromiel. Si quieres venirte...

Notas de juego

Habrá que hacer tiempo, pues...

Cargando editor
11/03/2010, 19:45
Director

Parece que Pájaro recupera la movilidad.

Bueno, Moucho, para empezar decirte que tu historia está muy bien, especialmente para una partida de humor como ésta. Normalmente te recomendaría intentar que la historia incluyera aspectos que fraguaran la identidad de tu goblin; aprovechar para conocer mejor a tu personaje y darle una chispa de realidad... pero aquí, sinceramente, no es necesario.

Llegamos al siguiente paso, entonces. Pulsa un botón y sale un par de guantes para cada uno de los presentes de las entrañas de aquel trasto, que parece servir también de máquina expendedora (acompañados de las botellas de bebidas varias, inidentificables, solicitadas implícitamente por Moucho, que se habían quedado atascadas). Luego pulsa otro botón, y la hormigonera que gira en su elevada posición empieza a vaciarse por un tubo en espiral que culmina en un barreño.

Éste no tarda en llenarse de una masa verde gomosa. Necesitaréis los guantes; esta sustancia es abrasiva hasta que se seca. Moldeadlos como queráis, aunque claro, inspirándoos en las fotos. El milagro de la masa verde que utilizaréis es que es capaz de almacenar emociones y movimientos para reproducirlos posteriormente.

De pronto se despliegan numerosos cajones con una gran variedad de ojos, dentaduras, cabelleras, uñas, etc., todos de plástico, como sacados de una tienda de artículos de broma. Ah, sí... los complementos. Gracias, Máquina De Hacer Goblins Portátil. El master hace una reverencia.

Notas de juego

Lo que tenéis que darme es, básicamente, una descripción de su físico, su psicología y su forma de moverse.

Siento la larga tardanza, estoy teniendo serios problemas con el ordenador. He recorrido kilómetros hoy para estar una hora en una biblioteca. Muy buena la iniciativa de moveros un poquito.

Cargando editor
15/03/2010, 23:55
Kreyla

ME dispongo a irme con Moucho, cuando Pájaro vuelve a su explicación. Por suerte aparecen unas cuantas bebidas y cosas para picar de repente de la máquina, que parece servir para algo más que para hacer goblins. Mientras abro una lata y le doy un trago escucho atentamente lo que dice el master. Examino la masa gomosa y verde cn curiosidad, y cuanod escucho lo que tenemos que hacer me bebo lo que me queda en la lata de un trago.

Dejo la lata vacía aun lado y me arremango los retales que han qeudado colgando de lo que antes era mi camisa, con una sonrisa de oreja a oreja.

- ¡Manualidades! SIempre me gustaron las manualidades. Así que hacer un goblin co la apariencia que queramos ¿¿eh?? Esto va a ser divertido! ¿A que sí Moucho?

Le sonrío a mi compañero mientras meto la mano en la masa viscosa y saco un trozo tan grande como mi puño. Lo empizo a estirar y a manosear para probarlo, le corto un trzo y leugo se lo uelvo a poner, comprobando que es basante moldeable pero al mismo tiempo resistente.

- Bueno, manos a la obra, a ver qué sale.

Me río y me pongo a coger masa viscosa mientras hago algo parecido a un muñeco de nieve que poco a poco va tomando forma. Como inventor de dibuos animados lo único que se aprecia es mi espalda y un montón de trozos verdes qeu vuelan a mi alrededor, al final seguidos de algunas uñas, pelos, etc.

Finalmente me levanto, dejando ver mi obra de arte: una goblin pequeñita y achaparrada, con la cara un tanto plana y las orejas un poco más grandes de lo que debería tener, ojos saltones y una boca grande y bonita de labios gruesos aunque un poco torcida. Un pedazo de pelo pelirrojo le caía por la frente y la espalda, recogido con algo parecido a una cola de caballo.

- Bueno, ¿Qué os parece? - La miro de nuevo, sin saber muy bien qué opinar. - La verdad no se me dan muy bien las manualidades... Pero espero que sirva.

Luego me giro a ver qué tal le ha ido a Moucho y de paso para ver su reacción ante mi pequeña Uhij

Cargando editor
17/03/2010, 00:38
Moucho

Mi compañera pirata y yo estamos más que felices recordando nuestra niñez mientras jugamos con plastilina a escala industrial… Y no es para menos, ¡ojalá nos hubieran dado una oportunidad como ésta cuando teníamos seis años! “Esto va a ser divertido! ¿A que sí Moucho?”, me dice, a lo que contesto con una amplia sonrisa, ¿para qué gastar palabras cuando sobran?

A mi compi se la ve más experta que yo en estas lides, porque el muñeco va tomando forma por momentos. Pero lo que es el mío, no avanza gran cosa, parece, bueno, mejor no decirlo en presencia de señoritas… Después de pararme a pensar un momento, decido cambiar de estrategia.

-          A ver, ¿cómo hacía el fulano aquél de “Art Attack”? ¡Ah, sí!, la “técnica del churro” la llamaba.

La verdad es que algo bueno tendría el programa para que durase tanto en antena. Ellos se encargaban del segmento infantil de los televidentes, mientras que de casados en adelante tenían (bueno, tienen) “Bricomanía”. Es más, ahora los jubilados ya no tienen ni que ir a la obra a mirar, ya tienen “Megaconstrucciones”. ¿Qué queda?, el segmento juvenil. Bueno, será cosa de tomar nota mental de eso para proponer un programa al respecto a alguna cadena.

 Pero bueno, volviendo a lo nuestro. Es entonces cuando empiezo a hacer “churros” y bolas de plastilina, los cuales voy juntando para moldear el cuerpo, brazos, piernas, manos, pies, etc. La cabeza la dejo para el final. Después de todo serán sus facciones las que reflejen su carácter, su alma… Ésa será la parte más difícil. Pero quizás no haga falta ser un Rodin para ello, porque Pájaro mismo nos lo dijo, el material se impregna de nuestras emociones, de nuestros pensamientos.

 Decido cambiar entonces de táctica. Primero perfilo la cabeza en sí. Unos cuantos bloques de pasta me bastan. El cráneo en sí es pequeño, unido a un cuello corto y ancho, muy ancho, el típico cuello de toro. Finalmente viene la mandíbula, enorme, con una forma similar a un melón, con lo que me queda algo parecido a un gorila de dibujos animados, pero aún más exagerado.

 Lo básico lo tengo hecho, queda lo complicado. Cierro los ojos, cojo un poco de “plastilina”, y me dejo llevar, simplemente, manteniendo siempre en mi mente la imagen que quiero. Empiezo por los ojos, presionando con mis pulgares en el espacio del cráneo justo por encima de la mandíbula. Para hacerlos aún más hundidos hago un churro de plastilina con las manos, frotando con las palmas. Lo coloco en la frente, donde irían las cejas, a modo de “arco subraorbital”, como diría “Bones”. La boca es sencilla de hacer, una línea hecha con la punta del dedo, más bien hacia la parte superior del melón, de forma que la mandíbula inferior es la que se queda con la mayor parte. Me concentro en una sonrisa, mejor dicho, en una cuasi-parodia de sonrisa, algo tonta dirían algunos, pero sincera, porque quiero que mi buen amigo sea, en el fondo, un bonachón.

La nariz se reduce a dos orificios bastante separados en la parte delantera de la mandíbula, cerca de la boca. Las orejas serán pequeñas. Quedan los ojos, la expresión de los ojos… Es un bonachón, ¿no?, pues pienso en Pablo Mármol, en aquellos ojos que no eran más que dos círculos. Era increíble que dos meros circulitos pudiesen expresar tanto tantas veces… En cuanto al pelo, no, pelo no, trabajo que le ahorro, ¿qué necesidad hay de peinarse?

 Es entonces cuando me doy cuenta de que el pobre está desnudo.

 -          ¡Ups!, amigo mío, tenemos que taparnos, hay señoritas delante – le digo por lo bajito al monigote en tono cómplice.

 ¿Pero cómo hago con la ropa? De pronto, a la vez que pienso en eso, se abre una puerta en la pared, y sale de ella un perchero enorme, larguísimo, lleno de todo. A la vez del suelo surge una cómoda, cuyos cajones se abren al momento. Allí hay calcetines, gallumbos, de todo…

 -          Y bien, amigo mío, ¿cuál será tu estilo? -Es entonces cuando me acuerdo de las pintas de Mike Myers en “El mundo de Wayne”- Sí, ¡eso, es!

 Visto a mi nuevo amiguete. Y doy un par de pasos atrás. Allí está, no muy alto, ancho de hombros (bueno, ancho es un decir, más bien es como un ropero abierto), fuerte, con piernas cortas pero fuertes, pies grandes, enormes, y desnudos. Los brazos son largos, tremendamente fuertes, con vello en los antebrazos, y unas manos grandes como palas (como te dé con ellas te descoyunta). Pero allí está, con esa cara de “buena persona”, como diría aquél, y ese brillo de picardía en los ojos. En cuanto a la ropa, sencilla, vaqueros, camiseta negra de Manowar (su grupo preferido), y una gorra calada hasta las cejas.

 Oigo a Kreyla, que dice algo. Al estar ensimismado en mi trabajo no entiendo lo que me ha dicho. Sin embargo veo su goblin, una goblin bajita, achaparrada y de cara simpática.

 -          Caramba, qué chula – le digo- se llamaba Uhij, ¿no?. Bueno, pues yo te presento a Bloch.

 

Cargando editor
17/03/2010, 20:30
Director
Pues mira, ya tenéis personajes. Se llaman goblin4 y goblin5, respectivamente. Es su nombre de serie; pronto tendrán el suyo propio. ¿Veis arriba, donde hay todos esos botones blancos? ¿Flotando sobre nuestros posts? Por el de personajes accederéis a los PJs, entre los que os veréis a vosotros mismos, y a vuestros goblins.
 
Pinchad sobre los segundos, y veréis el botón de "modificar datos básicos". Pulsadlo para introducir los datos que tengáis, mientras esperamos a que la máquina termine de "tratarlos" -Al master le recorre un escalofrío. La descripción que acabáis de hacer en el apartado de descripción, la historia que escribisteis en la historia... y las notas las veremos luego. Podéis trastear con la pestaña equipo si queréis (aunque no es muy usada) o con la de notas del jugador, en la que podéis apuntaros lo que os dé la gana. Yo por mi parte tengo una pestaña de "notas del jugador", en la descargo mi ira siempre que me da la gana. Esa no la podéis ver.
 
Ahora quiero que cojáis una foto para la ficha de vuestros goblins.
 
En internet encontraréis una infinidad de imágenes de goblins; el problema es que la pequeñez de lo que buscáis puede limitar mucho la búsqueda; a veces reducir una imagen puede ser muy engorroso.

Yo siempre utilizo la opción guardar para web de photoshop, en la que siempre se puede saber si excede los 15 KB de rigor y controlar no sólo el tamaño, sino también la calidad de la imagen y el tipo. Ojo, la web sólo permite JPG y GIF. Por si se os ha pasado por la cabeza meter un PNG o algo parecido.

Para preparar una imagen en lo básico, sin embargo, os puede bastar con la página www.mypictr.com. Antes, claro, tenéis que tener la imagen en vuestro ordenador. Entráis en la página, en que directamente se os ofrece examinar, y cuando hayais encontrado la imagen pulsáis "Upload".

La imagen aparecerá en pantalla, y podréis escalarla con el zoom, encuadrarla pinchando sobre ella y arrastrando el ratón, y recortarla con el recuadro, cuyo tamaño en píxeles controláis en Size. Su altura no importa, pero su anchura debe ser de 90 px; si no perderá calidad al adaptarse al tamaño avatar.

¿Alguna pregunta, sobre todo ésto de las fichas?
Cargando editor
17/03/2010, 23:45
Bloch Spencer

Notas de juego

Hecho!