Partida Rol por web

    Gu1nz0 se alejó de la sección del campamento de la guardia, no le quedaba nada más por decir a sus compañeros ni a los centinelas que andaban en sus horas de descanso, se habían entretenido y ahora beberían algo más hasta que considerasen que era la hora propicia para irse a descansar, ya eran mayores y cada uno debería de asumir sus responsabilidades, ya que al día siguiente los seis deberían partir y no sería de buen recibo comenzar la travesía con un retraso.

    Entonces un sonido a sus espaldas llamó su atención, unos ojos vidriosos y un andar torpe revelaron a una Nayle que parecía un tanto desorientada, al parecer lo había seguido hasta donde se encontraba y no había caído en la cuenta de ello hasta haber llegado más allá de la tienda de enano en la que aún se podía observar el fulgor de las llamas de la forja. Que la tabaxi hubiese llegado allí producto de la embriaguez parecía algo plausible considerando la total ausencia de la gracilidad que había demostrado hasta ese momento durante el día.

    Brisa llegó a la tienda tras Vanielle, lo más seguro era que la muchacha ya se hubiera cambiado los ropajes y estuviera acostada, pues aunque la cerveza no se hubiese dilatado en exceso, no había rastros de luz de ningún tipo en el interior. Fue entonces cuando una sombra nocturna captó la atención de la exploradora.

    Algo volaba a escasa altura sobre su cabeza formando círculos, se trataba de un ave rapaz, tal vez un águila o un halcón, en cualquier caso, aves que no pertenecían al reino nocturno como por contra lo hacían sus parientes las lechuzas. Mientras meditaba sobre el hecho y cómo si el ave se hubiese percatado de que había sido descubierta, esta cambió su dirección de vuelo para dirigirse a un punto concreto de la empalizada sobre el que se posó.

    Extrañada, la genasi, miró a los alrededores, nadie más estaba siendo testigo de aquello, ni si quiera había guardias apostados en los alrededores.

Veo algo sorprendido que Nayle estuviera alli, sin embargo, parcia algo perjudicada por el alcohol, asi que con cortesia me acerque a ella

- Mi señora Nayle, se encuentra bien? tal vez se ha perdido o queria tratar algo conmigo ... - digo de forma cortes aunque atento, ya que sabia que aunque pareciera indefensa, de seguro que Nayle tenia mas de una arma, asi como el de usar su sensualidad e inocencia, o incluso indefension para hacer a sus victimas mas facil de caer en sus garras y caer destrozadas

Primero me sorprendo de que me vea G1nZ0, aunque con los tambaleos que vengo dando no es de extrañar. Subestimé la cerveza o sobreestimé mi aguante.
Tras la primera impresión trato de sonreír para disimular mi propia vergüenza, mientras mis dos manos están en mis muslos y me muevo ligeramente nerviosa cambiando el peso de una pierna a otra mientras hablo con el samurái en voz baja, como si no quisiera que me oyera nadie.
- La cerveza… pipi… - explico nerviosa - ehmm… ¿un sitio privado? – pregunto mientras hago unos gestos rápidos con mis zarpas en el aire como si escarbara para que entendiera a que me refería, para las otras razas era fácil olvidarse de algunas peculiaridades de los Tabaxis…

Aquello me cogio por sorpresa ... era lo ultimo que me imaginaba que me diria ... una forma inesperada de romper mi concentracion, pero tras un segundo de sorpresa, volvi a concentrarme ...

- Tranquila acompañame, asi te enseñare donde se encuentran las letrinas, al ser esto tan grande siempre hay varias letrinas, siempre cerca ... - 

Decido acompañarla ya que estaba de camino a mi destino, asi que la guio con cuidado intentando evitar que acabara en el suelo o algo parecido hasta llegar a una zona con unos cajones de madera enormes ...

- Ahi dentro estan las letrinas, enormes agujeros ... y si prefieres algo mas natural detras de los cajones seguro que obtienen la privacidad deseada en la naturaleza ... desconozco las tradiciones de tu pueblo ...-

Sonrío y me dejo ayudar agradecida siguiendo hasta G1nz0 hasta los grandes cajones.
Me despido de él con un corto “miau” agradecido y un rápido movimiento de la mano para desaparecer detrás de los cajones con prisa tras asegurarse de que no había mirones por allí. Antes de marcharse G1nz0 puede llegar a oír un pequeño “ahhhhhhh” de alivio, y si se queda un poco más, oirá ruido de excavar rápido.

Aún consciente de que nadie la observaba, la muchacha tomó sus precauciones y se mantuvo moviéndose entre las sombras mientras se aproximaba a la rapaz. Sospechaba de dónde venía y quién la había mandado.

    En la penumbra de la noche, la batidora forzó su visión para tratar de asegurarse de que sus sospechas estaban fundadas. Incluso a pesar de la distancia y la falta de luz, Brisa supo que se trataba de Vael, el halcón la observaba desde lo alto de la empalizada señalando lo que parecía ser una pequeña apertura a través de la cual podría salir del campamento. Un destello en la mirada del ave dejó desconcertada por un instante a la genasi pero inmediatamente tras ello, el halcón extendió sus alas para dirigirse volando en círculos hacia el interior del bosque para facilitar que pudiera seguirlo.

    Sin mayor esfuerzo, Nayle pudo observar desde la seguridad de su escondrijo la dirección tomada por el samurai. No cabía duda, se había encaminado hacia la tienda de Malk'Evar, quizás la faltasen detalles para saber con total exactitud el motivo de aquello, pero si empezaba a conocer a Gu1nz0 como creía que lo estaba haciendo, lo más seguro es que el haberlo dejado al margen de la conversación que mantuvieron Hamakok y el mecenas hubieran hecho mella en el orgullo del forjado.

    En cuanto lo vieron aparecer, las moles escamosas que montaban guardia ante la tienda del mercader cruzaron las armas, pese a la clara diferencia de tamaños y la posición de desventaja, Gu1nz0 no se amilanó y tras una espera en la que el mayor de ellos, aquel que se hacía llamar Shalak'Ir, entró para consultar a su amo, la entrada quedó nuevamente desbloqueada permitiendo al guerrero acceder al interior de la tienda.

    La tabaxi ya había corrido suficientes riesgos aquella noche y algunos de ellos no habían salido del todo bien, aún se sentía un poco mareada por la cerveza y empezaba a notar algo el cansancio, si mañana pretendía cumplir con su parte, lo más sensato sería regresar por donde había venido, ella no estaba hecha de metal y necesitaba sus horas de sueño y quién sabía en que líos podría meterse si la dama fortuna la evitaba nuevamente. Pero claro, la curiosidad y los gatos siempre habían mantenido una estrecha relación.

    Con la calma que había quedado, Zarghokk pareció murmurar algo al mestizo próximo a él, la lengua que usaron para comunicarse no era el común y además el tono bajo que usaron tampoco facilitó el poder entender las palabras, pero la gesticulación de cada uno de los implicados dio al tifling y al minotauro alguna pista más acerca del posible mensaje. Zarghokk parecía haber preguntado algo a Thorgul, uno de los dos semiorcos que aún se mantenía en pie, a lo que este respondió con una negativa tras la cual Zarghokk insistió nuevamente logrando así que el semiorco empezará a aceptar a regañadientes. Acto seguido el osgo se volvió hacia sus invitados esbozando una leve sonrisa.

    -Zeguro que el mandamaz oz ha encargado una tarea importante, ezpecialmente zi ha mandado al culo metálico con vozotroz, ezpero que no oz molezte que lo llame azí, pero para mi loz forjadoz zon demaziado rigidoz y ezte directamente parece haberze metido la ezpada por el culo, zi ez que tiene uno de ezoz, jejejeje- Seguramente el alcohol le había permitido atreverse a hacer un comentario así en voz alta aprovechándose de la ausencia del forjado. De puertas hacia afuera estaba claro que todos respetaban al samurai, pero no era de extrañar que a más de uno su manera de ser pudiera resultarle exasperante, especialmente conociendo la manera de ser de los orcos. -Pero no quiero preguntaroz por ezo, en verdad me ha guztado poder encontrar a alguien como tú, Gaidar, y me zorprende ver a un toro fuera del mar, dime ¿Ez ezta una práctica habitual para ti? Me refiero a zi te guzta el trabajo de ezpada de alquiler y viajar, también me guztaría que me cuentez algo maz zobre ti.- 

    Volvió la mirada hacia Hamakok, como si acabara de caer en la cuenta de que el tifling también se encontraba allí. -Ah, bueno, y también me guztaría zaber zi ezte ez de fiar, aunque puedez hablar por ti mizmo, tifling, creo que no noz han prezentado, zoy Zarghokk.- Terminó por contar a modo de torpe invitación para que Hamakok también respondiera a sus preguntas, daba la sensación de que aquel bruto pensaba proponer algo, pero de que se podría tratar, era un misterio.

    Dejando a la tabaxi en las letrinas, Gu1nz0 pudo continuar la marcha hacia la tienda de Hamakok, la mayor parte de los fuegos ya se habían apagado y ahora solo quedaban los guardias justos de los turnos de noche vigilando los alrededores. Más de uno hizo un saludo marcial formando en cuanto lo avistaron mientras que otros seguían patrullando en sus puestos más lejanos.

    Cuando alcanzó la tienda de Malk'Evar se encontró con que únicamente se mantenían en sus puestos los tres hombres lagarto, algo habitual, eran grandes guerreros y una guardia más que suficiente para velar por la seguridad de su señor. Los dos hermanos de Shalak'Ir estaban a sendos lados de la entrada, mientras que el mayor de ellos se encontraba unos pasos adelantado en una posición de meditación, era su modo de rotar la guardia, apenas necesitaban dormir y así uno descansaba en un estado de duermevela mientras los otros continuaban en plenitud de facultades. No obstante, en cuanto percibieron la llegada del samurai, los dos próximos a la entrada cruzaron las armas a la par que Shalak'Ir se erguía en toda su envergadura con el arma lista para el combate.

    No era de extrañar, su llegada no era algo esperado y los guardianes seguían con celo su labor. Gu1nz0 tuvo que anunciarse ante el cabecilla de los tres siguiendo el procedimiento habitual, otra vía hubiera estado fuera de lugar por no mencionar que hubiese sido fatal. Cada uno de ellos era un combatiente experto por si solo, tres a la vez hubiera sido el final para cualquier necio que tratase de entrar por su cuenta a la tienda.

    En otra ocasión, Shalak seguramente no hubiera aceptado, pero sabía del rango de Gu1nz0, por lo que susurró algo a sus hermanos en su lengua para que le permitieran el paso y anunciar a Malk'Evar la llegada del samurai, segundos más tarde y como si se repitiera la escena de horas atrás, los reptiles se apartaron para dejar paso al guerrero al interior de la tienda.

    Malk'Evar aún se mantenía despierto, lo cierto es que parecía que pese a su naturaleza de humano, apenas necesitaba descansar. Ahora su sala de mando estaba únicamente iluminada por la luz de una lámpara de aceite que alumbraba el códice que debía haberse encontrado leyendo hasta saber de que Gu1nz0 solicitaba verlo con urgencia. Posando su copa de plata en un punto de la mesa que no amenazara la integridad de su libro en caso de derramarse, el hombre se recostó en su asiento cruzando las manos mientras arqueaba una ceja dirigiendo su atención directamente a su visitante.

    -Buenas noches, mi buen Guinzo, me extraña veros a estas horas, incluso a sabiendas de los de vuestra raza apenas necesitáis descansar durante la noche se me hace extraño veros por aquí, no obstante, decidme ¿Qué os ha traído hasta aquí y en qué puedo ayudaros?-

Pase como siempre por los guardas lagartos, no eran inteligentes, pero si que sabian cumplir las ordenes y acabar con cualquier amenza ... y no se porque esa noche se me hacia aun mas importante esto, una intranquiliad corria por ... mi espiritu ...

Fui adecuadamente anunciado al interior de la cabaña y podia observar como el sensei seguia alli, leyendo un libro normal, o incluso nuevo seria un nuevo documento de la ciudad ( tirada para descubrir que codice es).

pero parecía un libro cualquiera, asi que pase olimpicamente de el, para hacer mi saludo tradicional, con una leve inclinacion.

- sensei he venido para hablar sobre la misión que nos ha encomendado ... - digo de forma directa - deseo saber el objetivo de la mision, que es lo que busca y para que ... y lo que es mas importante, por que parece que ha puesto a Hamakok como encargado o portavoz de esta mision a pesar de la clara falta de ... honor que posee ... no asi de habilidades ... pero claramente deshonrosas ... - dijo sin ningun remordimiento a la espera de una respuesta aceptable o que permitiera al samurai pensar que aquella empresa no estuviera llena de intrigas, las cuales en su tierra se terminaban en el filo de la espada.

Era tarde y no debería haberme tomado esta cerveza. Está claro.
Ya sabía a donde se dirigía el samurái, a enfrentarse a su patrón. Era un tipo raro. Mucho honor y blablá a su señor, pero luego bien que se le encaraba y quería mandar sobre su señor. Pero, a ver, ¿aquí quién ponía la pasta? Malk’evar. Pues o aceptas el trabajo o lo dejas. Prfff…
Era más que obvio que había algo más en nuestra misión, algo que Malk’evar sólo quería confiárselo a Hamakok por el motivo que fuera. Vigila tu espalda y vive con eso, muchacho. Nadie suelta tanta pasta por algo sencillo. Si alguno no se olía ya que en todo esto había gato encerrado (y no pienso ser yo, miau) es que era un estúpido o un iluso.
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En fin… aquel ya no era mi problema. El mío era mañana cumplir con mi parte del trabajo.
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Bajé desde mi posición hasta el suelo y me encaminé hacia mi tienda sin poder evitar dar algún traspié. Tampoco es que me propusiera evitarlo. Si el samurái resultaba tener más seso del que parecía y luego le daba por preguntar o comentar nuestro encuentro con alguien y ese alguien me había visto después regresar tan fresca se iba a enfadar por no haberle contado toda la verdad exacta…
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Una vez en mi tienda me hice un ovillo para dormir calentita y a gusto. Rrrrrrrrrrrr.

Enarco una ceja y esbozo una media sonrisa, entre intrigado y sorprendido. Que me trague el Abismo, ¿ese bruto está intentando mostrar sutileza? Me debato entre la opción de salir huyendo con una excusa antes de que nos metan en un embrollo absurdo y la necesidad de satisfacer mi curiosidad entrando en el juego. Finalmente gana la segunda, no puedo evitarlo; además, el semiorco se ha metido con el samurai, y aunque no ha sido especialmente ingenioso, es suficiente como para ganarse un poco de afecto por mi parte.

"Hamakok", contesto haciendo una pequeña reverencia, sin apartar la mirada de Zhargokk. "No, no soy de fiar, es por los cuernos, ¿sabes? Si no soy un poco cabrón de vez en cuando, pensarían que no estoy a la altura de lo que se espera de un tío con cara de diablo. Pero al menos soy de los que avisan. Mientras nos llevemos bien y no nos demos problemas el uno al otro, soy un compañero de cervezas maravilloso, eso te lo aseguro", añado con un gesto de fingida inocencia.

Brisa se escabulló del campamento usando la pequeña brecha en la empalizada. Desenvainó su estoque teniéndolo preparado para cualquier eventualidad y procuró fundirse entre las sombras de la noche mientras seguía al ave.

Reconocer al fiel Vael había dibujado una sonrisa en la batidora... no estaba sola y tenía ganas de ver a Gareth.

Aún así, iba con todas las precauciones posibles.