Partida Rol por web

Observaba a Stuart distraídamente cuando oí al animatronic y por mucho que quisiera hacer caso omiso de ello no podía, la curiosidad era algo innato en mí, así que me giré hacia Joseph, que sabía que era el único al que podía convencer de venir conmigo.

- ¿Has oído eso? Quizás... podamos ir a ver si anuncian algo ¿no? No creo que eso vaya a hacernos ningún daño, después de todo son animatronics, ¿vamos? - mi mirada era la misma que la del gato con botas en la película de Shrek, o al menos eso intentaba yo, quería ir, peor prefería no tener que hacerlo solo y mejor aún si contaba con el apoyo de alquien del equipo.

- Y por cierto, os voy a contar un chiste didáctico, por si alguna vez os ha pasado... Estaba mi primito en casa, a punto de dormir, pero le picaban los mosquitos, entonces se lo dijo a su tío que le contestó cansinamente, ¡apaga la luz! Y por pura casualidad resulta que ¡entraron luciérnagas! A lo que el risueño niño respondió ¡pues ahora me están buscando con linternas! - me río, siempre me había gustado ese chiste, solo el hecho de imaginar mosquitos con pequeñas linternitas buscando niños para picarles en el culo, era una imagen más que maravillosa.

Al volver a la carpa y verla mucho más grande, Sen miraba todo perpleja. ¿Qué tipo de magia estaban usando para cambiar todo tan rápidamente? Tal vez fueran fantasmas. Eso explicaría muchas cosas. Trató de calmarse y centrarse en su búsqueda. Llegaron a la oficina y Stuart empezó a examinar la puerta que decía "SALIDA". Era obvio que no podía ser tan fácil. Parecía más una manera de jugar con ellos.

Al ver que Stuart no consiguió nada, suspiró y empezó a registrar el escritorio con ahínco. Debía haber registros o algo de utilidad. Apenas escucharon la irritante risa de Fizzarolli, Sen se alarmó y miró a Mike fastidiada. Resopló para luego hablar - ¿Qué tal si vigilan que ese animatrónico poseído no ingrese aquí? Eso sería de utilidad. Ya dijimos que no nos separaríamos, ¿así que podrían por lo menos montar guardia? - su voz era de protesta. Y es que era natural, ella era la que más incómoda se sentía en ese lugar. Dejando eso a un lado, siguió buscando el escritorio.

Debe haber algo aquí que nos dé pistas de en qué estamos.

Ryu se veía muy serio, pero se enserió aun más al ver el cambio drástico en la carpa. Por un momento, se llevó una mano a la frente y dejó escapar un pesado suspiro. Por un momento miró de nuevo a su hermana, pero no dijo absolutamente nada. Se limitó a mirar a Stuart cuando llegaron a la oficina. Estaban atrapados. En verdad estaban atrapados.

Casi sin realmente prestar atención al chiste de Mike, después de un suspiro, les puso una mano en el hombro a él y a Joseph.

—Deberíamos hacer eso. Si lo vigilamos, al menos no estaremos aquí sin hacer nada. Pero recuerden que esto no es un paseo. Simplemente lo vigilaremos.

Guardo el destornillador que había sacado de la caja de herramientas, volviendo a dejarla en la mochila. Mientras algunos deciden observar al extraño payaso que se llamaba Fizzarolli.

Me acerco al fichero intentando encontrar algún documento técnico sobre este lugar revisando minuciosamente lo que encuentre en los diversos cajones.

Mientras lo hago intento aislarme mentalmente del sonido de su risa.

Nate decidió tomar varias fotos del interior de la carpa. No era normal que ahora fuese mucho más grande, y quería alguna prueba de cómo era antes de que volviese s cambiar.

Asintió a las palabras de Sen, y esperó a la entrada, vigilante.

Registraste el escritorio de arriba a abajo, abriendo todos los cajones y buscando por si había algo pegado por debajo de la mesa. La mayoría de cosa que encontrabas era material de oficina y papelitos en blanco, pero en uno de los cajones había algo interesante.

Encontraste una libreta encuadernada en piel marrón, sin palabras ni grabados de ninguna clase en las tapas. Al abrirla viste una lista de nombres y fechas llenando las páginas. Era una lista bastante extensa, con fechas que se remontaban a hacía al menos 40 años. Y en la última página había seis registros con fecha de hoy. Vuestros seis nombres.

Abriste el archivador cajón por cajón. Estaba lleno de carpetas organizadas alfabéticamente, con archivos sobre personas de diversas épocas, etnias, géneros y edades. Eran archivos sencillos, con los datos personales de cada persona recogida, una foto y una breve biografía de dicha persona. En principio no te decía nada, podían ser fichas de empleados del parque. Hasta que encontraste por casualidad un archivo que tenía tu nombre.

Al examinarlo, viste que contenía tus datos personales, un resumen de la historia de tu vida y una foto que no recordabas haberte tomado. ¿Qué demonios?

Mientras Sen y Stuart registraban el escritorio y el archivador, el resto fuisteis a la entrada de la oficina a vigilar por si acaso el bufon animatrónico se acercaba con perniciosas intenciones. Sin embargo, parecia que Fizzarolli no tenía intenciones e abandonar la pista de circo de la carpa. Seguía riéndose, con aquella voz mecánica y estropeada.

 -OooOooh... Qué p-p-pena. PareCE que nuESTros i-i-invitados no quieren quEdARse. Pero p-p-p-para sALir necesITAran algo que só-o-o-olo yo seeeeeee...

Tardo unos segundos en reaccionar y leo en diagonal mi ficha intentando encontrar cual es el dato más actual que aparece. La dejo después encima del archivador y busco las de mis amigos, aunque sin leerlas. Si tienen la mía, ¿estarán las de mis amigos?

Si encuentro sus fichas se las entregare, a cada uno la suya.

Si me da tiempo leeré algunas otras, aunque tengo un mal presentimiento. Necesitamos saber como acabaron sus historias. Lo único que nos puede ayudar es saber cosas, ya no somos pequeños. No podemos limitarnos a ignorar lo que nos preocupe esperando que desaparezca.

Oír de nuevo a Fizzarolli me hace intentar ir más rápido.

Teniendo en cuenta que el archivo estaba organizado por orden alfabético, no te costó nada encontrar las fichas de tus compañeros. Estaban todas ahí, con la foto, los datos personales y el resumen de vuestra biografía. Un dato que te resultó curioso es que había datos en las biografías de los demás que estaban tachados y no podías leer de ninguna manera. Pero lo que más llamó tu atención era algo que había escrito en la última página.

Había un renglón vacío al final, precedido de la palabra "destino". Estaba igual en todas vuestras fichas. En el resto de fichas que miraste, había algo escrito debajo de "destino", pero estaba tachado e ilegible en todas las fichas que habías mirado.

Me giro hacia mis compañeros con dos grupos de fichas en cada mano acercándome a la mesa del despacho. Dejo las que llevo en la mano derecha y comienzo a repartirles las de la mano izquierda entregándole a cada uno de ellos la suya.

– Tienen fichas de cada uno de nosotros, si alguien tiene alguna explicación que lo justifique decirlo. – Negando con la cabeza. – A mí no se me ocurre ninguna.

Mostrándoles mi ficha indicando el espacio en blanco después de “destino” y señalando las que he dejado encima de la mesa. – Hay fichas de otras personas que, si tienen cosas anotadas en destino, pero soy incapaz de poder leer lo que pone, esta tachado. No sé, puede que haya alguna manera de leerlos, pero yo no sé cómo.

A Ryu le pareció especialmente curioso que el animatrónico se dirigiese a ellos... con tanta certeza. No podía estar muy seguro de si era un mensaje pregrabado... o a tiempo real. Miró a sus compañeros por un momento, curioso por eso. Al darse cuenta de cómo estaban siendo las cosas, aunque se le hacía difícil procesar que se debiese a algo sobrenatural, no le quedaba otra opción más que irlo asimilando. Aunque eso no quería decir que lo reconocería en voz alta.

—Qué mal rollo...

Cuando escuchó que habría algo de interés en el despacho, y creyendo que el animatrónico ya no haría nada, le hizo una seña a sus compañeros con la cabeza por si deseaban seguirlo. Con algo de curiosidad, tomó la ficha que le tendía Stuart, dándole una ojeada.

Escuchando que Stuart no tenía idea alguna de lo que pasaba, y sin que a él se le materializase una idea realmente clara, por primera vez, hizo contacto visual con su hermana

—¿Tienes alguna idea de lo que puede significar, Sen?

Nate bajó su cámara, y miró a Stuart.

—¿Fichas? ¿Cómo... cómo que fichas? ¿Nuestras? ¿Sobre nosotros?

Estaba diciendo obviedades. Se colocó las gafas con nerviosismo, y tapó el objetivo de la cámara para protegerla. Echó otra mirada al animatrónico, ¿qué querría decir? 

—¿Qué es eso que sólo tú sabes? — preguntó.

Sintiéndose estúpido por estar hablando con un muñeco, se acercó a Stuart y cogió su ficha.

Sen estaba buscando en el escritorio con atención mientras Stuart buscaba en el archivador. La mayoría eran solo papeles de oficina y demás, pero la chica se detuvo cuando encontró una libreta encuadernada en piel marrón. La abrió con cuidado y lo que encontró hizo que su cara cambiara a la estupefacción total, para pasar luego al pánico. Sen se puso tan pálida que parecía que fuera a desmayarse en cualquier momento.

- Esto... Esto no puede ser... - parecía ajena a las voces de los demás, incluso a la de su hermano quien había estado evitándola desde hace rato. La única voz que llegó a ella fue la de Fizzarolli -. ¡Maldito muñeco! - gritó de repente.

Sen se movió hacia una pared para apoyarse forzosamente sobre esta sin dejar de mirar la libreta y pasando las páginas. Cuando Stuart le tendió su fecha, Sen reaccionó y se dio cuenta que era su información - En esta libreta se lleva algo como la lista de visitantes. Los primeros datan de hace más de cuarenta años y... Con fecha de hoy... - y señaló a sus compañeros de viaje los seis nombres de ellos -. Se los dije. Les dije que ellos nos atrajeron aquí. Seremos los corderos en su ritual macabro - la chica empezó a llorar presa de la desesperación mientras se hiperventilaba mirando la libreta una y otra vez, casi como si de un tick nervioso se tratara.

La pregunta de Nate a Fizzarolli tenía sentido. Él parecía ser su maestro de ceremonias en este juego macabro, así que seguramente lo mejor era hablar con el muñeco - Tal vez solo nos resta preguntarle a Fizzarolli - e inspeccionó la información de la ficha.

La reacción de Sen me sorprende, no porque la considere incapaz de emocionarse, pero si una persona fuerte difícil de derrumbarse.

Busco la mirada de Ryu para indicarle que vaya a su lado. Él es el único de nosotros que la habrá visto así antes y sabrá si necesita que la abracen, o unos minutos que se la deje sola para recuperar el control.

Me limito a confirmar sus palabras de que esto tiene cuarenta años con lo que observe de los muñecos. – Coincide con lo que calcule con la edad de ese Fizzarolli.

La referencia a los corderos no me gusta y temo que haga referencia a la tradición de los seguidores de Abraham.

Joseph estaba demasiado callado, así que tendría que actuar por mi cuenta, sin respaldo, sin embargo, después de escuchar al animatronic, cuando Stuart menciona lo de las fichas, no puedo evitar sentirme como ellos, ¿por qué tenían datos nuestros? Eso no era para nada normal, para nada.

- Ehm.... Sí, podríamos preguntarle, ¿qué iban a querer de nosotros? Que extraño...

Decido acercarme a Fizzarolli.

- Oye, ¿qué quieres de nosotros? ¿cómo es que tenéis datos nuestros? ¿habéis provocado nuestra llegada? Porque a ver, ¿sabes el chiste de la mujer que le pregunta a su marido... cariño me he maquillado mucho? Y él le responde, a ver si vas a matar a Batman no... Así que espero que vuestra idea no sea matar a nadie...

Intentaba aportar un poco de gracia a todo el asunto mal rollero que teníamos delante.

Al leer las fichas, veis que tienen una foto vuestra, vuestros datos personales y una especie de biografía resumida. En cada ficha hay partes que están tachadas y resultan ilegibles y al final hay un renglón en el que pone "Destino", tras el cual no hay nada escrito.

El bufón animatrónico se rió con ganas al escuchar el chiste de Mike, pasando después a conversar con vosotros mientras bailoteaba por su escenario.

 -Aaaaw-w-w-w-w, quÉ PEna quE nos QUerÁis deJAr taN prONto. ¡ApeNAs heMoS tenIDo TiemPo de DIverTIRnos!

Definitivamente aquello no parecía un diálogo pregrabado. Y el hecho de que un animatrónico aparentemente sin conciencia propia comenzara a contestar vuestras cuestiones no os lo estaba poniendo mejor.

 -Lo que sÓlo Yo sÉ y vSOtrOs nO... eS La m-m-m-maneRA de salIR del PARq-q-q-que, claro. ¡JAjAJaja-a-a-a-ajaJA!

Varias chispas saltaron del cuello del robot antes de que diera un salto y se plantara justo delante de vosotros.

 -La pueRta de sALida sólo se aBRirá COn a-a-a-algo esPEciAl.- el bufón extendió los brazos y giró alrededor -¡Y para COnSeguirLo tendr-r-r-réis que jUgar en Loo Loo Land! ¡JajAJAjajajAjAJA!

De otro salto regresó al centro de la pista, haciendo aparecer de repente un mapa del parque.

 -Id a las atrAccioNes prIncipALes. AllÍ encOntra-a-a-aréis las lLaVEs para aBRir lA puERtA de SAliDa.

No Stuart, no. – Me digo a mí mismo mientras niego con la cabeza al mismo tiempo que aprieto los puños y chafo fuertemente el suelo. – Desmenuzarlo a piezas podría ser más perjudicial por muy satisfactorio que fuera. Parece programado para transmitir mensajes, o simplemente es un mero altavoz que alguien usa remotamente.

Miro a los que desde el principio quisieron ir a las atracciones. ¿Intuición por su parte?

– Al parecer finalmente será vuestra opción… – La última frase me desconcierta haciéndome que ahora me dirija al animatrónico. – ¿Llaves? Necesitáremos más de una. ¿o con una bastara?

Si es una puerta, no pueden ser distintas llaves. A menos que hayan varias puertas sucesivas.

Miró por un momento a Nate cuando le preguntó aquello al animatrónico. Estaba claro que un traste como ese no les contestaría. No es como si tuviese consciencia o algo así...

Al ver cómo gradualmente Sen iba perdiendo más y más la compostura, Ryu se preocupó. Asintiendo a la mirada de Stuart, se acercó con cuidado a su hermana y se limitó a ponerle una mano en el hombro. Era lo máximo que podía hacer para reconfortarla sin esperar un puñetazo, aunque ni eso era seguro.

—Estoy seguro de que conseguiremos la forma de salir de aquí—aunque dijo eso con seguridad, en el interior no estaba para nada seguro. ¿Cómo estarlo? ¿Alguien podía estarlo en esa situación?

Siguiendo la idea de Sen, Mike fue el que se atrevió a preguntarle. Lo que más le sorprendió a Ryu... es que el animatrónico contestase coherentemente a lo que se le había preguntado. Incluso... ¿había reído al chiste de Mike?

—¿Qué mier...? —¿esos trastos podían hacer cosas como esas? No. A esas alturas, aunque fuese difícil, Ryu debía abandonar el querer dar una explicación lógica a todo— Sen, tenías razón —terminó por reconocer de una vez, dejando de lado su orgullo.

Viéndose algo contrariado por lo que sucedía, se quedó en silencio ante la pregunta de Stuart, considerando que era la pregunta indicada. No sabía exactamente por qué, pero algo le decía que salir de allí... no sería precisamente fácil, si es que siquiera aquella cosa no los estaba engañando.