Partida Rol por web

La unica en rechazar el ataque del ucorno fue Anna la bardo. De un espadazo libero a Nymrael de otra raiz y lo intento despertar a bofetadas.

No surtio efecto.... Bram el enano intenta alcanzar la rama que tiene a Riwen presa... olvidandose totalmente de la raiz que le acosaba.

El enemigo falla su ataque y el enano trepa por el tronco dispuesto a liberar a la elfa cuando el rayo lanzado por emeldir desde lo alto planta fuego en el ucorno.

El arbol aunque viejo comienza a arder.... crujiendo y siseando libera de sus tentaculos a los gemelos magicos. Riwen esta aturdida y cae al suelo pantanoso dede unos 4 metros (2 daños).

No asi Emeldir que continua en el aire.

El enano se ve envuelto en las llamas que prenden en el ucorno..... de momento la armadura le protege del calor.... pro pronto se asara a la plancha si no se aleja del arbol.

El ucorno lejos de perder el control arranca sus piernas del suelo y se pone en pie en toda su envergadura, las llamas se apoderan de el con mas violencia....  con el enano aferrado a su tronco.

Mientras trepaba por el arbóreo ser, intentando llegar para liberar a la elfa inconsciente, el enano observó por el rabillo del ojo como el otro elfo cautivo convocaba  un mágico rayo que incenció en cuestión de segundos  a la criatura. El fuego se prendió por los cuatro costados del ser, provocando que  este se retorciese entre chasquidos y gruñidos.

Afortunadamente, Bram Se había sujetado con efectividad y los bandazos de la criatura no  consiguieron lanzarlo lejos, cosa que no le ocurrió a su compañera elfa , la cual cayó inconsciente en el embarrado terreno.

Lleno de ira y bastante molesto por el fuego de su alrededor, Bram escupió improperios contra el mago elfo:

-¡ Por las malditas amas de cría que te dieron de mamar, elfo! ¿Acaso no me oíste? - sus ojos se percataron de que el ser no había soltado a Emeldir.- Por las barbas de Thorin! se que me voy a  arrepentir de esto...-

tras sus palabras, el enano  hizo caso omiso del fuego y comenzó a  trepar como alma que lleva el diablo, arma en mano; para liberar al elfo que continuaba  apresado por las ramas del uncorno....

Emeldir se vio liberado gracias al fuego prendido sobre el ucorno. Tomó distancia surcando el aire y sonrió.

- Maese enano, salte o se le quemará la barba. - Le dijo con pasmosa tranquilidad en contraposición a la ira desenfrenada que siempre mostraba el representante de la raza enana. Sostuvo a Telperion en la zurda y voló hasta aterrizar junto a su pobre e indefensa hermana. Allí trató de reanimarla a base de hierbas. Se metió una hoja de draff en la boca y la masticó un poco, mezclándola con su saliva para hacer una papilla. Con cuidado se la introdujo después a su hermana en la boca.- Come un poco Riwen, te sentará bien.- Le dijo con mimo, mientras le retiraba el sedoso pelo de la cara. Acuclillado junto a su hermana estaba pendiente de no tener que defenderse de algún otro zarcillo.

Anna sigue zarandeando a Nymrael, esperando una reacción, en él.

Maldición, vuelve con nostros! exclama.
Viendo a su vez el paronama que se desarrolla, opta por coger su espada de fuego prestada, puesto que a él no le hace falta de momento, y portando cada una en cada mano, se lanza al ataque cual amazona salvaje, intentando hacer el maximo daño a aquel ser.

Su hermano le ofrecía una hierba, así que la tomó. Riwen, todavía aturdida, levantó el vuelo, mientras intentaba orientarse. Volvería a concentrarse para lanzar un conjuro en cuanto se encontrase mejor. 

El cuerpo inerte de Nymrael era zarandeado por la barda sin que eso lo despertara

Mientras los mellizos magicos andaban dandose mimos Anna la bardo cogio la espada de Nymrael y ataco al ucorno furioso con ambos hierros.

Solo su arma de frio golpeo, apagando las llamas que envolvian al ucorno (y al enano que estaba a el encaramado, se ha librado de arder).

Humeante y rugiendo el malvado hombre arbol descargo una de sus ramas brazo sobre la bardo desde lo alto.

La bardo quedo convertida en papilla desparramada por el suelo.

Anna esta espachurrada en el suelo, pero su ultimo golpe con la espada de fuego ha contrarrestado el frio de la otra arma y el enemigo sigue ardiendo.

Bram el enano se chamusca entre sus ramas, a 8 metros de altura cuando el arbol comienza a caminar en direccion a Leofric que sujeta una antorcha delante de el.

Todavía aferrándose a la enorme criatura, el enano observó como su compañera fallecía tras una demostración de valentía.Sintió como algo humedecía sus ojos ,mas no estaba seguro si era el fuego, el calor o la perdida de una compañera.Aún así, meneó su cabeza y furibundo aulló:

- Tuya es la primera sangre, criatura.- Aseguró su posición ,intentando escapar del fuego mientras preparaba su maza. -Pero no te regocijes, pues Bram Hammerfall  derramará la tuya!.

Desde su posición, el enano estaba mas que dispuesto a vengar la muerte de su compañera....

Riwen, suspendida en el aire, gritó al ver caer (era un decir) a la bardo.

ANNA...!

Se dirigía hacia el otro bardo. Si lo aplastaba sabrían definitivamente que odiaba la música o a los músicos, lo que no era reprochable del todo, pero sí cruel por su forma de acabar con el problema. 

Decidió concentrarse para lanzar el rayo que no pudo lanzar antes. 

Alguien tenía que parar a esa mole. Los humanos eran desagradables hasta en la manera de morir y, Emeldir, no quería ver cómo oro se convertía en una pulpa sanguinolenta.

- No te atreverás a pasar.- De un movimiento de su bastón, Telperion, un silencioso y no muy grande muro de fuego comenzó a formarse para proteger al delicado bardo.

El Hombre arbol avanzo a grandes zancadas hacia Leofric... que habia dado en intentar distraerlo para alejarle.

Mientras tanto el fuego se avivaba en su espalda y Bram el enano (entre las llamas) le golpeaba.

El elfo Emeldir conjuro un muro de fuego tras el que Leofric se pudiese guarecer de un posible ataque del arbol.... pero no seria necesario. El fuego se habia apoderado del arbol y el ser se detuvo agitando sus miembros en el aire. Estaba ardiendo y eso lo iba a matar.

Viendo que las cosas iban de mal en peor, el enano se vio  rodeado de fuego al tiempo que notó como la criatura frenaba su avance. Sin pensárselo dos veces, el enano enfundo sus armas y salto fuera del alcance de  las llamas, rechinando sus dientes y aguardando que la suerte estuviese de su parte.

-¡POR THORIN!-  aulló mientras  surcaba el cielo, todavía rodeado de algunas ascuas.

Riwen apuntó con su mano, de la que ya fluía alrededor una energía chisporroteante.

Gwneud gwreichion!

Y un rayo surgió para impactar en el tronco del Ucorno. 

Muere, maldito!