Partida Rol por web

Estais de camino ya, pues hace rato  q ue ha amanecido. Vuestra relación con los otros miembros de la compaña, no es fluida puesto que no olvidemos,  son de baja estofa. No obstante alguna palabra habeis intercambiado con el soldado , no en vano compartis tareas de protección, pero sin que aun haya fluido una relación de amistad ni de respeto hacia para con ellos.

La señora os sorprende diciéndoos que no vais a ir directamente a vuestra Aldea de Malderoi, que prefiere pasarse a “saludar” al conde de Hertford, en la ciudad de Hertford.

Non sería cortes ni galante, no informar al conde de nuestro feliz regreso, ni presentaros a vuesas mercedes, que si Dios quiere et vuesas merced desean pasaran invierno en el mi humilde et acogedor señorio. Est lo mínimo que les debo a vuesas mercedes et más aun con el invierno encima.

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-Cierto mi señora. -respondo a lady Godiva. -Non est menester non presentar saludo et respeto al señor Conde, et menos aún si gustaremos de gastar el invierno en aquestas bellas tierras.

No fue en demasía, me hubo de extrañar, y quizás también turbar, el hecho de que la señora Godiva no quisiera llegar a casa de primeras. Que si bien cierto era aquello que decía de que no era menester no presentarse ante el conde, tampoco es que fuera tal cosa necesaria de hacerse este mismo día ni con tan urgente premura.

Deduces por las palabras de la dama que hay un especial interés, no necesariamente altruista, en que os quedéis con ella un tiempo, incluso más allá del invierno.

Sir Cedrik andaba separado  y al parecer no pudo oir , ni reflexionar tampoco,  las palabras de la dama.

Hacedme ambos, dos tiradas de percepción. si sacais la primera ganais un bonus de +2 para la segunda. podeis ponerla en modo visible, pues los resultados lo vereis bien pronto.

Te percatas que Dix, el veterano soldado que os acompaña se acerca a la zona donde está la dama. (Vosotros dos abrís la marcha.) Una vez allí, se abrocha los correajes de su armadura acolchada, y se ciñe el casco. Parece ser que el viejo instinto de soldado le hace tomar precauciones.

Decides, hacer caso a estas intuiciones de soldado veterano y decides tú también ponerte en guardia.

¡Gran acierto por tu parte! Al instante de alertarte, un grito resuena en el camino. ¡Vais a ser asaltados por unos bandidos!

Recibes a 2 salteadores de caminos con armadura vieja de cuero, escudo  y lanza. Tu compañero también recibe otros 2. No sería extraño que la dama también recibiera a alguno de estos malhechores, pero Dix se ocupará de ellos. Vosotros bastante tendréis con zafaros de los vuestros.

El veterano soldado que da compaña a la dama se ciñe armadura y casco. Yo, sabedor que las acciones del tal Dix tienen un por qué, hago lo propio. Y gracias a Dios que obré así, pues al instante de apretar la última de las correas de mi armadura un grito de alerta retumbó anunciando el asalto que estábamos a punto de sufrir.

Bandidos.

Apreté los dientes. Cerré el puño con fuerza alrededor de la empuñadura y me apresté para el combate...

Solo puedes fijarte en los dos bandidos que se echan encima tuyo y de tu cabalgadura. No puedes más que mirar de reojo a tu compañero y al resto de la expedición, que parece que tambien tiene su dosis de asaltadores.

Como has pasado las tiradas de percepción no te cogen por sorpresa. Serán tiradas enfrentadas contra los dos malotes a la vez. Tienes +5 por posición elevada que se añadira a la partición( si es lo que quieres) de tu ataque entre ambos blancos. Decide( o no) que parte de tu ataque dedicas a cada malote y luego le sumas 5. Haz las tiradas completas( las 3, espada, daño y cabalgar, por si te caes)

Espada en ristre intenté acometer contra los dos indeseados, más al no conseguir embestir a ninguno, intente hallar mayor tiento en no caer de la cabalgadura...

Parecian bien entrenados esos malehechores. Os pillarón desprevenidos, o casi, y acertarón con sus lanzadas. El primero no te mancó gracias a la armadura y asu ligero golpeo. El segundo aprovechó el hueco y te asestó 4 puntos de daño.

Apreté los dientes cuando el malhechor se antojo de ensartarme, pues aunque poco profunda, dolorosa fue la acometida de su herrumbrosa lanza. Me apresté entonces a devolver la tajada...

El combate se estaba volviendo poco efectivo por todas als partes. Ni los ladrones acertaban ante los movimientos del jinete y su cabalgadura, ni el caballero mostraba pericia con sus espadazos. de hecho, en el segundo ataque del caballero resbalose la su espada y  apunto estuvo de caer al suelo. Suerte de que la llevaba agarrada con un cordel.

No había cabalgado tantas jornadas ni sobrevivido al torneo de Vagon para perecer ahora a menos de unos desgraciados. -me dije a mi mismo antes de retomar la espada que apunto hubo de resbalárseme de las manos.

¡Probad fierro! ¡Bellacos!.- Espeté a la panda de desgraciados.- ¡Por vos mi señora!.- fue lo último que dije antes de repartir espadazos, y probablemente eso mismo fue lo último que oyera alguno de esos desgraciados en vida...

Mejoraba la pendencia para el caballero. Acertó de pleno con el primer bandido dañandole y non poco, pues hizolo sangrar enorme  chorro y tuvo aquel que abandonar la lucha. Marchose arrastrando.

el segundo mostró mas habilidad con la lanza que el caballero con la espada, pero no lo dañó aunque le pincho.

Parece que era esa la señal que esperaba un jinete mejor pertrechado que ellos, para enfrentarse a nuestros caballeros. Avanzaba al paso, confiado en sus fuerzas.

¡ Maldición no son uno sino dos mas!

Había mancado a uno de los malechores, pero aún quedaba otro, y para peores, dos más venían a unirse a la pendencia...

Tremendo golpe recibido por el salteador de caminos. El espadazo le hizo salir de escena. No obstante, el relevó lo ocuparan dos caballeros más duchos en el combate. Cada caballero ira a luchar con uno de los caballeros.

Al parecer andaba Sir Gwilherm guardandose su mejor golpe. Pues he aqui que asestoselo a ese infeliz malandrin. Partieole en dos dejando sus piernas ahora patas, montadas en la cabalgadura, y el resto de sus cuerpo arrojado al suelo. El peto de cuero impidió que sus tripas regaran el camino.

No pasó inadvertido el tremendo espadazo para el resto de los malosos alli reunidos, ni para vuestro compadre, sir Cedrik . Sir Cedrik andaba en dificultades, pues aunque habia dado a la fuga a los asaltadores a pie, el jinete ya le habia herido varias veces, y no encontraba manera de vencerlo.

el resto de la compañia estaba arremolinada en torno a la dama, que parecia bien protegida con la lanza de vuestro soldado y el cuchillo de  Mortm, criado y esposo de Mell.

Sir Cedrik necesita ayuda¿ se la daras?