Partida Rol por web

Rápidamente me preparo para pasar a primera línea y darle un respiro a Ishram, quien estaba recibiendo mucho daño.

Déjame tomar tu lugar Iugar Ishram, puedo resistir lo suficiente como para que restaures tus fuerzas. - le digo a mi compañero de la guardia mientras me aprestó a encarar a los bribones que lo acosaban.

Aun tenía algunos conjuros por lanzar pero debía esperar el momento adecuado. 

Los lances seguían por parte de ambos bandos, de momento ellos eran los que estaban sufriendo bajas, pero el semigigante era vulnerable sin armadura a pesar de su fuerza, ahora que la cosa era mas compacta quizás podría dar un golpe de mano.

Masajeo el polvo entre sus manos y concentrando su poder lo lanzo a sus enemigos esperando cegarlos para darle ventaja a sus aliados.

- A brillar un poco chicos.

"I'm back!!!" dice el buen Al-Hrén, recuperando su forma "Gracias a Kami el piadoso, y a la luz de Pelor ¡He vuelto!"

Lo cierto es que para los semigigantes, aunque el vello les cubra mucho más que a los humanos, eso no les quita que verse así les provoque un gran pudor, asi que se cubre como puede, y trata de acercarse al lugar donde quedó su espada. intentando evitar las rutas donde pueda comerse un golpetazo por andar desarmado

"Gracias, Kami. Y enseguida terminamos con los que queden!"

Ishram no era de los de retirarse con facilidad, no obstante su cuerpo estaba lleno de heridas y resultaba lógico que alguien ocupase su puesto mientras el pasaba a retaguardia para recuperarse.

Asintió antes la proposición de Valinor y adoptan una clara postura defensiva, repentinamente dio un paso hacia atrás, intercambiando la posición con su compañero y evitando que sus oponentes pudieran reaccionar al respecto.

Tan pronto asumo la posición de Ishram, una bruma plateada emergió de mi armadura impiendo que nuesyros adversarios puedan verme.

Sólo debía resistir un par de asaltos y aún tenía una buena cantidad de conjuros por repartir entre aquellos truhanes. Tal vez mi estilo de combate pudiera parecer poco ortodoxo, pero me había mantenido a salvo hasta ahora, incluso contra rivales más diestros.

Venga gandules ¿Qué vaís a hacer ahora que no podeís verme? ¿Por qué mejor no se ahorran la golpiza y se rinden?

Si lo hacen, prometo que no sufrireís daño alguno. Sin embargo, si persisten en su actitud beligerante, pues me temo que tendremos que ajusticiatrlos. - digo con tono calmo a los rivales.

Tras el cambio de posiciones que hizo Valinor con Ishram, este se vió apartado de la pelea pudiendo así intentar recuperarse un poco de los golpes, pero él solo no podría hacer mucho. Uno de los enemigos se puso cerca de Kami, - Maldita sea, ¿este tio cuando ha llegado hasta aquí? -

Si intentaba curar a Ishram, él aprobecharía para atacarle mientras estaba indefenso, por lo que retrocedió hasta estar lejos del enemigo y cerca de su compañero.

Le puso la mano en la cabeza para ser el conductor entre el poder de Pelor e Ishram - Pelor, ayuda a este valioso aliado contra el mal a curar sus heridas para poder volver a la lucha - Una corriente divina atravesó a Kami que terminó saliendo por su mano y entrando por la cabeza de Ishram. El arma se difuminó como si perdiese fuerza, o mejor dicho como si Pelor no pudiese dar toda la curación que quería al estar manteniendo el arma activa.

- Ishram, lo lamento pero no ha podido curarte todo lo que necesitabas. ¿No seras un agnostico no? - aun así no quiso entrar en temas de política ni religión y no esperó su respuesta. Directamente mandó al arma divina de nuevo contra el capitan.

Ishram agradece la curación de su compañero Kami, tras de sí y se prepara para cambiar posiciones con Valinor... cuando para su sorpresa se da cuenta que está alejado y con un enemigo por medio.

Como no seamos capaces de teleportarnos ambos, es absurdo, recapacitó. Por tanto olvidó su intención de retirarse, imposible por el momento, tendría que esperar. Aferrando con fuerza su espada volvió a atacar a un oponente, a su derecha.

Al ver que no podía ayudar a Ishram de su difícil situación, opté por atacar al adversario que se encontraba entre Ishram y yo a efectos de aliviar la presión sobre mi compañero.

Recurriendo a mi manejo del arte y a mi entrenamiento en combate, empiezo realizar un conjuro básico, manteniendo mi vista fija en mi blanco empiezo a salmodiar un conjuro formando un pequeño orbe de fuego en mi mano izquierdo y lo arrojo con fuerza contra mi adversario.

Sin embargo, debido a la cercanía de mi rival, me resulta un tanto complicado atinarle, en especial porque ese truhán intenta atacarme mientras preparo mi conjuro, cosa que le resulta imposible.

Esto es para ti miserable, espero que te agrade porque no se aceptan devoluciones. - digo mientras arrojo el orbe de fuego contra mi rival.

Los soldados se ven visiblemente superados y abrumados , preguntan a su capitan que hacer , en ese momento recuerdan las palabras de valinor (Tirada intimidar* 10> fallo)

-Capitan que hacemos , son demasiados

-Luchad para contenedlos , muchachos, por la gracia de Auzuspear , si no les herimos , lo tendran mas facil contra nuestro amo y señor dragon, replico el valiente capitan

Quedando solo 2 mas el capitan, luchan como pueden , aun no siendo una amenaza real , podrian desgastar a los guardias de la corona . Para mas inri y desesperacion de sus suborfdinados el capitan queda cegado fallando su ataque y poniendo mas a salvo la integridad fisica de Ishram gracias al mago Lionel, con su accion

Ishram se sorprende ante la increíble aptitud contorsionista de uno de los elfos que parece refocilarse con la pared y pasar detrás suya por un hueco entre el ex-mercenario y la roca que nadie pensaría que sería practicable. Y resultaba molesto, pues lo tenía a su espalda, lo cual era muy peligroso y a la par flanqueaba al gigantón.

Ah, ni hablar, pensó mientras lo atacaba con la esperanza de abatirlo.

Al ver que los soldados son tan necios como para continuar en la lucha, convoco un segundo orbe, aunque esta vez es de ácido, el mismo que me dispongo a arrojar contra los guardias.

Les dimos la oportunidad de rendirse y vivir, les ofrecimos una capitulación tranquila, pero tontamente escogen la muerte, pues que así sea. Grandísimos idiotas, lástima que sus vidas valgan tan poco para ustedes, que están dispuestos a sacrificarlas por alguien a quien no le importan ni media pieza de cobre.

Pero que quede claro, sólo ustedes sellaron su propio destino, su sangre no está en nuestras manos, sino en las suyas propias y en su estupidez supina. - sentencio arrojando el orbe contra el soldado más cercano.

Ante la resistencia de los elfos Lionel decidió esperar para ver como se desarrollaban los acontecimientos, puede que ahora con se capitán cegado se plantearan rendirse por fin, no parecían la típica pandilla de fanáticos dispuesta a morir por sus ideales, pero nunca se sabe.

Miro a los alrededores por si alguien necesitaba ayuda, quizás podría echarle una mano al semigigante para equiparse de nuevo, ya había lanzado bastantes hechizos y por el momento no quería gastar mas por si durante el día ocurrían mas combates.

- Al-harem, necesitas ayuda para equiparte o vas bien?

"Graciad, Maese Lionel. Pero ahora No es el momento"

AlHaren, armado con la gigantesca espada y embozandose con la capa.

"Lo que no se haga a capa y espada no ha de hacerse con coraza y cobardia" dice citando al celebre bachiller poeta, De Rojas

AlHarén sostiene la espada y da un golpe de los suyos. Aunque no le queda claro si golpea carne o si la armadura lo detiene.

Uno de los enemigos fue tan estúpido ó con muchos cojones de meterse entre 3 de los que les atacaban, aun así Kami se sorprendió y pidió de nuevo la ayuda divina de Pelor para que le diese protección.

Sujetó el arma fuerte y buscó alguna brecha en la defensa del enemigo, a la vez que levantaba el arma para atizarle un buen golpe. Golpeó todo lo fuerte que pudo y envió a la maza a por el capitán.

- Como te dije al principió de la pelea, Pelor no consentirá que ignorantes seguidores de una secta que tan solo se preocupa de sus propios culos puedan vencer jamás, y os demostraré como su fúria cae sobre los impuros. No intenteis escapar porque no tendreis ningún agujero donde esconderos. -

El arma asestó un golpe al capitán y acto seguido desapareció con una diminuta explosión de luz ténue.