Partida Rol por web

Abajo la Basílica — Orígenes

6. La Hora Final.

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24/09/2013, 12:57
Narrador

Agotada física y mentalmente, extenuada al borde de la aplopejía, te acercabas inexorablemente a una insospechada ordalía. Te ataviaste para el combate, pero esta vez no se trataban de armaduras de cuero con refuerzos metálicos y armas romas. Te dieron una armadura de combate y un mandoble real. Un escalofrío te recorrió la columna vertebral de pura anticipación.

Te llevaron a la arena. Se trataba de un foso de unos cinco metros de diámetro, rodeado de paredes verticales de piedra desde los que observaban la decadente aristocracia de Port Coeur.

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24/09/2013, 12:57
Comte Edmond Advar

—Bienvenidos, bienvenidos todos —dijo el Comte Advar, mientras se acallaban las últimas conversaciones—. Hoy tenemos por delante una exquisita velada llena de diversión. Como sabréis, nuestros esclavos han estado luchando y entrenando por parejas los últimos meses, trabajando duro entre ellos y formando un vínculo perfecto de lucha. Esta noche daremos fin a este experimiento. Esta noche seccionaremos ese vínculo de raíz.

Junto las yemas de los dedos frente en si, con un gesto de regocijo. Lurian, que había entrado a la arena después de ti te lanzó una mirada disimulada de reojo.

—Esclavos, esta noche será vuestra hora final. Combatiréis a muerte entre vosotros. El ganador de este pequeño torneo obtendrá la libertad ante las leyes de Revraine —desenrolló un pergamino y os lo mostró—. El perdedor... bueno... ¿es o no es un combate a muerte?

Soltó una risita.

—¡Que de comienzo el combate!

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24/09/2013, 14:33
Rowane

De todas las cosas horribles que le habían ocurrido a Rowane, definitivamente y de lejos, aquella era la peor.

Ya en un principio había sentido escalofríos, ¿por qué una armadura de combate? ¿Por qué un arma de verdad? la inquietud y el miedo hacían que oleadas de calor le recorrieran el cuerpo para después ser sustituidas por unas iguales de frío. Era francamente desagradable.

El anuncio del comte lo fue mucho más.

Rowane empezó a sudar, sentía el pelo pegado a las sienes. Aquello tenía que ser una broma de mal gusto. Prefería mil veces los gritos y las palizas, prefería los insultos y las amenazas, ¡prefería cualquier cosa antes que aquello! Quería más que nada ser libre, quería menos que nada matar a Lurian... Y desde luego tampoco quería morir.

«¿Qué hacemos ahora?»

Tragó saliva mientras miraba a Lurian, aferrando el espadón entre las manos tan tensamente que no hacía más que afianzarlo una y otra vez.

«¿Por qué nos pasa esto... ?»

Apretó los dientes y cerró los ojos con fuerza mientras una gota de sudor le resbalaba por el entrecejo para escurrirle por el puente de la nariz. Fue entonces cuando volvió a repetir su propia pregunta ¿Por qué les pasaba aquello? Era una buena pregunta. Una pregunta condenadamente buena. Qué demonios... era la mejor pregunta de todas las grandes preguntas del maldito mundo.

Algo empezó a arder dentro de ella, el miedo y la desesperación, la frustración y la impotencia de tantos años combustionaron en una llama abrasadora que nunca había sentido antes, de pronto, aquellos Celestarum en lugar de terror le dieron asco.

—¡¡NO!!

Su cuerpo se movió solo, por una vez, en contra de lo que le estaban mandando. Giró el mandoble y lo clavó en el suelo delante de ella sin soltar la empuñadura mientras era vagamente consciente de que era la primera vez en su vida que gritaba tan alto.

Y de que esa vida acababa de cambiar para siempre.

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24/09/2013, 15:22
Comte Edmond Advar

—¿Que no qué? ¿Que no vas a luchar a muerte contra tu amigo? —el Comte soltó una risita—. Entonces moriréis los dos y será un desperdicio.

Monsieur Advar agitó el pergamino que concedía libertad a un esclavo.

—¿Qué piensa tu amiguito, de todas formas?

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24/09/2013, 15:24
Lurian

El dolor y el pánico se reflejaba en el rostro de Lurian. No dejaba de menear la cabeza, mientras retrocedía de espaldas... buscando una distancia adecuada al combate.

—Lo siento... ¡lo siento! Esta puede ser mi última oportunidad. Mi única oportunidad. ¡Lo siento! 

Hubo un rugido en la multitud de nobles, y el Comte aplaudió con sus manos gordezuelas.

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24/09/2013, 16:22
Rowane

¡Es mentira! ¡Nunca nos han dado nada y no van a empezar a hacerlo ahora!—respondió Rowane sintiendo cómo se le partía el corazón al ver a su amigo plantearse si quiera aquello—. ¡Sólo quieren divertirse a costa de tratarnos como animales, de jugar con nuestra desesperación! ¡Siempre ha sido así!

Apretaba con tanta fuerza la empuñadura del mandoble que los guanteletes chirriaban y no tenía nada claro de dónde demonios le estaba saliendo la voz. Era una voz rota, enfadada y frustrada a la vez

Nunca le he hecho nada malo a nadie en mi vida... —masculló sintiendo cómo le escocían los ojos—. Lucho, sangro y sufro sólo para que otros se diviertan, soporto un castigo por algo que no he hecho, ¡¿por qué tengo que pagar por un crimen que cometieron otros?! ¡Una diosa justa y buena no puede estar permitiendo esto!

La garganta le dolía pero por otra parte no tenía muy claro si era por el esfuerzo de gritar o por hacerlo con ella contraída de pura tensión. Se pasó con fuerza una mano por los ojos con una determinación, literlamente, surgida como por ensalmo de la misma nada, cogió muchísimo aire y echó la cabeza hacia atrás.

¡La libertad no se consigue así! ¡No soy el monstruo que os empeñáis en ver en mí, no voy a pisotear a mi propia gente por ella, encontraré otra manera!—gritó por encima del jaleo de la multitud—. ¡¡BASTA YA!!

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24/09/2013, 23:38
DeGaulle

DeGaulle se levantó de su asiento.

—¡Negra desgraciada! Si no te mata él, te mataré yo personalmente. Y cuando mueras, el infierno de tu dios oscuro te parecerá el cielo comparado con lo que te habré hecho.

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24/09/2013, 23:39
Comte Edmond Advar

—Oh, pero no hay motivo para ello, mi tosco amigo —dijo el Comte—. Lo cierto es que el documento es absolutamente legal, y que Celestar me parta de un rayo divino si no pienso entregárselo al campeón de este torneo.

Hizo una pausa dramática.

—¿Veis? No he sido fulminado por su santa y justa ira. ¿Podemos empezar ya? La verborrea de los esclavos me produce mareos.

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24/09/2013, 23:42
Lurian

—¿De qué diantres estás hablando? Esa no es mi guerra. Ni el momento de lucharla —contestó Lurian, aún incrédulo de que hubieras soltado semejante discurso delante de todos esos nobles.

Aporreó su escudo con el mago de su hacha.

—¡Vamos! ¡En guardia! ¡Pelea!

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25/09/2013, 00:37
Rowane

Ni yo soy tu enemiga—Rowane apretó con fuerza los dientes. Tuvo que tragar saliva varias veces antes de lograr seguir—. ¿Hasta... cuándo piensas dejar que te lo quiten todo?

No sabía si estaba más enfadada o triste. Para ella la amistad de Lurian lo era todo, o mejor dicho, era lo único. Lo único que tenía. Le partía el alma que ante el mismo ofrecimiento él la arrojase tan rápidamente por la borda y a ella la sola idea le resultase una abominación.

Las ganas de vivir, el poder ser lo que quieras, la dignidad, tus... tus amigos—masculló sintiendo que se le hacía un nudo en la garganta, así que sacudió la cabezaa—. Lleva siendo nuestra guerra desde hace siglos. Si no es el momento ahora de decir "hasta aquí", ¿c-cuándo lo será? ¿Cuándo no te quede nada? ¡Yo ya no quiero perder más cosas!

Por supuesto que Celestar no iba a partir de un rayo divino al comte, ¿acaso había hecho algo Celestar con respecto a todas las demás penurias que sufría el pueblo drow?

No sabía qué iba a hacer, ni qué iba a ocurrir. No sabía cómo podía evitar aquello, cómo iba a salir de allí, ni si podía realmente salir de allí, ni si... directamente saldría de allí. Lo único que sabía era que no quería matar a su amigo.

Y se sentía más sola que nunca en aquel lugar abarrotado de gente.

Fuck everything porque se me ocurren las mil formas de rebatir al puto drow pero mi pj simplemente aún no es tan badass como para soltarle la perla >.<

BTW, Rowane no tiene la menor intención de atacar a Lurian. Si por lo que sea él lo hiciese, va a estar a la defensiva/esquivándolo/alejándose/cosa

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25/09/2013, 11:24
Narrador

—¡Cállate y pelea! —gritó Lurian, arrojándose sobre ti blandiendo el hacha.

Era como si le diera vergüenza no tener la valentía de respaldar lo decías. Sea como fuere, cargó. No parecía compartir tus ideales, ni tu opinión sobre vuestra amistad, probablemente influenciada por todo lo que le habías ocultado los últimos días y las dudas que habías sembrado.

Te defendías como podías, pero estabas demasiado cansada. El mandoble no era el arma más apropiada para la defensa, y notabas como cada vez pesaba más y más. No podías contener la avalancha de ataques de Lurian, que además te conocía bien. En uno de los bloqueos trastabillaste, y supiste que ese era el final. Lurian te golpeó con el escudo y perdiste el equilibrio. Una fuerte patada en la placa del pecho te empujó al suelo. Viste su hacha caer lentamente, como en un sueño.

No sabes si gritaste. Pero algo dentro de ti pensó que el golpe sería limpio, entre el gorjal y el yelmo. No tardarías mucho en morir. El dolor llegó como una explosión, y después la inconsciencia....

Estas rodeada de oscuridad. Pero no era una oscuridad aterradora sino acogedora y tibia, que te envolvía como una toalla calentada a la lumbre. En esa oscuridad no había nada: ni dolor, ni penurias. Sólo estabas tú, y de pronto fuiste consciente de tu propia existencia, como en un momento revelador. Era como contemplar un paisaje que se extendiera kilómetros a tu alrededor, desde la más alta cumbre. Pero tú eras el paisaje, y la cumbre, este momento de epifanía.

Una esfera blanca parpadeó delante de ti. Pero no era luz. De alguna manera fuiste consciente de que era un ente sintiente, vivo, que radiaba era amor, compasión y armonía. Este ser se introdujo dentro de ti, en tu pecho, y se fundió con tu corazón. Sentiste que disipaba dentro de ti la desesperación, la depresión, la negatividad o el nerviosismo, y que por el contrario te inundaba de paz, calma, claridad y felicidad. La luz te brotó por los poros de la piel a la oscuridad que te rodeaba, llegaba a todos los puntos más recónditos y lejanos del universo. Todos los seres benévolos de este y otros mundos alimentaban a su vez el poder de la esfera y su crecimiento dentro de ti.

Logro desbloqueado: Mártir. Rowane no levantó su arma para atacar a quien consideraba su amigo, incluso cuando él la traicionó.

Rowane: ha ganado 1 rango heroico por la hazaña que acaba de realizar. Aptitudes obtenidas:

—Difícil de Matar: Rowane se estabiliza automáticamente, sin necesidad de tirada de Constitución, cada vez que se encuentre por debajo de 0 puntos de golpe. Adicionalmente, no puedes morir hasta que tengas una cantidad de puntos de golpe negativos mayor o igual al doble de tu puntuación de Constitución (en el momento de escribir estas líneas sería -32).

—Poder Heroico: tantas veces al día como 3+sus rangos heroicos, Rowane puede utilizar sus habilidades heroicas para marcar la diferencia. Utilizar 1 punto de poder heroico permite mejorar cualquier tirada de d20 (ataque, habilidad, tirada de salvación, de característica, de nivel de lanzador, etc.) agregando 1d6 al resultado final. Alternativamente, puede utilizar sus puntos de poder heroico para utilizar otras aptitudes que vaya ganando a lo largo de la partida.

—Absorber Golpes: como una acción inmediata, cuando recibas puntos de daño de una única fuente (como un arma, un hechizo o el aliento de un dragón), puedes gastar un punto de Poder Heroico para reducir el daño que recibes de esa fuente en 5 por cada rango heroico que tengas.  

—Ponerse en Medio: como una acción inmediata, cuando un aliado que esté a menos de 30 pies reciba un ataque a distancia, Rowane puede decidir que le ataquen a ella en vez de a su aliado. Si Rowane gasta 1 punto de Poder Heroico, puede activar esta habilidad sin usar siquiera una acción inmediata.

 

 

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25/09/2013, 12:43
Clemence

Despertaste.

Tras unos momentos de desorientación te diste cuenta que estabas en la habitación de invitados de la casa de tu Señor. ¡Estabas tumbada en la cama de la mismísima embajadora!

Un amable y anciano gigante te comtemplaba con rostro amable mientras se enjugaba las manos en una palangana.

—Bienvenida de vuelta —dijo con su voz suave y cargada de afecto.

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25/09/2013, 12:56
Rowane

Rowane no se atrevió a mover nada en los primeros instantes. De hecho, si no fuera porque lo necesitaba para no ahogarse no se habría atrevido ni a respirar.

El resultado fue una taque de tos.

—¿S... señor Clemence... ?—jadeó con un hilillo de voz cuando logró controlarlo.

Fue entonces cuando se atrevió a echar una temerosa mirada de reojo a los alrededores aunque, en honor a la verdad, no es que aquello le fuera a servir de mucho. Por saber no sabía si se sentía horriblemente aliviada u horriblemente aterrada.

Entonces empezaron a venir los recuerdos: La arena, el griterío, la sonrisa petulante del comte, Lurian cargando contra ella, los gritos de DeGaulle, el escudazo la caída, y luego...

Luego, ¿qué?

¿Qué diablos era aquello? ¿Un milagro? ¿Un sueño? ¿O es que el mundo simplemente se había vuelto loco? No entendía nada.

¿Qué ha pasado?—tragó saliva—. ¿D... dónde?

Dónde estaba ella acababa de percatarse, dónde estaba su amigo... no sabía si quería saberlo.

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25/09/2013, 13:14
Clemence

Clemence se secó las manos y esbozó una sonrisa comprensiva.

—Han pasado muchas cosas en los siete días que has estado inconsciente, así que tómatelo con calma. No queremos que la cabeza te de más vueltas de lo necesario, ¿no? —acercó una silla al borde de la cama—. Estoy a tu disposición. ¿Qué quieres saber?

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25/09/2013, 13:21
Rowane

—¿Siete días?

El primer impulso fue llevarse las manos al cuello. ¡Eso eran muchos días!

La arena, el combate, yo... ¿E-Estoy viva?—ni ella misma lo tenía muy claro cómo había ocurrido aquello—. ¿Por qué? ¿Qué hago aquí? ¿Qué hace usted aquí?

Tragó saliva otra vez y sintió que empezaban a escocerle los ojos.

—¿D-Dónde está Lurian?

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25/09/2013, 13:26
Clemence

Al llevarte las manos al cuello te diste cuenta de que tenías una abultada y larga cicatriz allí donde Lurian te había golpeado. 

—Yo estoy aquí por petición de Modemoiselle Akiko. Soy un sanador y tú estabas muy grave, ¿qué tiene de extraño? —sonrió—. Que haces tú con vida es un asunto mucho más formidable, y que sólo puedo calificar de milagro. Lo más milagroso de los milagros es que... bueno, suceden. Y tienen sus consecuencias. Pero hablaremos de ello más tarde.

Te puso la mano sobre la tuya en un gesto tranquilizador.

—Tu amigo es Lurian, ¿verdad? Está bajo la custodia del recién ascendido Teniente de la Guardia, Monsieur Alexandre. Quería hablar contigo al respecto cuando despertaras.

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25/09/2013, 13:39
Rowane

Cuando Rowane se dio cuenta de que aquel golpe no había sido un sueño si no que se había producido de verdad, no pudo evitar soltar un gemido. El único amigo que había tenido en su vida la había intentado matar de verdad.

Sintió que una lágrima le rodaba por la mejilla y tuvo que secársela rápidamente frotándola contra la almohada, luego volvió a mirar a Clemence.

Gracias... —dijo tratando de reunir de nuevo la voz como buenamente pudo.

Luego pensó que si aquello había sido cosa de Akiko, no era Clemence la única persona a quien tenía que dárselas. Dos humanos buenos se habían preocupado por ella y para Rowane aquello sí que era un milagro.

Y hablando de cosas relacionadas con milagros... ¿Teniente Monsieur Alexandre? ¿Que lo hubieran ascendido significaba que algo había salido bien? No iba a ser capaz de creérselo hasta que no lo viese con sus propios ojos.

Asintió a tiempo que soltaba un suspiro. Necesitaba saber qué quería que decirle aquél hombre.

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25/09/2013, 14:19
Clemence

—Claro que puede esperar un poco. Tendremos que mandar a alguien a que lo avise. Mientras tanto te voy poniendo al día: la operación que dirigió Alexandre fue un éxito, y los nobles que estaban implicados están ahora bajo arresto en La Jaula. Incluido tu antiguo señor. Ahora sirves, oficialmente, a Modemoiselle Akiko. Pagó una generosísima cantidad de oro en la subasta. 

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25/09/2013, 15:04
Rowane

Durante los primeros cinco segundos, Rowane fue incapaz de articular palabra. Luego se llevó las manos al rostro y simplemente se lo tapó soltando un suspiro entrecortado que rezumaba alivio.

No se lo podía creer ¿Se había acabado de verdad? ¿Dieciocho años bajo el yugo de un monstruo habían finalmente llegado a su fin? Aunque se contuvo de hacerlo, por primera vez en su vida tenía un motivo para llorar que no era el miedo, la rabia o la pena. Concretamente, porque era la primera vez en su vida que sentía algo remotamente parecido a la alegría.

"Remotamente" porque no sabía qué era sentir alegría.

—Y-Yo sí que no sé cómo pagárselo a ella...

No le salían las palabras, aquello era demasiado grande apara ella y hacía que la cabeza le diese vueltas. ¿De quién era la mansión de monsieur Hawald ahora? ¿Qué iba a hacer ella a partir de ahora? ¿Si ahora pertenecía a la Embajadora Drache eso significaba que en algún momento abandonaría Port Coeur e iría aquellas misteriosas islas?

Descubrió que aquellas incógnitas no le provocaban miedo, que era capaz de esperar a que se resolviesen por si solas sin morirse de terror por la incertidumbre como hasta ahora había ocurrido siempre. En honor a la verdad, aquello debía ser lo más cerca de la libertad que había estado nunca.

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25/09/2013, 22:30
Clemence

Hay muchas fuerzas actuando en este mundo, no sólo el mal, la guerra, la miseria, la oscuridad y la tiranía. Sólo que nos parece apabullantes porque el bien tiene formas muchísimo más sutiles de actuar —Clemence hizo una pausa—. Como salvar la vida a una pequeña e insignificante drow en El Nidal.

Sonrió.

—¿No te parece un pensamiento alentador?