Partida Rol por web

Me froto la zona golpeada, aquello quizás, me venía un poco grande, pero no iba a rendirme tan fácilmente, si había llegado hasta allí era por algo  así que iba a continuar luchando hasta el final, tenía que sobrevivir y llevarme por delante a ese engendro.

- ¡Me las vais a pagar, tú y toda tu estirpe! 

Grité intentando darme ánimos a mi misma mientras iba hacia él para hacerle uno de mis ataques eléctricos intentando pillarlo desprevenido.

Mi mentira era perfecta, que me ha podido delatar? Mierda! Seguro que han sido las gafas de sol... no estoy acostumbrado a disimular mi mirada y mis ojos gritaban: culpable! Mentiroso!

-Argh! Habría sido mucho mas facil si me hubieras creido! Aunque aún puedes fingir que crees que colaboraré con vosotros y llevarme junto a mis compañeras y junto a Ox para que pueda matar dos pajaros de un tiro... y de paso te ahorras una tunda. Que me dices?

Mientras la chica montaba su lanza yo hice rodar la mia haciendo que se prendiera la punta y preparandome para cargar contra ella dependiendo de su respuesta.

—Habría sido mucho más fácil si hubieras aceptado mi propuesta. Tú deberías saberlo mejor que nadie, no puedes luchar contra el mundo—Sheena le apuntó con la lanza—. Nunca te librarás del Imperio.

¡Tu turno!

Ox se desembarazó del pobre ataque de Alumi, apartándola de un empujón. El minotauro parecía decepcionado (era difícil saberlo teniendo la cara de un toro). Sus palabras despejaron las dudas.

—¿Esto es todo lo que tienes?—le preguntó—¿Y tú pretendías tomar tu cabeza? Espero que no sean todos como tú, dejaríais a Ten'Binger en muy mal lugar.

¡Nuevas TCOM!

Sonreí de forma desafiante mientras mi lanza ya prendida seguía rotando en mi mano.

-Tienes razón, no puedo enfrentarme al mundo entero... ¡Pero puedo enfrentarme a ti!

En una fracción de segundo la lanza se detuvo, me encontraba agarrándola con las dos manos firmemente y realizando un salto que casi alcanza la parte superior del muro; obstaculizando la visión del sol con mi cuerpo y cayendo en picado sobre Sheena con la punta de la lanza en llamas por delante.

- ¡Auch! ¡Estúpido bicho! ¡Sólo estoy calentando! No quiero que veas todo lo que tengo desde el principio, pero ya verás como te arrepientes de haberme subestimado, ya...

No era cierto, no tenía ningún plan B, pero algo se me ocurriría, ¿verdad?

Al ver como Eddie caía sobre ella, Sheena plantó fuertemente los pies en el suelo y tensó todo su cuerpo.

—¡TEKKEN!—gritó.

La lanza del sincronizado chocó contra el cuerpo de la mujer, pero no llegó a penetrar en la carne. ¿Acaso estaba usando algún tipo de armadura oculta? ¿O se trataba de algún poder demoníaco? Alumi tenía algo así de tipo sónico. Sin embargó el rostro de dolor de Sheena mostró que algo de daño le había hecho. Al ver la herida provocada, Eddie vio, que le había provocado una buena quemadura, pero sólo estaba afectada la piel.

—¡RAIKEN! ¡Ektoxévei tachtita astrapís!

Al mismo tiempo que lanzaba ese grito, la joven la servicio del imperio desapareció de la vista de Eddie para claravarle la lanza por la espalda. ¿Cómo se había movido tan rápido?

Eddie le provoca 13 puntos de daño a Sheena (Daño Máximo). Ésta reduce en 8, quedando 5 al final.
Sheena le provoca 9 puntos de daoñ a Eddie. Éste reduce en 5, quedando 4 al final.

¡Hora de nuevas TCOM!

Estado del combate
- Sheenna 5 puntos de daño.
- Eddie 4 puntos de daño.

—Quiero que me ataques con todo.

La verdad es que Ox era un tipo bastante raro. ¿Era tremendamente irónico? ¿O realmente era tan educado como parecía? Uno incluso podía dudar de que estuviera subestimando a Alumi, y simplemente estuviera constantando lo que al menos para él era un hecho. Era difícil de discernir, aunque viendo al tremendazo minotauro, uno pensaría más en que se estaba burlando.

—Vamos, muéstramelo

Ox retrasa su acción ¡Te toca!

—¿Que he muerto?

¿Cómo podía ser? Estaba viva, le estaba viendo a él... Si estuviera muerta, no vería nada. Sería todo negro. O así era como me lo había imaginado siempre...

—No puede ser, maestro —le contesté—. No recuerdo haber muerto. Además, si estuviera muerta, no podría estar hablando con usted ahora mismo.

Ni hablar. Así que, traté de cogerle del brazo...

—Busquemos una salida.

No me pensaba resignar... no podía haber muerto. ¡Aún no! Tenía muchas cosas por hacer...

Logré impactar un golpe directo contra la chica, no quería acabar con ella pero de todos modos fui con todo. Contra un enemigo normal habria atravesado el pecho de la chica, pero apenas logré chamuscar su piel. La sorpresa me dejó casi paralizado durante unos segundos, tiempo suficiente para que la chica desapareciera de mi vista y me golpeara con la lanza en la espalda.

-Que demonios? Una usuaria? Eso es trampa! Tu sabias cuales eran mis habilidades, el imperio siempre juega sucio... No esperes que me contemga aand partir de ahora.

Dicho esto me agazapé como un tigre dispuesto a saltar sobre su presa y devorarla de un solo golpe.

Jecket miró a su alumna seriamente. Estaba claro que tenían opiniones distintas de lo que estaba pasando. Uno parecía tener asumido su condición actual mientras que la otra se resistía a creerlo. 

—Tranquilízate Yolei—dijo su maestro siendo consciente del nerviosismo que empezaba a agitarse su interior—. Escucha.

Y entonces algo extraño ocurrió, porque su maestro comenzó a ¿deshacerse? en volutas de humo. Eso extrañó también al viejo maestro que se miró su cuerpo unos instantes.

—No importa si este es el fin. Lo único que importa es...

Pero Jecket no pudo terminar su frase, porque termino de deshacerse hasta volver a dejar a Yo-Yo sola en el laberinto.

—No, ¡ni hablar! ¡MAESTRO!

No me lo podía creer... Se había... ¡se había convertido en humo! Delante mía...

¿De verdad este era el final? ¿Así es como moríamos? ¿Yo también me convertiría en humo? Me negaba a creerlo, pero... sin embargo, había pasado delante de mis propias narices.

—¿Qué... qué es lo único que importa...?

Para colmo estaba aquella última frase... ¿qué había querido decir? ¿cómo terminaba?

En ese momento caí de rodillas... justo en el lugar en el que había estado de pie mi maestro. Si este era el final, no había ni siquiera podido despedirme de él... despedirme de quien me había enseñado todo y quien era como un padre para mí.

Maldita sea...

Cerré el puño con fuerza...

—Maldito Ox... ¡me las pagarás! ¡cabronazo!

Él había sido el culpable. Por su culpa estaba aquí... Pensaba hacerle pagar por todo.

Sin perder más tiempo, me puse en pie, y comencé a andar... Pensaba salir de aquel laberinto. Pensaba patearle el culo a ese maldito guaperas. ¡Me daba igual si estaba muerta o no! ¡Pensaba hacerlo!

Muy bien, ese minotauro se iba a enterar de lo que valía un peine. Era el momento perfecto de probar el artilugio que había inventado poco antes de embarcarme en aquella gran aventura. Revolví en mis bolsillos hasta que encontré lo que buscaba y con un rápido movimiento lancé varias bolas que parecían explotar por contacto y según tenía que ocurrir fallaron todas.

Sonreí mientras veía como el minotauro azul me miraba con cara de superioridad, sin embargo al poco rato las bolitas crearon un campo de energía a su alrededor, que me daría unos instantes de ventaja, pues calculando su tamaño y fuerza el campo electromagnético en pruebas no aguantaría demasiado.

- ¿Y bien? ¿Qué te parece?

Dije divertida y aterrada a la par, tenía que encontrar una salida... o algo 

—¿Usuaria?—dijo con desdén—¡No idiota! ¡Esto es fruto del entrenamiento! Pero es un nivel que tú nunca alcanzarás, ¡jajajajajajajaja!

La verdad es que Sheena era un poco infantil.

¡Tu turno! Perdón por el retraso, entre las vacas y gestionar la escena con tres hilos... todo se complica un poco ^^U.

Yo-Yo estaba enfadada, ¡muy enfadada! Ahora más que nunca tenia que encontrar a Ox. ¡Tenía que encontrar a ese maldito minotauro y patearle el culo! Si es que estaba viva... Si estaba muerta no podría pelear con Ox, ¿no? ¿O estaban todos muertos? ¿O la vida y la muerte eran una ilusión? ¿Quizás un sueño? Ya lo decía el poeta. ¿Qué es la vida? Un frenesí...

Pero los poemas ahora no importaban. Yo-Yo estaba enfadada y quería pelear. La maestra de Jet Techno Do comenzó a recorrer el laberinto a grandes zancadas. Ocasionalmente usaba sus poderes para inspeccionar rutas, aunque no era muy efectivo en el cambiante laberinto. Y entonces al girar una esquina... ¡Se encontró al fondo del corredor a dos minotauros!

Un momento... ¿dos minotauros? ¿Cómo era eso posible? Entonces se fijó con detenimiento y vio que no eran azules, sino marrones. También vio que eran más pequeños que el pirata y no vestían su llamativa y dorada armadura. Pero parecían fieros y peligrosos. ¿Esos monstruos eran parte del poder del minotauroelixir? Posiblemente, pero eso poco importó cuando las dos bestias cargaron contra Yo-Yo. ¡Si quería seguir adelante tenía que derrotarlos!

¡Hora de las TCOM!

Las bolitas generaron diferentes arcos voltaicos entre ellas retroalimentandose hasta finalmente alcanzar a Ox como si de una red eléctrica se tratara. Un potente ataque electromagnético que habría tumbado a muchos piratas, pero no al capitán Minotauro. Sin embargo, el ataque no sólo daño al pirata, sino que le dio tiempo a Alumi para prepararse y atacar de nuevo. 

—Vaya...

¿Ox estaba contento?

—Había pensado dejarte y que pelearas con el monstruo descerebrado—dijo—. Pero te lo has ganado. Pelearé contigo.

¡Nueva TCOM! Si sacas más de un 14 en iniciativa puedes actuar primero.

No, no eran Ox... pero se interponían en mi camino hacia él... ergo, tenía que patearles el culo también.

—¡Qué conste que habéis empezado vosotros...!

Por supuesto, no iba a dejar que me clavaran esos cuernos que tenían, así que traté de esquivarlos tan rápida como pude... Entre esquive y esquive, mi intención era colocarme en una posición lo suficientemente cómoda para knockear de una patada a uno de ellos...

—¡Ésta va por mi maestro!

Después de todo, estaba en desventaja numérica...