Partida Rol por web

¡A mí la Guardia!

II. Ronda de noche

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30/11/2023, 10:23
El Señor de los Goblins

Episodio 2 - Ronda de noche.

 

Aún no ha amanecido en Phandalin, pero McCorky, el gallo oficial de la Guardia de Phandalin, oculto en alguna callejuela y tentando a la suerte -no es la primera vez que es atacado furtivamente con un jarro de agua poco higiénica desde una ventana al grito de ¡CÁLLATE YAAAAARGH!- toca zafarrancho.

Cuando McCorky canta, todos los Guardias maldicen.

Comienza el servicio.

El trabajo funciona así:

Levántate con los párpados aún pegados y emitiendo bostezos que fuerzan las posibilidades de tu mandíbula a por un tazón de leche con algunos cereales. Si puedes, desayuna fuerte. Vas a necesitarlo. Acto seguido corre al baño. Lávate la cara con agua fría y aféitate con toda la precisión que tus cansados ojos puedan reunir, pues el Sargento de turno vigilará que estés presentable para el servicio. Ponte tu ridículo pero absurdamente flamante uniforme de servicio bien ceñido. No olvides la prenda de cabeza o el Cabo Colvin arremeterá contra ti puerro en mano. No quieres que por nada del mundo se te pegue el olorcillo acre a tu vestimenta. Antes de salir de casa rumbo al puesto de mando -una pequeña casa de dos plantas en pleno centro de Phandalin y bastante próxima al Cabildo-, no olvides las sandalias de dotación y tu preciada y bien pulimentada placa emblema. Solo tus deidades y tú sabéis lo durísimo que fue conseguirla tras sobrevivir contra todo pronóstico a aquella campaña de reclutamiento y a aquel infame suceso que tú y tus compañeros habéis jurado no volver a mencionar en esta vida o en la siguiente. Un suceso que el Capitán Grimes, vuestro no suficientemente idolatrado oficial al mando, ha convenido en denominar mascullando entre dientes y tras una pausa dramática… EL INCIDENTE.

La Guardia de Phandalin, siempre vigilante.

El Incidente puede resumirse en una calamitosa sucesión de despropósitos iniciada por un mal llamado “juego” ideado por una mente desequilibrada, y arroja las siguientes cifras:

Cuatro esguinces de tobillo.

Seis latigazos cervicales.

Trece episodios de estrés postraumático, doce de ellos materializados -qué curioso- en visiones espectrales de enanos rubicundos semidesnudos e hipermusculados en el espejo del baño acechando a los dolientes.

Un caso de amnesia retrógrada.

Siete denuncias por atraco a mano armada perpetrados por una pandilla de ardillas navajeras.

Un apuñalamiento investigado como tentativa de homicidio.

Un suicidio asistido con tintes diabólicos.

Una degradación camuflada de baja psicológica forzosa.

Una úlcera estomacal crónica para el Oficial al Mando.

Treinta y ocho peticiones del Círculo Druídico pidiendo justicia por Willy, que resulta ser el nombre del árbol utilizado como puente por cierto grupillo de terroristas ecológicos en su fuga de vaya usted a saber qué inenarrable crimen. De propina, una furibunda queja de su representante, la Archidruida conocida como La Dalia Roja, al mismísimo Alcalde Wester de que, de no hallarse culpables, el Círculo se reserva su sagrado derecho a cobrarse vegana venganza.

¡Manifestantes a las puertas del Cabildo!

Y por último, pero no por ello menos conflictivas, tres manifestaciones protagonizadas por una docena de mapaches enfurecidos que robaron un carruaje de hortalizas y lanzaron con ensañamiento coles de Triboar a la señora Dottie Melon y al venerable mago Otis Charles Flameburgerson en un acto de vandalismo mapachil sin precedentes.

Se sospecha una turbia conexión entre estas manifestaciones y el Círculo Druídico…

Las aguas, como puede comprobarse, bajan turbulentas por Phandalin. Lo suficiente para que un tipo con suficientes dosis de aburrimiento invente en un chispazo creativo el surf en Faerûn. Para hacer frente a la creciente lista de disparatadas exigencias a las que tienen que hacer frente nuestros valientes patrulleros rústicos, el Capitán Grimes, ese egregio paradigma de liderazgo y organización policial, ha conformado tres equipos. Tres selectas prolongaciones de su celo vigilante de una comunidad que, lejos de obedecer al arquetipo de Aldea Tranquila En La Que Nunca Pasa Nada, está convirtiéndose poco a poco en un polvorín, como estamos a punto de comprobar nuestros sufridos lectores y, por qué no decirlo, este humilde narrador. Estos tres equipos responden respectivamente a los indicativos de Alfa, Bravo y Charlie, estando liderados cada uno por un Halcón, que básicamente es un recluta con el suficiente tesón como para haber demostrado durante el reclutamiento una tenue pátina de lo que Ben Grimes denomina madera de Guardia, una suerte de predisposición innata al abnegado sacrificio que se espera de estos hombres y mujeres que se disponen a enarbolar el estandarte de la Justicia en Phandalin.

Nuestros intrépidos protagonistas conforman el orgulloso equipo Alfa, autodenominados por alguna febril mente creativa como Los Señores del Amanecer, pues tienen la fortuna (¿?) de ser los más madrugadores del Cuerpo y desempeñar sus funciones durante las primeras horas de la mañana, siendo el Halcón de este grupo el inminente paladín Thárivol Nailo. Su nombramiento estuvo en buena parte motivado por la resolución mostrada para salvar a su compañero y amigo, Ned van Houten, durante, inspira hondo… EL INCIDENTE.

Algunos se preguntan por qué se llaman Los Señores del Amanecer si este Episodio 2 se titula Ronda de Noche.

Me reservo la sorpresa, por supuesto.

Volvamos al principio.

Esta mañana se presenta soleada, según advierte el cacareo de McCorky. Un cacareo que evidencia cierta afición al aguardiente de Noyvern. Ojo, cuidado ahí.

Nuestros somnolientos héroes se ponen en marcha. Poco a poco van llegando a la Central y van accediendo a la sala de reuniones dispuestos para el servicio, donde les aguarda una sorpresa.

Ha llegado la hora de conocer a su nuevo Sargento.

Le llaman Whataperry.

Fred Whataperry.

Notas de juego

Informe de situación:

En vuestra entrada inicial, debéis situaros en algún lugar de Phandalin y narrad cómo os aproximáis a vuestro Cuartel.

Es importante que especifiquéis tal y como hicimos en el Off cómo ha cambiado el PJ desde el Episodio 1. No hace falta extenderse mucho, pero sí dejar constancia de los cambios más notables o las preocupaciones más relevantes que ha adquirido el PJ ya no solo consigo mismo, sino con sus compañeros.

Es un buen momento para hacer introspección y regalar un par de pistas del ánimo que tenéis. Considerad estas preguntas y tratad de responderlas:

He conseguido un objetivo muy difícil. ¡Soy Guardia de Phandalin! ¿Qué siento al respecto?

He perdido a una compañera en extrañas circunstancias durante... EL INCIDENTE. ¿Quiero hablar de ello con alguien? Y en caso afirmativo, ¿con quién?

¿Cómo me ha afectado a mí... EL INCIDENTE?

¿He evolucionado como personaje en la trama? En caso afirmativo, especificar en qué.

¿Quién es mi mejor amigo en estos momentos? ¿En quién confío más?

¿Quién es mi peor enemigo?

Recordad que aunque dejo todo listo para arrancar a toda mecha, no tengo prisa. Si queréis interactuar entre vosotros, simplemente planificadlo y narráis conjuntamente una escena de introducción. Y si queréis hacer lo propio con un PNJ, ídem. Soy todo oídos. Eso sí, cuando todos estéis en el cuartel, activo al Sargento Brogan. Y de ahí, hacia la aventura. 

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01/12/2023, 11:04
Edmund Van Houten

Las luces del alba golpean los ojos del joven historiador, que yace sobre su cama de brazos cruzados, y éste parpadea lángidamente con el ceño fruncido. Sus ojos ya estaban abiertos antes de que el sol se colase por la ventana. Es más, sus párpados no se habían cerrado en toda la noche. La sombra de unas ojeras asoma bajo las cuencas de sus ojos.

Con un largo suspiro Edmund se incorpora y se queda unos segundos sentado en el borde de la cama, con las manos apoyadas en el edredón, ligeramente encorvado. Sus ojos están posados sobre el pequeño escritorio del fondo, pero no parecen mirar nada en concreto. Sobre aquella pequeña mesa descansan decenas de papeles desperdigados y varios tomos gruesos.

Pero McCorky canta y eso sólo significa una cosa. Comienza un nuevo día en Phandalin. Un Phandalin bajo el cuidado de la Guardia. Cabría preguntarse, al ver el deplorable aspecto del bardo, si los guardias cuidan del poblado, ¿quién cuida de los guardias? Edmund, con una hogaza de pan entre los dientes y el uniforme desajustado, abandona el hogar de los Nailo antes incluso de que la servidumbre de comienzo a la rutina matutina. Necesita aire fresco. Necesita alejarse de todo aquello.

Aunque los horarios solían ser mortíferos, ser miembro de la Guardia tenía sus ventajas. Le daba a uno un objetivo, algo en lo que pensar, un motivo para actuar, para mantenerlo a uno lejos de las sombras. Y es que, desde EL INCIDENTE, Edmund necesita más que nunca algo que lo distraiga del hecho de que, ante la mirada impotente de sus amigos, decidió quitarse la vida. Como cabría esperar, guarda una deuda de eterna gratitud hacia Thárivol, quien tuvo a bien corregir aquel error, pero el peso de la culpa a veces es demasiado grande. Hay quien diría que el joven erudito había menguado en tamaño desde aquella noche.

Masticando con parsimonia, apoyado contra una de las vigas de los establos, esperó pacientemente a que Eira asomara su rojiza cabellera. En torno a la semielfa se sentía tranquilo. Ella, aunque según decían compartía un destino muy similar al suyo, no estuvo presente en aquella cabaña. No fue testigo de lo que allí ocurrió y aquello le daba cierta paz.

Mientras tanto, en la mansión de los Nailo, una de las doncellas ponía orden en el cuarto de invitados. Se dispuso a organizar el escritorio pero, llevándose súbitamente una mano a la boca, decidió que lo mejor sería no perturbar aquel desorden. Sobre el mismo podía verse hasta media docena de retratos furiosamente dibujados a carboncillo de un demoníaca criatura cuatro veces astada. Aquel invitado parecía demostrar una ligera obsesión. Una algo malsana.

Notas de juego

Saludad a Dark Edmund.

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01/12/2023, 16:06
Eira Nightshade

Eira despertó repentinamente aterrada. Incorporándose violentamente, respirando pesadamente y empapada en sudor. Se sujetaba el vientre con ambas manos, tratando de calmar inútilmente una sensación desagradable fantasma de dolor y ardor. Tal vez no recordara que sucedió aquella noche, pero su cuerpo no había olvidado la sensación de ser atravesado por el acero. Una y otra vez. Para dar paso a una ardiente rabia hacia Arthur, su autoproclamado salvador. ¡Y un cuerno!

No se volvió a dormir, a pesar de que quedaba un buen rato de sueño hasta el amanecer. Sabía que sería inútil intentarlo. La ansiedad que sentía en ese momento no lo permitiría. Y como empezaba a ser habitual desde aquella maldita noche, salió a correr. El ejercicio le ayudaba a calmar esa ansiedad y era una forma muy productiva de matar el tiempo hasta el amanecer.

Al llegar el amanecer, precedido por el estridente y desagradable canto de McCorky y las maldiciones de los vecinos, la mestiza estaba regresando a la que era su casa en la aldea; Un pequeño cobertizo debidamente adecentado que se encontraba cerca de los establos en los que había dejado de trabajar.

No fue una sorpresa encontrarse a Ned a su regreso por allí cerca. Por alguna razón, al erudito parecía reconfortarle la presencia de la semi-elfa. Calmada, le dedicó una sonrisa a su compañero y le hizo un gesto indicando que esperase un momento. Volviendo a aparecer minutos después, debidamente aseada, vistiendo el uniforme a excepción del horrible casco, que lo llevaba en la mano. Ya se lo pondría cuando tocase.

-¡Buenos días!- Dijo con tono risueño.

No era fingido. Una de las ventajas de haber perdido la memoria, es que lo sucedido no empañaba su humor habitual una vez superado el ataque de pánico. A continuación miró a Ned de arriba abajo. Para comenzar a estirarle el uniforme y recogerle la melena.

-Como cierto Cabo te vea así no se te va a despegar en todo el día. Y no queremos eso ¿Verdad?-

Miró al erudito de arriba a abajo una segunda vez. Asintiendo.

-Mucho mejor-

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01/12/2023, 17:29
Thárivol Nailo

La noche previa a empezar su nueva etapa como flamante Guardia de Phandalin, Thárivol preparó una velada especial con Thycis. Desde EL INCIDENTE no podía evitar ser sobreprotector con la tifling y se mostraba extremadamente solícito con ella. En una cena íntima hablaron del nuevo hogar que tendrían para ellos dos y Thar aceptó intentar hacerse con la casita que su prometida quería. El semielfo evitó hablar de las preocupaciones de su nuevo trabajo y los dolorosos recuerdos con todas las evasivas posibles, haciendo como si en realidad no le hubieran afectado ni lo más mínimo. Dejó a Thycis en casa de su madre ya de noche. - Que duerma bien usted también, señora Xarrut... me da dentera, su madre. ¿Eh? No, no he murmurado nada entre dientes...

Era tarde cuando llegó a la amplia casa de los Nailo, y le sorprendió quién estaba allí esperándole para hablar con él. Aredhiel. Thar la había estado evitando durante días y volvió a hacerlo ahora con la excusa de que era ya muy tarde y debía madrugar. Su hermana estaba preocupada y era lógico. Sus hermanos estaban distintos tras EL INCIDENTE (¡Zeph también!), su compañero de estudios Edmund aún peor y nadie quería explicar a la joven Bardo lo que había sucedido.

- Hablaremos en otra ocasión, Aredhiel, te lo prometo - acababa de decirlo y ya se arrepentía de su promesa. Pero Aredhiel era así, su curiosidad era insaciable, por eso era Bardo.

Le costó dormir, pero al fin y al cabo, los semielfos tampoco duermen demasiado. Se levantó antes del amanecer (caldo de McCorky, pensó maliciosamente... no, que la pobre ave solo hace su trabajo) y se vistió el uniforme con la máxima pulcritud. Peinado perfecto. Policía en la vestimenta, que diría Colvin. Pues no vas a encontrar ni una falta, fumatallos. Algún día conseguiré cambiar lo de las sandalias. Si me he salido con la mía en lo del escudo...

Bajó hasta la cocina y no encontró a nadie. Era demasiado temprano para la cocinera, eso ya lo esperaba. Pero tampoco estaba Ned y le gustaría haber hablado con él. El Bardo llevaba varios días sin dormir, comiendo poco y hablando menos. Era lo que estaba poniendo tan nerviosa a Aredhiel y cada vez se hacía más preguntas. Thárivol desayunó deprisa sentado en la cocina sumido en sus pensamientos. Al terminar recogió todos los cacharros utilizados con prisa y salió a la calle caminado a grandes zancos.

No sabía muy bien qué camino seguir así que se quedó un momento esperando en la calle que llevaba a las afueras de Phandalin hacia las granjas. Con un poco de suerte, de camino se encontraría con Vic y con esa muchacha alta que siempre estaba rodeada de mozalbetes y niños. Golondrina, sí. Una noche arrojó a un forastero borracho al abrevadero por insultar a un crío que se había tropezado con él. No hablaba mucho, pero era de mecha corta para algunas cosas. Prefería ir al cuartel charlando con ellas a seguir dando inútiles vueltas a las preocupaciones en su cabeza. 

Además, podrían comentar cosas sobre el Sargento nuevo. Mejorar la experiencia de Grudgestone, al casi paladín no le parecía muy difícil.

 

Notas de juego

He pensado que Aredhiel es una interesada colateral que quedaba justo en medio de todo esto (Thar, Ned y Zeph) y que su reacción lógica sería más o menos así.

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01/12/2023, 22:54
Victoria

Puede que McCorky fuese una molestia para un buen número de reclutas, pero en el caso de Victoria no. Ella al igual que sus abuelos acostumbraban despertar temprano, y más le valía, cuando era cría le inculcaron ese horario a fuego. Era eso o despertar de una forma desagradable, en resumen, no merecía la pena el 1 minuto más típico en el que la cama te susurra sugerentemente que abandones todas tus responsabilidades y preocupaciones. Aunque le costó mucho tiempo entenderlo.

Habiendo ayudado a sus abuelos con tareas matutinas, con bastante más energía de lo normal, para sus abuelos era obvio que haber conseguido entrar en la Guardia la tenía orgullosa y feliz, pasado el tiempo llegó su momento de preparase. Armadura, sandalias, capa y el Mk.II fueron puestos con algo de prisa en aquél orden, aunque esta vez el casco no amenazaba con cortarle la circulación, ya no hacía falta. Por ahora parecía que él no la había reconocido, aunque al final era cuestión de tiempo, no le preocupaba demasiado porque ya había superado la etapa de máximo secretismo, no la podía echar porque si, ¿no?. Por otra parte, que no la hubiera visitado aún ayudada, aunque eso la molestaba. Sin perder más tiempo en pensamientos cogió su espada y nuevo escudo, amabilidad de la Guardia. Tampoco podían negarse después de haberle dado uno a Thárivol.

Antes de marcharse le daría un abrazo a su abuelo y abuela, — Que tengáis buen día —, dijo antes de irse. Iba a un ritmo algo acelerado pero sin llegar a correr.

En su camino al Cuartel pensamientos de aquella noche cruzaron por su mente. Esa última escena fue horrible y desde esa noche la preocupación por Gary no la abandona, siempre que podía trataba de estar con él. Por otro lado, posiblemente a regañadientes del anterior, se había acercado bastante a Thar confiaba en aquel hombre y si la necesita podría contar con ella. Aquella noche había insistido, en que al final era mejor centrarse en quien había salvado. Pero era obvio que al paladín o bardo la carga seria muy grande, después de todo no había compartido mucho tiempo con la chica, tendría que ayudarlos en lo que pudiera, como si era simplemente escuchando.

Hablando del paladín en su camino lo pudo ver, cuando lo nombraron Halcón a él y Brynn no se sorprendió para nada, en realidad se alegró, en su opinión eran perfectos. Lo que sí le sorprendió gratamente fue ver a Golondrina en su mismo equipo. No podía decir lo mismo de Arthur, el hombre no tenía ningún problema con ella pero no le daba una buena espina, las opiniones de sus compañero no ayudaban a ello.

— ¡Hola, Thar! —, le gritó al semi-elfo mientras se acercaba, por lo que este podría recordar nunca le preguntó si podía abreviar su nombre, simplemente lo hizo,— ¿Con ganas de conocer al Sargento? —, ella si las tenía, esperaba que fuera alguien confiable aunque sin tener un palo en el trasero. Parecía que hoy Gary se libraría de ella, no era un secreto su mala relación con el paladín, ¿Qué le parecía a la joven?, una mierda. Podía comprender algo las razones pero definitivamente no las compartía, si hubiese podido habría salvado a los dos. Mientras avanzaban Thar pudo ver como la chica sacudió la cabeza tratando de despejarse.

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02/12/2023, 10:34
Director

Notas de juego

Recuperando las viejas tradiciones, nota previa a la intervención del Señor de los Goblins:

Estupendos todos. Solo nos falta nuestra Golondrina Malandrina, a la que esperamos con alegría e ilusión.

Entiendo que estáis todos próximos, más o menos. Solo que Ned ha salido antes de Nailo's Manor fruto del insomnio y ahí se ha topado con Eira, así que supongamos que vais en grupos de dos y dos por el momento, hasta que Golondrina se una presumiblemente a Thárivol y a Vicky.

Ned, Eira, seguid charlando.

Thár y Vicky, ídem.

Solo voy a intervenir brevemente con una sorpresita y una novedad... rumores.

Os voy a dar uno o dos a cada uno en privado, para que tengáis un extra que comentar. No diréis que el Señor de los Goblins no es generoso, ¿eh?

Roleen, roleen brutalmente.

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02/12/2023, 10:41
Aredhiel

—Thárivol.

La aterciopelada mas imperativa voz de su hermana le impele a girarse justo antes de que el rubicundo semielfo pueda devolver el saludo a la joven Victoria, su compañera de fatigas, que este momento cruza la calle a todo correr para llegar a su encuentro. Los dioses saben bien lo que las aguas turbulentas de un río de agua helada pueden unir en una sincera amistad.

Aredhiel luce espléndida esta mañana. Su profusa cabellera, limpia y reluciente, es del color de la arcilla mojada. Sus ojos verde oliva vuelcan toda la fervorosa pasión que la joven siente por su familia y, en particular, por su hermano Thárivol.

—Sé que te sientes en el deber de proteger a todo el mundo. Tú eres así, simple y llanamente. Lo comprendo. Lo respeto. Y lo admiro.

Aredhiel, hasta ahora en el umbral de la puerta de la Mansión Nailo, da un paso hacia delante con la misma determinación que su hermano ha reunido en ocasiones para afrontar decisiones difíciles. Les va en la sangre.

—Pero no te atrevas a aislarme de tu vida —Sus ojos emiten destellos azulados. Thárivol se pregunta si es un truco de magia tan sutil que ha llegado a utilizar inconscientemente o, por azares del destino, los ojos de su hermana están embrujados.

Entonces Aredhiel extiende su delgado brazo y, con una rara y delicada contundencia para su menuda figura, estampa en el pecho de su hermano un papel doblado con mimo y precisión, como todo lo que hacen sus hábiles manos.

—Y no vuelvas a decirme cuándo preocuparme. Sé cuándo he de hacerlo. Y este es uno de esos momentos.

Thárivol despliega el papel casi por accidente, y en él ve la diabólica e inconfundible silueta de cuatro astas que le visita por las noches desde… EL INCIDENTE.

—La sirvienta ha encontrado más. Todos en el cuarto de Ned. Al principio, los guardaba con celo. Ya no. Debes hablar con él. Es tu amigo. Y un gran hombre. Si me necesitas, estaré contigo.

Su rostro, severo y secretamente dolido por el recelo de su hermano a confesar lo inconfesable, se relaja.

—Siempre estaré contigo.

Aredhiel acaricia a su hermano, no sin hacerle un tirabuzón en el flequillo, gesto ancestral de las damas Nailo para con el único rubiales de la prole. Luego regresa al interior de la mansión con paso elegante, instalando en su hermano el pensamiento de que es demasiado buena para cualquier hombre en esta tierra.

Notas de juego

Ahí tenéis otro poquito de la Familia Nailo. ¿Esta era la mayor, o la menor de los tres?

Te has librado de una escena con Thycis de milagro, mi félfico amigo. Ya llegará.

Si quieres ocultar la evidencia de un trauma psicológico en Ned a tu amiga Vicky, enfrentad Sigilo del paladín contra Percepción de la guerrera. El que saque mejor puntuación, decide si escabulle la hoja con éxito o si es vista con nitidez.

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02/12/2023, 11:04
El Señor de los Goblins

Notas de juego

Rumores revolotean por Phandalin desde tu ingreso en el Cuerpo de Guardia.

Tu obsesión por la espada que dejó tras de sí la difunta Lizette arroja no pocos enigmas sin resolver, mas tienes tres vectores de investigación. 

El primero, localizar algún practicante de la magia que posea entre su vasto repertorio el conjuro Identificar.

El segundo, encontrar a algún comerciante de objetos mágicos por Phandalin que pueda arrojar luz sobre la procedencia del objeto. 

Y el tercero, consultar con un experto en espadas. ¿Quizás un herrero?

En Phandalin el mago local más poderoso -y chalado- es Otis Charles Flameburgerson. Resulta ser el padre de Golondrina.

El único comerciante extravagante que conoces aguarda en Waldo's Emporium.

Por último, salvando los conocimientos metalúrgicos del tabernero local, Barryl Drunkenhammer, solo puedes confiar en el buen juicio de la herrera de Phandalin, Maddie. 

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02/12/2023, 11:12
El Señor de los Goblins

Notas de juego

Rumores revolotean por Phandalin.

Has escuchado que el Capitán Grimes va a traer a un investigador desde la Central en Waterdeep para esclarecer... EL INCIDENTE.

Quieren a alguien imparcial para evaluar el caso. Es probable que también se encargue del expediente de Larry.

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02/12/2023, 11:15
El Señor de los Goblins

Notas de juego

Rumores revolotean por Phandalin:

Ha llegado a tus oídos que el nuevo Sargento es conocido por su tendencia a la brutalidad policial, a la detención ilegal y a un largo historial de mala praxis.

Grimes parece estar realmente irritado con este traslado. Él no quería a este Sargento.

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02/12/2023, 11:17
El Señor de los Goblins

Notas de juego

Rumores revolotean por Phandalin.

Se dice que se ha avistado un objeto volador no identificado por la foresta, muy cerca de Thundertree, la base de operaciones del Círculo Druídico.

Dalia Roja, la líder del Círculo, es una antigua amante de tu padre (!!!). Este último rumor te lo ha insinuado Zephyr.

También se rumorea que Zephyr ha aprendido a tocar la armónica.

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02/12/2023, 11:20
El Señor de los Goblins

Notas de juego

Rumores revolotean por Phandalin.

Se comenta entre los niños de Phandalin que se aproxima a la aldea un circo ambulante. Los pequeños están entusiasmados y te han pedido que asistas con ellos en varias ocasiones.

Dicen que el circo tiene algo insólito: un mono albino.

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02/12/2023, 13:11
Golondrina

Desperté por costumbre antes de que saliera el sol, con papá en la otra habitación todavía roncando y abrazado a su bota de vino. Recién estaba cambiando el cielo de color cuando me puse a practicar movimientos en el jardín, para luego ir a asearme antes de tener que acudir al canto del gallo.
Tras secarme el pelo me lo recojo en un moño para poder ponerme el casco encima. Ese casco tan horrible que cuesta conseguir una forma de que quede bien. El resto del uniforme es más o menos aceptable, salvo por el peto de cuero endurecido, que me apreta un poco arriba. He pedido permiso para quitármelo, pero nunca se llega a un consenso entre mis superiores, así que decido bancarme la molestia, considerándolo como parte del sacrificio y el entrenamiento, aunque es realmente una nimiedad.

De camino al puesto llevo una canasta con los bizcochos que sobraron del día anterior, con la idea de hacer un poco de dinero para llevarle a papá luego. Pensé tarde en la posibilidad de no venderlo todo y tener que aparecer con eso ahí en el trabajo, pero no creo que me reprendan, ¿o sí? Podría convidar al resto, supongo, tal vez. No me parece nada malo.

Ya cuando me cruzo con otros compañeros se me viene un recuerdo de la noche esa, cuando oí gritos y desesperación. Tuve un duelo con ese enano raro en el que casi pierdo el alma. Papá siempre me dice que nunca subestime a un oponente, que hay veces donde no existe armonía entre su aspecto físico y sus verdaderas capacidades, que por eso hay que ver más allá de las meras apariencias. Yo soy un claro ejemplo de eso. Pero Grudgestone... Está a otro nivel. Tenía reflejos de mantis y un instinto asesino que me erizaba con su sola presencia. Incluso fui testigo de una posible defunción. ¿No se supone que un sargento debe cuidar de sus reclutas? Comprendo el entrenamiento riguroso, pero de ahí a buscar la muerte cruda hay toda una diferencia. Y me da miedo preguntar.

De nuevo me perdí en esa nube de pensamientos, hasta que un griterío infantil me trae de nuevo a la realidad. Miro hacia abajo y tengo media docena de retoños corriendo y saltando emocionados.
Oh, claro.
—Por favor, no me insistan —digo, expresando aflicción, aunque entre el bochinche ni yo me escucho—. Ya les dije que a partir de hoy tengo trabajo y no sé si hay días libres.

Es horrible cuando no aceptan un no por respuesta. ¿Pero por qué se ilusionaron tanto? Les he repetido hasta el cansancio que no sé, no puedo confirmarles nada. Bobos.

Por allá veo pasar algunas caras conocidas. El señor de barba, el otro rubio, sus demás amigos. Estaban todos juntos en la noche rara. ...Pero falta gente.
Necesito pedir socorro ahora mismo, tal vez alguno de ellos tenga mejores habilidades diplomáticas y me quite de encima los niños, que hoy están especialmente espesos.

Entonces me acerco despacio al grupete ese, colocándome detrás de todos. Los pequeños me siguen como patitos, así que no tardarían en enterarse de que estoy.

—Ah, eh...
Ya sé, les ofrezco bizcochos para iniciar diálogo.
Sin embargo, levanto la canasta y está bien vacía.
Bueno, no bizcochos.
—Em. Hola.
Levanto una mano para saludar. Papá me debe haber enseñado mil cosas, pero socializar no es una de ellas. ¡Pero en el reclutamiento sobreviví cosas peores! ¡No puede ser esto!
—¿Qué pasó con la muchachita que siempre está con ustedes? —Pregunto, intentando producir una sonrisa, aunque más bien me sale una cara de psicópata—. Era pequeñita y adorable. ¿Renunció?

Jopetas, me arden las orejas.

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02/12/2023, 16:53
Edmund Van Houten

Con una sonrisa cansada esperó a que la semielfa le acicalara y ajustara las vestimentas. Aquel gesto casi maternal profesado por Eira podría parecer en principio algo inusual, pero Edmund había aprendido tras aquellos días que no todo es lo que parece con la joven pelirroja. Asintió por toda respuesta y volvió sus ojos al camino que llevaba al cuartel. La tímida sonrisa casi se había esfumado. Inspiró profundamente esperando que el aire frío de la mañana le ayudase a despejarse y alejarse de aquellos oscuros pensamientos. Funcionó. Hasta cierto punto.

—He oído decir que tenemos un nuevo sargento —comentó sin volverse—. Me pregunto si será capaz de rellenar las botas de nuestro iracundo enano.

El bardo se giró hacia Eira, se colocó el casco sobre la cabeza, y le dedicó una sonrisa tranquila.

—¿Lista para un nuevo día en la Guardia? Las calles de Phandalin no se van a proteger solas —un atisbo de buen humor asomó bajo aquel ridículo yelmo—.

Sacudiéndose las manos y ajustando ambas espadas en el cinto hizo un gesto a su compañera para emprender el camino hasta la central. Seguramente el resto se encontrase también de camino.

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03/12/2023, 10:31
Eira Nightshade

Esa sonrisa, aun discreta, no pasó inadvertida a los ojos de elfo de Eira. Para la mestiza fue todo un logro conseguir esa expresión por parte del umbrío Edmund. Gracias a la diferencia de estaturas, y a que ella tenía la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo, el erudito no pudo ver la sonrisa victoriosa que la pícara le devolvió.

-Pues yo no he oído nada bueno sobre él...- Añadió a la charla sobre el nuevo sargento. Pecando de prudente, no quiso entrar en demasiados detalles. -Creo que a su lado, Grudgestone era todo amor y bondad. Espero equivocarme-

Por su parte, Eira no vistió el casco de inmediato, sino que prefirió llevar la cabeza al descubierto todo el tiempo posible. La jornada iba a ser muy larga después de todo. Se lo colocaría cuando estuviesen llegando al cuartel.

-La guarda Nightshade se presenta lista para proteger a las buenas gentes de Phandalin de todo tipo de males; enanos acorazados, canallas y perversos señores de los goblins-

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03/12/2023, 13:35
Thárivol Nailo

Desarmado. Así se sentía Thárivol después de las palabras de Aredhiel. Su hermana solía provocar ese efecto cuando quería y ésta había sido una de esas ocasiones. Pero también era consciente de que tenía razón. Edmund estaba mal y tenía que hablar con él. Thar, con el papel aún en la mano, miró a su hermana con adoración no disimulada mientras entraba en la casa. Sabía que ella sería discreta y que procuraría que la sirvienta también lo fuera. En la medida de sus posibilidades. 

Victoria le alcanzó y el rubio mestizo retornó bruscamente a la realidad. Le dirigió a la humana una sonrisa triste y le mostró el papel brevemente, sin llegar a desdoblarlo. Lo guardó con cuidado entre sus ropas aunque le habría gustado hacerlo desaparecer. O que nunca hubiera aparecido.

- Ned sigue igual. El problema es que ya casi ni lo oculta. Y Aredhiel ya se ha dado cuenta de todo. Espero que mi hermana sea capaz de controlar esto o las habladurías irán a más. - Thar apretó la mandíbula y respiró hondo - Vic, en lo que a nosotros respecta, no habrá nada que informar. Porque no ha ocurrido nada. Esto no le interesa a Colvin, ni al nuevo Sargento, ni siquiera al Capitán Grimes. Seguirá siendo asunto exclusivamente nuestro. Voy a tapar a Ned todo lo que pueda y asumiré las responsabilidades necesarias.

La nueva adquisición de los Alfa apareció con una cesta vacía después de repartir unos bollos entre un nutrido grupo de arrapiezos que la seguían a todas partes. La muchacha se comportaba con bastante timidez a la hora de hablar pero a Thar le cayó bien desde que llegó al grupo. Cuando alzó la cesta pero ya no tenía repostería que regalar, su gesto algo apocado arrancó una leve sonrisa al semielfo.

- No te preocupes. Acabo de desayunar. Será mejor que nos dirijamos al Cuartel. 

Ante la frase de Golondrina preguntando por Liz, Thárivol se quedó un poco parado entre dos zancadas. Miró a la mujer y sin ganas de hablar de ello, sólo respondió:

- Nos dejó.

No le habían hablado de lo ocurrido. Ya habría tiempo para ello. De alguna manera había que integrar a Golondrina con los demás. Seguramente empezaría por acortarle el nombre porque Golondrina era demasiado largo. ¿Drin? Sonaba bien.

Vio a lo lejos a Ned con Eira. Curiosamente le pareció que Ned se encontraba bien a su lado. Había sido un enorme alivio poder recuperar a la mestiza de aquella noche de locos, aunque Eira tuviera secuelas en forma de amnesia. Esas lagunas en la memoria y lo que no terminaba de cuadrar en los hechos preocupaban a Thar. Pero verla en plena forma y haciendo bien a Ned fue la primera alegría de la mañana.

- Buenos días, Alfas - saludó afable - Hoy empezaremos a demostrar que somos los mejores.

Se puso el estúpido yelmo. Le gustaba dejar su pelo suelto, pero no tenía ganas de soportar las bobadas de Colvin. Ya veremos después.

 

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03/12/2023, 21:59
Victoria

Poco después de que la hermana se fuera la chica llego al lado de Thárivol. Sus ojos se dirigieron a aquel papel doblado, desde la distancia pudo ver como lo intercambiaban, o más precisamente la chica se lo estampaba. Aunque no muy apreciable, sabía que seguramente la silueta del dibujo estaría relacionada con esa noche, la sonrisa del semielfo no hacía otra cosa que confirmarlo.

— Yo también espero que pueda controlarlo, los rumores se esparcen rápido por el pueblo —la gente hablaba de cualquier cosa cuando se aburría o sin aburrirse, la verdad. Ante las siguientes palabras de Thar se le hizo un nudo, no le gustaba la idea ocultarle información importante a sus superiores— si es como quieres proceder, así se hará —el era su superior más cercano si lo pensaba, mientras no pusieran al pueblo en peligro no tendría problema, ellos mismos se encargarían, sobre todo quería encontrar aquella daga— deberíamos encontrar a la araña, o al menos asegurarnos que no es una amenaza para Phandalin —.

— He oído que Grimes traerá a un investigador de Waterdeep —esto podría ser algo malo si empezaba a investigar a Ned— si queremos mantener el máximo secretismo habrá que tener cuidado cuando hablamos del asunto —después de una pausa volvió a hablar— puede que también se encargue del caso de Larry —sabía que el semiorco estaba con ellos en el reclutamiento y tenía buena relación con estos, por eso comento lo último.

Al poco llegaría Golondrina— Hola, parece que te robaron todos los bizcochos —saludó tranquilamente a la chica, parecía que el intercambio ya la estaba sobrecalentando. Por otro lado, Victoria asintió al comentario de Thárivol, llegar tarde al cuartel no sería nada bueno para su reputación y puede que integridad. Luego corazoncito dio un brinco cuando ella hizo esa pregunta, más que nada por la reacción del semielfo, — La Guardia no era su lugar al final —por ahora crear la imagen de que había abandonado le parecía una buena tapadera.

Cuando Thar retomo la marcha Victoria puso sus manos en la espalda de Golondrina, empujándola con cuidado— Bueno niños, lo sentimos mucho pero Golondrina y nosotros debemos ir a mantener seguro el pueblo, hasta luego — su tono tenía una energía no muy habitual en ella, se imaginaba que era mejor así para los niños.

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04/12/2023, 10:56
Director

Notas de juego

Nota previa a la actualización:

La entrada de hoy tiene miga porque, más allá de las infinitas posibilidades de interacción con los PNJ, hay un documento clave y trascendental para vosotros... LA HOJA DE SERVICIOS.

Recomiendo que os lo copiéis en Notas y lo comentéis detenidamente por el Off para decidir cómo lo afrontáis y preguntar cuantas dudas os surjan. A vosotros os ayudará para organizaros, pero es que a mí también me va a ayudar para planificar todo el Episodio.

Reiteraré algo que ya sabéis: No tengo prisa. Si queréis salir ya a patrullar, OK. Si queréis deteneros a rolear con los PNJs o entre vosotros, OK. 

Haced lo que os dé la gana, que para eso estamos aquí.

Aclaro a petición popular que Zephyr está hoy de Guardia de Puertas y Gary, como sabéis, de Carcelero. Larry es, por el momento, el único integrante de los calabozos del Cuartel.

A Brynn me la reservo para más avanzado el Episodio.

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04/12/2023, 11:03
El Señor de los Goblins

El Cuartel de la Guardia de Phandalin es una casa de dos plantas. En la primera se compartimentan el cuarto de puertas, donde un siempre somnoliento y aburrido Guardia vigila todos los accesos al Cuartel y atiende a los aldeanos en sus ruegos y plegarias; las oficinas del Cuerpo, la sala de reuniones, la sala de interrogatorios, el armero y el acceso al sótano, donde el Cuartel dispone de unos lúgubres calabozos a cargo de un carcelero. La primera planta tiene las espaciosas oficinas del Capitán Grimes y la del nuevo Sargento, así como varios dormitorios que suelen ser empleados por los Guardias del turno de noche cuando la aldea duerme y todo permanece sereno.

Lo primero que asalta a los nuevos Guardias al acceder al Cuartel es un intenso olor a puerro, pues el Cabo Colvin está fumeteando mientras recaba información del Halcón saliente, que no es otro que Arthur Cosgrove, el último hombre en pie del equipo Charlie.

Parece que la noche anduvo tranquila en líneas generales… hasta que el Cuartel recibió hace escasas horas la visita de Dottie Melon, la histérica amazona senil marca registrada de Phandalin.

Notas de juego

Para los interesados:

El que supere una tirada de Percepción DC 15 escuchará una acalorada conversación que proviene de la primera planta. Se alcanza a escuchar al Capitán Grimes y, al menos, a un misterioso interlocutor más.

Subir a la primera planta sin ser detectado requiere de una tirada de Sigilo DC 15.

De superarse las dos tiradas, habrá más pistas.

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04/12/2023, 11:10
Arthur

El turno de noche siempre es engañoso. Acostumbra a ser el más tranquilo, pero, por contrapartida, las peores incidencias acaecen con nocturnidad y alevosía. El equipo de Arthur, el Charlie, está integrado por una variopinta suerte de patanes e ineptos, algo que a él dista mucho de molestarle.

Serio y profesional, Arthur Cosgrove es el único Guardia confiable del turno de noche. El resto de su equipo le resulta muy fácil de manipular y ninguno tiene aspiraciones, algo que le hace resaltar aún más de cara a los mandos. Por si eso no fuese suficiente, tiene la enorme suerte de contar a su lado con su mano derecha y ejecutor personal: El bueno de Eddie, un tipo que responde a las mil maravillas cuando hay una intervención turbia en la que hay que aplicar ciertas dosis de violencia desmedida.

Tras cuadrarse y efectuar con precisión un saludo elegante y marcial, Arthur Cosgrove recoge sus pertenencias y deja al Cabo con su puerro.

El espigado Arthur resulta realmente imponente en uniforme. Por algún extraño motivo, la prenda de cabeza le sienta como un guante. Sus facciones esbozan una sonrisa taimada cuando se cruza con el Equipo Alfa en el cuarto de puertas.

—Tengan buen servicio, damas y caballeros. Thárivol.

Arthur, altanero y arrogante, saluda al Halcón rival con ese saludo mecanizado y bien ensayado que le caracteriza. Encuentra franco placer en provocar sutilmente a su adversario.

Sus ojos se posan fugazmente en Eira, una mirada extraña y enigmática, pero evaden el contacto más allá de un vistazo casual. Su objetivo es alguien diferente esta mañana.

—Van Houten. Si tienes a bien, quisiera tener unas palabras contigo. A solas.

>> Esperaré fuera.

Luego pasa junto a Victoria y le posa la mano en el hombro dedicándole una sonrisa lupina.

—Cuídales, niña.

Y el público se pregunta: ¿Dónde está Edward?