Partida Rol por web

Descansas en Ciudad Vaticana, en el mismo corazón de Castilla, la luz se filtra por las ventanas iluminando con devoción todo cuanto te rodea. El silencio se rompe con los pasos de un mensajero que avanza con decisión. Si le han dejado llegar a ti personalmente, debe ser algo sin duda importante.

Tu ultimo trabajo te habia llevado hasta Ciudad Vaticana, la alegre mañana de Castilla te sorprendia en la habitación de una taberna. Mientras nadie se pusiera en contacto contigo de nuevo, eras libre. Hacia tiempo que te apetecia un poco de tiempo para ti. Sonreiste todavía tumbado.

Con un doloroso movimiento, Tomás se incorpora al escuchar una serie de pasos que se aproximan, se alisa la sotana y centra su medallón. Al ver al mensajero no puede evitar elevar una ceja, en señal de sorpresa. Con su grave y modulada voz dice en un tono paternal Buen día hijo, ¿qué asuntos te traen a mis aposentos? ya en un tono un tanto cáustico continúa Imagino que es algo lo suficientemente urgente como para que no pueda esperar a que baje a desayunar...

Una sombra de preocupación cruzo los ojos del mensajero, que estaba bien avisado de tu fama.

- Yo, solo soy el mensajero... padre... - fue lo unico que salio de sus labios

Te tendió un sobre lacrado, esperando ansioso tu permiso para retirarse

Reconociste el sello del sobre y no preguntaste, era el consejero del buen Rey Sandoval (Rey de Castilla).

A la atención de Tomás de Torquemada,

Requerimos de sus servicios en la corte, nos placeria enormemente que acudiera cuanto antes. Será informado de los detalles a su llegada.

Ni una firma, ni un nombre, solo el sello del sobre como pista. Debia ser algo importante si daban tan poco informacion, algun trabajo especial...

Con una sonrisa fruto de un orgullo que no podía evitar sentir, se retiró de sus aposentos y ordenó a los criados que empacasen sus cosas rápidamente. Acto seguido fue en busca de Esteban, a fin de contarle lo sucedido y compelirlo a que se apresure y cuide mucho su apariencia. Por supuesto que no brindaría la información de hacia dónde se dirigían a menos que fuese algún superior muy curioso (o alguien a quien deba reportarse).

Si no mediaran inconvenientes, luego de un frugal ingesta, emprenderían el viaje a la corte del Rey.

- ¿Que me prepare? ¿Para hoy? ¿Que ha ocurrido padre? - preocupado

Sí hijo mío. Alístate pronto y bien, que nos han convocado a la corte del Rey Sandoval. Intuyo que no es algo trivial, por la forma en la que ha llegado el mensaje, así que he de pedirte que guardes la máxima discreción posible. Estoy convencido que será una experiencia enriquecedora para ti, así que pretendo que prestes mucha atención a todos los detalles de los que conversamos habitualmente.

- Me prepararé de inmediato...

Esperando tu permiso se retiro para prepararlo todo.

Tomás se cerciora de que los criados hayan echo las cosas como corresponde y se asegura de tener algunas mudas de ropa, por si fuese preciso quedarse en la corte o viajar de manera urgente. Acto seguido aguarda a Esteban mientras eleva una plegaria.

Esteban baja y el carruaje os espera a las puertas listo para partir sin demora.

Aaaah Castilla, has sido tu finalmente la elegida para poder descansar después de tanto tiempo. Me pregunto si habrá algún buen sitio para almorzar por aquí cerca...

Me adecento con tranquilidad, poniendo atención a los pequeños detalles, esos detalles que pasaría por alto otro día cualquiera, pero no hoy. Hoy es la primera vez en mucho tiempo que tengo unas vacaciones y quiero disfrutar de ellas.

Antes de salir por la puerta de la habitación, giro mi cabeza para asegurarme de que no he dejado nada atrás. "La verdad es que no hay muchos lugares donde poder olvidar algo...", pienso mientras observo la austera habitación amueblada tan solo con una cama, una silla con su correspondiente mesa y encima de esta un cuenco con agua para asearse. Tras comprobar que todo está donde debe, salgo por la puerta tranquilamente y me dirijo a la planta baja, donde por la hora que es deben estar preparando el almuerzo para los posibles clientes y los propios huéspedes.

"Me pregunto si habrán tenido problemas con los gabachos por esta zona... esa maldita guerra parece que no va a terminar nunca" pienso mientras estoy bajando las escaleras. "Supongo que el tabernero podrá contarme como van las cosas por la zona, no quiero llamar la atención indebidamente."

Buenos días mi buen anfitrión. Digo saludando al tabernero nada más verlo. Que hay hoy en el menú del día, si no es demasiada molestia la pregunta. Después de un sueño reparador como el de esta noche, no hay nada mejor que una buena comida.

- Hay costillas - respondió

Eso no era lo que tu llamarias demasiadas opciones, pero al fin y al cabo era comida

- y vino - añadió

Bueno, peor seria el agua...

Me demoro un segundo mas de la cuenta en soltar su mano...supongo que es a causa de la sonrisa. No quiero que esta desaparezca y que pasen horas antes de que la vuelva a ver.

Me pregunto con que temas tendré que tener cuidado al hablar con ella esta vez. Parece que nada de piropear sus ojos y también parece extrañamente sensible al tema de los juegos de cartas.

Siento no haber sido mejor compañía durante el viaje.

- Habeis sido una excelente compañia...

El tipo de compañía callada salvo ocasionales ronquidos...por Dios espero no haber roncado. La miro sintiéndome mas avergonzado que antes, al pensar que haya estado todo el día roncando ante sus narices.

Vuelve a reir, esta vez claramente divertida por tus divagaciones.

- Oh Victor, relajaos...

Trato de relajarme en lo posible Milady...pero por alguna razón lográis que mis sentidos estén terriblemente abrumados cuando estoy cerca de vos. Luego, algo asombrado por lo que acabo de decir, miro a nuestro alrededor para ver donde estamos y si hay posibles amenazas.