Partida Rol por web

Hicks habia disparado pero falló, mientras se metía en el coche el jodido Shane le volvió a disparar, el tiro le paso cerca de la oreja izquierda, se metió rapidamente en el coche-Dale, dale,dale, atropella a esos jodidos hijos de puta, sal de aqui cagando ostias, joder!!!!-Dwayne estaba alterado, todo ésto le estaba poniendo jodidamente nervioso

Yo estoy todo el tiempo dentro de la tienda y al lado de Bobby, ayudándole con las barricadas y poniendo muebles a modo de barrera.

Bobby observó a su alrededor, calculando las distintas opciones, y todo se movió a cámara lenta. La verdad era que no había sido el chico más listo de su clase, y si en aquel momento el enemigo fueran unas raíces cuadradas se podía dar por muerto. Pero él era un chico de acción; más aún, era Norteamericano, la nación más poderosa del planeta, y no iban a llegar unos zombies, o enfermos, o lo que fuera a su pueblo y dejarse aplastar.

- ¡Tú! - gritó a Bubba en cuanto entró a la gasolinera - ¡Conmigo, y con Walter! ¡Tenemos que impedir que entren!

Se giró un momento y miró a Arden.

- ¡Arden, dale tu arma a uno de ellos... - dijo, señalando a Hugh y Samuel - y deja abierta la puerta que sube a la primera planta, por si necesitamos una vía de escape! ¿Tienes alcohol, mechero y trapos? ¡Prender fuera de la barricada nos vendría bien!

Hugh, horrorizado por el disparo de Arden a lo que él creía que era un niño todavía, decidió ayudar a construir la barricada viendo que parecía la mejor opción ante la muchedumbre que fuera les esta esperando.

Habrá que cubrir las ventanas para evitar que las rompan hacia dentro. Os hecho una mano.

Los infectados, los zombies o lo que leches fueran ya estaban sobre nosotros y el coche donde nos encontrábamos era su objetivo. Sus golpes ya resonaban sobre la carrocería, la pregunta era cuanto tiempo conseguiría aguantar el coche. Y cuanto mas antes de que les diera por reventar los cristales.

- ¡Vámonos, Jennifer! O nos van a devorar como si fuésemos una lata de sardinas.

Esta claro que la cosa empeoraba cada vez mas, ya no solo teníamos que enfrentarnos a los zombies. Había hombres entre ellos que no eran atacados y que podían usar armas.

- "Prenderles fuego a ellos no es mala cosa, Bobby, pero si incendiamos la barricada nos quedamos sin protección alguna..." -

Bubba se acerca torpemente a la barricada para ayudar a contener la marea endemoniada de enfermos (prefiere llamarlos así). Con los nervios a flor de piel se dirige a Bobby:
-¿Qué...qué hago?
Apunta con el pulso temblando. Tranquilízate, se dice, sólo son un puñado de locos, ya has tratado este tipo de situaciones antes, se dice, pero otra voz interior le contesta: no exactamente como esa situación.

Cubro la puerta.

Saco el revolver y apunto a cualquier cosa que entre por la puerta que no sea uno de nosotros.

- No Walter, a la barricada no, a ellos, a esos putos bichos... - dijo, mientras organizaba a los defensores en la entrada para recibir a los atacantes con una lluvia de balas - Que alguien traiga algo que haga de obstáculo entre ellos y nosotros... para que se entretengan nada más entrar... Quizás unas sillas tiradas, o una estanteria...

- "¿Bichos? Son gente, gente bastante cabreada por la enfermedad que les aflige. Ojalá fueran simplemente zombis como los de las películas..." -

Bobby Joe miró de reojo a Walter, arqueando una ceja.

- ¿Todavía sigues con esas, Walt? ¿Enfermos? ¡Tío, ¿qué enfermo pierde un brazo y sigue caminando como si nada? ¿Qué enfermo se come a la gente? - luego miró de nuevo a la puerta, esas criaturas, enfermos, o zombies, se acercaban a toda velocidad - No me importa lo que sean, ¡pero a mí no me van a coger!

Y como si aquellas palabras no fueran suficiente, el nuevo Sheriff en funciones alzó la escopeta y apuntó al bulto.

Arden no podía creer lo que le había pedido el Sheriff en funciones Bobby. Dejar a su pequeña Daisy, la niña de sus ojos, su única arma, ¿a un desconocido?
No lo creo chico, puede que quieras estar al mando, pero desde luego no me vas a decir que me quede desarmado para dejar a mi Daisy a un completo desconocido, no señor.
Y menos sabiendo que hay gente, o lo que sean esas cosas queriendo atacarnos aqui dentro, con todos mis respetos, lo llevas claro.
Arden apoyó su brazo en el mostrador y apuntó con su escopeta hacia el poco hueco que quedaba en la entrada.

En un gutural grito de frustación, Shane vuelve a disparar a Dwaine, que huye cobardemente y se infiltra como puede en el coche, que arranca a toda velocidad, quemando rueda, y haciendo bastante ruido, dejando una bonita huella y olor a goma quemada en el asfalto.
Varias personas son atropelladas en el intento desesperado de Jennifer por salvar su vida, y la de la gente que lleva en su coche.

Por otra parte, los iracundos enfermos que se dirigen hacia vosotros lo hacen a toda velocidad. Algunos se caen al suelo, en un intento por entrar antes que los demás, agolpándose en la entrada. Algunos se estrellan contra las puertas correderas, que parecen no haber visto, mientras otros se estampan contra la barricada improvisada.
Un grupo de unos 20 se dirige hacia vosotros corriendo por el único camino libre que han visto, con intención de entrar.

Apunta hacia el hostil más cercano, una mujer que arrastra una pierna cuya rodilla se asoma astillada por un lateral y la mejilla arrancada de cuajo. Su pulso es tembloroso, trata de apelar a la frialdad y templanza que le ha caracterizado. Son enfermos, son enfermos ¿Qué enfermo pierde un brazo y sigue caminando?. Las palabras de Bobby se clavan en su cerebro y se niega a abandonar. Venga, Bubba tú eres un superviviente de las calles, siempre lo has sido. Pudo oír el sonido del disparo que surca el aire buscando su objetivo.

Echo gasolina hacia el frente y luego miro a Bobby y grito:

- "¡Echa una cerilla!" -

- ¿Qué cerillas? - gritó - ¡Si sabes que no fumo! ¿Alguno tenéis cerillas o un mechero?

Los enfermos estaban a punto de saltar sobre ellos, y recordó algo que quizás los recién llegados no sabían.

- ¡Apuntad a la cabeza, es más fácil matarlos así! - dijo, alzando levemente su escopeta para ajustar la posición.

Hugh, con gesto negativo mira a sus compañeros.

Lo siento, no tengo cerillas pero en la tienda espero que sí.

El camionero se dispone a buscar unas cerillas lo más rápidamente que puede para ayudar a sus compañeros.

- "¡Maldición y remaldición!" -