Partida Rol por web

Nymrael llamó a parte a sus compañeros para hablar de un tema que le parecía controvertido para hablar en público. 

- Compañeros, hay una cosa que deberíamos hablar. Hay dos objetos que poseemos y que pueden ser fuente de conflicto. Me refiero a el Yelmo de ithilnaur y El gran Cetro de Morthond, estos objetos pertenecen a la corona de gondor y al menos uno de ellos es tremendamente poderoso. Puede sernos muy útil, pero creo que se sale de nuestro rango de posibilidades. Evidentemente me gustaría llevar a mi el yelmo ya que multiplicaría por 6 mis capacidades mágicas. Pero Creo que deberíamos viajar a Gondor y devolverlo a la familia real. Si cualquier renegado Arnoriano se diera cuenta de lo que son esos objetos podría iniciar una revuelta. El mismo Elessar era un montaraz como yo, y como sus antecesores después de Isidro, digo Isildur vagó por el norte con objetos mágicos para la guerra y la canalización. Miró con gesto circunspecto a los demás, y continuó - Como yelmo de batalla Bram os puede decir que es magnífico pero esa es una mínima parte de su poder. En manos de un Clérigo se convierte en un objeto suficientemente poderoso para reunir ejercitos. Insisto en que soy el que más rendimiento le puede sacar. Pero aún así emprendería viaje a Gondor para quitarnos esa patata caliente (hot potato en sindar). 

Volvió a mirar a sus compañeros en busca de caras de aprobación. Y después con una sonrisa malévola dijo a modo de chanza: O podemos buscar a un clérigo Arnoriano y juntar un ejército para tomar gondor... jajaja. 

Anna miro a Nymrael y sonriendo, le exclamo:

A ti te hará más bien, que a cualquier otro!

Riwen sopesó las sabias palabras de Nym, que conocía mejor que ella, una forastera, la política y tradición de la Tierra Media. 

Dices bien, Nymrael. Apoyo tu propuesta. Mas no dejaría de hablar con el vampiro apresado en el laboratorio antes de viajar tan al sur. Quizá lo que nos revele nos haga decidir mejor qué hacer y cuando. Además, se lo he prometido al señor Palando. 

Me quedo con los restos que no quiera nadie más.

Emeldir, reticente, se apartó de su hermana algo avergonzado. A partir de ese momento se quedó en silencio, escribiendo con una caligrafía intachable sobre un pergamino un listado de los objetos que necesitaba. Al acabar se lo dio a Palando sin preocuparse por preguntar si sería posible encontrar lo que pedía.

Riwen se dio cuenta de que su hermano estaba consternado. Quizá había sido algo dura con él. Se acercó y lo llevó a la torre a solas. 

Querido hermano, siento haberte gritado, mas olvidas demasiado rápido que somos noldor y estamos delante de otras razas y elfos. Te comportas como si fuera una valar y no es así... Al menos nadie debería de saberlo, hermanito. - Sonrió por la gracia y le tocó la mejilla con ternura. Supuso que había captado el chiste. - Quiero te comportes como un verdadero mago de la casa de Anathien. Lo harás por mí?

Riwen se centró en estudiar durante los dos días que se tomaron de descanso. Además, cargó su bastón con conjuros. Temprano por la mañana estaba preparada para partir. 

Buenos días, ya tenemos ruta para partir? - Dijo mirando a Nym, el explorador del grupo. - Estoy deseando ver de nuevo a ese viejo vampiro. 

Palando entra apresurado donde os encontrais:

Orcos en el norte!!!! debeis partir!!!

Yo viajare a Fornost para preparar la defensa.

Señor Palando, espero que os vaya bien con la defensa y nos volvamos a ver. Cuando tengamos noticias importantes intentaremos hacéroslas saber si está en nuestra mano. Os agradecemos toda la atención y ayuda. Que Eru guíe vuestros pasos y permita que nuestros destinos vuelvan a cruzarse! 

Riwen azuzó a su caballo. Le seguía otra montura con pertrechos. 

Tenían un cita. Seguiría allí el vampiro encadenado? 

Estoy de acuerdo con Riwen- dijo el silvano mientras se subía a su montura

Siempre era una situación incómoda cuando Riwen le reprendía por mostrar su afecto. El Noldor a veces ya no sabía cómo actuar. Pero en cuanto sintió la caricia en su rostro se derritió como un rozo de manteca al fuego.

- Haré lo que dices, hermana.- Él era un Anathien y así se había comportado. Pero es que ella siempre miraba a otro lado cuando hacía algo espectacular. ¿No había manera de que se diera cuenta?

Cuando Palando dio la voz de alarma Emeldir salió a la luz. Parecía uno d elos vampiros a los que iban a perseguir. Piel pálida, ojeras, entrecerrando los ojos por la intensidad de la luz del día. Se había pasado dos días encerrado en sus estudios con la única luz de las velas que se consumían unas tras otras. Ajustó su equipo a lomos de su caballo y lo montó esperando a los demás a que se pusieran en marcha.

Siempre esperando.- Parecía que las razas menos longevas eran las que menos prisa tenían en este extraño mundo. Mientras esperaba se ajustó sus nuevos guantes de cuero. Lequedaban a la perfección.

Juraría que había pergaminos del tesoro que encontramos en el laboratorio y otros dentro del cofre (que compartimos con todos).

Vamos, por lo que me dices no hay dos bastones ni 4 pergaminos ni 4 runas. Es el mismo tesoro en un sitio y en otro. No hay dos bastones de mago ni dos túnicas. Incluyo a Riwen para que lo sepa.

La verdad es que es una faena porque desde el primer momento dijimos que no compartiríamos el tesoro con los demás compañeros y ahora Riwen y yo peleamos por el bastón con el resto de objetos del tesoro posterior de los vampiros. Además Leofric gastó una de esas runas, si es así, y no se la hubieramos dado.