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Jerusalén, la Ciudad Santa y eterna vigía de la humanidad, se erige como un faro de fe en medio del caos infernal. En este mundo donde las puertas del infierno se han abierto, la urbe no es solo un asentamiento, sino un símbolo viviente de resistencia divina contra las abominaciones demoníacas. Sin embargo, su gloria pasada se ha teñido de desesperación: las murallas eternas, apiladas capa sobre capa con reliquias benditas y acero forjado en plegarias, gimen bajo el peso de siglos de asedio. La atmósfera es opresiva, un velo de humo sagrado de incienso y pólvora que mezcla el aroma de las liturgias con el hedor de la guerra. Aquí, la duda se filtra como arena en las grietas, y cada sombra podría ocultar un susurro herético.

1. Ciudadela Interior (Sector Noble)

Este es el corazón fortificado de la élite, un bastión de mármol y oro bendito donde residen las familias nobles, el rey agonizante y los altos clérigos.

• Palacio Real: Hogar del rey Konrad IX, con salones adornados de reliquias cruzadas. Aquí se celebran audiencias divinas y se tejen alianzas para suceder al trono. Tambien aqui residen los cortesanos favoritos de la corona.

• Catedral de la Ascensión: Un templo colosal donde obispos bendicen las cruzadas. Aqui se organian obstentosas misas para nobles, y las capillas privadas permiten rituales secretos.

• Jardines Celestiales: Oasis de vegetación milagrosa, custodiados por monjes guerreros. Ideal para encuentros discretos o visiones proféticas.

2. Las Militancias (Sector Militar)

Zona dedicada a la defensa eterna, un laberinto de barracones, arsenales y trincheras internas que se extienden hasta el desierto. Aquí, las Santas Órdenes forjan sus planes, fusionando fe con tecnología bélica: tanques impulsados por reliquias y artillería bendita.

• Bastión de las Órdenes: Cuarteles de caballeros cruzados, con forjas donde se crea el Sacrosancto armamento para la Guerra.

• Murallas Eternas: Líneas de defensa con torres equipadas con cañones eucarísticos. Patrullas constantes ofrecen misiones de exploración o duelos contra infiltrados demoníacos.

• Hospitales de la Misericordia: Centros donde cirujanos-priores curan heridas con ungüentos sagrados.

3. La Urbe Popular (Sector de la Gente Común)

La parte más vasta y caótica de Jerusalén, un mar de humanidad apiñada donde la fe se mezcla con la supervivencia diaria. Casas se apilan en torres improvisadas, calles serpentean como venas de un cuerpo herido, y el petróleo sagrado fluye por cañerías para alimentar lámparas y máquinas.

• Mercados del Pecado y la Redención: Bazares abarrotados con reliquias falsas, especias del desierto y artefactos heréticos ocultos.

• Barrios Bajos Profanados: Zonas oscuras donde la pobreza invita a la herejía. Túneles subterráneos conectan con antiguas catacumbas.

• Plazas de la Penitencia: Espacios públicos para ejecuciones y sermones. Aquí, predicadores fanáticos incitan cruzadas.

• Puertos del Desierto: En las afueras, caravanas llegan con suministros, trayendo rumores de Nueva Antioquía.