Partida Rol por web

150.000 BC

Sobrevivir es el reto Hankal

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11/04/2021, 22:02
Hankal

Hankal estaba invadido por el miedo pero acorralado, no le quedaba más opción que luchar. Cuando vio qué el perro caía intentó ensartarlo con la lanza mientras podía entrever en la cima del risco la figura de sus salvadora, la lanza no era gran cosa, pero era mejor que nada. Cualquier ayuda era bien recibida, aquello fue un soplo de aire fresco en mitad de la tensión que sentía el homínido.

Intentó atravesar a los perros ahora que dudaban esperando que entre los dos humanos armados con lanzas pudieran acabar con alguno de ellos y poder comer bien aquella noche. Con los dientes apretados y el corazón atenazado por el miedo ignoró el dolor en su pierna para tratar de seguir luchando.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Si por el miedo tengo -1D imagino que tiro con 2 dados y escojo el más bajo. ¿Correcto?

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12/04/2021, 22:31
Perros

Los perros supieron en aquel triste momento, que aunque podrían herir mortalmente a uno de los dos homínidos no podrían acarrearlo hasta la manada para poder comerlo, y aunque deseaban probar a dar un último mordisquito antes de irse, eso les expondría a un mortal lanzazo y no estaban dispuestos a correr aquel riesgo. Además la noche parecía inquietarles y tras daros un par de vueltas decidieron desaparecer entre los cañones de aquellas colinas ladrando escandalosamente a su paso.

Ya os buscarán por la mañana

Notas de juego

Respecto al miedo es correcto.

Los perros se retiran por ahora. Toca hacer declaración de intenciones para este Atardecer. Además al haber encontrado otra homínido. Puedes dialogar con más posts por semana.

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13/04/2021, 08:07
Hankal

A medida que los animales se retiraban Hankal levantaba tierra y piedras intentando demostrar su fuerza, en realidad era una manera de liberar el estrás acumulado, estando acorralado solo podía luchar por evitar ser devorado. Aquellos animales serían fruto de sus pesadillas por mucho tiempo, pero en último arrebato de rabia decidió lanzarle la lanza al más rezagado, quizás hoy no muriera devorado por las fieras pero de poco le serviría si al día siguiente moría a causa del hambre. El seco gañido del animal al ser brutalmente atravesado espoleó el miedo de los otros dos, dejando atrás el cadáver de su compañero mientras Hankal se golpeaba el pecho y gritaba por fin de alegría.

Le hizo un gesto a la homínida para que se acercar, su presencia le había salvado la vida y Hankal esta contento con la presa. Se sentó cerca del animal sacándole la lanza para usar la punta para rasgarle el blando vientre y vaciarlo por dentro, su instinto le llevaba a consumir su hígado y su corazón primero. Los órganos más ricos en nutrientes aunque eso distaba mucho de pasar por el mente de joven simioide. Le ofreció con la mano trozos de carne a la homínida a la vez que juntaba los dedos en pico y se los llevaba a la boca tratado de transmitir un simple "comida". Luego se golpeo el pecho con una mano repitiendo su nombre en voz alta para señalar después a la desconocida.

Cogió la lanza por el centro y la puso en horizontal con la otra manó la recorrió entera y indicó-Sá.- en tono enérgico, luego señaló la punta de pedernal.-Kish.-volviéndose a tocar el pecho antes de señalar la lanza de la mujer ausente de punta y golpearse el pecho de nuevo para unir los tres primeros dedos de la mano derecha picoteando la palma de la mano izq. Ofreciéndose a tallar una punta para ella.

Después de comerse parte de las entrañas se puso en pie y al tratar de cargar la presa un agudo dolor le recordó que estaba herido. Señaló con la lanza hacia la montaña y luego una cueva cercana.-Am.- para volver a golpearse el pecho y apuntar varias veces con la lanza hacia la montaña dando a entender que por allí estaba su cueva- Hankal Am.-haciéndole gestos para que le siguiera.

- Tiradas (2)

Notas de juego

¡¡¡¡¡¡Aleluya una tirada buena!!!!¡¡Comida!!!!

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14/04/2021, 00:48
Oya

Al sacar la lanza del animal, el pedernal ha caído. Pero no te será difícil repararlo*

Oya - Responde colocándose la mano en el pecho. Después observa y clava su lanza en la tierra junto al perro, colocándose en cuclillas junto a Hankal extendiendo una mano para tocarle en el pecho - Hankal - picotea con todos los dedos de la mano derecha sobre la palma izquierda. Después mientras ve rajar al animal y empezar a comer levanta con cuidado la cabeza del perro y la coloca mirándo hacia Hankal repitiendo - Hankal

Con ganas empieza a comer. No os va a ser fácil mover la comida a donde pretendais, así que lo más oportuno es consumir la mayor cantidad de perro que podais - ¿Am?

El ladrido de los perros ha desaparecido. No obstante la noche se os echa encima.

 

Notas de juego

*La lanza posee daño 2 sin el pedernal
Puedes ponerle pedernal para aumentar su daño en uno, pero la vuelves más frágil pudiendo romperse con más facilidad.
Si así lo deseas, tu lanza ya era una lanza con pedernal. En ese caso cambia su asterisco a uno solo y su daño a 3

El perro son 20 de comida. Ella con tu permiso consume 6 y tú deberías consumir los otros 9 sin pudor ni vergüenza quedando cinco raciones en concepto de huesos para roer y algun filetillo.

Si emprendes el camino para salir de las colinas, lanza Percepción.

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14/04/2021, 08:05
Hankal

El homínido le da unos golpecitos a Oya en el pecho con el dorso de la mano y pronuncia su nombre para luego golpearse su pecho pronunciando el suyo en voz alta. Hankal estaba contento de tener comida y compañía, repite el gesto de Oya de picotea con todos los dedos de la mano derecha sobre la palma izquierda, masticando un trozo de hígado y ofreciéndole a ella para que coma. Hoy había sido un gran día y había comida para ambos por tanto el macho no puso pega alguna en que la hembra se alimentase junto a él, comió con ansia y avidez hasta estar completamente saciado llevándose lo poco que quedaba junto con la piel del animal. Quizás más adelanta pudiera intentar usarla contra el frío, no parecía entender a que se refería la hembra al ladear la cabeza y pronunciar su nombre; negando con la cabeza y golpeándose el pecho pronunciando su nombre en alto. Señalaba al perro haciendo un circulo sobre su estomago para luego repetir el gesto de Oya, el limitado vocabulario le impedía articular una palabra adecuada para aquella situación, aunque para él estaba claro el mensaje. Ni se le ocurrió inventarse una nueva.

Cuando se pusieron en marcha señalo al cielo a medida que oscurecía-Run-dijo mientras se recostaba de lado por un momento a modo de descanso.-Am- repitió señalando una de las múltiples cuevas que poblaban las escarpaduras.-Am Oya-.El cazador supuso que la cueva de Oya estaría más cerca que la suya por tanto en la marcha la invitó a pasar delante para que liderase la marcha hacia su refugio.

Notas de juego

Gracias por la aclaración.

He imaginado que no da tiempo a volver a mi cueva antes de que nos pille la noche, por eso propongo ir a la de Oya o sino pasar la noche en alguna de las que he visto. 

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18/04/2021, 15:44
Director

La noche cae sobre los dos neandertales en aquellos cañones oscuros, Oya no parece tener ningún lugar en el que haya descansado pero encuentran sin dificultad una cueva en la pared de arcilla en la que conseguir algo de cobijo aunque prácticamente es como dormir al raso, dada la topografía de aquel lugar. Las lluvias podrían resultar catastróficas pero aparte del viento que se lanza en estruendosa estampida por cada cañón de tierra llevando la hiel de la noche no parece que vaya a caer agua.

Entre los cañones se escucha la risa de las hienas pero parece que anden buscando otra cosa. No parecen interesadas en encontrar a los dos forasteros en aquellas tierras. Aquellas noches venideras eran más frías que las últimas, pero la compañía era mucho más alivio que poder contar con su confortable cueva en las montañas, aún y así aquellas colinas no se antojaban tan inhóspitas, en cierto modo eran montañas al fin y al cabo, aunque su composición les hacía algo menos rocosas a la hora de buscar materiales para hacer herramientas y más fértiles para buscar comida.

La presencia de otro homínido reconfortaba a ambos, sus ojos oscuros se estudian el uno al otro entre las penumbras sin mucho que decir. Estan agradecidos y tienen comida de sobras gracias a la casualidad del desesperado lanzamiento de Hankal. Cada vez que un ruido o la propia sensación de que algo les vigila les despertaba se sentían un poco más seguros al ver otra figura junto a ellos.

Notas de juego

Noche
3º, Cielo nuboso, Viento Fuerte

¿Qué ha significado la caza del perro para Hankal? ¿Qué palabra usa Hankal para perro? (puedes añadirla al vocabulario)
Hora de viajar en los recuerdos de Hankal a alguna vivencia pasada

-1 de Alimento durante la noche
Frío+2 de Estrés
Estómagos llenos -1 de estrés
Soledad+1 de Estrés

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19/04/2021, 21:02
Hankal

Cuando llegaron a la cueva de Oya escarbaron un hoyo en la tierra buscando huir del frío. Luego Hankal olió a la hembra y empezó a examinarla con curiosidad hasta que se colocó tras ella rebuscándole en el pelo y en la espalda arrancándole los parásitos y comiéndoselos antes de ir a dormir. Aquello era algo que se hacía entre los suyos para relajarse, mantenerse limpios y sanos además de para estrechar los lazos entre la comunidad. Una vez uno acabado se colocó en postura para que ella hiciera lo mismo, respirando con calma y tratando de relajarse después de un día duro.

No le había pasado inadvertido que Oya iba vestida con algunas pieles, por tanto el macho le señaló los restos del perro, tocó la piel que vestía Oya tocó al perro y luego se tocó el pecho. Se puso la piel por encima y se golpeó con las dos manos planas sobre el pecho-Augh, augh-dijo imitando el ladrido del perro salvaje para luego ofrecerle la piel a la hembra para que se la preparase, acercándole con el dorso de la mano todos los huesos del perro y los dientes para que pudiera usarlos como herramientas. Dándole a entender que podía usar todas las herramientas para hacerle una piel para él. La idea de lucir la cabeza de la piel de perro con la orejas sobre su cabeza como capucha le hacia sentirse fiero y feroz, aquella era había sido su primera presa como adulto, le había herido y él le había matado. Un precio justo y una buena caza.

Todavía recordaba de niño cuando su tribu trajo unos oseznos para que los niños practicasen, el animal era mucho más fuerte que ellos y las crías de homínido armadas solo con cuchillos de silex apenas conseguían atravesar la piel de animal enfureciéndolo quedando expuesto a la furia de animal. Al final entre todos tras dos día de caza y juegos consiguieron abatirlo a base de golpearle la cabeza con piedras, todos los niños estaban heridos, exhaustos incluso uno de ellos había perdido dos dedos; pero entre todos lo deshollaron y compartieron la comida creando un fuerte vinculo entre ellos. Hakkon fue quien lo mató y el niño se quedó con la piel luciendo la piel del osezno con orgullo, no solo le abrigaba sino que servía para recordarle al resto que él había matado al osezno. Un orgullo y respeto para él y los suyos, aquella noche abrazado a Oya con el estomago caliente, el calor de otro homínido a su lado, su olor, el estomago lleno y el confort de no estar solos obraron milagros en su estado de ánimo. Los sueños le hicieron sentir tal y como se debía haber sentido Hakkon aquel día, había sobrevivido a una de sus primera pruebas más duras, cazar solo y llevaría esa piel con orgullo por mucho tiempo o hasta que consiguiera un trofeo mayor.

Notas de juego

Augh:perro

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23/04/2021, 13:32
Oya

La piel de perro fue jironeada por Oya, a la mañana siguiente se encontraba raída por los ratones y reseca, del todo inservible.
Oya bajó la cabeza mientras picoteaba la palma derecha con todos los dedos de su mano izquierda - Hankal Augh

- Tiradas (2)
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23/04/2021, 13:38
Director

Oya y Hankal anduvieron por aquellas colinas unos días, cazaron juntos y escaparon de las manadas de perros varias veces saltando estrechas grietas arcillosas y refugiándose entre formaciones rocosas. Era un lugar bastante acogedor y facilitaba mucho la caza. Pero aquellas manadas de perros parecían muy peligrosas, salían de caza por la mañana hacia el norte donde se adivinaba una estepa verde y llana, volvían a mediodía a rebuscar alimañas si no habían encontrado nada de interés que les mereciera la pena pasar todo el día tan lejos de sus madrigueras en las colinas.

Al este confluían los ríos y la vegetación parecía exageradamente frondosa, por lo que, lo más seguro es que hubiera un cenagal. Que podía ser muy peligroso si no se conocía adecuadamente aquella clase de terreno. Por último y al oeste se extendían las colinas, aunque no eran tan verdes y exuberantes como las que Hankal y Oya habían decidido tomar como región de caza.

Al norte se encontraban las montañas donde Hankal enseñó su cueva a Oya. En aquel momento Hankal y Oya se encontraban bastante exultantes, pues tenían a su disposición casi todo lo que podían querer. Sin embargo tenían la gran duda, de si quedarse en aquellas cuevas entre las montañas y colinas resultaría lo más adecuado para ambos.

La mañana de aquel día daba una mala sensación a todo el que mirara el cielo, jirones de nubes grises se arrastraban perezosos hacia el este, el mordisco que recibiera de aquellos perros era tan solo ya una marca que le recordaría el miedo que llegó a pasar, de su encuentro con Oya y de como arrojó el grueso venablo contra el perro matándolo

Notas de juego

Mañana
9º, Nublado, Viento ligero

-2 de Alimento por la mañana
Recuperas 1pv
-1 de estrés por descansar
+2 PE tras tus dos primeras semanas

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23/04/2021, 23:08
Hankal

 

Mañana 9º, Nublado, Viento ligero.

Hankal miró contrariado a Oya había arruinado la piel del perro, sin embargo el testarudo homínido le hizo dos agujeros para enganchárselos por las orejas llevando así los harapos como una improvisada capucha. Más para denotar un estatus que para abrigarse en si, con el resto de la piel sencillamente la usaría como un trapo grande que poder anudar, usándolo como un saco improvisado hasta que terminase ajándose o pudriéndose. Una vez desperezado comió hasta llenarse de los restos del perro y una vez hubo acabado le ofreció el resto a Oya, debían estar fuertes si querían poder seguir cazando. 

De la cueva recogieron todos los huesos que habían dejado las hienas y algún trozo de silex para trabajar en un futuro, el macho había decidido que las colinas inferiores eran un buen lugar para cazar a pesar de la presencia de los perros. El cenagal y las tierras menos fértiles por el momento no parecían de su interés ni le generaban inquietud alguna. Viendo como se acercaba el mal tiempo el macho decidió que sería oportuno marchar hacia las colinas, buscar una cueva adecuada en su nuevo territorio de caza y hacer un gran acopio de leña antes de que se pusiera a llover. Si llegaba la lluvia el primate espera poder quedarse dentro de la cueva para hacer alguna que otra lanza y tallar algunos silex tanto como cuchillos como para puntas de lanza, pero ya habría tiempo para eso cuando no pudieran salir del refugio a causa de la lluvia.

Notas de juego

Había sobrado 5 unidades de perro. Me como 3 y me lleno y le doy 2 a Oya, de nuevo sin comida, pero contentos.

Tarea: Buscar cueva en las colinas de los perros y recoger leña antes de que llueva.

Si te parece bien la capucha es solo estética, y la piel rota la intentaré convertir en un "saco".

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27/04/2021, 21:53
Director

Recorren Oya y Hankal los cañones llenos de espino y acacia, enebro y granado. Todo está verde y sus flores abiertas donde diminutos insectos entran y salen para recoger los aromas y dulces néctares. Entre cañones y desfiladeros llegan a lo que, tras sus días en aquella zona les pareció la mejor de las cuevas. 

Estudiaron su arenisca y sus entradas, era una formación amplia, muy parecida a la que usaban los perros 

Inn Am - Decía Oya rascando las paredes de aquellas milenarias y espléndidas formaciones de piedra sedimentaria, entre aquellas piedras de arenisca habían varias piedras de una variedad distinta, igualmente porosa, perfectas para hacer de yunque para la laboriosa tarea de la talla lítica.

Lamentablemente y pese a las buenas condiciones y protección que ofrecía aquella cueva, estaba en el fondo de un cañón y tenía numerosas filtraciones. En caso de lluvia, era muy probable que aquello se convirtiera en una riera imparable*

 

Notas de juego

Mañana 9º, Nublado, Viento ligero.

*La mejor cueva de la zona, se inundará en caso de lluvia con 4+, con funestas consecuencias

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28/04/2021, 00:49
Oya

Durante aquellos caminos, Oya había ido recogiendo piedras. Cuando Hankal se detenía a inspeccionar la seguridad del paso por un cañón, o buscar pie en unos salientes de sospechosa estabilidad, Oya cogía las piedras que había encontrado y las golpeaba entre ellas con suavidad, escuchando sus sonidos y midiendo su dureza. Mirando a contraluz la roca completamente opaca como si pudiera examinar las invisibles venas que marcarían las separaciones futuras del sílex que iba recolectando.

Cuando Hankal se giraba, ella mostraba su hallazgo - Kish -  una pieza magnífica de sílex lista para ser tallada, y de nuevo se ponían en marcha. Cuando llegaron a aquella cueva, Oya vació su mano en la que con dificultad llevaba dos pedazos de sílex, en su lanza iba colocada la carne que fueron comiendo por el camino, decidió que fue momento de tallar aquella piedra. No sabía que iba a decidir hacer Hankal con aquella cueva pero por su lado hizo rodar un par de piedras de cal grandes y blancas arrancadas de la pared de la cueva, y con una piedra percutora que había escogido se dispuso a tallar uno de los pedazos de sílex, el otro estaba a su lado y ella dedicó unos momentos a picotear con su mano derecha sobre la palma de la mano izquierda

Oya Kish, Hankal Kish

- Tiradas (1)
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28/04/2021, 20:08
Hankal

Mañana 9º, Nublado, Viento ligero.

Hankal recorría los cañones en busca de algo que no encontró, el terreno era demasiado irregular, la piedra blanda y porosa además de que el valle propiciaba las inundaciones del lugar. Le señaló a Oya los granados, aún no tenían frutos pero era bueno saber donde estaban los arboles, esperaba que entre los dos se acordarían de como llegar al lugar. Las cuevas en las colinas no le convencieron, su refugio era mucho más seguro y cuando su compañera le indicó, el homínido negó con la cabeza señalando con la lanza hacia la montaña- Hankal Unnt Am.-dándole a entender a la hembra que le siguiera.

A medida que avanzaban montaña arriba el cazador iba marcando la débil arenisca con un trozo de silex que había sacado de una bolsa ajada de piel de conejo, marcando ciertas piedras con orina, olisqueando y buscando su propio rastro hacia la montaña. Una vez consiguió salir de las colinas marcó el lugar por donde descendió advirtiendo a Oya del peligro que representaban las posibles caídas y torceduras. Desde arriba se veían las fértiles y verdes colinas, haciendo un enorme arco con el brazo derecho de izquierda a derecha trató de abarcar todo el valle. Luego unió todos los dedos de la mano derecha picoteando la palma de la mano izquierda marcando así su terreno de caza. Había dejado señales, olores y volvió a dar un buen par de gritos desde las alturas, esperando así que la tribu de dos creciera poco a poco.

En el camino Hankal le negó a Oya cuando se refirió al Kish, el ya tenía dos, en lugar de ello el macho se dedico a recoger ramas, pero casi todo eran brotes tiernos o demasiado verdes para aprovecharlos.-Hankal AkGa, AkGa Teka.-el homínido parecía más preocupado en recoger una buena cantidad de leña que llevar a su refugio antes de que se pusiera a llover. De todos modos parecía que se había conseguido situarse, sabría volver a su cueva, aunque esperaba no hacerlo con las manos vaciar. Miró al cielo preocupado por si la lluvia se les echaba encima, no sabía como expresar la palabra lluvia, así que señaló a una nube y luego de un charco cogió agua y la dejó caer sobre sus cabezas. Tras ellos hizo un gesto abrazandose y temblando como si tuviera frío.- Hankal Akga, Oya Akga.- repitió el gesto de lluvia.-Akga Hankal Unnt Am.-el macho la apremiaba para que ambos recogieran madera para poder resguardarse en la caverna, donde podrían tallar el silex junto al fuego de una manera mucho más cómoda y más si se ponía a llover.

- Tiradas (2)

Notas de juego

La idea será pasar el mediodía recogiendo leña los dos, si hubiera algún buen trozo para hacer un mango de lanza bienvenido sea, pero imagino que eso ya serán los dados. Usaremos la cueva e la montañas como refugio porqué es mejor y las colinas como zona de caza.

Al atardecer volver a la cueva antes de que nos coja un chaparrón. Allí ya tallaremos el silex con tranquilidad dentro de la cueva protegidos de la lluvia y si hiciera falta se podría intentar encender fuego.

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02/05/2021, 11:39
Director

Era muy difícil andar por las colinas, constantemente cañadas y barrancas obligaban a Hankal y Oya a desviarse de su camino, y cuando ascendían la loma y tenían mayor visibilidad encontraban que la cordillera de montañas estaba en otra dirección, no obstante Hankal hizo acopio de todo su instinto y recorrió la roca desnuda y las sendas de gravilla que hubiera recorrido en su ascenso varias veces. De nuevo en las montañas tuvo que encontrar la cueva lo que se hizo algo más fácil debido a que conocía bien el terreno.

En el cielo azul cubierto de nubes los buitres alzaron el vuelo y su silueta se veía mejor que nunca por la falta de luz directa, volaban sobre el valle en su patrulla diaria en busca de algo que pasar por los largos y desnudos gaznates de ave carroñera. La temperatura, que normalmente ascendía a mediodía se mantuvo bastante fresca, ahora sí que no cabía duda que iba a llover. No hacía un día propicio para andar viajando de un lado a otro y allí refugiados en la cueva entre las verdes faldas de aquella cadena montañosa los dos neandertales podían sentirse más que afortunados.

Con tan solo algún pedernal con el que cortar ramas y cortezas se había hecho difícil recoger leña. Las ramas eran demasiado pequeñas y quebradizas y aunque al frotarlas entre ellas al llegar a la cueva empezaban a prender no tardaban en deshacerse en cenizas y viruta.

 

Notas de juego

Mediodía
9º, Nublado, Viento Ligero

-2 de Alimento a Mediodía

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02/05/2021, 11:48
Oya

Oya entró a la cueva con la precaución habitual que dos homínidos de metro y cuarenta centímetros debían tomar. Sus cabezas bien cabían en la boca de una hiena si hubieran decidido volver. Pero no había ruidos ni olores que indicaran que las hienas hubieran vuelto y por fin y tras un rato de observación, Oya entró a la cueva. 

Dejó su lanza con mucho cuidado a un lado en la pared y dejó sus dos pedazos de sílex con el mismo cuidado en el suelo, como si temiera que el más leve arañazo de la tierra imperfecta pudiera echar a perder la laboriosa tarea de recoger aquellos perfectos trozos de roca listos para ser tallados.

Oya golpeó con todos los dedos de una mano sobre la palma de la otra - Oya Kish - Volvía a repetir obstinada en su tarea, y salió a los alrededores de la cueva, siempre a la vista y siempre volviendo la cabeza hacia Hankal para asegurarse que seguía allí. Podían ser tantas las cosas que salieran mal, un tropiezo, una serpiente, o hasta un desmayo podía costarle la vida a la frágil vida que debía convertirse con el devenir del tiempo y el cruce interracial en la especie alfa.

Por fin recogió del suelo varias cortezas largas con las que hizo una pequeña alfombrilla improvisada. En ella colocó el primero de sus trozos de sílex. La corteza permitiría que el golpe contra el sílex no provocara la grieta de la piedra desde el duro suelo. Oya estuvo un rato ojeando la piedra, golpeándola con un surtido de guijarros de diferentes colores que había recogido y cuando hubo decidido donde dar el primer golpe lanzó un potente porrazo con una piedra gris, probablemente igual de sílice y cal, pero con una composición mineral que la hacía completamente diferente a la vista.

La primera lasca gruesa se partió en dos y Oya dejó escapar el aire que había mantenido. Echó las lascas a un lado y miró un rato de nuevo la piedra de sílex, por fin decidió que había hecho un buen trabajo y alzó la piedra, contuvo el aire, el segundo era el más peligroso, lanzó un nuevo golpe por la cara opuesta del sílex y una segunda lasca se desprendió, lisa, perfecta.

Kissssssh - Exclamó excitada Oya al contemplar la lámina gruesa de sílex que había conseguido. Tras un rato contemplándola, pensó en que debía convertirse y finalmente la colocó de lado y empezó la laboriosa y frágil misión de preparar un filo para el pedernal

- Tiradas (1)
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03/05/2021, 17:14
Hankal

Mediodía 9º, Nublado, Viento Ligero

Hankal estaba contento de volver al hogar, dejando atrás las peligrosas colinas, con la zona algo más explorada y con algunas de las sendas marcadas sobre la blanda roca; así quizás la próxima vez no les constase tanto encontrar el camino de vuelta. Dejó que Oya entrase en la cueva dejando el pequeño hatillo de leña a un lado, aquello no iba a servir de mucho. Colocó todos los huesos juntos en un montón para que la hembra los viera y pudiera utilizarlos si lo necesitaba. La cueva olía muy tenuemente a Hankal, el olor a hiena todavía era fuerte en la caverna por tanto llevaba poco tiempo en ella. Bebió agua de un charco entre las rocas descansando un poco mientras Oya trabajaba los silex, él también tenía dos y se los enseñó, aunque aún no había decidido como los usaría. El homínido miró el trabajo de la hembra, cuando esta terminó emitió una serie chillido cortos de jubilo muy parecido a los de un simio contento con el buen trabajo de la hembra.-Oya KishHankal Teka.- el joven macho conocía bien los alrededores recordando donde estaban las matas de arbustos secos y espinosos, los almendros de los cuales quizá alguno habría muerto durante el invierno y el árbol muerto que vio la primera vez que llegó a esta zona. 

Al llegar al árbol muerto empezó a partir ramas gruesas con su manos desnudas y empezó a golpear el tronco con alguna gran piedra, haciendo algunos viajes hasta la cueva cargando con la leña y la corteza, si llegaba a llover aquella estaría seca en el interior de la cueva. El homínido lo fue dejando todo dispuesto para poder encender el fuego con facilidad tanto si se ponía a llover como para que la noche fuera menos dura, recogió un poco de la corteza aplastada bajo el trabajo de Oya para que entre el serrín y los restos del árbol caído la llama fuera más fácil de avivar. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

He tirado por Fuego porqué me lo pediste así, pero entiendo que ahora no tenemos frío y que la tirada será para tenerlos todo listo para por la noche. Ya me dirás como va en unidades y cuantas se consumen cada noche o ciclo de frío.

Poco a poco vamos medrando.

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08/05/2021, 23:24
Oya

Oya parecía más interesada en lo que Hankal hacía que en su propia tarea, no parecía estar concentrada en ello. No obstante las palabras de Hankal hicieron que Oya se sintiera enormemente orgullosa de su trabajo, y reculando de nuevo a su rincón empezó a dar vueltas a su nuevo pedernal, pensando en qué debía convertirse. 

Observaba a Hankal. Las uñas sangrantes y las astillas clavadas. Debía convertir aquello en algo que le ayudara a cortar las ramas en vez de ver a Hankal haciendo fuerza contra ellas, astillándolas entre sus manos en el mejor de los casos. Se dispuso a probar su pedernal contra una de las ramas que había traído Hankal. Oya sabía lo que era un hacha, pero no sabía por donde empezar. Decidió que dejaría la parte más gruesa para sujetarla mejor y lanzar con más fuerza, sin pensar que era el peso de la propia piedra lo que ayudaría a golpear, pero que debía agrandar el filo para crear más superficie de corte en el lado opuesto.

No debía ser un pedernal convencional, como el de las lanzas acabado en punta, sería mucho más tosco y con un filo más largo. Pasó todo el día nublado en la oscuridad de la caverna golpeando con tanto cuidado, levantándose con frustración tras su último golpe y volviendo a examinar detenidamente como corregir su error. Tras casi dos horas de largo trabajo creyó haber terminado su trabajo y probó el hacha contra varias ramas viendo que hendía la corteza. 

Enormemente satisfecha se dispuso a inspeccionar la leña que había traído Hankal. Y cogiendo un palo de pocos centímetros pero duro, rígido y recto lo astilló para anudar con las tiras de piel de perro el afilado pedernal al improvisado mango. Se rompería, probablemente, pero era fácil de re-armar con un nuevo leño. 

Tremendamente orgullosa acudió hasta Hankal cuando este llegó arrastrando una última brazada de leña para alimentar aquel precioso fuego que les mantendría calientes. Levantó el hacha con ambas manos esperando frente a Hankal.

Uh - Dijo incapaz de saber como denominaban a aquel utensilio - Hankal Kish

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hacha de Piedra* 1d 5+ 2 daño, el hacha proporciona un +1 a la tirada de Fuego por la facilidad de recolectar madera.
Oya recibe -1 de estrés por tallar un hachar con éxito.

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09/05/2021, 22:13
Oya

Tal como era de predecir, la cada vez más gruesa capa de nubes grises empezó a descargar la lluvia a borbotones. Ahí fuera las copas de los árboles que cubrían aquella montaña se retorcían y crujían, al tiempo que las gotas golpeaban con fuerza la roca haciéndose mil pedazos en un espectáculo que agua enfurecida que caía por los rieles que la piedra dejaba. A pesar de encontrarse cerca de la entrada para no ahogar la caverna, el fuego rodeado de unas pocas piedras para protegerlo aguantó la embestida del viento. Además Hankal había llenado uno de los espacios de la caverna con un buen montón de leña, que aunque estuviera seca y ardiera deprisa tendrían suficiente para alimentar aquella acogedora hoguera para toda la noche.

Oya pasó la mano por la lanza de Hankal que se encontraba a un lado de la caverna, apoyada con el cuidado que Hankal le daba a sus cosas, insegura de cogerla teniendo la suya propia - Hankal Sá

Entonces dio unos pasos hasta ponerse a un lado del fuego, primero en cuclillas y luego de rodillas con las palmas de ambas manos tocando el suelo. Poco a poco se fue deslizando hasta que su cara se colocó contra la cálida roca cerca de la hoguera. Casi desnuda, el frío viento del exterior ponía su piel de gallina pero si lo notaba no parecía importarle.

Ahí fuera estaba bastante oscuro pero el día aún debía durar por la leve y brillante penumbra que alumbraba la falda de la montaña sobre la que caía aquella tromba incontrolable de agua.

Notas de juego

Atardecer
5º, Lluvia ligera, Viento Fuerte

-2 de Alimento al Atardecer

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10/05/2021, 10:18
Hankal

Atardecer 5º, Lluvia ligera, Viento Fuerte.

El hominido estudió intrigado el diseño de la herramienta de sus compañera, aquella cuña de piedra mordía la madera con mucha más eficacia que su tosca piedra. La probó varias veces dentro de la cueva mientras llovía, algo que el primitivo macho ya se esperaba desde el amanecer de aquel día, en ese momento ambos agradecieron contar con el calor del fuego dentro del refugio. La tímida lumbre parecía parecía aguantar el rugir del viento a medida que este soplaba hacia el interior de la cueva, Oya aún tenía frío, salir a cazar ahora sería una locura. Lo mejor era permanecer en la cueva acurrucados junto a la hoguera.-Hankal Sá-le repitió a la hembra enseñándole la punta de piedra para que se fijará en ella.-Oya Sá-le dijo indicándole que la suya no tenia la punta de piedra. El macho se levantó y de entre la leña rebuscó algún mástil digno para una nueva lanza, una vez lo tuvo lo dejó a un lado, ahora mismo el frío le parecía algo prioritario frente a una lanza que ahora mismo no podían usar. Cogió una piedra redonda y le mostró como se colocaba en la punta de la lanza. La amenazó con una lanza con un piedra redonda y el mismo se rio con fuerza cuando la piedra no le hizo nada a Oya*.

Hankal aprovechaba la nueva herramienta para dar forma a alguna lanzas endureciendo su punta al fuego con algo de rapidez, aprovechó que la lluvia reblandecía la tierra para escarbar sobre la tierra con un palo llamando a Oya para que le imitase. El macho de complexión más fuerte empezó a mover pesadas piedras junto a la entrada para formar una base, pidiéndole ayuda a la hembra en dicha tarea para poder mover mejor las rocas. En la entrada colocaba las estacas y las lanzas en la tierra húmeda hundiéndola de manera profunda, afianzándolas de nuevo con tierra pisada y piedras. Intentando crear una maraña para que las bestias no pudieran acceder a la cueva. Por la parte interior del muro colocó barro para que este cuando se secara no dejará pasar el viento, disminuyendo así la sensación de frio que entraba en la cueva. Quizás con algo de suerte alguno de los arbustos espinosos que colocó sobre las lanzas creciera con la lluvia, ayudando a que la entrada fuera más segura.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Mi lanza si que lleva la punta de piedra, que me dijiste que debíamos definirlo.

*El primer chistaco de la historia. ¿A qué te pincho con una piedra redonda?

He hecho mis tiradas "base", si la ayuda de Oya me da un mísero +1 si que nos montamos el chalet con "suelo radiante" y "alarma", sino caca.

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11/05/2021, 22:23
Oya

Oya se levanta de su postura, observando como trabajaba Hankal con la nueva herramienta, Oya la señalaba - Uh - . Oya prestó interés y atención a Hankal cuando le explicó el sutil arte de unir la talla lítica a la lanza, pero cuando golpeó a Oya y se rio no pareció hacerle ninguna gracia a la mujer, que golpeó con ambas manos planas en el pecho de Hankal - Hankal Oya - Era difícil de entender, pero se fue hasta su rincón lleno de lascas a juguetear con el segundo sílex que allí tenía, observándolo detenidamente y girándose de espaldas a la entrada cuando los deslumbrantes relámpagos aún lejanos y carentes del rugido del trueno destelleaban en el cielo de un horizonte lejano.

Notas de juego

 

Atardecer
5º, Lluvia ligera, Viento Fuerte