Partida Rol por web

—Uh, eso ha dolido. Te pones intenso bro, me gusta. 

Es lo que digo un tanto divertida mientras el viejo con problemas de próstata aparece, seguramente es el hermano menor de Miyagi y espero que no nos ponga a encerar y pulir en cualquier momento. No obstante aparece alguien más y no es la mejilla ardida de Greta, no. Es el fantasma Casper. 

—¡Hey! Mira lo que tenemos aquí. ¡Casper!—lo saludo con la mano—. ¿Qué te traes por aquí? ¿Te cansaste de joderle la vida a los negros? Ja. 

Ahí tocando viejas heridas, pero bueno que nos hace una mancha más al tigre. Yo me lo paso cazando chinos, éste negros y así vamos. Living la vida loca. Así que con todas las ganas de tener un nuevo compañero dentro de la furgoloca subo a la misma y le indico que pase. 

—Ven hermano. 

El chino, se siente más cómodo, o eso parece, casi sentía como si envejeciera mientras hacía del uno, el el urinario. Pero ahora hay algo más importante. ¡¡¡Donde Rayos Estamos!!! Exclama la rusa, dejando en claro, que jamás había estado en Baltimore. Porque siento que esto terminara en otra persecución.  Cuando ves a gente vestida de esa manera, y además se llama Jerry, o Larry, las cosas jamás terminan bien.

La Rusa se jacta de que nadie le respondé cuando pregunta donde está, cuando observa un Cartel que dice Bienvenidos a Baltimore. O rayos, ese Baltimore. Simplemente observó como sus compañeros daban paso para que ingresará un Asesino Racista y no menos nombrar sectario. Actuando como si nadie la escuchará dijo en voz alta. Bueno, al menos soy blanca, una razón menos para preocuparme.

Después de la hora más loca en carretera, que incluyo una escena de esas películas de Fast & Furious con lo que parecía era la pareja de la familia Bundy. Todo el grupo se detuvo en una cafetería después de llegar a Baltimore, ¿Como paso esto? No creo que sea por la magia del cine. Pero bueno después de ver correr a Tankman hacia el baño de la cafetería como el Correcaminos y ver a Ezequiel conmemorar a Greta junto con los demás felicitándola por romperle el trasero a la familia Griffin, decido acercarme a la Greta, mientras Ezequiel estaba en su extraña ceremonia usando su escudo como espada conmemorativa, y en impulso, tal vez provocado por ser la más bajita del grupo, le revuelvo el pelo mientras le digo -buen trabajo Greta- obviamente no me espero su reacción, ya que no quiero a volver a ser fulminado por su ojo parpadeante o algo por el estilo, así que me alejo rápidamente del lugar y dejo a Ezequiel terminar con su ceremonia. En ese instante decido ver por una de las ventanas de la furgoneta y al ver la cafetería nuevamente llega a mi mente esas escenas de Friends  en el Central Perk aunque este lugar con aires a una escena de Scooby Doo no me daba mucha confianza. No es hasta que aparece el que parecía ser el mejor amigo de Malcom X, ignorando completamente lo que decía y solamente alegrándose que este no era un pueblo fantasma. Decido entrar a la cafetería, al ver que hay mas persona en los alrededores, y buscar algún Pie de manzana o algo por el estilo. Antes de bajarme de la furgoneta les digo a todos -voy a entrar a la cafetería a ver si hay algo de comer, ¿Alguien quiere algo?- al abrir la puerta entra Tankman como Speedy Gonzales. Interesado por su gran carrera y la cara de miedo que traía, le pregunta -¿Qué te paso Tankman?¿Te asusto el fantasma del opio?-

La mejilla de Greta tenía los cinco dedos de Ezequiel marcados tras el bofetón. Y ella no supo qué fue más humillante. Si aquel golpe o que las dos mujeres del grupo no reaccionaran ante aquel acto de violencia machista. Era más, a Carola parecía que se le habían mojado hasta las bragas. 

Permaneció quieta, la boca cerrada en un rictus de odio sin fin y su mirada parecía capaz de congelar el mismo infierno. Al mismo tiempo recibió el mensaje telepático del viejo meón que exigía salir de allí a toda pastilla en medio de la descripción de algo que no llegó a entender bien. 

La llegada de Jerry fue solo la guinda del pastel. 

Se sentía como Carrie en medio de su fiesta de fin de curso, bañada en sangre de cerdo y escuchando las risas de los demás. Era más de lo que podía soportar. La piedras del suelo del parking empezaron a vibrar y a elevarse en el aire a su alrededor y los dos ojillos se clavaron en Ezequiel.

-Te arrepentirás de esto porque no voy a olvidarlo. Y vuelve a ponerme una mano encima y te mato -dijo con voz pastosa. Los guijarros cayeron al suelo y Greta se dio media vuelta subiendo a la furgoneta, a su asiento de conductor desde el cual abrió la guantera para ver qué había en ella. Con suerte, una pistola. 

¿Balompié? ¿Qué diablos es el balompié en la jerga de negros?-no iban a sacarle del béisbol, fútbol americano, baloncesto y hockey, salvo cuando los de hockey pierden con los estúpidos canadienses-. Oh, no quería parecer racista. Soy Jerry, el adorable sectario, no debéis temer nada de mí. Mi reacción se debió a que los negros son una plaga...

Greta encontró en la guantera una pipa... una pipa de crack, nada con lo que poder disparar al Rey Ezequiel. Mientras, en el retrete, el cadáver del gordo seguía dejando chorrear casquería.

Eso último que dije sonó peor de lo que pretendía... Lo que quería decir es que ojalá todos los negros estuviesen bajo tierra. Espera, no era eso exactamente lo que quería decir...

Detrás de la barra del bar, Chris sacó unos botes de ketchup y mostaza. También había pan, bolsas enormes de patatas fritas, cacahuetes, un bote de crema de cacahuete, un bote con aceitunas, unos pepinillos en bote, granos de café que podía mascar volviendo sus dientes negros y un enorme arcón refrigerador con helados. Seguramente en la cocina habría algo más contundente, pero mientras, en el retrete, el cadáver paliducho empezaba a coger algo de color...

Será mejor que vuelva a empezar... ¡Baltimore está sufriendo una plaga de zombis negros! Si te muerden, te convierten en zombi negro. No lo digo en plan "qué horror, me ha convertido en un negro", no tengo nada en contra de Beyoncé. Es solo que no quiero transformarme en zombi. Lo de que te devoren vivo suena muy doloroso...

Chris puso un par de piscolabis más sobre la barra y se agachó a por más. Espera... Al siempre alerta seal navy semper fidelis le pareció ver a alguien la última vez que se incorporó. Poco a poco fue asomando la cabeza hasta ver, del otro lado de la barra, a un negro gordo con las tripas fuera.

¡Ueeaurhg...!

Los brazos del zombi negro gordo se alargaron hacia Chris para arañarle el cuello.

Menos mal que me teníais a mí, Jerry, para advertiros de lo que ocurría. Si no, los zombis negros os podrían haber atacado por sorpresa y causar alguna muerte trágica. De nada.

Tankman señaló a la cafetería.

Yo leconocel esas tlipas. Tlipas estaban esculiendo pol watel. Aunque plopietalio de tlipas sel más neglo que antes. Su paz inteliol sel demasiado exteliol ahola.

Girándose de nuevo a la conductora le pregunta

¿Salimos echando litchis ya?

La Gioconda hubiera palidecido de envidia ante la media sonrisa de lado de Greta, cuando esta se volvió hacia Tankman.

-¿Y dejamos a ese atrás para que comparta la paz exterior del zombi? -si de algo estaba segura la sueca era que haciéndose la ídem no conseguiría nada. Debía dar ejemplo a aquel grupo de descerebrados sin ningún espíritu grupal y eso que el chino le caía bastante bien. De todos era el más centrado de lejos pese a sus problemas de incontinencia. Tsk, debería haberle dicho que se pillara un Tena Lady en el super de la cafetería, pensó.

No le dio más vueltas. Arrancó, maniobró para poner de culo la furgoneta y pisó a fondo enfilando hacia la cafetería, con la mirada fija en el retrovisor lateral.

-Que alguien abra la puerta para que entre cagando lichis, digo leches. Y hablo del gilipollas blanco, no del zombi negro.

En su joven, inocente y alegre mente visualizaba a Ezequiel como el zombi al que quería aplastar. La gran cristalera estalló en pedazos cuando la atravesó y...

CONTINUARÁ

Viendo lo que acontecía a través del vidrio, me empece a preocupar, y como un tip, fui a buscar una tapa de alcantarilla y la arroje contra el vidrio,  rebotando varias veces contra distintas superficies hasta darle  al Zombie. Para mi Suerte el lanzamiento fue un éxito. Fiu. Me pasé una mano por la frente para limpiarme el sudor. Aprovechar el rebote es eficiente.

—Puesssss hay que mover. ¡Todos arriba! 

Les indico, totalmente en mi mundo y con el corazón roto, aquel racista de blanco me había ignorado y con ello, el océano llora a la par conmigo. Maldito mundo donde la tontería abunda y los pocos que quedamos cuerdos, somos disgregados ante la mera presencia de otras distracciones. 

Mientras tanto y a pesar del jaleo reinante, Peter Pank demostraba que punki se nace no se hace. Y las dos habilidades que posee todo puki que se precie son: mantener la cresta siempre más tiesa que el mástil de una guitarra eléctrica y dormir aunque sea junto a un altavoz de una rave. Tirado en algún rincón de la furgoneta setentera, Pank roncaba a pierna suelta, con espasmos incluidos que amenazaron la integridad física de sus compañeros en mas de una ocasión. 

Sin embargo tuvo la suerte de cambiar de fase del sueño en el momento justo. O tal vez fuera su sentido aracno-punk. O tal vez vez la repetición sucesiva de la palabra zombie. El caso es que Peter se despertó de golpe, y tal de golpe pues al intentar levantarse se da en la cara con algun hierro de los asientos:

-¿La poli? ¿es la poli? ¿Polis zombies? ¿Señor Smee?- pregunta agitando la cabeza como si buscara a alguien. Entonces se da cuenta de que no esta en una rave ni en el barco del capitán garfio, lo cual es un alivio. Pero entonces mira por la ventanilla y... entonces Greta puso en marcha la furgo con él dentro y estalló en un grito de júbilo- YUHUU ESA GRETA VAMOOOOOS. - dice y sigue su orden de abrir la puerta del vehículo...aunque no sabía muy bien para qué. 

La tapa de alcantarilla se interpuso entre el gordo negro y el gordo blanco, segando los dos brazos que iban a hacer daño a Chris. El jubilado estaba sano a salvo y sin ningún rasguño. Fue la furgo, y en menor medida Greta, quién acabó con el zombi, cuyo cadáver terminó bajo las ruedas. Además, la puerta lateral recién abierta por Peter Pank quedaba al lado de la barra, y Christopher pudo pasar con facilidad grandes cantidades de comida de la cafetería a las rodillas de Jerry.

Sí, ya elegí asiento. ¿No os importa, verdad? ¿Cuándo nos vamos?

Greta giró la llave en el contacto y el motor se quejó con un sonido débil. No arrancaba. Entre el alunizaje en la cafetería y la embestida del chevrolet, la furgo ya no estaba para muchos trotes. Eso sí, el ruido atrajo al resto de zombis negros de los alrededores. Lo que unos segundos antes eran unas calles vacías, pronto se llenaron de cientos de Duane Jones.

Todo empezó en el cementerio de Baltimore, esta misma noche. Los chicos y yo fuimos allí para profanar, ¿o puede que saquear?, el cadáver de Freddie Gray. Entonces Lestat leyó una biblia. Una biblia rara, forrada de piel y con la palabra necronomicón en la cubierta. Yo le dije: "Lestat, estás seguro de que es una biblia". Y el me dijo: "cállate, Jerry; jamás serás lo suficientemente bueno para mi hermana; ¿acaso tienes pasta de alguien hecho para triunfar?". ¡¿Quién se ha callado ahora?! Tú, puto Lestat. ¿Que de qué pasta estoy hecho? ¿De qué pasta estás hecho tú, puto emo? ¡Enséñame la pasta! ¡Enséñame la pasta!

Cuando ya casi habían sido rodeados, la furgo arrancó y salió de la cafetería con todos a bordo (salvo el gordo chorrea-tripas). Pasaron entre (y sobre) algunos zombis negros y pusieron rumbo a las afueras. Entonces Greta vio los carteles de la autopista: de frente hacia Washington; hacia la derecha hacia el cementerio de Baltimore. ¿Deberían desviarse para intentar romper el libro o controlarlo, y librar a esos sucios baltimoreños anti-reciclaje de su maldición? ¿O ir a Washington a por las pelotas de Trump?

Ce-men-te-ri-o; ce-men-te-ri-o...

Esa voz en la cabeza de Greta parecía decirle que fuese a por el necronomicón, pero en realidad quién hablaba era Jerry, en voz baja, inclinado hacia el asiento de la conductora. Aquel era un buen momento para tirar a Jerry del vehículo para no tener que aguantarlo más. Washington era demasiado importante.

Ezekiel escuchaba a Jerry apretando los puños. A pesar de que aún quería tener al alegre sectario como futuro mayordomo, aquellas palabras dirigidas a una raza superior, como era la afroamericana, le indicaban que aún tendría mucho que enseñarle a Jerry. Supuso que bastaría con atarlo a una silla y ponerle toda la filmografía de Spike Lee para que se volviese normal.

-Zombies negros... Como en aquel malísimo videojuego de Capcom -comentó Ezekiel, con amargura, imaginándose si aquellos muertos vivientes no irían también en moto o manejarían AK-47-. Os entiendo, Sir Jerry -te aseguró al sectario, poniéndole una mano negra sobre su hombro-. El drama de ser negro es muy duro. Estadísticamente tienes más posibilidades de que te maten a balazos que si eres un blanco. Por eso nos gustan tanto Luke Cage y sus poderes. Pero si a eso le sumas ser zombie, pues no llevas sin balazos a fin de año, hermano. Hay que impedir que nos muerdan.

Como si de un videojuego se tratara, ahora se le abrían dos caminos: o iban al cementerio de Baltimore o marchaban directos hacia Washington. Ezekiel no sabía mucho de juegos, pero sí sabía que normalmente cuando hacías las misiones secundarias, solían darte buenas recompensas. Y el necronomicón sonaba demasiado bien como recompensa.

-Si el Nigganomicón -El afroamericano lo dijo en tono solemne, sin reírse- sigue en el cementerio de Baltimore, podemos parar a intentar conseguirlo. Y se lo leemos al Hombre Naranja en Washington. Con suerte, tal vez hallemos allí algo con lo que reparar nuestra furgoneta.

Greta alzó la diestra e introdujo el anular y el índice en las narices de Jerry., tirando de ellas.

-Tu aliento apesta. ¿Seguro que estás vivo? -dijo con una voz cargada de sospecha-. Y eso de profanar está muy feo. Hay que dejar a los muertos tranquilos que luego pasa lo que pasa. Chicos, debemos decidir deprisa. O seguimos rectos o nos desviamos al cementerio que seguro está lleno de bichos de estos. Y tenemos un little problem. Como la furgo reciba más daños nos quedamos más tirados que Heidi en Laponia. Pero si no arreglamos este desastre, el equilibrio natural se va a ir a tomar por culo y rápido. Ahora es Baltimore. Luego serán los EEUU y finalmente, el mundo. Vamos, que Trump será menos problema que la escasez de papel higiénico en un confinamiento. 

Retiró los dedos de las fosas de Jerry y un mocardo gordo y verde apareció en su índice. Lo miró golosa, pero decidió dejarlo pegado al asiento para momentos de escasez. 

-Decidid rápido que se nos pasa el cruce. 

Nadya, intentó no reírse a los comentarios de Rey Ezequiel, no porque fuera racista, era la forma en la que lo decía, por lo que después de las palabras de Greta, se empezó a reír como si se burlara. Aunque no era su intención. Nigganomicón, me parece una buena motivación. Expresaba apuntando erróneamente con el dedo indice al parabrisas de la Máquina del Misterio. Estoy de acuerdo con el negro, ¿que opinan el resto?. Aunque para mi criterio el voto femenino vale por tres, dentro de mi lógica indica que llevo ventaja. Tras mostrar su opinión miró a todo el resto de personas esperando respuesta.

—Los zombies negros son un presagio, tal vez habrá que hacer como en esas pelis de bajo presupuesto que van al cementerio, leen algo y desatan a las bestias solo para tirar unos dados de cordura. ¡Ja! —digo divertida, hay que ser un poco friki en la vida—No lo dudes Greta speed, ve al Cementerio. 

Y que no se diga más, tenemos al racista de turno con nosotros así que en última instancia se lo damos a los zombies negros para que cobren su venganza. Ya sabes el karma y sus amables cuentas a pagar, así como me tocará a mi con los chinos. Eso ya no importa, la furgo está en un grito de agonía y la adrenalina recorre por mis venas.

¡A por ello!

-Como en la película, como era...¡El día de la Bestia! Todo eran presagios de mierda y zumbaduras y nadie hizo puto caso y entonces llegaron los zombies y las ovejas zombies y se comieron a Bruce Willys y entonces Liam Neeson tuvo que ir a vengar al bueno de Bruce que Bruce no era Willys, era Bruce Wayne y de noche era Batman y comía murcielagos...total que al final se juntaron con Brad Pitt que descubrío al paciente zero y...si si...en un cemeterio es la solución si. ¡Al cementerio!- explica Peter Pank con gran emoción, demostrando ser un experto en movidas post-apocalípticas- nigganomicon...¡vamos a por tí, sucia rata del capitalismo infecto!

Sinceramente no sé que fue más divertido el momento de Guardián Rojo versión femenina imitando a su homónimo el Capitán América o el momento en que Greta decidió competir con Fox de Wanted, solo faltaba que condujera la furgo con los pies mientras dispara. Entro en la furgoneta después de tirar la comida a los pies del nuevo integrante, cuando entro lo primero que dijo fue -gracias Nadya, te debo una grande-

Después de la pequeña escena de Greta vs. Zombis salimos a la carretera y llegamos a la doble vía, por un lado podíamos ir a Washington para finalmente acabar con el hijo del diablo y por el otro lado podíamos ir al cementerio para romper cabezas a algunos zombis. El llamado a la lucha lo incentivo mucho a ir al cementerio y vivir esos tiempos de guerra contra gente sin cerebro, solo que a estos si le faltaban el cerebro. -adelante Greta, pateemos el trasero de algunos zombis- Después de aclarar eso dirigió su mirada a Jerry y le dijo de una forma muy educada -amigo vamos ayudarte a resolver este problema, así que mientras me des la comida que está en tus piernas no te sacare de la furgoneta para que tu seas la comida de ellos. ¿Quedo claro?-

¿Luke Cage?-dijo al Rey Ezequiel-. No sé, yo siempre fui más del Barón Zemo.

Los esfuerzos de Greta por torturar a Jerry fueron inútiles: la capucha del sectario no tenía agujeros para la nariz, y la punta de los dedos de Greta resbalaron por la tela. La niña se enfrentaba a un adulto con una mente superior, por ahora no quedaba otra que dejar el enfrentamiento con Jerry en empate. Por ahora...

Si quieren saber mi opinión, yo voto por Washington.

Con un resultado de nueve votos a cero, porque los de Carola y Nadya valían por tres, y porque el de Jerry valía por cero, Greta giró el volante hacia el cementerio de Baltimore...

Aparcaron la furgo fuera, ya que el muro del cementerio les impedía seguir de otro modo que no fuera a pie. Resultaba que el lugar más tranquilo en un holocausto zombi es un cementerio, porque todos los adolescentes hormonados estaban muertos y no podían venir a allí a darse el lote, y porque los muertos ya se habían levantado para acudir a otros buffets libres en lugares más céntricos y concurridos. El cementerio estaba oscuro...

Encendiendo luz-dijeron todos los relojes al unísono.

Puede que con la linterna del móvil tuvieran suficiente para esta situación, pero el reloj de alta tecnología también quería su ración de protagonismo. Era el Edward Norton de los relojes.