Partida Rol por web

La chica sale de detrás de la mesa, y al ver dialogar a Marcus con la "enemiga" que se está desangrando dice.- ¿Qué haces gilipollas? ¡Vámonos de aquí!.- dice impaciente.

Mi respuesta fue un encogimiento de hombros seguido de un disparo a la moribunda, dando por finalizado todo antes de salir cagando leches.

"Necesito mis armas", digo avanzando fusil en mano. "Con ellas puedo volar este puto sitio".

- Mierda, ¿te puedes concentrar en escapar? te ha salido el tiro por la culata, reconócelo.- dice. Acto seguido escucha un ruído.- Mierda, es la jefa, se está acercando a la puerta.

"No", le respondo sin más a la chinita. "No hubo interrogatorio así que no pasó nada de nada, por desgracia", añado tomando cobertura, una muy sólida, al escuchar a la tía más dura del lugar. "Y no me voy a largar hasta que vuele este puto sitio así que agárrate bien las tetas y aprieta fuerte del culo, nena, para el segundo mejor rodeo de tu vida", añado acercándome, arma preparada, lentamente al origen del ruido. "El mejor te lo daré cuando salgamos los dos de aquí".

Finalmente la jefa abre la puerta de un golpe y comienza a girar la minigun, que hace un ruido de la hostia.

Aún no ha comenzado a disparar, ya que su arma comienza a girar para coger inercia y empezar la masacre.- HIJOS DE PUTA.

En rojo la enemiga, el punto coloreado eres tú, la línea la mesa, y lo que hay en el centro de la sala la silla donde te habían metido.

La jefa de las putas perroflauticas entra por todo lo alto, pateando la puerta con esa pedazo gatling entre las manos, encontrándose con el percal de sus chicas muertas y nosotros, o mejor dicho yo, muy vivo. Decir que no me podía ver a una tía dura con una pedazo arma entre las manos, sería una mentira terriblemente obvia.

Pero hasta yo sabía que había un momento y un lugar, y empezar a escuchar el sonido del arma empezando a coger movimiento me hizo reaccionar, lanzándome a por ella con clara intención de embestirla y apartar su arma antes de que empezase a disparar. No iba a darle el gusto a esta hija de puta de librarse fácilmente de mi con un par de tiros en la cabeza.

A Marcus le da tiempo a disparar a la tía, lográndole hacer unas heridas un tanto feas, aunque la tía sigue manejando su minigun...

La compañera sale para dispararle y le acierta en la clavícula y en el pecho... la mujer retrocede y cae momentáneamente en el suelo, pero dispara desde ahí. RATATATATAATATATATATATATA dispara contra Marcus, acertando sin problema

Aunque no había salido todo tan bien, como bien claro dejan los boquetes que tengo en el cuerpo, no era nada con la paliza que se llevó la hijadeputa. Yo ya no estaba para interrogatorios, movidas ni nada. Quería reventarle la cabeza y dinamitar toda una puta manzana de selva.

La mujer finalmente suelta la minigun y abre sus brazos sobre el suelo, quedando bocarriba y agujereada como un colador... entonces aparecen cuatro mujeres armadas.- ¿Qué creéis que...?.- Dicen mientras ven cómo su jefa corre un grave peligro de muerte. Una de ellas grita.- Cogedla, podemos salvarla aún. No disparéis, está bien, podéis marchar... ya habéis hecho bastante daño.

¿Desde cuándo era yo el malo de la película? Sí, me encanta hacer de malo, es la leche de divertido, pero éste nivel de ‘malo’ no mola una mierda. Sea como fuere su palabrería me daba absolutamente igual por lo que me puse a cubierto en la entrada del pasillo, apuntándolas con cara de muy mala leche, dejando bien claro que si daban un paso más ellas, y su puta jefa, estarán más que muertas.

“A callar, puta-perrofláutica”, le respondo con mi cara de pocos amigos. “Vine de buenas pero me habéis puesto de mala leche. De MUY mala leche”.

Gruño, endureciendo el gesto. Estaba muy muy cabreado.

Las chicas ya estaban lo bastante sugestionadas, y la que está atendiendo a su jefa retrocede y suelta el arma.- Está bien... no nos hagas daño.- dijo, señalando a las demás para que bajaran las armas.

Salgo de mi escondite y me pongo al lado de Marcus Fénix, sonriendo con media sonrisa.

"Yo no hago daño a las mujeres a menos que me lo pidan, que les guste...", comento, inclinándome sobre la gatling, equipándola. Ya que no tenía mi arma, esto me serviría mientras tanto, "...o que me hagan enfadar. ¿Entendido?".

Parecía que a estas zorras les entraba de una vez en la cabeza lo que significaba tocarme, y no amablemente, los cojones. Había necesitado liarme a tiros aquí dentro para que les entrase en la maldita mollera.

"Todas a soltad las armas ya o vuestros culos no volverán a levantarse del suelo", agregué para que todas imitasen a su compañera. "Parchead a la zorra y cargad con ella. Nos largamos de aquí".

Mis dedos puestos en los gatillos no admitían discusión... y estaban locos por tirar abajo esta jodida base o mejor, llamar a las zorras de uniforme y que convirtiesen la zona en un puto cráter humeante. Seguramente optaría por las dos cosas.

Las chicas te hacen caso y dejan sus armas en el suelo, acto seguido cogen precipitadamente a su líder y desaparecen del lugar, llevándola a otra habitación. La puerta de salida está en frente, así que no hay más que salir si Marcus deseaba. De repente suena una llamada.- Marcus, ¡Ya están llegando!.- dice una voz conocida, era la jefa de los militares.- Los putos extraterrestres...

Me mantengo al lado de Marcus y al escuchar la voz asiento con la cabeza.- Dile a mi jefa que estamos bien.- dice con aires de indiferencia.