Partida Rol por web

    Mostrando sus dotes para el sigilo, Brisa se hizo una con la noche al amparo de la oscuridad. El terreno boscoso no guardaba misterios para ella y era capaz de seguir al ave guía a la par que avanzaba por el bosque sin dejar posibilidad alguna de ser vista. Tampoco dejó de lado el asegurarse de que nadie más se ocultase entre las sombras, ya fueran otros guardias o enemigos de cualquier naturaleza, pero no fue el caso, solo algunas alimañas y un par de musarañas se cruzaron en su paso.

    Y así, tras un corto camino, logró llegar a su objetivo. Un claro en el bosque, una sensación de haber vivido ya antes aquella escena la sobrevino, aunque algunas circunstancias provocaban que no fuera del todo igual. En primer lugar era de noche y en segundo había una niebla que comenzaba a filtrarse entre la floresta como largos zarcillos fantasmales retorcidos. Gareth se encontraba de pie y de espaldas a ella cuando llegó y Vael dio un pequeño rodeo antes de volar hasta posarse en la rama de un roble cercano. Si sabía que Brisa se encontraba a sus espaldas, el joven no dio signos de ello, pues no se inmutó lo más mínimo.

    Un brillo apareció en los ojos del humano a la par que una sonrisa ladeada que hizo sentirse extrañamente indefenso a Gu1nz0 por un instante. Malk'Evar paladeó el silencio con cierto gozo a la par que se ponía en pie y cruzaba sus manos tras su espalda.

    -Ya llevas el suficiente tiempo en estas tierra extranjeras, al menos el suficiente para haber empezado a ver algunas de nuestras costumbres o formas de ser, seguro que muchas de ellas aún te parecen extrañas otras puede que incluso inaceptables pero a la hora de la verdad, nada nos diferencia mucho a los unos de los otros.- Midiendo una pausa calculada, el mercader se detuvo en seco cuando por fin rebasó el final de la mesa y lanzó una mirada directa a los ojos del forjado. -Desde el primero al último de nosotros, todos deseamos algo, algunos deseos podrán ser más sencillos que otros pero ninguno que merezca la pena se consigue sin uno o varios trabajos y para cada uno de esos trabajos deberemos usar herramientas que nos permitan concluirlos con el mejor resultado posible únicamente si las empleamos del modo propicio.- Malk se dirigió hacia una de las vitrinas en cuyo interior se encontraba una armadura de cuero con exóticos adornos de plumas y una maestría exquisita. La contempló por unos instantes y acarició con mimo el cristal que la contenía. -Esa torre puede que posea algo muy importante para mi, algo ligado a un legado que creía perdido, por desgracia no me es posible dirigirme en persona en este momento y por ello quiero asegurar el éxito, así que me he buscado las "herramientas" para lograrlo, Hamakok es una de ellas, por más que te aprecie, amigo mio, tus conocimientos y dones para las artes arcanas no son suficientes para encontrar y traerme de vuelta la reliquia que pudiera ocultar la torre. El hechicero, por el contrario, dispone de esos dones, pero necesito que haga exactamente lo que yo quiera mostrándole que tiene la libertad de hacer lo que el quiere, la correa es la deuda que ha contraído conmigo por sacarle de la prisión.- Retiró su mano del vidrio y volvió a ponerse cara a cara hacia Gu1nz0.

    -Si te sigue generando repulsa el viajar junto a un criminal, tienes mi palabra de que en esta ocasión solo cometió la torpeza de estar en el sitio equivocado en el momento más inadecuado, una situación de la que, para que ocultarlo, saqué ventaja en cuanto tuve noción de la misma. El cebo es el dinero que le daré a cambio de que me demuestre su confianza, es una gran suma, pero merece la pena a cambio de un pedazo de la historia de la época de los Reyes Brujos*, desde luego Rhon no era uno de esos crueles tiranos, si es que realmente existieron, pero si un mago muy capaz y busco uno de los objetos que dejó atrás tras su muerte, la esfera del caminante. En cuanto al seguro...- Malk'Evar se encogió de hombros. -Bueno, se que está lejos de ser un ángel, pero también he vivido lo suficiente como para saber que no se debe de juzgar al diablo solo por los cuernos. Aún así, no me gusta dejar cosas al azar por ello decidí que lo acompañara a él y al resto, pero tienes libertad para cambiar de parecer si así lo deseas, también le dí una brújula para poder localizar el campamento ocultándole que igualmente me sirve para saber dónde se encuentra si acaso desapareciera.-

    -¿Hay alguna otra cosa más que pueda hacer por ti?-

 Escuche al sense con pausa ... estaba claro que aquello era algo importante, y tambien tenia sentido aunque no opinara igual, pero yo no juzgaba sus intenciones sino lo adecuado de ellas ... y no podia negar que era coherente sin ninguna duda ..., escuche pausada y con respeto sin mover ni un centimetro de mi cuerpo, sin evaluar o analizar nada de su informacion solo intentando escuchar cada una de sus palabras ..., hasta que parecio terminar y tome un instante para pensar ...

-Sense ... como bien dice, llevo tiempo fuera y muchas de las cosas que veo aqui son diferente que en mi tierra o incluso incomprendible ..., y entiendo sus palabras referidas a que cada uno es una herramientas en manos adecuadas ..., aunque de donde procedo la honorabilidad de esas herramientas se valora aun mas que su ... habilidad ... pero no negare que asi todo es mas facil de hacer aunque tambien puede ser mas ... peligroso a la larga ... sin embargo entiendo sus palabras y el porque de poner un ... hombre arcano en la teorica cabeza ..., aunque al igual que a vos ... no obedecere ordenes que vayan en contra de mis principios ... como ya sabreis ..., sin embargo ... no me desagrada el grupo ... es mas una falta de ... honor que me de la calma y la confianza en ellos ... en mayor o menor medida en cada uno de ellos ... pues salvo el minotauro y la clerigo, creo que el resto tiene ... unos principios muy volubles y ... cambiantes como la brizna de junto en el riachuelo ... siendo peligrosos en condiciones donde crean poder sacar más provecho ... - digo pausadamente como indicando que los problemas asociados al grupo y demas estaban solventados - hare esta mision como le prometido ... y simplemente tendre mas cuidado con mis compañeros que como tendria en mi tierra natal ... - dejando una leve señal de que en el campamento habia hombres y criaturas poco honorables ya que no me referia a como al trabajar con usted y sus ... mercenarios contratados, como era el caso del sucio obgoblin que daba tanto repelus y siempre habia pensado que terminaria acabando con su vida

volvi a tocarme mi barbilla metalica - Ya por ultimo ... y si fuera posible me gustaria que pudiera decirme que es ese objeto del que desea que recuperemos ... "esfera del caminante" ... que ... poderes, aspecto o ... medidas de seguridad deberiamos tener con ella ... mas que nada para evitar que si es ... dañina pueda acabar con todos nosotros o que sea empleada contra nosotros ... claro ... - digo en busca de los ultimos retazos de informacion

Brisa se acercó lentamente a Gareth. La llegada del ave tenía que haberle alertado de su presencia.

- Aquí estoy. ¿Cómo te va?

JAJAJAJAJA la risotada del minotauro hizo eco en la noche mientras el osgo emitía su opinión sobre el metálico, pero realmente más allá de reírse no emitió opinión propia, aunque no estaba muy lejos del todo…

Luego escucho al tiefling y al este terminar el continuo… si es por los cuernos entonces estamos jodidos… tampoco se puede confiar en mi… aunque yo no aviso mi bramido o mis pisadas avisaran cuando cargo así que sin problemas, sorpresa no será… en el rostro una sonrisa entre socarrona y malévola que junto a los efectos del alcohol era una mueca nada agradable de ver…

No, para mi no es habitual que acepte encargos fuera de mar, la parte de espada de alquiler y viaje sí que es común pero siempre como protector de cargas o pasajeros en viajes o protección del barco en sí mismo… esta es una de los pocos contratos en tierra que he aceptado en mi vida, pero  todo tiene un motivo siempre en pro de mi… repentinamente guardo silencio… la cerveza casi le hace hablar más de la cuenta… Todo tiene un motivo… aunque sea el aburrimiento…

    Con un gesto de aprobación, el mercader posó dos dedos en el mentón regresando dubitativo hacia su asiento. -Bien, la esfera... Veamos, lo cierto es que el aspecto exacto lo desconozco, las explicaciones son más bien vagas si no directamente incompletas, debería de tratarse de alguna clase de orbe de cristal de un tamaño no mucho mayor al de un puño, aunque podría estar errado. Por otra parte, estos artefactos eran creados para guardar parte del conocimiento que aprendían en sus viajes a otras esferas, una especie de diarios, por así decirlo. Aunque siendo sinceros, veo difícil que lo encontréis aún allí y más aún el que de estar hubiera logrado sobrevivir al paso del tiempo. Pero bueno, al tratarse de un objeto tan único, es un riesgo que estoy dispuesto a asumir.-

    Malk'Evar retomó su asiento y se acercó el libro que había dejado de lado cuando el samurai vino a él, no retomó la lectura por respeto a la espera de que Gu1nz0 se despidiera pero ya no contaba con que quedase nada más por decir.

    Tanto a Thorgul como Zarhokk se les hizo complicado el contener una sonrisa cuando Hamakok respondió y aún más difícil el no reír con las palabras del minotauro. Ambos eran miembro de una raza no particularmente querida por el resto de los habitantes del mundo y eran contadas las ocasiones en las que los recibieran con los brazos abiertos, incluso aún cuando se trataba de contratarlos para alquilar sus espadas durante un tiempo. Por ello, el pequeño baño de humildad que les sirvió la peculiar pareja fue más que suficiente aval para lo que el osgo quería contar.

    Llevó su mano al brazal izquierdo y bajó este sacó de un bolsillo oculto un pequeño objeto circular plateado que puso entre él y sus compañeros de cerveza. Parecía alguna clase de moneda, aunque no se aproximaba a ninguna que hubieran podido ver acuñada anteriormente, el escudo presentaba a una especie de perro o lobo de aspecto amenazante que mostraba los dientes con un pórtico a sus espaldas. En torno a la imagen parecía haber inscritas unas runas pero resultaba imposible leerlas desde aquella distancia.

    -¿Habeis oido hablar de los "Perros de guerra de Dharak-nor"?- Gaidar y Hamakok se quedaron absortos, Zarghokk había cambiado su gesto e incluso había hecho desaparecer todo rastro de jovialidad para dar seriedad a lo que iba a decir a continuación, incluso se había tomado la molestia de hablar pausadamente para evitar su ceceo natural. Sin embargo el nombre no les resultó familiar a ninguno de los dos, tal vez Hamakok había oído alguna vez algo al respecto, un rumor de taberna acerca de una compañía de renombre pero ni si quiera le había dado importancia en su momento. -Bueno, de no ser así, ahora lo haréis, pues Thorgul y yo formamos parte de los mismos y se nos ha concedido el poder captar a posibles miembros. Somos una compañía de gran tamaño que tiene sedes en casi todo el continente, se que puede sonar poco atractivo para un minotauro que prefiere el mecer de las olas o para un semidemonio, pero no hacemos distinción entre nuestras filas si demostráis ser capaces, además que no siempre nuestros trabajos se realizan en tierra...- Pasó a extender la mano mientras ofrecía la moneda a Gaidar. -Esto es una invitación y os permitirá el acceder a nosotros, si cuando terminéis deseáis saber más dirigios a Puerto Victoria y buscad la taberna de la "Mesa Negra" cerca del puerto, deberéis de ir cuando ya haya cerrado y llamar a la puerta. Con la moneda en mano, cuando os pregunten "¿Dónde se hacen las mejores espadas?" deberéis de decir "Forjadas en batalla" allí os darán más detalles, en el peor de los casos tendréis una noche de comida y lugar de descanso gratuito.- Se encogió de hombros, aunque tenía la esperanza de que alguno de los dos tomase la moneda y aceptase lo que les estaba ofreciendo, Zarghokk se había esforzado porque realmente se sentía convencido de que había potencial en aquellos hombres ante él.

    Gareth comenzó a volverse hacia la batidora lentamente haciendo que Brisa sintiera cierta inquietud por la escena. Su confidente tenía un aspecto más lúgubre de lo habitual y la niebla no ayudaba a atenuar aquella imagen, además estaba segura de que algo no terminaba de encajar y algo en lo profundo de su ser la gritaba que saliera corriendo de allí sin saber exactamente por qué.

    -Vaya, desde el principio me pregunté cual de vosotros sería al que habrían enviado, dudaba entre la tabaxi y tú, ya que no me imaginaba que se hubieran decidido por una opción tan obvia.- La voz no era la adecuada, ese tono solo lo había escuchado una vez antes y sin embargo cayó al momento sobre de quien se trataba, era la mano derecha de Malk'Evar ¡Villtur la había descubierto!

    Antes de que pudiera tan siquiera pestañear, una legua de acero salió disparada en su dirección silbante rozando su rostro para irse a clavar en el tronco de un árbol cercano. -No te molestes en tratar de huir, ese lanzamiento ha sido una advertencia, el próximo no será tan amable, además, necesitaba hablar contigo.- La figura del joven comenzó a deformarse hasta explotar en una nube de humo tras la que se reveló la figura retorcida y desfigurada del viejo hobgoblin.

    Villtur observó con su único ojo bueno a Brisa mientras recortaba la distancia. La ilusión que había suplantado a Vael se esfumó del mismo modo que lo había hecho su legítimo dueño.

    -No te preocupes, tu amiguito se encuentra perfectamente, descansando en Puerto Victoria, aunque puede que tenga jaqueca por los próximos dos días. Además, quiero mostrarte algo más.- La mano zurda del trasgo extrajo algo oculto bajo sus ropajes que de inmediato mostró a la genasi. Era un sello, uno perteneciente a su orden y que no se trataba del de Gareth ni del suyo, algo extraño, pues aquellos sellos eran siempre distintos entre ellos, lo que únicamente podía significar dos cosas, o Villtur se lo había quitado a otro miembro o él mismo era un integrante de la orden. -Estoy con los vuestros, al menos por el momento. Bueno, supongo que para que me creas tendré que seguir con la pantomima que nos enseñaron para reconocernos... "Parece que hará buen tiempo."- Si la estaba mintiendo, desde luego se había informado pues había pronunciado las primeras palabras en clave que usaban para reconocerse, ahora Brisa debería responder "Siempre lo hace cuando no llueve" y si el respondía "y si el Sol no aprieta" habría completado la contraseña dando un apoyo sólido a lo que acababa de decir.

Los rápidos reflejos de la genasi, su preparación, su facultad de doblegar corrientes de aire y su facilidad para ocultarse... no habían servido de nada.

Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando un cuchillo se clavó a su lado. Estoy muerta.

Pero algo no iba bien. El sello lo reconocería en cualquier parte. Y la clave empezaba con corrección... quizás... aún viviría para ver otro amanecer.

- Siempre lo hace cuando no llueve. - La voz, normalmente chispeante y simpática de la chica, se había convertido en un hilillo que apenas era audible. A duras penas contenía su temblor, aunque poco a poco comprendía que esto no era una trampa, pero no sabía lo que era.

Aunque el sensei no le conto todo ... comprendi que no recibiria mucha mas informacion ..., tampoco era necesrio, asi que con una leve reverencia se despidio del mercader
- gracias Sensei ... espero poder encontrar ese objeto ... y que nadie sufra daño en el camino ..., me retiro a descansar mañana comenzaremos nuestro camino señor ... -

Salgo de la carpa y me decido a dirigir hacia la mia, donde meditaria y leeria, ya que por mi condicion el sueño no era algo necesario ... pero si tal vez enriquecerme en mis conocimeintos ...

    Vanielle llegó a su tienda y comenzó sus ejercicios que siempre habían precedido al descanso nocturno. Ya por el final comenzó a sentir un fuerte cansancio del que no se había percibido hasta ese momento quizás causado por el día tan ajetreado que había tenido que llevar. Quien la habría dicho que tras su viaje de peregrinación acabaría siendo reclutada por un grupo de miembros tan dispares para terminar por acceder a formar parte de una expedición a las ruinas de una torre de las eras pasadas.

    Pero ahora su lecho la reclamaba y no quiso demorar por más tiempo aquella reunión, de lo contrario no dispondría de tiempo para realizar sus actos matutinos antes de iniciar el viaje de salida...

*******

    Luz, calor, el tacto de la arena. La clérigo despertó sobresaltada. Al parecer se había desvanecido sin darse cuenta y ahora se encontraba con el rostro enterrado en el desierto, haciendo que tuviera que esforzarse por lograr volver a ponerse en pie. Su cuerpo maltratado parecía pesar mucho más de lo habitual, brazos y piernas se encontraban cubiertos de moretones. Trató de olvidar el dolor distrayéndose con las aventuras con las que había soñado a causa de la deshidratación, aquellas en las que aceptaba unirse a un tipo metálico y a un diablo... ¡Ja! nada menos que a un diablo ¿Como era posible que una sierva de Ilmater aceptase de tan buen grado una compañía tan indigna? Aquello resultaba inconcebible.

    Sus pies se hunidieron en el suelo, dejando marcas profundas mientras luchaban por hacerla avanzar, fue entonces cuando lo oyó, un grito de auxilio, uno que le resultó bien familiar. Dejando de lado la razón corrió, corrió sin prestar atención de si se trataba de algo producto de su imaginación o un espejismo.

    Y allí se encontraba, su hermano pequeño, Serge, aferrado a la raíz de un árbol luchando por resistir que la corriente del río se lo llevase y gritaba su nombre desesperado en busca de ayuda. No había nadie más en los alrededores, solo ella podía rescatar al muchacho de morir ahogado cruzando hasta la otra orilla...

    A Nayle no la costó dar con el camino de regreso, sabía más o menos el camino que había seguido y pronto las risotadas de Gaidar y el osgo la sirvieron para acabar de orientarse. No tardó mucho en avistarles a lo lejos, ya solo quedaban cuatro en pie, Gaidar, Hamakok, Zarghokk y el semiorco Thorgul, el único al que habían llamado por el nombre. No lograba a alcanzar a oír de que hablaban pero parecían animados. 

    Dejándolos de lado, siguió su camino hasta la tienda que les había señalado Gu1nz0 como la del uso de las chicas. Sus rodillas se entrechocaron, ahora si de verdad, comenzaba a notar un cansancio con nada de fingido que la asaltaba, por lo que no tardó en separar la tela que cubría la entrada. Para su sorpresa, una vez hecho esto, solo vio a Vanielle, no había rastro de la exploradora pese a que anunció antes que ella que se iba a dormir. Además, la clériga parecía estar siendo víctima de un mal sueño, revolviéndose de un lado a otro mientras murmuraba nombres masculinos abrazada al bastón con el que había vuelto después de ir con el hobgoblin a por el equipo médico.

Se ve que todos estaban ocupados esa noche. Lo mismo hasta era yo la única que no tenía ojeras al día siguiente.
¿Habría ido la chica azul a seguir también a Guinzo? Probablemente. Seguro que su curiosidad era igual de grande que la mía, y si no estaría haciendo sus cosas privadas. No sé cuáles serían si acababa de llegar a la ciudad, pero eso era cosa de ella.
Gaidar y Hamakok seguían divirtiéndose. Estaba bien. Gaidar tenía cuerpo para aguantar unas cuantas cervezas más y seguro que para Hamakok está no era la primera vez que se quedaba hasta tarde y al día siguiente tenía que levantarse sin resaca.
En cuanto a Vanille… tendría que acordarme mañana de preguntarle si es normal que sufra pesadillas… no me cuadra que abrace tanto un palo que acaba de encontrar y nunca se sabe que cosas pueden estar malditas…

El día había sido más agotador de lo que había pensado. No había terminado de hacer sus ejercicios cuando ya empezó a sentirse terriblemente cansada. Y era raro, ya que ella no había notado haber hecho más actividad o más intensa de lo habitual. ¿Habría sido por aguantar la estupidez de alguno de sus nuevos compañeros de equipo? Quizás... Pero bueno, eso no era nada que una buena noche de sueño reparador no arreglara.

Vanielle cerró los ojos y dejó que el sueño la invadiera, llevándola lejos de aquel campamento. Su cuerpo pesaba y dolía. ¿Qué era lo que había estado haciendo? ¿Había ido con un hombre de metal y un demonio? Naaah, qué tontería, ¡si eso había sido un sueño! Nada más que un sueño febril provocado por el calor del sol sobre su cabeza. Empezó a avanzar con dificultad. El terreno era blando y eso hacía que mover las doloridas piernas fuera el doble de difícil. Pero ella era una devota de Ilmater, no se quejaría ni claudicaría. Si quería avanzar, lo haría, aguantando el dolor y el sufrimiento.

Y entonces lo oyó. Un grito de auxilio, una voz conocida. ¿Ese era... Serge? Haciendo caso omiso de las quejas de su cuerpo, Vanielle corrió lo más rápido que pudo hasta el origen de aquella voz. Su hermano pequeño estaba a punto de desaparecer en las frías aguas de un río.

 -¡Aguanta ahí Serge! ¡Agárrate fuerte, voy a buscarte!

Desde ahí no podía salvarle, tenía que cruzar el río. Y por Ilmater que lo haría. No dejaría a su hermano morir ahogado, no mientras le quedara un soplo de vida.

    -Y si el sol no aprieta.- Sentenció el trasgo mostrando lo que parecía ser una brizna de complacencia al oír que Brisa le había dado la oportunidad de explicarse. -¡Nothung!- Dijo a continuación, una palabra que parecía carecer de sentido pero que convocó a la daga para que al instante escapara del tronco y regresara a la mano de su legítimo dueño. -Bien, ni siquiera me apetece molestarme en pensar la de años que ha pasado desde que hablé con otro miembro de la orden tranquilamente... en fin, aquí estamos. No me andaré con rodeos, he tenido que hacer una concesión por mi propio bien y decir a Malk'Evar que había un espía entre el grupo, he actuado así porque sabía que si no era por mi, seguramente lograse descubrirlo por otro medio, en cuyo caso podría comenzar a sospechar de mi y mis capacidades ya que hasta el día de hoy jamás le he fallado. Se que puede resultar paranoico pero creeme, ese humano no es lo que parece, nunca da un paso si previamente no se ha asegurado siete veces o más de que tocará suelo.- Mientras hablaba, Villtur regresó su arma arrojadiza al cinto dejándola a buen recaudo junto a su hermana gemela.

    -Seguramente a estas alturas haya pasado esta información al tifling, ese tal Hamakok, a fin de cuentas no quiere retrasar la misión, ha apostado demasiado en ella, y no esta seguro de cuales son tus intenciones, de habérselo dicho al forjado seguramente ya estaría pidiendo clavar vuestras cabezas en picas a gritos.-

    -No te fíes de él, no lo conozco muy bien pero se perfectamente la clase de hombre que es. Los de su calaña son ratas, ratas criadas en pozos de los que aquellos que viven fuera del agujero no quieren saber nada con la esperanza de que se maten entre ellas a dentelladas. Sin embargo semejantes deseos no siempre se cumplen, en ocasiones una de esas sabandijas logra subir por las paredes y llegar hasta arriba para escapar e incluso aprender a sobrevivir. No me cabe la menor duda de que vuestro amiguito es una de esta clase, de hecho, estoy seguro de que Malk lo buscó a propósito para sacar partido de esa astucia razón de más para que procures ser más lista que él.-

   Villtur ahora pasó a aproximarse mientras liberaba el cinturón para dejarlo caer sobre su mano buena sin perder de vista a Brisa. -Una cosa más, me han encargado seguiros hasta que abandonéis el bosque, no podré dejar verme pero andaré tras vuestros pasos hasta que lo crucéis, podremos seguir comunicándonos en clave si lo necesitas...- El hobgoblin pareció dudar de lo que le quedaba por decirle, era la primera vez que lo hacía desde que había empezado a hablar y, pese a que la genasi lo ignorase, una de las pocas veces que Villtur lo había hecho en su vida adulta. -Una cosa más... Después de esto, habré terminado, solo acepté unirme a la orden por un motivo y el concilio lo sabía, cumplir mi venganza, les di siete nombres, seis de ellos ya no respiran pero se negaron hasta hoy a darme el séptimo. Ahora ya se por qué, me querían tener atado y usarme mientras lo protegían a él, eso ya no será más así. Cuando termine lo que quiera que sea esto desapareceré, si eres leal a los principios de la Orden se que esto dará igual, pero no tratéis de buscarme, no me encontraréis además os aseguro que por bien que traten de ocultarme a mi presa esta morirá. Si hago esta confesión es únicamente como nota de despedida y por evitar un derramamiento de sangre inútil.- Dando por zanjado el tema, Villtur extendió su brazo para ofrecerle a Brisa el cinto.

    -Oí que necesitabas cuchillos, puedes tomar estos también, responden al nombre de Nothung y Gram, llámalos si quieres que regresen a tu mano, puedes quedártelos o los puedo ocultar entre las bolsas de mañana y hacerlos pasar por lo que os de el enano, si el viejo cabeza de piedra logra convencer al minotauro de que tire el aceite, quedatelo, los enanos siempre nos han mirado con desprecio y por ello se niegan a admitir que nuestras artes poco tienen que envidiar a las suyas.-

Tras escuchar a Viltur, Brisa respiró hondo, viviría otro día más. Se acercó y tomo los cuchillos, eran magníficos...

- Gracias por los cuchillos... y por la advertencia. Ya contaba con que sabrían que habría alguien espiándoles, seré cuidadosa.

Iba a retirarse, pero antes...

- La Orden es generosa, pero exigente y, de alguna manera, siempre tiene algo con lo que controlarnos. Gracias por contarme cómo te han tratado. Se que es improbable que necesites mi ayuda, pero la tienes a tu disposición.

Ya empezaba a volver al campamento cuando cayó en otra cosa.

- ¡Las zapatillas que me diste! Iba a ver qué hacen antes de acostarme. - esperaba que hicieran algo, porque estaban bastante gastadas y a simple vista no valían nada - ¿Sabes qué se puede hacer con ellas?

Gaidar toma la moneda, la mira seriamente y con rostro aun mas serio voltea su rostro hacia su reciente contrincante...

Cual es la trampa? le dijo mientras comenzaba a buscar un lugar para guardar la moneda... La mesa negra? vale... el problema es que no me gustan las espadas pero aquello de forjadas en batalla es como demasiado lógico y pues si no me atan a tierra me puedo pasar a tomar algo y terminar de escuchar la historia... Ya en la cama estudiare la moneda a detalle...

Volteo a ver al diablillo a la espera de ve si toma la moneda o no...

Aguardo con cautela a que el minotauro dé el primer paso, y por suerte Gaidar no me decepciona. Más tarde tendré que examinar a fondo esa moneda, pero ahora mismo me conformo con que esté en contacto con su pellejo y no con el mío; a saber lo que puede haber enganchado a ella, desde maldiciones hasta conjuros para mantenernos vigilados. Si de verdad no es más que una moneda inocente... bueno, aún así no estoy del todo interesado en la ajetreada vida del mercenario. Sobre todo si eso implica rodearme de trasgoides y cosas por el estilo.

"Gracias por la oferta, Zarghokk", contesto con un bostezo que no necesito fingir.  "Te prometo que lo tendremos en consideración, puede que sea un buen oficio cuando quiera sentar cabeza. Ahora creo que deberíamos retirarnos, o mañana no habrá quien nos haga levantar..."

   Arqueando una ceja el trasgo salió de sus pensamientos, no contaba con aquella salida, aunque en cuanto tuvo tiempo de recapacitar la vio más que razonable, a fin de cuentas, el mismo había provocado aquella situación.

   -Cierto, la babuchas... Se me habían olvidado, pertenecieron a un ladrón que trató de pasarse de listo... un tal Leblanc, creyó que podría hacerse pasar por artista ambulante para luego... En fin, os las dí porque creí que os podrían ser útiles, se trata de las "babuchas de Tumbili" quien las lleve puestas y tire de las cintas que piel que cuelgan de sus punteras un par de veces podrá adherirse a cualquier superficie con ella, independientemente del material o la verticalidad, eso si, asegurate de fijarlas bien antes, pues solo tendrás sujetos los pies y si perdieras el equilibrio podrías caer igualmente.- Por un momento Villtur pareció relajarse, llevó su mano al hombro y relajó su postura. -Si regresas ya, hazlo por donde has venido, me aseguré de que nadie hiciera rondas por esa zona durante una media hora, aunque no puedo asegurarte nada con respecto al resto del grupo, vigila tu espalda.-