Partida Rol por web

Los hombres de negro os miran fijamente. Prestas algo más de atención que tus compañeros de viaje, y consiguer escuchar algo de los que están diciendo. No es que intenten ocultar lo que dicen, simplemente  es que hablan algo más bajo.

Putos soldaditos de plomo, se piensan que por vigilar lo que hay aquí tienen derecho a mandar sobre nosotros. Un día de esto como se me cruce el cable, me lio a tiros, te lo digo yo. Ya podían irse a tomar por culo y dejar que los que sabémos cual es nuestro trabajo, lo hagamos sin estar bajo la atenta mirada del tio Sam.

Mientras los hombres de negro hablan entre ellos, los soldados que os escoltan hasta el parking echan miradas furtivas hacia vosotros y los porteros que os esperan. Bajáis de las furgonetas, descubriendo que en la otra hay otras 6 personas igual de desconcertadas que vosotros. Uno de los hombres trajeados, se limita a abrir una puerta corredera de cristal, introduciendo un código secreto en un panel cercano. La puerta se abre inmediatamente. El conductor de vuestra furgoneta os pide amablemente que entréis. Bien, vayan entrando por favor, tenémos muchas cosas que hacer hoy y hay mucho papeleo pendiente.

Cuando todos llegáis a entrar, un hall enorme os recibe. Es amplio, bien iluminado, con un mostrador donde podéis ver folletos de One World. Detrás del mostrador hay una corchera con algunos papeles y un calendario con algunas fechas marcadas. En una de las paredes hay tres fotos enmarcadas de 3 hombres. Uno de ellos de mediana edad con el pelo canoso, otro moreno y uno rubio que os suena de haberle visto en la televisión bastante. En cada cuadro hay una pequeña placa de metal, pero tendríais que acercaros para poder ver las inscripciones.

Aún me encontraba nerviosa por lo ocurrido y no dejaba de mirar a un lado y a otro, volviendo la cabeza pensando que alguna de esas cosas me acechaban. Tal era mi paranoia que obvié a la cría y al resto del grupo, incluidos aquellos que salieron del otro furgón.

Al llegar al Hall me acerqué a las fotos con la sana intención de despejar la mente y tratar de centrarme en otra cosa.

Como en el otro campamento ya nos pareció ver las gentes de One World y los soldados estaban como el perro y el gato, no sabían que puesto ocupaban cada uno. Eso podría hacer que llegado el momento nos encontráramos en medio de una guerra por el poder.

- Mal asunto.....

Una vez atravesamos las puertas de cristal me dirijo hacia el mostrador para recoger uno de los panfletos de la compañía, la cosa es que esta me sonaba pero no lo suficiente para estar tranquilo teniendo que tratar con sus empleados.

Bubba entra con pasos lentos con las manos dentro de los bolsillos. Apenas dedica atención a las fotos y los panfletos. El nerviosismo se acrecentaba y el estar en los dominios de esa corporación que pretendía lavar el cerebro al mundo con propagandas de "falsa seguridad" no mermaba esa sensación de peligro. No estaba seguro ahí fuera, que pero allí dentro tampoco le ayudaba a serenar sus nervios.
- ¿Para qué carajo nos habrán traído aquí? - se dirige as Harper y sin disimular añade:- No me dan buena espinas estos del One World.

Al acercaros a las fotos descubris 3 nombres, cada uno inscrito en su propia placa, bajo sus respectivas fotos.

A la izquierda, la foto del hombre de pelo canoso, Bradley Finch, Co fundador e investigador residente en ésta misma clínica de One World.

El hombre de pelo moreno es Johnathan Strong, también co fundador e investigador interno de la clínica.

El tercero, y el que más os llama la atención es Bryan Clark, miembro fundador, presidente y cara en público de la multinacional One World.

Bajo los tres nombres hay una placa inscrita: Gracias al esfuerzo de Bryan Clark, la empresa One World lucha cada día por conseguir un mejor sanidad para todos, mucho más barata y de mejor calidad. Los planos de ésta clínica han servido de patrón para la construcción de las demás repartidas por todo el país. La energía usada por One World es pura y natural, y en cada clínica dispone de sus placas fotovoltáicas. La pintura es fotocatalítica y además disponen de un tejado vegetal. One World con la naturaleza. One World con la humanidad.

Al mirar por los alrededores de la habitación descubris una patio interior con un jardín mineral que baña con luz natural la habitación y pasillos colindantes.

Cerca hay una cafetería con productos "bio" y una pequeña farmacia.

Varios enfermeros llegan rapidamente, y os acompañan a cada uno a una habitación individual donde os confiscan todas las armas y pertenencias no necesarias. ( Las dejarán en la planta baja en caso de ser necesitadas).

El señor Downstone intenta ofrecer toda la resistencia posible, mientras se le llevan y grita. Nos van a envenenar a todos!!!! Quieren que seamos sus cobayas!! Luchad contra el sistema!!!! Ellos son los culpables de todo!!! Nos quieren convertir en superguerreros zombies!!! Luchaad contra el sistema!!!!

Poco despues sus gritos se van apagando con la distancia.

Los efectos personales que pudieran haber sido infectados serán confiscados inmediatamente e incinerados.

EN vuestras habitaciones podréis encontrar una tarjeta magnética que servirá para poder entrar y salir libremente de vuestra habitación. Además encontraréis una bolsa de plástico transparente en la que hay 10 fichas de latón, así como un reloj bñanco de plástico. Justo al lado hay unas instrucciónes en una hoja plastificada, una hoja de papel para cuplimentar, y una vasito de plastico con las iniciales de OW con dos capsulas azules.

* Deposite toda su ropa en la trampilla para la ropa sucia

*Duchese con el gel desinfectante One World que se encuentra en el armario del baño

*Vistase con un traje de su armario personal

*Pongase el reloj

*Tomese las dos capsulas azules Inmunisyst del vasito de plástico

*Descanse. Un doctor vendrá a examinarle.

En caso de emergencia, pulse el botón rojo de emergencia.

- Ya entiendo, amigo Hugh -susurra al camionero - Mejor Sanidad, ja - emite una risa sarcástica - estos mamones nos quieren para ser sus conejillos de Indias.
Bubba comprendía lo que estaba ocurriendo allí. No le sorprendía nada. Ese tal Clark era un farsante, no le cabía la menor idea. Todas esas noticias en la tele y esos "discursillos" sobre el Bien Público y toda esa mierda que les hacía tragar no era otra cosa que una mascarada a todo lo que había detrás. Ese Clark era un niño rico con aires de grandeza que pretendía gobernar ese mundo muerto no había duda. Cobijaban supervivientes para luego someterlos a experimentos para "bien público" y "para los ciudadanos"
- No sobreviví a la cárcel para ser objeto de experimentos de nadie - añade en voz alta - ¡A mi nadie me coge de cobaya humana, que quede claro, me vuelvo a ese cochino mundo prefiero que me coman a ser una rata de laboratorio!.
Bubba se estaba poniendo agresivo y no estaba dispuesto a colaborar.

Sam vio como se llevaban al señor Downstone gritando. La verdad es que coincidía en parte en lo que decía, no le gustaba nada One World,  pero no creía que proclamarlo a voz en grito fuese una estrategia correcta. La idea básica en cualquier guerra era no dar motivos innecesarios a tu enemigo para que te considere una amenaza. Y a tenor de la situación Sam se consideraba ahora mismo en guerra, no sabía muy bien si solo contra los seres del exterior o si también lo estaba con este grupo paramilitar. Haría todo lo posible por descubrirlo y sobrevivir. 

- El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca- siempre procuraba recordar  fragmentos del libro cuando estaba en peligro, le servía para centrarse en el problema.

Con ese mantra en mente se hizo lo que pedían en la nota se duchó y vistió, se puso el reloj y descansó. Las pastillas azules las tuvo en la mano largo rato. Tras mucho meditar decidió que no las tomaría hasta estar seguro de que eran exactamente, pudiese ser que sirviesen como defensa contra la enfermedad, o no... Mejor estar prevenidos. Esperaría al doctor y haría algunas preguntas y en caso de que no hubiese problemas saldría a explorar un poco. Quizás pudiese ver algo interesante.

Tranquilízate Bubba, no creo que podamos hacer nada de momento. Es mejor esperar nuestra oportunidad. - responde susurrante a su compañero de viaje mientras observa todo detenidamente y se dirige a su habitación.

Para que nos querrán estos hombres ... no creo que sea legal que nos detengan de esta manera.

Hugh una vez un su habitación aprovecha la oportunidad para asearse vestirse con ropa limpia y dejar el reloj en un bolsillo. Una vez enfrentado al problema de consumir las pastillas, el experimentado caminero prefiere esperar a ver que ocurre antes de ingerir algo que pueda dejarle KO. 

Los gritos de mis acompañante y sus propuestas no me hicieron detenerme. Estaba cansada y nerviosa, no me sentía capaz de cuidar de mi misma, mucho menos de los demás.

Me dirigí a mi habitación y, sentada en la cama, me leí la lista de órdenes. Todas ellas me parecieron absurdas, fuera de lugar. Había pedido mi vida y unos cabrones me piden que me cambie de ropa, me duche y me tome unas pastillas.

Sentada en la cama comencé a sollozar, liberando todos los sentimientos que había ocultado desde el inicio del apocalipsis. Mi ropa, mis cosas, eran lo único que me quedaba de mi anterior vida y en ese momento pensé que cumplir esas órdenes sería como darle la espalda a mi vida, a mis padres. Nunca podría hacerlo.

Una habitación individual era con mucho, mejor que una tienda de campaña en medio de una explanada. Miro la hoja impresa que nos han proporcionado......no se pero esto no me convence demasiado...... me desvisto arrojando la ropa a la trampilla y voy hacia la ducha. Una vez "desinfectado" y limpio me visto con los objetos que nos han proporcionado.

- Tomar o no las pastillas esta aquí el dilema.....supongo que no querrán a un zombie corriendo por las instalaciones. Me tomo las pastillas y recogiendo el resto de cosas proporcionadas por ONE World salgo de la habitación.

Bubba un poco más tranquilo accede a las palabras del camionero y decide "esperar su oportunidad". No rechaza una ducha y asearse, pero lo de tomarse las pastilla azules estaba por verse. ¿Qué utilidad tendría las pastillas?. Nada bueno, no había duda. De momento no se tomaba las pastillas y esperaría al doctor. ¿Qué era toda aquella mascarada? Estaban jugando con sus vidas y eso era algo que pasaría factura, debía convencer a los demás para escapar de ese lugar.

Poco despues de que terminéis de ducharos, y cambiaros la ropa, un doctor de One World entra en vuestras habitaciones. Os hace una serie de preguntas personales, tipo, nombre, apellidos, lugar de procedencia, nivel de contacto contra hostiles, heridas sufridas, si alguna vez se ha estado embarazada ( obviamente esta pregunta es solo para Jenniffer) y más cosas ruinarias, poniendo especial enfasis en la del contacto con hostiles.

Tras responder a sus preguntas, os da tiempo para formular las vuestras, si es que tenéis.

Los que no os habéis tomado las pastillas Inmunsyst, os recomienda que lo hagais, ya que son una medida preventiva en caso de infección.

Tras acabar, os dicen que sois libres de estar por la clínica aunque hay ciertas normas que aprenderéis en breve.

La primera planta es de libre acceso, salvo los despachos y los cuartos de los enfermeros. Varias pantallas de viedo difunden imágenes zen de pasiajes idilicos y mensajes publicitarios de OW.En esta planta se escuha una música monótona. No hay ningún monitor que emita noticias. EN la sala común hay maquinas expendedoras de bebidas y barras de cereales OW. Obviamente las moedas de latón sirven para usarlas en las máquinas. En esta planta hay pocos guardias, ya que si prioridad es la planta baja y las plantas superiores. Así tanto vosotros como los demás pacientes, podeís relajaros a vuestro antojo tras las pruebas que os hayan realizado.

Hay una treintena de pacientes rezagados en la sala común, con biblioteca DVD, videojuegos, libros en formato digital, etc. Las pruebas tienen lugar sin interrupción de 9 de la mañana a 18 h de la tarde.

De vez en cuando, y poco a poco a todos y cada uno de vosotros, os llaman para haceros una extracción rutinaria de sangre.

Brenda había permanecido muy callada todo el camino. Ni la actitud parental de Robert, ni las buenas intenciones de Jennifer la habían sacado de su extremo silencio. Había pasado callada todo el rato desde que se levantó al día siguiente en las instalaciones militares. 

En la furgoneta incluso se había tapado los ojos la mayor parte del camino mientras se balanceaba hacia delante y hacia detrás susurrando cosas ininteligibles. 

Justo antes de entrar a la habitación se giró hacia Jennifer - Señor Little Bear, su nombre es Señor Little Bear- dijo la pequeña señalando el oso que se negaba a soltar respondiendo así a una pregunta que tal vez se pronunció hace días. Tras esto entró en la habitación. 

Cuando el doctor entró en la sala la pequeña Brenda no se había cambiado, ni lavado, ni ninguna otra de las indicaciones que se aconsejaban. 

Contestó a todas las preguntas como si estuviese en otro mundo, distraída, como si estuviera en otro lugar. Cuando dejó de preguntar giré la cabeza lentamente hacia él mirándolo a los ojos. 

- ¿Para que son las pastillas? Me gustaría tener el prospecto, puede que sea alérgica. Me gustaría tenerlo por favor- dije con voz distraída pero volviendo poco a poco al mundo... ¿real? - ¿Para que es el reloj? No tiene sentido, no lo entiendo. Lavar, desinfectar, inmunizar todo eso lo entiendo, lo entiendo. Si eso es normal, pero ¿por qué el reloj? 

- Hay otra cosa que no entiendo señor... ¿por qué actuáis como si no pasara nada? Quiero decir... parece que todo esto es normal para vosotros. ¿Has perdido a alguien señor? Se comieron a mi familia ¿sabe? - miro alrededor desinteresada. Evidentemente parece que tengo algún tipo de trauma. 

- No se me puede sacar más sangre, soy muy pequeña, siempre tuve la hemoglobina baja, no es una buena idea...- digo a nivel informativo, antes de conocer que nos iban a hacer más pruebas. Abrazo más fuertemente al señor Little Bear.

Respondo a las preguntas del doctor con la mayor diligencia, no había nada que esconder. - Perdone doctor, ¿Que tal esta Brenda, la niña pequeña que venía en nuestro grupo?¿Tienen aquí, algún tipo de apoyo psicológico?. Ha pasado por cosas horribles como la muerte de sus padres, quizás unas sesiones con un especialista mejoren su estado.

Una vez realizadas estas preguntas ya hago otras mas personales ante lo que ocurre en el recinto.

- ¿Que se espera de nosotros?,¿Nos mandaran a alguna zona libre de infección antes de enviarnos a casa?.

- Supongo que no es importante...digo sin dejar de sonreír quitando hierro al asunto..... Estas pruebas y lo de sacarnos sangre cada poco...¿Para que son?

Las preguntas del doctor no cambiaron ni un ápice mi actitud. Las pastillas acabaron en el desagüe y siquiera me duché con el gel, solo me di una ducha rápida y me cambie por una muda que llevaba encima, tras lavar un poco mi antigua ropa.

Tal vez me equivoqué al tomar esa decisión, solo el tiempo lo dirá.

Antes de salir de mi habitación cogí de nuevo el teléfono y traté de llamar a mis padres, además de intentar ver las noticias. Quería descubrir si lo ocurrido se había extendido por todo mi país.

Una vez fuera fui a la habitación de la cría, algo más tranquila. Toqué a su puerta y lancé una pregunta -Brenda, ¿estás? Me apetecería sacar a pasear a Darwin y al señor Little Bear ¿vienes?

Tras la respuesta de la cría me acerqué al primer hombre que encontré e hice la pregunta cuya respuesta creía conocer de antemano -Perdone, ¿ha entrado alguien de apellido Palmer o Vergara a las instalaciones?

Se sentía un poco más calmado, pero esperó las preguntas del doctor como una intromisión, aunque aceptó su recomendación de tomar las pastillas, sus respuestas fueron una mezcla de sorna y la mayoría fueron evasivas. Su actitud denotaba la clara intención de no colaborar en nada con esos "gilipollas" manipuladores de la One World.
Pasó el tiempo como pudo, entre paseos, videojuegos y otros entretenimientos. Su actitud era la de pasar el tiempo hasta que tuviera su oportunidad.
De vez en cuando se acercaba al camionero y le insinuaba sus deseos de huir del lugar.

Durante la entrevista Hugh continuaba tranquilo y pausado, intentando no demostrar su creciente inquietud dada la situación en la que se encontraban. Cuando llego su momento de las preguntas, el camionero no dejo pasar la oportunidad y comenzó a soltar aquello que le pasaba por la cabeza a su interlocutor esperando que por lo menos alguna de las respuestas fuera cierta.

Bien señor, ya que me da la oportunidad de preguntar estas son mis cuestiones. ¿Que hacemos aquí?, ¿Por que tantas pruebas?, ¿Cuando nos dejaran salir de este lugar? y por último ¿Que esta ocurriendo?

Tras la visita del doctor Sam decide tomarme las pastillas. No es que esté muy convencido pero el médico confiaba en ellas como mecanismo preventivo de la infección así que le daría una oportunidad aunque seguiría vigilando cualquier cosa extraña. Tras acabar se dirigió a la sala común. Varias personas deambulaban por el lugar con toda tranquilidad, si no hubiese sido por lo que había visto en el exterior se podría pensar que era cualquier centro recreativo de los que hay en muchas ciudades.

Eligió a uno de ellos que en ese momento se encontraba jugando a un videojuego bastante insulso. Pensó que estaría lo suficientemente concentrado para responder a sus preguntas por instinto pero no lo suficiente para no hacerle caso. Tras un breve saludo y unos comentarios sobre el juego Sam empezó a preguntarle lo que quería.

- Bueno, nosotros acabamos de llegar no se cuanto llevaras tu aquí. ¿Es un lugar de paso o la gente permanece aquí mucho tiempo?. Creo que un amigo mío pudo haber llegado antes que yo y me gustaría verlo ¿sabes cuanta gente hay y si alguno ha podido irse?. No es que quiera irme claro, después de toda esa locura esto es un lujo pero, no se, esos de One World me dan escalofríos, ¿que se supone que es este lugar?.