No hubo respuesta... probablemente porque estaba demasiado lejos... o no había nadie...
Al ver que nadie contestaba decidí adentrarme en la cueva con mucho cuidado.
Avanzando con cuidado y manteniendo aquella fuente de luz aún encendida, la Maid logró llegar por debajo de la cascada y adentrarse a aquella caverna oculta a los ojos de los más curiosos, esta vez sí pudiendo ver qué es lo que hay en el interior gracias a llevar aquella fuente particular de iluminación.
El paisaje cambió, los árboles se despejaron para ver una escena un tanto abrupta y brusca, las piedras se alzaban en donde tendría que haber árboles y el silencio apacible del bosque se rompía con el ruido atronador del agua impactando contra las rocas en una cascada.
Aquel agua que caía desde la cima de aquel precipicio, que bloqueaba la vista hacia el Este, se movía hacia el Oeste, zizagueante entre las rocas hasta formar un pequeño riachuelo que seguía moviéndose, serpenteante. Al menos esa zona parecía ser de fácil acceso, si es que no se resbalaba en las rocas húmedas.
Por otro lado, un arcoíris constante era creado por las partículas de agua en suspensión y la refracción de la luz.
Y así fue como aquellas dos Maids decidieron ir más acá, saliendo hacia la zona de la Cascada, superando los desafíos naturales que había en el terreno presentes para poder continuar con aquella larga caminata que ambas aún tenían por delante, a fin de cuentas había mucho que patear.
*Mew*
Las sigue hacia el pueblo... o lo equivalente a eso, pues estaba en el hombro de la Maid III.
Con un objetivo en mente: Aquellas dos Maids decidieron partir de su ruta habitual en busca de algo que les pudiera dar respuesta, o al menos obtener algo más de información del resto de Maids que aún sabían que seguían con vida, que no eran demasiadas, al menos no de las que llegaron... Y si, Yukidama también iba con ellas.
Siguiendo el acantilado hacia el Norte, el paisaje cambió, los árboles se despejaron para ver una escena un tanto abrupta y brusca, las piedras se alzaban en donde tendría que haber árboles y el silencio apacible del bosque se rompía con el ruido atronador del agua impactando contra las rocas en una cascada.
Aquel agua que caía desde la cima de aquel precipicio, que bloqueaba la vista hacia el Este, se movía hacia el Oeste, zizagueante entre las rocas hasta formar un pequeño riachuelo que seguía moviéndose, serpenteante. Al menos esa zona parecía ser de fácil acceso, si es que no se resbalaba en las rocas húmedas.
Por otro lado, un arcoíris constante era creado por las partículas de agua en suspensión y la refracción de la luz.
Aquella Maid tenía un destino en mente, por lo que esta llegó a aquel lugar el cual reconoció claramente como el lugar al que no quería ir, pero aún así estaba en medio entre el lugar que quería ir y el lugar de donde esta había venido, por lo que parar aquí era una condición necesaria.
Cruzo por la parte baja del agua y sigo al Norte.
Aquella Maid exploró un poco la zona, a fin de cuentas era un lugar apto para ser explorado aquel lugar y lo que encontró terminó por sorprenderla, a fin de cuentas en un primer momento no parecía haber nada, pero cuando se esforzó un poco más encontró una pequeña cueva detrás de la cascada.
Esta cueva se adentraba en la gran montaña, por lo que es probable que hubiera algo interesante en ella, o quizás tan solo fuera una cueva y un lugar bucólico sin más...