Partida Rol por web

antes de ayer se cayo roll20 por la tarde

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Uno de los que abre camino es Al-Harén, merced a su poderosa armadura y a algunos trucos.

Y con todo, hará lo mejor que puede hacer en una negociación: Callar. Sabe que si se trata de aportar algún hecho, o incluso de percibir algún deje o alguna insinuación... el es muy capaz de apercibirlo. Pero ya sea por su acento, por su dicción, o indecisión al hablar, si en una disertación cualquiera intentase decir algo más de dos sílabas seguidas, sólo conseguiría liarla más.

"Animo, compañeros.  Podeis con esto" piensa

Ishram avanzó en primer lugar, aunque sintió al gigantón junto a él. Realizó movimientos con la mano a sus compañeros para que no estuvieran alineados y así evitar un daño masivo del aliento del dragón.

Conforme avanzaron, el lugar se ensanchó y finalmente, subido sobre un montículo, observó la figura del dragón. Era enorme y sin duda muy poderoso. Cierto escalofrío recorrió la columna del ex-mercenario.

Vaya, desde lejos no parecen tan grandes, pensó recordando las veces que, durante sus extensos viajes, había hecho contacto visual con los lagartos voladores y con los destrozos que dejaban a su paso. Pero nunca había estado tan cerca de uno. Inspiró y exhaló, agarró con fuerza el mango de su espada y avanzó unos pasos.

Pudo ver su macilenta mirada y su acolmillada sonrisa, reluciente con haces eléctricos. Sus musculosas patas terminaban en grandes y afiladas garras y su cuerpo era una mole acorazada con duras escamas azuladas. Sin duda, era un adversario formidable y digno de temer.

- Azuspear, el azul. Dragón de las profundidades de Ciudad Nexo. No eres bienvenido y se te conmina a abandonar este lugar. Es la guardia de la ciudad y en nombre del Archiduque quien te habla - inició con tono firme pero neutro. No era tan estúpido de insultar y enardecer a un dragón en su propia guarida -. Tus horas aquí están contadas pues tu refugio oculto y seguro ya no lo es. En estos momentos el propio Archiduque estará siendo informado y su élite preparándose para venir - le expuso la situación -. Depende de ti cómo decides abandonar este lugar para no volver: voluntariamente y por tu propio pie, o arrastras e inerte - le informó dándole a entender que aun tenía capacidad de elección.

De todos los dragones cromáticos, Ishram siempre pensó que los azules podían ser los más "razonables", sin dejar de ser viles. Esperaba que Azuspear no montara el numerito. Su último numerito.

Un gorgoteo como el del la peli de depredator, se oye incesante de entre las sombras , cuando la gran cabeza de un reptil aparece, seguido de un cuerpo de escamas muchisimo mas grande tras un resplandeciente cuello azulado. Los cuernos parecen no muy desarrollados por lo que podria tratarse de un especimen joven, aun asi impone mucha presencia 

Sus garras del tamaño de un torso humano, podria hacer destrozos inhumanos en uno de los vuestros, sus dientes eran brillantes sierras de cortar arboles, un modisco podria partiros por la mitad

Veo que eres un hermano del relampago y portanto un filo del ocaso, pero el poder que yo tengo sobre el rayo es mayor al tuyo, te ofrezco un trato, ayudenme a sacar mi tesoro por las grutas con carros y vagonetas, Puedo hacer que con un rayo de tan siquiera mi aliento derrume la gruta en conexion a la ciudad y ya no tendriais problemas con vuestros superiores . Amenos que quieras sentir ese rayo sobre ti joven humano mortal Y podreis vanagloriaros en las tabernas, de que habeis hecho un trato, con un dragon. 

Al-Harén mira al resto de compañeros.

Ishram es un  negociador singular ¡El puede conseguirlo! Sin embargo, hay algo que le preocupa: Los aldeanos desaparecidos. Deben de estar en alguna parte

"Preguntale por los desaparecidos" le insta a Ishram en apenas un susurro "Eso... o negocia. Dile que la mitad del tesoro, como restitución a los que ha hecho tanto daño."
"Y por supuesto, TODA la información que tenga del vil dragón verde, P'kinestra. Pues es nuestro próximo objetivo"
 

Intenta decirlo de forma que no se note. Que este semigigante como intente hablar, capaz es de hacer que el dragón traiga incluso a su madre enfadada

Ishram asintió a las palabras susurradas al oído del gigantón. Pretendía hablar con él sobre P'kinestra, el dragón verde que podía estar también en las inmediaciones y era otro peligro a tratar. Respecto a los secuestrados y desaparecido, el ex-mercenario miró fijamente a Al y torció el gesto con pesimismo.

- Es un dragón y necesita comer, ¿sabes? - le musitó haciéndole ver la triste realidad. El luchador también giró el rostro hacia sus compañeros, para que se sintieran libres de opinar y añadir algo, especialmente tras la proposición del dragón. Tras ello, continuó la conversación con Azuspear, a la que caminó levemente en círculo, conservando el perímetro de distancia, pero alejándose de la línea con sus aliados. Si a la sabandija le daba por escupir que no les diera a varios.

- No hemos visto jaulas ni mazmorras por aquí. He de suponer que todos los secuestros de los ciudadanos de la superficie han terminado en esa gorda barriga. Dinos que no es así, demuéstranos que estoy equivocado, y tal vez lleguemos a algún acuerdo sobre tu salida de aquí con PARTE de tu tesoro a cambio de los prisioneros - inquirió a la par que negoció -. Como comprenderás no vas a tener mucho tiempo para salir de aquí con todas tus pertenencias. Pronto llegaran personas que no necesitan llegar a acuerdos contigo para obtener lo que desean - le hizo ver.

- Por otro lado, si nos hablaras sobre P'kinestra, su ubicación e intenciones... la guardia podría darte facilidades para tu salida de este lugar con PARTE de tu tesoro. Cortesía por una colaboración positiva - le sugirió -. Tú decides, Azuspear. El tiempo se agota.

Te refieres a esos pobres desgraciados, que no tenian donde caerse muertos, les hice un favor arrancandoles la vida para que no se torturaran mas con sus indeseables vidas y servir a un mayor fin que el que conseguirian en sus infortunio, como mi alimento, y vosotros seguireis el mismo camino si no me mostrais mas respeto acorde a mi poder

-Es mas voy a lanzar un rayo , para que os quedeis atrapados aqui hasta que cedais o murais , sin que puedan venir vuestros refuerzos.  (Hay un agujero en el techo) Y el dragon empieza a mover sus alas en un signo signo de escapar o de combate a la par de mostrar su grandiosidad

FFFFFUEGAaaaaSH---> Un rayo sale de su boca y tapa la entrada a la gruta por la que habeis entrado

Ahora estais atrapados y no volveris a ver a vuestros seres queridos. Servirme y tal vez os de un 10% de mis riquezas, demostrad que sois mas que esos pobres a los que nadie queria y murieron sin sentido para  desaparecer sin dejar rastro

Harén se achanta ante la gigantesca presencia del dragón, abriendo sus alas

"Pu... Pues.... ¡Pues si tu eres grande ¡Yo también!" dice usando su poder de Expansión, y haciendose enorme de nuevo "Es tu funeral, Dragón Pitufo. Poco me importa salir de aqui con la espada en alto o los pies por delante. Pero ya sea por mi arma o la de quien nos siga, tu sólo saldrás de una forma"

"¡Como la nueva armadura de nuestro señor!"

Sería mucho más convincente, si el semigigante no tuviese una voz tan temblorosa.

El dragón ser irguió mostrando todo su poder.

Joder, es condenadamente grande, pensó con creciente temor el ex-mercenario. El rayo que impactó en la entrada de la caverna, colapsándola, negó repentinamente cualquier intento de retirada.

Escuchó las palabras del dragón que resultaban, en cierto modo, atractivas ya que sugerían vivir y un 10% de las riquezas. Pero creer en la palabra de un dragón era algo más que relativo y por otro lado no eran aventureros o mercenarios: eran guardias y se debían a su juramento. Allí, de donde Ishram venía, un hombre valía lo que su palabra. Y a pesar de que el miedo le hiciera arrepentirse de ella, procuraría no quebrantarla y no morir en el proceso.

También escuchó las palabra temblorosas del gigantón, tratando de transmitir aplomo y firmeza contra el monstruo, aunque no engañaban a nadie. Su forma creció y se preparó para el combate. El filo del ocaso no creyó que tuvieran posibilidades contra él, pero si había que combatir el gusano no se iría de rositas.

- ¡Vete, Azuspear! Al Archiduque no le costará mucho acceder aquí, por mucho que derribes paredes. Huye y salva la vida o pierde el tiempo con nosotros y piérdela - le conminó, agarrando con fuerza su arma.

Kami hizo acto de presencia, estaba encendido por dentro, odiaba la arrogancia del dragón y su falta de respeto por la vida de las personas a las que les había arrebatado la vida. Ese odio impidió que la enorme presencia del dragón le causase ni una pizca de miedo.

Se tocó el simbolo sagrado de su pecho para pedir protección a Pelor. Aferró con fuerza la maza y el escudo para acto seguido hacer frente al dragón.

- Como te atreves a pensar que esas personas no merecían vivir, narcisista escamado, esas personas fueron secuestrados para que fuesen tu alimento, no fueron seguidores tuyos que se sacrificaban por tí. - Si morían en el intento de acabar con el dragón daría igual que consiguiesen la información de lo que ocurría con el dragón P'kinestra, pero si por lo que fuese consiguiensen derrotarlo, sin la información no sabrían lo que ocurría. Necesitaba sacarle la información e intentar provocarle para que no se diese cuenta que a la vez intentaba ganar algo de tiempo para que sus compañeros pudiesen prepararse para la batalla. - Si tanto crees que vas a acabar con nosotros y estás tan seguro de ello no te importará decirnos todo lo que sabes sobre el otro dragón que mi compañero te ha nombrado.  A no ser que tengas miedo de nosotros y realmente seas un grandioso cobarde. -

Humanos idiotas, el dragón nos va a masacrar. - pienso mientras observo a la bestia y lo comparo con mis compañeros y su capacidad de combate.

Creo que es hora de que pruebe esa jugada, si funciona, todo esto se acabará sin siquiera empezar. - pienso mientras el dragón intenta asustarnos con su presencia.

Si eso es todo lo que tienes, no vas a conseguir asustar a nadie Azuspear, he visto mejores performances en otros dragones, pero bueno, mejor me reservo eso para mi de momento.

Esperad compañeros, les ruego atiendan a la razón, Azuspear es un poderoso dragón, un señor de los cielos y descendiente de la divina Tiamat, reina absoluta de toda la creación.

Es verdad que nuestra fuerza palidece ante su enorme poder, pero también es verdad que el joven señor aquí presente, ha vivido a penas unos pocos cientos de años y como tal, aún le queda una larga vida por delante, varios cientos de años.

Cientos de años en los cuales podrá seguir surcando los cielos adquiriendo más hegemonía y gloria, amasando fortunas que harían ver las arcas del archiduque como una minucia insignificante. - digo mientras me muevo por la camara buscando algo de cobertura.

Es por ello que pido a todos los presentes buscar una salida pacífica a este conflicto. La gran reina Tiamat es sabia y generosa con sus siervos y aquellos que conocen sus modos.

Sin embargo, la diosa también enseña que todos los dragones deben escoger bien sus batallas, pues por más que estén destinados a regir sobre toda la creación, incluyendo a esos palurdos y débiles dragones de bronce,existen ocasiones en los cuales los dragones deben retroceder para hacerse más fuertes y reclamar su venganza otro día cuando el enemigo esté viejo y cansado y no tenga más opciones que someterse y morir.

Todos los dragones responden ante Tiamat y es ella quien juzga si vivieron y murieron bajo sus preceptos o no y los castigos que ella impone a aquellos qie faltan a sus leyes son peores que la misma muerte.

Es por ello que te pido a ti noble Azuspear, perdona la vida y oprobios de estos que están ante ti, que al final no serán más que motas de polvo en el viento cuando tu estés aún en tus años mozos y sal de aqui y vive, vive y reina como te mereces, pues es tu destino reinar.

No dejes que las palabras de uno necios te provoquen y te hagan perder un tiempo valioso, un tiempo que las fuerzas del insignificante archiduque pueden emplear para sacar ventaja y asesinarte sin derecho alguno.

Pues es el fuerte quien debe gobernar sobre el débil y no al revés, es el sabio y longevo el que prevalece y no aquel cuya vida no es más que un breve suspiro en el transcurso del tiempo.

Y ustedes mortales, aprendan a mostrar un poco más de respeto por un auténtico señor, alguien nacido para gobernar por derecho propio y déjenlo marchar. - digo haciendo énfasis en mis últimas palabras mientras intento abandonar el campo visual del dragón.

Descuide mi joven señor yo sería incapaz siquiera de intentar tomarlo por sorpresa. - digo con humildad mientras sigo moviéndome. - Pues sé que aún estando de pie a su espalda, Usted es consciente de todos mis movimientos y puede destrozarme con un sólo movimiento de su poderosa cola.

Una vez fuera del campo visual del dragón, le hago una señal a mis compañeros para que entiendan que deben reconsiderar y dejar marchar al dragón.

Por favor atiendan razones. - digo en tono serio, mientraa dedico una última mirada seria a mis compañeros y me preparo para combatir.

La negociación fue el fracaso que se preveía, un grupo que no contaba con nada para amenazar al dragón y se permite darle órdenes para repartir su tesoro y con exigencias, con un sólo movimiento los había encerrado y puesto contra la cuerdas, ahora el bueno de Ishram puede que consiguiera que los comieran rápidamente, mientras Valinor el serpentino intenta quedar como un pelota mayor aunque sus compañeros acaben mal, vaya cuadro.

- Haced todo lo necesario para que podamos salir vivos, ahora estamos solos y sin medios gracias a todas las heroicidades anteriores.

Dijo en casi en un susurro afectado por la tremenda presencia del dragón.

El clérigo no entendía nada de lo que ocurría. Sus compañeros parecían que se hubiese meado encima y hubiese ido lamiendole el culo al dragón. A ninguno de los presentes le importaba algo las atrocidades que había hecho el dragón o las que podría hacer en un futuro si lo dejaban con vida. Pero aún así Kami sabía que no podía contradecir las palabras que había dicho porque al más minimo fallo el dragón atacaría.

- Ahora que lo dices es normal que tenga miedo a contarnos la información, siendo tan joven todavía no confía en si mismo, es demasiado orgulloso para poder llegar a una negociación sin poner en peligro su vida por creerse mejor que los humanos. Pero al parecer no sabe que muchos de los nuestros a lo largo de los siglos han dado caza a dragones tán arrogantes como él por ser incapaces de aceptar que no son invencibles. - No solo tenía que intentar conseguir la información sino que ahora tenía que quitar la mirada que el dragón tenía puesta sobre Valinor. - Yo podría ofrecerte un trato que signifase tu supervivencia, incluso gran parte de tus riquezas intactas para tí siempre y cuando nos dieses la información que necesitamos sobre P'kinestra. No comerías humanos pero se te podría ofrecer vacas y otros animales para alimentarte. Y un respeto hacia tí sin necesidad de vivir escondido y sin hechizarlos con tu sangre, podrías vivir una vida que ningún dragón haya vivido, sin esconderse ni con miedo a ser atacado mientras duerme - Tenía que intentar negociar con él algo que sirviese como penitencia por las victimas que había segado sin miramiento y que fuese de probecho para el pueblo. - Aún si decides o no escuchar esta oportunidad que te ofrezco, no entiendo como eres tán receloso para compartir tu información del dragón verde, porque por lo que hemos descubierto es un rival tuyo, y si todos, incluyendote a tí, salimos con vida, nosotros podremos encargarnos de P'kinestra, cosa que te sigue siendo ventajoso. -

La suerte estaba echada, ahora faltaba saber si el dragón intentaría colaborar o si alguno de los suyos volvía a cagarla hablando mientras se ponía de rodillas delante del dragón, haciendo crecer el ego que por sí ya tenía el dragón en los genes.

Al escuchar las palabras de Kami le dedico una mirada significatiba y sonrío, pues me di cuenta que había captado mi intención y el mensaje que les di a todos en la sala, el dragón se sabía rodeado y acorralado, lo que lo hacía peligroso, pero no tanto como él quería hacernos pensar.

El intentaba intimidarnos con su presencia, para hacernos desistir de la batalla, pues sabía que si esta tenía lugar, aún cuando ganase, sus posibilidades de salir con vida del lugar eran escasas y cada segundo contaba, al cerrar la entrada no buscaba atraparnos, pues a él le daba igual si huíamos o no, sino que lo que buscaba era comprar tiempo, yo lo sabía y ahora Kami también, por lo que le sería aún más fácil negociar.

Por las reacciones de mis compañeros sabía que tanto Ishram como Al-haren y Lionel estaban afectados por la presencia del dragón, pero pese a ello intentaban dar la lucha, sólo Kami y yo nos manteníamos imperturbables ante la situación lo que nos ponía en una situación bastante complicada.

El dragón no tardaría en tomar una decisión e intuía cual era, él iba a intentar reafirmar su hegemonía y muy probablemente atacaría a quien le falto el respeto, a mi posiblemente me ignoraría creyendo que soy un fiel devoto de Tiamat y que lo reconozco como un superior, por lo que no vería en mi ninguna amenaza, al menos hasta que yo usara mi magia en cuyo caso podía darme por muerto.

Su principal objetivo sería el filo del ocaso o el sacerdote, lo cual tampoco eran buenas noticias para nadie y aunque me hubiera gustado poder comprar más tiempo, con mis palabras, sabía que el dragón no era ningún estúpido y no me permitiría hacerlo, así que sólo me quedaba aguardar su decisión.

Por favor negocia, toma tu vida y sal de aquí.  - pensé mientras mi rostro se mantenía inexcrutable y observaba a mis compañeros sopesando mis opciones.

El reptil alado aunque mas pequeño que sus congeneres por lo general se levanta y os parece una maravilla de la naturaleza que sus alas puedan levantar tanto peso, diriais que le ayuda algun tipo de magia en ello 

Mira maldito santurron , haz caso a tu amigo, segun yo lo veo estamos todos atrapados, si no cedeis en nada volare hasta arriba (de hecho vuela) como estoy haciendo ahora y os abrasare uno a uno con mi aliento y mi magia y mis garras, sin que podais siquiera tocarme 

Donde se a visto que un dragon ceda antes que su presa ,yo he cedido, en daros una parte del tesoro y vosotros en nada , ya estais poniendo algo sobre la mesa o achicarro al santurron ahora mismo  o lo que es peor , saldre dejando el tesoro aqui, y mi ira se pagara con gente inocente desprotegida a las afueras de la ciudad, donde no podreis llegar a tiempo, hasta que me deis lo que es mio.

Noble Azuspear ¿Por qué no sólo se lleva todo su tesoro y se marcha? Le recuerdo que si Usted sale a campo abierto, no sólo tendrá que enfrentar a las fuerzas de élite de ciudad Nexo, sino a todo el ejército del archiduke Jilokasin en cambio si acepta retirarse sin luchar, nosotros podríamos hablar con nuestros líderes para conseguirle un paso seguro y tiempo suficiente para que retire hasta la última pieza de cobre de su actual refugio. - digo echándole un vistazo al tesoro.

Y quizá, con algo de suerte, un par de carretas para que se lo pueda llevar sin dificultad. - añado mientras le dedico una mirada significativa a Kami, para luego centrarme en Ishram y verificar su estado.

Sargento Ishram. ¿Estaría Usted de acuerdo con ese trato? - pregunto clavando la mirada en el filo del ocaso, para luego evaluar el estado actual del resto del grupo.

Este maldito dragón sabe de lo que se habla.
Aunque BrazodeHierro y el archiduque, junto con la dotación de Balistas en las torretas, lograsen abatir al dragón, ni siquiera ellos mismos podrían hacerlo antes de que un sinfin de aldeanos sufriesen un triste final. Y si Cuatro Vientos es arrasada ¿Quien hará frente al cruel rey del reino de Al-Harén?

"Espera, espera Dragón. Un momento" dice el semigigante, avanzando. Una mirada a los compañeros basta, les está diciendo algo simple: QUE SE DISPERSEN.
Es la primera norma contra alientos de gragón -y contra bolas de fuego, y contra bombas de alquimista, y todo eso-: Dispersarse.

Pero su plan no es marcial, no:

"¿Sabes que será tuyo? ¿Sabes que ofrecemos" y dicho esto, saca la espada -con guardia y todo, no es una amenaza sino que muestra lo que es: un trozo de hierro muy pesado- "Danos TODA la información de la sierpe verde, y cuando la completa guardia de la nación, y hasta del reino entero, caiga sobre tu rival, tu tendrás tu recompensa, del cubil de la sierpe verde"
"El peso de mi espada, en carne, sangre y escamas de P'kinestra, tu odiado rival."

"Honra a tu linaje, dragón. Al fin y al cabo, el oro es vil metal, pero el orgullo de ver que un rey mata a tu enemigo sin que tu tengas que mover una garra acompañará a tu familia"
"Cuando un rey te sirve, es el reino entero el que te sirve. Piensalo ¿Que otro dragón puede llamarse a si mismo "Tirani Rexis" El que manda sobre reyes?"

La cosa degeneró de una manera que el filo del ocaso nunca había imaginado. Una cosa era parlamentar o sugerir al dragón que se marchara, haciéndole ver que era lo más sensato y conveniente para él. Otra muy distinta era faltarle al respeto, insultarle y tratarle con prepotencia o amenazarle. A un dragón. En su guarida. Si no se era ampliamente capaz de acabar con él, aquella palabrería intimidatoria sobraba. Y no poseían esa amplia capacidad. Probablemente el maldito gusano se merecía esas palabras y peores, pero si no había fuerza para sustentarlas de poco valían.

Y lo que era peor: enardecido, el dragón amenazaba con atacar la población, el peor de los escenarios. Y la verdad es que podía hacerlo con total facilidad. Todo se había ido de madre. El ex-mercenario nunca pensó que se llegaría a ese punto y se dio cuenta de su error: debería haber entrado solo o dejárselo a un grupo de asesinos de dragones.

- ¡Alto! - tronó el luchador mirando posteriormente al clérigo con la cabeza y negando con la cabeza -. Kami... la gente. La actual, la viva. Esa es prioritaria ahora mismo. Ni los muertos ni nuestro orgullo. Eso vendrá más tarde, lejos de este lugar y de inocentes, pero ni aquí ni ahora. Hoy no toca - le dijo al sacerdote con resignación -. Dile lo que quiere oír y lleguemos a un acuerdo con él - le conminó mientras dirigió una mirada al gusano volador y calculó cómo el escamoso engreído no estaba fuera del alcance de sus ataques, pero si el resto no podía secundarlo de la misma manera, no había mucho que hacer.

Ishram no era heroico. Era pragmático. Y si veía opciones, incluso con un temible dragón, las intentaba. En la actual tesitura, siendo honesto consigo mismo, no veía casi ninguna.

- Estoy en gran medida de acuerdo contigo, Vali - asintió con pesar de estarlo -. Azuspear, te ayudamos a escapar, santurrón incluido, dejas una pequeña parte de tu tesoro aquí, tal y como proponías... y durante la evacuación nos hablas de tu querido P'kinestra - concedió al lagarto, plegándose mayormente al plan del dragón sin palabras arrogantes ni altaneras de por medio, añadiendo solamente la información sobre el gusano verde en el proceso. Su presencia aun le intimidaba, pero más le atemorizaba un dragón furioso atacando la población sita sobre ellos.

La cuestión resultaba ser cosas parecidas que ya le ofrecieron anteriormente al bicho o este exigiera. Pero la importancia radicaba no en qué se le decía, sino cómo se lo decían.

El dragón se impacientaba, con todo ello nuestras posibilidades de salir vivos se esfuman, todo el mundo se pone ha hacerle la pelota al dragón mientras aun tienen aliento y Lionel no iba a ser menos:

- Gran Azuspear, atacar a los aldeanos sólo le daría tiempo al resto de fuerzas a atacaros y posiblemente dañaros seriamente, pues ya se estaban desplegando cuando llegamos aquí, en este sitio ya nada os retiene pues no quedan seguidores y vuestra presencia ha sido descubierta, si salís ahora tendréis paso seguro, y como ha dicho el semi-gigante, nosotros podemos atacar a vuestro acérrimo enemigo, al fin y al cabo encontramos vuestro refugio y podemos localizar el suyo - Lionel evita hablar de que les deje una parte de su tesoro pues los dragones lo valoran mucho y no es momento de exigencias.

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