Partida Rol por web

El encapuchado, molesto, se ajusta la capucha cuando Yenros tira de ella

"Capi, en vez de desencapuchá al encapuchao rojo ¿Que tal si me ayudas a buscar?"
"Ven conmigo. Ven al interior del armario" le dice, invitandole a buscar en su interior, y quizá a descubrir cosas nuevas.

Gabriel, recibe la poción de manos de Aerith, cosa que agradece y luego escucha al encapuchado con su curiosa idea de entrar al closet, jamás se paso por la mente que a el encapuchado le gustaba estar enclosetado, gesto a lo cual miró hacia un lado para disimular la risa, de sus ojos una lagrima inevitablemente logro salir gracias a los comentarios.

Tras esto vio como Yenros con su correcto proceder de siempre lo saca del closet sin duda alguna y firmemente pero, nada puede con la ferrea voluntad de Jhon de estar en su ambiente, el closet indudablemente forma parte de su ser, eso es algo que salta a la vista, tras limpiarse la cara le dice con un tono firme

Debemos continuar, no hay tiempo que perder!

Justo lo que el paladin andaba barruntando, se cumplio cuando llegaron a la ultima habitacion del segundo piso , cuando el equipo porfin encontro una prueba fisica de lo que alli sucedia, lo tenian ante ellos , un libro grimorio maligno, que contenia los pensamientos recogidos de lo que hacian estas malevolas criaturas en un templo del bien

12. Biblioteca Los textos religiosos que se centran en los antiguos enemigos de Garadon yacen abiertos en esta sala. Entre ellos, un diario se encuentra abierto en la mesa central, que contiene entradas fascinantes. El diario revela toda la historia de Tirnacel (esto lo ampliare luego)* y esto:

"... ¡y se ha cumplido la voluntad de nuestros señores del más allá! ¡El primero de ellos ha sido liberado en este reino a través del portal! Su poder es todo lo que hemos proyectado, vinculado a las fuerzas del universo mismo. solo es cuestión de tiempo antes de que los líderes autocomplacientes de Tirna'cel pertenezcan una vez más a los reinos infernales. "Solo hay dos reveses potenciales. Primero y más importante, el Campeón requiere magia en gran cantidad como sustento. Esto aún no es debilitante, y vendrá en si más útil cuando desatemos a los actuales gobernantes de Tirnacel. Pero ha resultado difícil volver a realizar el ritual de entrada. "En segundo lugar, los encantamientos antiguos requeridos para destruir  la maldita Espada de Tirna'gael hasta ahora nos han eludido. Sabemos que deben estar entre los textos antiguos que catalogan a nuestra gente, pero hasta que descifremos el código de Garadon, el blasfemo arma descansa con nuestros secuaces"

El encapuchado mira con cara de tontol'haba al resto

"No he pillao ná"

Si el encapuchado fuese remotamente inteligente habria relacionado los tomos diabólicos con la exultante celebración del diabólico lider. Un demonio estaba libre.

Tambien la sensacional pista: Si el demonio necesita magia como sustento, deberán de buscar un lugar mágico. Un nexo de las lineas Ley de la magia, una torre de alta hechicería, o algo por el estilo

Y lo tercero y más importante: Les preocupa una espada, la espada de Tirindael. Y el como destruirla. Si tanto les preocupa, deberíamos de ir por ella.

Todo eso lo diría si no fuese tonto de capirote. Si no dependiese de un "angelito de la guardia" para que se interponga entre él y la destrucción final. O entre él y hacerse un tatuaje de John Swift en la cara.

- Al pareces, esos paladines oscuros formaban parte de alguna secta maligna, la cual despertó a algún tipo de ente maligno para sembrar el caos en el lugar. Deben ser unos antiguos enemigos de este lugar. El texto también habla sobre la espada de Tirna'gael, un artilugio que parece lo único que puedo combatir contra el ente maligno que han traído por el portal. Aparentemente no han podido destruirla con sus medios actuales y la guardan a buen recaudo... - Trató de explicar brevemente lo que encontraron en la lectura del grimorio.

Tras sopesas lo leído y mirar a sus camaradas, la maga quedó pensativa. Estaba segura de que todo el grupo al completo lucharía contra el mal, incluso Jhon, pero se preguntaba de qué clase de criatura, a la que llamaban "Campeón", podría tratarse, pues tendrían que estar bien preparados para luchar contra la misma, si se encontraba entre las paredes de Garadon. Tras sus pesquisas, se giró de nuevo al resto del grupo para hablar.

- Me temo que si ese "Campeón" sigue por aquí, tendremos que detenerlo. Pero parece ser que la espada de Tirna'gael nos sería útil en esa tarea. De hecho, lo único útil, según puedo leer de este viejo grimorio. Lo malo es que parece que "los malos" la tienen en su poder. Dejadme que investigue un poco más estos documentos a ver que encuentro... - Añadió, mientras se giraba a seguir leyendo.

Al ver los estantes polvorientos y los manuscritos esparcidos por la sala un fulgor esperanzador volvió a surgir de los veteranos ojos del paladín. Si hay respuestas las hallaremos aquí. Leí junto al resto el pasaje y reflexione mientras escuchaba hablar al resto, bueno quizás fuera más preciso decir que escuche a Aerith, el encapuchado volvía a mostrarse poco ducho fuera de su campo... Si es que tenia uno.

- Espero que ese campeón no sea el demonio que liberamos, si fuera así tenemos una deuda aun mayor de la que pensé con los paladines de esta orden, ya que dieron su vida con tal de encerrar a la criatura.

Los objetos mágicos y su uso era parte del estudio de un paladín, pero no era mi fuerte ni mucho menos, hice un ademan a las palabras de la maga para investigar más confiando en que ella pudiera socavar más información que yo, pero prestándole ayuda si la necesitaba con los conocimientos que aun recordaba de mi entrenamiento.

- Proseguid Aerith, necesitamos saber todo lo que podamos de esta orden oscura y sus intenciones, la ubicación de la espada seria de gran ayuda, tened cuidado con la lectura, muchos de estos escritos pueden contaminar la mente y el corazón de quien los lee.

Me sitúo cerca de la maga atento a los alrededores y al libro, cualquier cosa que perturbe su lectura o parezca un ataque podre proteger a la maga con mi espada.

Gabriel se encontraba un poco confundido con respecto a lo que debía hacerse a continuación, su voto más sano era buscar la espada tras la lectura pues con ella tendríamos algo contundente con lo cual combatir al enemigo, mientras la maga leía intento hacer algo de memoria a ver si podía complementar con algo o quizás algún recuerdo o algo que hubiese escuchado en algún momento.

Aerith, permiteme leer a mi por favor le dijo, el área religiosa es mi especialidad así como la arcana es la tuya, no quería que le pasará nada a la maga y sus conocimientos de religión en especifico podían ser mejores que los de ella en ese momento, estiro su mano esperando la acción de la maga.

De la nada surge una figura esqueletica y no diriais que pequeña precisamente, rapidamente os mira con ojos aviesos y suena el sonido del combate

Un poco de intro : Un invisible demonio osyluth que sigue a las PJ no se ha revelado previamente, lo hace ahora, atacando con cada arma y minion a su disposición. Ahora que los heroes saben la verdad sobre lo que está sucediendo, no se les puede permitir vivir.

Un poco mas de intro: este es nada menos que un pedazo de demonio, de hecho se lo he puesto recientemente a unos jugadores level 8 en partida mar de la luna, su ascendencia demoniaca y poder os hace pensar que esta detras de todo esto , el como estaba invisible y al hacerse visible os ataca , toma la iniciativa, y ahora estais en el mismo infierno o vais a dirigiros cuando murais hacia el, en una batalla mortal (por eso lo de la musica estridente jajaja)

El encapuchado rojo se asusta. Mucho.

"Oh Holy Shi*tballs!"

Sep, no lo podríamos decir mejor... Como sea, sabiendo el percal y tal como es, saca una poción de su cinto de pociones y se la bebe de un trago. Es una poción de inteligencia

"Oh inteligencia ¿Que tengo que hacer? ¿Que hago, que ha...?" empieza a pensar

Y si, la inteligencia del encapuchado rojo hace lo mejor que puede hacer: Toma su consciencia y la lleva a su lugar feliz, donde puede robar y esconderse. Y la conciencia guerrera toma el mando.

"¡Padre Belmont! ¡Capitán Cancionacero!" dice desenvainando una daga de hierro fundido, y adaptando la postura duelista "Sea demonio o sea diablo, sabed que traigo hierro y traigo plata para acabar con él!"

Antes de que el encapuchado rojo se acercase al demonio que acababa de aparecer, Aerith le hizo una señal, en forma de mueca con la cara, mientras abría los ojos de par en par. La maga gesticuló y lanzó un poco de azufre y algo más asqueroso (guano). Apuntó con sus dedos al ser que se había materializado en aquel lugar y gritó sin pensárselo.

- ¡¡¡Fire Blasteeeeeeeeeer!!! - Exclamó a los cuatro vientos.

De pronto, una tremenda bola de fuego salió directa hacía el demonio, recorriendo el espacio que les separaba en segundos. En cuanto alcanzó a su enemigo, una tremenda explosión lo cubrió todo. Esperaba que aquel repentino ataque pillase por sorpresa al ente y le debilitara para el resto del combate que se venía.

Cuando el humo se disipó y vieron de nuevo a la criatura, la elfa que portaba su cetro mágico, reculó. Dió unos pasos atrás, dejando espacio a Yenros y Gabriel para que se acercasen a luchar, como bien hacía John, que ya estaba daga en mano.

Tras disiparse el humo de la bola de fuego ya tenia mi mandoble en la mano y me movía hacia la bestia con determinación férrea. ¿Acaso tendré que reducir esta santa casa a cenizas para purgar el mal que la infecta? Pensé mientras me movía.

- Heironeus dame tu favor, una bestia del averno ha de retornar al lado de su fétido amo.

Sentí como el favor de mi dios me daba fuerzas renovadas después de la lucha con los paladines. Este demonio guarda un secreto, exorcizarlo sera el primer paso para descubrirlo. Mi rezo me frena un poco pero consigo llegar hasta el demonio y entablar combate contra él. 

Gabriel se sorprende ante la aparición de la criatura, sin duda alguna les había tomado desprevenidos pero inmediatamente toma acción, ve como el encapuchado desenfunda sus dagas y Yenros igual se prepara al combate, más no entiende por que ninguno de los 2 ataco, imagino que esperaban la bendición del Clérigo por lo que sin demora dijo

Beatus Sumus!!!

Y enseguida una bendición cae sobre el equipo llenandolos de valor para resistir el miedo que pueda inspirar la criatura además de agregar mejor maniobrabilidad a sus armas*

Ni en vuestra peor imaginacion , podria crear este bicho que para haceros una idea es como si fuera un esqueleto grande, pero hibrido con un escorpion por lo que tiene los brazos y las piernas mas largas de lo normal como un escorpion pero terminados en garras y una cola trasera acabada en pincho como los escorpiones

Para mas inri y locura y perdida de cordura, ver a un demonio asusta pero ni que decir tiene que este mucho mas pues usa ataque especial aura de miedo, y su cuerpo empieza a arder con una temible presencia a lo heroe de marvel el motorista fantasma

La consciencia especial, el Campeón Justo, que aviva al Encapuchado Rojo tiene una debilidad:

Y es que el miedo alimenta al encapuchado original. Así es: Si bien la determinación, la justicia y la necesidad hacen que la consciencia del Campeón Justo se manifieste ¡El miedo hace lo propio con el cobarde del Encapuchado Rojo original!

Así que su cara se palidece (Y se ennegrece de nuevo) Y su acento vuelve
"¡Mamasita! ¡Que miedito! ¡Socorrito!"

Y se echa a correr. Aullando, gritando, chillando... Diríais que con intención de batir records

La presencia de aquel ser esquelético con forma de escorpión gigante era aterradora, al menos para Aerith, que comenzó a castañetear con sus dientes. El miedo se hizo palpable y recorrió su espalda hasta la nuca, sintiendo el escalofrío como sensación primaria.

- ¡Yenros sálvanos! - Gritó la maga del grupo.

Pese a sus dotes el ricas, sus hechizos y sus conocimientos, la elfa sintió el miedo primordial apoderándose de ella. En cuando vió al encapuchado rojo salir corriendo, ella hizo lo,propio siguiéndole en la carrera sin mirar atrás.

Gabriel lo vio venir, pudo detectar el momento en que la grotesca criatura se mostraba a si misma más intimidadora de lo que realmente era, para su suerte el estar detrás de Yenros le brindaba una seguridad de que nada podía salir mal incluso frente a un enemigo como este.

Sin embargo la historia no fue así para sus otros compañeros, pudo darse cuenta en el momento en que las piernas del encapuchado y la maga empezaban a temblar por el terror inspirado por semejante demonio y al mismo tiempo que estos empezaban a correr empezó a elevar una plegaria de medio lado quedando su escudo detrás de Yenros y su masa pesada lista a señalar a ambos compañeros que emprendían la huida ante la pavorosa presencia de la criatura.

El primero en ser señalado fue el Encapuchado y luego de Aerith, un rayo de luz salio de la masa impactando a ambos No Fear fueron las palabras pronunciadas por Gabriel liberando así del panico a sus compañeros, que sin haber dado muchos pasos podían sentir como el terror era radicalmente removido de sus cuerpos.

Luego regresaba a su posición de guardia. Vamos Yenros dejale sentir el poder de un paladin!!!

El demonio dejo que su inmunda forma inundara la estancia haciendo entrar en pánico a la maga y al encapuchado, pero Gabriel aguanto a mi lado y era todo lo que un paladín necesita para sacar lo mejor de si, un hombre santo. Aquellos de corazón débil no pueden encarar el rostro del mal absoluto. Recordé mientras levantaba mi espada y realizaba mi ataque poderoso sobre el demonio.

El fuego de su conjuro de miedo no me acobardo y con una furia de rectitud y pureza el fuego de mi espada pareció igualar al del demonio, como un faro de gloria con el que mis compañeros pudieran encontrar la fuerza de enfrentarse a tan horrendo monstruo, mi segundo revés también impacto de forma cruda en el cuerpo del demonio incrementando aun más su dolor y mostrando que es posible acometer, dañar  y derrotar a este ser.

- La muerte de una orden entera de paladines cae sobre ti, ¡DEMONIO!, yo te condeno.

Grite mientras realizaba mis ataques cortando y destrozando al enemigo que tenia delante de mi, dejando que su sangre tiznara mi túnica y armadura.