Partida Rol por web

El interior de aquella cabaña lo primero que una persona podía ver era un mensaje bordado en una pared, aquel mensaje era bastante sencillo, y aunque algo ominoso, no parecía dar mucho más que simplemente recordar a los que se adentraban en aquel lugar esta pequeña norma.

Honrarás a tu padre y a tu madre

Por lo demás, aquella cabaña parecía ser una pequeña vivienda unifamiliar bastante adecentada. Claramente alguien estaba viviendo en el lugar, de hecho había algunas cosas desordenadas que se saliera de la norma de lo que debería haber una cabaña, o el hogar de alguien, debería ser (y estar).

Aquella Maid se alejó de las otras Maids que seguían por el pueblo sin hacer demasiado y se adentró dentro de una de las casas, bien escogida, para poder usarla, en donde, esta notaría aquellas cosillas que la diferenciaban del resto de las cabañas, pues pese a estar todas cortadas por el mismo patrón, cada una parecía mostrar su vida y personalidad propia... y lo que era mejor, agua y luz.

Al entrar en aquella casa, aquella Maid sufrió un intenso dolor de cabeza repentino, al parecer había recordado que sufría migrañas o algo similar... al volver a abrir los ojos cuando el dolor pasó, esta no solo pudo reconocer aquella casa como suya propia, sino que recordó que debajo de la alfombra había una trampilla hacia el sótano, lugar que usaba para investigar en privado a las otras Maids del pueblo.

Unos ruidos extraños alertaron a la Maid, pues claramente en el interior de aquella cabaña había algo, o alguien que estaba haciendo ese sonido, ese rugido... Hasta que finalmente se desveló como que tan solo era la Maid I, al parecer la pobre parecía tener hambre y aún no se había hecho el desayuno. 

Aquella Maid pudo escuchar desde la habitación como la puerta principal se abría y del interior salía una Maid un tanto peculiar; era aquella que se encontraba en la playa cuando ocurrió el accidente del avión, o al menos tras el accidente del avión. Y era la que iba a todos lados con la sombrilla de playa. Realmente todo eso era complicado... lo que sí parecía claro es que venía sola...

"IV" entró apresuradamente a la casa, cerrando su sombrilla y dejándola acomodada en una esquina cerca de la puerta. Fue entonces cuando... Ese flujo de recuerdos llegó a ella, al ver el corredor, acompañado de ese típico dolor en su cabeza que siempre sentía, aunque ahora intensificado por el hambre. Cada vez era más consciente de sus colmillos, de la necesidad... De consumir algo. Pero debía esperar. Aún no podía, aún... 

-Ruido.-

Murmuró, levantando la vista y tragando saliva. No sabía qué tanto podría contenerse.

El interior de aquella cabaña lo primero que una persona podía ver era un mensaje bordado en una pared, aquel mensaje era bastante sencillo, y aunque algo ominoso, no parecía dar mucho más que simplemente recordar a los que se adentraban en aquel lugar esta pequeña norma.

Honrarás a tu padre y a tu madre

Por lo demás, aquella cabaña parecía ser una pequeña vivienda unifamiliar bastante adecentada. Claramente alguien estaba viviendo en el lugar, de hecho había algunas cosas desordenadas que se saliera de la norma de lo que debería haber una cabaña, o el hogar de alguien, debería ser (y estar).

Aquella Maid se alejó de las otras Maids que seguían por el pueblo sin hacer demasiado y se adentró dentro de una de las casas, bien escogida, para poder usarla, en donde, esta notaría aquellas cosillas que la diferenciaban del resto de las cabañas, pues pese a estar todas cortadas por el mismo patrón, cada una parecía mostrar su vida y personalidad propia... y lo que era mejor, agua y luz.

Unos ruidos extraños alertaron a la Maid, pues claramente en el interior de aquella cabaña había algo, o alguien que estaba haciendo ese sonido, ese rugido... Hasta que finalmente se desveló como que tan solo era la Maid I, al parecer la pobre parecía tener hambre y aún no se había hecho el desayuno. Por otro lado, aquella otra Maid, también estaba por ahí, aunque claramente aún no se habían encontrado entre ellas.

"IV" hizo ingreso a la cabaña, cruzándose de brazos al notar a "I" husmeando en ella. -Esta... Es mi casa.- Diría con un tono neutro, y una mirada afilada sobre la otra maid que no dejaba de parecer intimidante y excesivamente seria y fría. 

Una parte de ella no dejaba de verse un tanto dispersa, eso sí, de tanto en tanto mirando a su alrededor, llevándose una mano a la frente y suspirando. 

-Por favor... Agradecería que... Fueses a otro lado...- Acaba por decir con un tono de voz que trataba de sonar amable, pero que aún así salía como frío y poco empático.

Agarré todo el pollo y comencé a comerlo cuando entró otra de las maid en la casa exigiéndome que me fuera. Alcé la ceja sin mucho interés.

- Ajá... ¿y cómo sabes cual es la casa de quien? Porque anoche no estabas aquí - dije apoyándome en la pared con pereza mientras me seguía comiendo el pollo - y por cierto, ¿porqué llevas esa sombrilla? Aquí no llueve.

Miré alrededor, terminé el pollo y me fui hacia arriba.

- Discúlpame, debo recoger mis cosas - dije mientras subía corriendo las escaleras - y por cierto, ya no queda pollo.

Sin perder de vista a la chica, corrí hasta el cuarto de baño de arriba. Cerré el agua del baño y, sin pensármelo dos veces, traté de arrancar una de las tuberías que estaban a la vista. 

¿No has visto esa sombrilla que lleva? ¿Esa mirada fría? Es muy posible que sea una vampira... ¿Y QUÉ MÁS DA E...

De pronto se calló antes de seguir hablando de forma muy obediente, EXESIVAMENTE obediente.

OH SÍ, ES UNA VAMPIRA, MATÉMOSLA... JI JI JI JI

Suspiré.

Aquella Maid con suma facilidad logró arrancar de la pared del cuarto de baño una tubería de plomo parcialmente oxidada.

Al parecer esta había sido carcomida por el paso del tiempo y de la brisa salada del mar que rodeaba a aquella isla.

Por lo demás era bastante cómoda y confortable para llevar.

-Las casas... Están asignadas. También, yo... Recuerdo. Recuerdo que esta es mi casa.- Su tono de voz no deja de ser bajo, suave y excesivamente frío. Sus acciones también siguen el mismo hilo. Se limita a observarla, atenta, esperando a que cumpla con su petición y simplemente se marche... Pero cuando "I" le dio la espalda para comenzar a subir las escaleras, "IV" comenzó a preocuparse. Por supuesto la siguió y trató de abrirla, más al no poder y escuchar el ruido que producía el que una de las tuberías comenzase a ser destruida...

"Click"

Se pudo escuchar desde el otro lado de la puerta.

-No sé qué planeas hacer. Pero abre la puerta por las buenas, con las manos en alto, y no abriré fuego.-

Su voz era totalmente distinta a lo que era antes. Estaba determinada, cargada de seguridad y cierta determinación. Era mala para socializar, sí... Pero su trabajo era otra cosa totalmente distinta.

Al oír cómo I comenzaba a romper el baño... IV quita el seguro a su pistola y comenzaría a tomar una distancia prudencial de la puerta. Va a disparar inmediatamente si I la abre y avanza hacia ella.

- ¡Ja! - dije soltando una carcajada desde el otro lado de la puerta - algo en ti está haciendo saltar todas mis alarmas, dame una sola razón para que confíe en ti. Y no me sirve eso de que eres la sheriff del lugar. Y sobre todo, explícame porqué vas con una sombrilla en un lugar que no llueve.

IV cerró los ojos por un breve instante, guardando silencio, tratando de buscar en sus memorias algo que pudiese aportar. No había mucho. -Podría haberte disparado a través de la puerta... Y no lo hago.- Comentaría, tranquila pese a lo tensa de la situación, sopesando sus opciones. -... No conozco sobre tí. No lo suficiente. Nada que no escuchases en la Comisaría... Y también desconfío de ti, de todas, de mi sombra... Pero el amo me dijo que las cuidase. Y eso haré. Hasta que se demuestre lo contrario. Abre la puerta, sal con las manos en alto, y te dejaré ir. De momento.-